Hace pocas fechas Alfons Cornella escribía en infonomía que una de las características fundamentales de nuestra economía es el exceso. Un ejemplo claro de esta realidad económica parece ser el mundo de los libros que quiere seguir apostenado en muchos casos por ese exceso reflejado en la cantidad de producción.Alfons plantea otras dos variables a tener en cuenta a la hora de la producción: la utilidad y la emoción. En los libros supondría, entre otras cosas, el apostar y ofrecer, en el fondo, un tiempo con sentido por útil (tiempo ganado-aprovechado) o por significativo (vivido-sentido).
Todo lo demás es quemar papel y realizar un mal favor a la sostenibilidad.