Fin de semana en Cantabria

Sábado 9 de la mañana ya en el coche escuchando a Bebe que me acompaña en la ida y en la vuelta.

Al ir, entre otras, con Busco-Me y a la vuelta, también entre otras, con Ella.

Por lo que recuerdo, desde septiembre, primer fin de semana sin ordedanor.

El plan ha sido en gran parte a tiro fijo para disfrutar de algunos espacios que me traen sieempre buenos recuerdos y algún descubrimiento.

Para las 10 de la mañana estaba ya en Loredo para disfrutar del paseo que suma las playas de Loredo, Somo y el Puntal y

terminar en el primer chiringuito de El Puntal junto al embarcadero con mi cañita dejando pasar el tiempo de una mañana en la que el sol se va asomando a ratos tímidamente.

Vuelta con ritmo tranquilo hacia la Playa de la Arena en isla para comer al calorcito de la arena, encontrarme con algún conocido de manera inesperada en este fin de semana ‘missing’, y quedarme como quien no quiere la cosa pegando la oreja con el calorcito del sol.

Ya a media tarde aterrizo en La Posada la Robleda. Nos es la primera vez. Todas las veces que aquí he estado me he sentido a gusto y eso en estos dos días es importante también.

Dejo que la tarde vaya pasando, como siempre que estoy aquí, en el porche entre lectura y conversación hasta la hora de la cena.

Duermo como un lironcete y hoy camino a Laredo para hacer en una mañana espléndida el paseito completo de la playa La Salvé, ida y vuelta y acercarme después a la parte vieja

callejando por la Rua mayor donde he parado en el Somera y donde me he encontrado con una propuesta de pintxos-raciones muy del aire Bitoque.

Los dos que he probado estupendos acompañados de un albariño.

Y como quien no quiere la cosa poquito a poco acompañado de la musiquita de vuelta para Bilbao descansado y con la cabeza despejada.

Todos los lugares recomendables y mejor con no mucha gente que es lo que por suerte me he encontrado.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.