¿Sólo leer?

“Del mismo modo que nos cuestionamos la grave situación de un no lector, ¿por qué no hacer lo propio con quien solamente sabe llenar su ocio con la lectura? ¿Por qué se considera que quien lee es el sujeto normal, ideal, frente al que no lo hace?” (Víctor Moreno; No es para tanto; Divagaciones sobre la lectura, pag.23)

No es para tanto. Divagaciones sobre la lectura

Autor: Víctor Moreno
Título: No es para tanto. Divagaciones sobre la lectura
Páginas: 177
Año Edición: 2002
Editorial: Prames
ISBN: 84-95116-50-2

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Nos ofrece un conjunto de reflexiones breves en la que se pretende desacralizar el papel que el libro y la lectura pueden jugar y como los absolutos pueden llevar a engaño. El libro es contradictorio en sí mismo en muchas de las reflexiones planteadas, pero aún así cumple la función necesaria que a casi nadie le gusta jugar del ‘balde de agua fría’ que ayuda a sacarnos del ‘limbo lector’, del todo bueno en torno a la lectura, en el que a veces vivimos.

Algunos textos como simples pinceladas

– «A quienes amamos los libros con pasión…nos es necesario más que a nadie, estar atentos y hablar y escribir a favor de la lectura sin caer en la sima de la exageración. El libro, en este sentido, lo que busca de verdad es una defensa de la lectura que no ofenda ni la dignidad de los que no leen, ni la inteligencia de quienes sí lo hacen» (pag. 13)

– «Del mismo modo que nos cuestionamos la grave situación de un no lector, ¿por qué no hacer lo propio con quien solamente sabe llenar su ocio con la lectura? ¿Por qué se considera que quien lee es el sujeto normal, ideal, frente al que no lo hace?» (pag. 23)

– «El hecho de leer a secas, sea en biblioteca pública o retrete particular, no garantiza el cultivo intelectual de la persona» (pag. 56)

– «La lectura cubre/descubre necesidades que, por mil causas diferentes, nos resultan difíciles o somos incapaces de satisfacer» (pag. 68)

– «La sola decisión de coger un libro pertenece al reino mítico de la heoricidad. Y leerlo, no digamos» (pag. 87)

– «Hay padres que hablan con mayor elocuencia de los libros que leen que de los propios hijos» (pag. 136)

– «Lo ideal sería que el sujeto lector encontrara en la literatura un espejo donde mirarse con vistas a su emancipación personal o autónoma dependencia de aquello de lo que le merece la pena depender» (pag. 166)

Contra el fanatismo

Autor: Amos Oz
Título: Contra el fanatismo
Páginas: 100
Año Edición: 2003
Editorial: Siruela
ISBN: 84-7844-708-3

Comentarios

Es pura casualidad, de hecho ya lo tenía anotado con anterioridad para comentarlo esta semana, que coincidan las notas sobre este libro con el nacimiento en Bilbao de un movimiento ciudadano (Aldaketa. Cambio en Euskera) que goza, por qué no decirlo de mis simpatías y que apuesta, entre otras muchas cosas por eso ’tan de moda’ en caricatura, pero en mi opinión, tam importante como es el talante.

A través de tres conferencias Amoz Oz nos presenta una lúcida reflexión sobre las raices del fanatismo, presente en la pura cotidianeidad de la vida y el papel que un escritor, y la escritura, pueden jugar.

Merece, también en esta ocasión, alabar la forma y el cuidado que Siruela pone en su colección de Biblioteca de Ensayo, siendo un claro ejemplo de cómo el ’tamaño’ (en este caso) bolsillo no va ni mucho menos reñido con una edición cuidada.

Algunos textos como simples pinceladas

– La semilla del fanatismo siempre brota al adoptar una actitud de superioridad moral que impide llegar a un acuerdo. ( pag. 21)

– Creo que la esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a acambiar (pag. 26)

– El sentido del humor es un gran remedio. Jamás he visto en mi vida un fanático con sentido del humor. Ni he visto que una persona con sentido del humor se convirtiera en un fanático, a menos que él o ella lo hubieran perdido…. Tener sentido del humor implica habilidad para reirse de uno mismo. Es relativismo, es la habilidad de verse a sí mismo como los otros te ven, de caer en la cuenta de que, por muy cargado de razón que uno se sienta y por muy terriblemente equivocados que estén los demás sobre uno, hay cierto aspecto del asunto que siempre tiene una pizca de gracia. Cuanta más razón tiene uno, más gracioso se vuelve. (pag. 32-33)

– Cuando mi padre era joven en Lituania –de Rusia había escapado con su familia a Lituania, que en esa época era parte de Polonia- tuvieron la suerte de que les echaran a patadas y, tras varias vicisitudes, llegaron a la Palestina británica de principios de los años treinta. Pero en su época toda Europa estaba cubierta con la pintada: “¡Judíos a Palestina!”. Cuando de nuevo viajaron por Europa muchísimas décadas después, la encontraron cubierta con la pintada: “¿Judíos fuera de Palestina!”. ¿Entonces adónde pertenecemos exactamente?. (pag. 77)

Libro y tiempo

El libro lleva asociado el tiempo. Tiempo de darse tiempo para recircular por un cerebro perezoso y limitado, a pesar de sus miles de millones de neuronas y de las millonarias conexiones sinápticas entre ellas. Tiempo para ensimismarse, acotar, repasar, suspirar, clamar, dormir… tal vez soñar. Tiempo para tocar, oler, sentir, avistar, manosear… (Francisco Puche; Un librero en apuros. Memorias de afanes y quebrantos; Genal; pag. 135)

Un espacio para la diversidad hasta en las listas de más vendidos

(Con aportaciones de Jordi Nadal que conviven simbióticamente con el texto inicial y que sabe que agradezco)

Hasta en las fechas de vacaciones, algunos mantenemos la costumbre de estar ‘pegados’ a la prensa. Tengo un buen amigo que dice que la prensa de este País vale poco. Aún así, siempre se puede sacar alguna enseñanza de la letra impresa.

En la segunda semana de noviembre y de descanso en tierras aragonesas, me encontré entre mis manos, porque había ido a buscarlos, con El Correo y la Vanguardia, periódicos que podemos situar en las ciudades de Barcelona y Bilbao y, en este caso, por ampliación, referentes para lo que viene al caso del País Vasco y Cataluña. Ambos, publican su suplemento cultural los miércoles e incluyen en el mismo, como la práctica mayoría de los periódicos, la lista de libros más vendidos y las librerías que la han facilitado.

Al día siguiente, cayó entre mis manos el Heraldo de Aragón que publica su suplemento los jueves. No dispongo de los datos concretos del Heraldo, pero sigue con claridad la tendencia que constaté en El Correo y La Vanguardia.

Como era de suponer, en su conjunto, parece que los gustos de Catalanes y Vascos, permítaseme la amplitud de miras en algo que podríamos haber dejado en el ámbito de bilbaínos y barceloneses, coinciden casi en su totalidad. Unos dirán que lo bueno se valora por igual en todos los sitios. Otros hablarán del poder de penetración de los grandes grupos. Los terceros dirán que con esto de la globalización no vamos bien…etc. Pero, en medio de todo ello, se abría un pequeño hueco para el autor local.

Así, en la lista de El Correo aparecían dos títulos, en los más vendidos de Ficción, que no aparecían en la lista de La Vanguardia: Verdes valles, colinas rojas de Ramiro Pinilla y editado por Tusquets y El Verdugo de Dios de Toti Martínez de Lecea, editado por Maeva, la primera editorial catalana y la segunda madrileña. En la lista de La Vanguardia, en sustituticón de los dos anteriores aparecían Mentira de Enrique de Hériz editado por Edhasa y 2666 de Roberto Bolaños, editado por Anagrama.

No dispongo de los datos exactos de No-ficción, sólo tengo algunas notas que, en todo caso corroboraban esta tendencia y así en la lista de El Correo aparecían tres obras de autores ‘locales’ que no aparecían en La Vanguardia: Fe de vida de José Ramón Recalde editado por Tusquets; La sociedad invisible de Daniel Innenarity editado por Espasa y La Otxoa de J.J. Gamboa editado por Elea. La única editorial local.

A la vista de estos pequeños datos, como ya he dicho, corroborados también por la lista del heraldo en lo que hace referencia a lo aragonés se me ocurren algunas pinceladas a proponer:

– La Bibliodiversidad todavía existe. La diferencia no está sustentada por los grandes editores. La única referencia, en este caso es Espasa y su aparición se debe al Premio. En este caso, podríamos decir que quien hace importante a la editorial es el autor.
– El buen ojo que parece tener Tusquets para posicionar obras en mercados locales. Apostaría que algo parecido puede pasar en Andalucía con la biografía de Carlos Castilla del Pino.
– El interrogante de porqué los autores ‘locales’ publican obra con editoriales ‘foráneas’.
– El pensamiento o la no-ficción es un mercado siempre más divergente, o hay más suma de pequeñas minorías. Quizás sea el reducto contra la creatividad ‘unificada’.
– La no ficción es el género que menos «viaja» de un país a otro (por su especificidad) y dura menos en las listas de best sellers (o eso sabía/ pasaba antes)
– Hay un espacio para la ‘verticalización’ de la diversidad. Editores y libreros que apuesten por la diferencia.

Conclusión: en las listas, por suerte, no todo es igual, porque las listas obedecen a la necesidad de contar lo que es importante. Y todos tenemos mucho en común, pero no somos idénticos, sino, cómo se podría entender la bibliodiversidad además, como añadía un tipo en una Contra en la Vanguardia, «aprendemos por diferencias» (eso es, exactamente, lo que me aportan los libros)

Libreros y adaptación al entorno (Carlos Sánchez – Cerlalc)

Contra una gran eclosión de pronósticos apocalípticos sobre las librerías y los libreros–incluso proveniente de editores-, ni estos ni aquellas desaparecerán. Pero sí requerirán asumir cambios ante un entorno donde la lectura, los formatos del libro y los lectores cambian a una velocidad vertiginosa (por ejemplo, quién imaginaba que los niños llevarían a sus padres a comprar el último Harry Potter).

El librero es un mediador esencial en el proceso de circulación del libro y cuando la cadena se rompe visiblemente se perciben los cambios. Lectores extraviados, editores asumiendo el papel de distribuidores y de fondo el mercado imponiendo a su arbitrio basura bulliciosa.

Por eso es urgente que los libreros comprendan ese entorno cambiante y asuman el papel que les corresponde. Resulta evidente, entonces, la necesidad de impulsar programas de formación para el gremio y de adecuación tecnológica para las librerías. ¡Hoy no se puede concebir librería sin acceso a internet y una base de datos actualizada de sus clientes! Los lectores compradores son clientes que deben ser bien tratados. Deben recibir un informe quincenal de las novedades, acompañada de comentarios, ofertas y descuentos que lo inviten a volver a su sitio favorito de compra de libros.

Cómo es posible que hoy persistan las librerías que actúan hoy sin presupuesto establecido, sin plan de negocios y, peor aún, sin plan de marketing. No saben qué ni cómo van a vender los libros del inventario. “Que entre quien quiera y quien lo necesite”, dirán los libreros de la vieja época.

Tal vez los moscos entren. Los lectores no.

CARLOS SÁNCHEZ LOZANO
Coordinador Editorial del Boletín RED LIBRERÍAS-
CERLALC

Falta canal para la educación y la cultura del libro

Jordi Nadal nos ha cedido, con gentileza como siempre, la posibilidad de publicar este artículo ya aparecido en Infonomía durante el mes de septiembre. Pensamos que lo expresado tiene y tendrá su validez, tristemente, durante bastante tiempo.

Podéis hacer llegar los comentarios a Jordi directamente (jordi-nadal@telefonica.net)

Falta canal para la educación y la cultura del libro

Una idea es válida en tanto se difunde en el lugar y en el momento adecuados, amigo mío. (Luther Blisset, Q)

(Tiempo estimado de lectura: 3 minuts)

La industria editorial en lengua española anda sobrada de producto. Hay tanto que, en cierto modo, los libros superficiales censuran parcialmente -a causa del ruido que generan- lo mejor que se edita, que, por cierto, es mucho.

En España, si los Ministerios de Cultura, Industria y Economía, aliados con el Instituto Cervantes y el Instituto de Cooperación Iberoamericana, se propusiesen potenciar en serio la educación, establecerían una alianza, aún más amplia y sólida que la que ya existe, con la industria editorial (por cierto, una de las pocas en las que somos globalizadores, y no globalizados).

Para hacerlo, debería darse toda la ayuda del mundo para que se abriesen librerías en los países de Latinoamérica. Porque, con más y mejores librerías, se contribuiría a la educación de los ciudadanos y, en consecuencia, se ayudaría a articular un espacio geoestratégico cultural, extendiendo el conocimiento en el mundo hispanohablante.

La razón es simple: con mejores canales, (y la librería lo sigue siendo aquí y allí por profundidad, atención y formación), tendremos más y mejores lectores. Y los lectores reales, realmente educados, son los que generan la democracia real y mejoran las condiciones para la producción de riqueza: avanzar en entender al otro; avanzar en el conocimiento científico y humano; avanzar en la creación de una ciudadanía que no sea presa fácil del populismo ni del engaño oligárquico.

Cada buena librería que se abre en América Latina es semilla de mejores médicos, mejores educadores, mejores estudiantes, mejores profesionales, mejores personas, mejores padres y madres, mejores hijos e hijas… en suma, mejores ciudadanos.

Cada librería que se abre impide o dificulta una serie de actos de humillación, de exclusión social, de injusticia…

Cada librería que se abre nos acerca a un mundo más civilizado. No es casualidad que los países nórdicos tengan buenas librerías, buenas bibliotecas y, por cierto (y esto está ligado a una forma inteligente de entender el mundo), cuiden también sus bosques. Sólo los países que se preocupan por las próximas generaciones son países con futuro. Los bosques y las escuelas exigen planificación honesta y a largo plazo. Cuando así se produce, hay futuro.

Recordemos una cosa: hay países que hace veinte o treinta años eran punteros y hoy están casi arruinados. Y, otros, justo lo contrario. No hace falta poner nombres, todos los conocemos. Luego, una cosa está clara: con políticas inteligentes, las cosas pueden cambiar en un sentido positivo; y sin ellas, sólo cabe esperar lo peor.

Apoyemos de verdad la creación de librerías en Latinoamérica (y, por cierto, también con toda la atención del sector privado) y, por una vez, podremos creer en un futuro para ese continente, distinto del que hoy parece acecharlo.

Jordi Nadal

p.s. Para que esta propuesta no se quede en sólo lo teórico, enumero posibles iniciativas concretas, siguiendo importantísimas sugerencias que recibo de Gabriel Zaid:

1. Las agencias del ISBN están muy mal en todos los países hispanoamericanos. El dinero y la ayuda técnica para llegar a tener una base de datos global de todos los libros publicados en español sería una ayuda fundamental para el mundo del libro en español: librerías, bibliotecas, universidades, etcétera.

2. Regalar a las librerías un programa informático desarrollado para su propia administración: existencias y ventas por título y editor, acceso a la base de datos del punto anterior, a los portales de los editores, estadísticas y, desde luego, contabilidad de la librería.

3. Con los dos puntos anteriores ya funcionando, un gran servicio a los lectores sería localizar la librería más cercana donde se encuentra un libro que se busca.

El librero Vollard

Autor: Pierre Péju
Título: El librero Vollard
Páginas: 147
Año Edición: 2004
Editorial: Tropismos
ISBN: 84-934015-3-6

Comentario:

Esta joven editorial salmantina ha nacido con clara vocación literaria y centrada, por ahora, exclusivamente en la publicación de obras de narrativa de autores contemporáneos de ámbito internacional, preferentemente de escritores no publicados hasta ahora en castellano.

El librero Vollard es un claro homenaje a la literatura, los libreros y al ’poder curativo’ de la palabra. Tejida alrededor de un triángulo, hija, madre y librero, de las heridas que en cada historia ha de jado la infancia y que, a veces, son imposibles de curar.

Algunos textos como simples pinceladas

– Un lugar que algunos jóvenes del futuro no podrán ni siquiera imaginar porque ya no existirán otros parecidos, porque se habrá perdido esta mezcla de orden minucioso y de leonera, esta mezcla de afecto por los libros y de amontonamiento salvaje. Un comercio a pequeña escala. Tráfico discreto, pero esencial. Resistencia a todo lo demás, mediante los textos, la impresión. Depósito anodino, pero explosivo. (pag. 47)

– Durante muco tiempo, había sido capaz de captar las señales, acoger la novedad, pero ahora, decía, lo que cambia ya no cambia de la misma manera. Sin embargo, bajo la avalanzha de la mercancía textual, la marejada de productos efímeros, paradójicamente denominados “libros”, la muchedumbre de individuos que escriben y se hacen llamar escritores, el librero seguía intentando extraer el mineral raro, con constancia y firmeza. Y su memoria, al igual que su cuerpo, engordaba. (pag. 49-50)

– Atravesé aquellos días y sus distintas velocidades, sin momentos de verdadera lectura… Nunca me tomé el tiempo para leer, como me gustaba y sabía hacerlo, durante aquella primavera. ¿Dónde y cuándo habría leído? Existía la urgencia de la aventura. Siempre algo que hacer, siempre algo nuevo. En aquel tiempo dilatado, sufríamos una especie de intoxicación por acción, una intoxicación por asamblea general, por organización y por colectivo, que nos obligaba a mantener a distancia la soledad y la singularidad (…) (pag. 68)

Posada la Pastora

A contracorriente, nos hemos permitido el gustazo de tener cinco días de vacaciones (del 8 al 12 de noviembre). La verdad que el sitio que hemos descubierto, aunque ya le seguíamos la pista hace tiempo, nos ha satisfecho totalmente.

Se llama Posada la Pastora y ha sido todo un remanso de paz, atención y tranquilidad.

Miguel e Inma, Inma y Miguel han apostado fuerte por un turismo de calidad y calidez en el pueblo donde han crecido y ya se han hecho ’adultos cuarentones’.

Es uno de los sitios, sino el primero por calidad, donde hemos recibido información precisa sobre qué puede merecer la pena conoccer y visitar en Las Cinco Villas y sus alrededores.

Totalmente recomendable.

Un librero en apuros. Memorial de afanes y quebrantos

Autor: Francisco Puche Vergara
Título:Un librero en apuros. Memorial de afanes y quebrantos
Páginas: 156
Año Edición: 2004
Editorial: Del Genal (egenal@libreriaproteo.es )
ISBN: 84-832253-6-3

Comentario.

Escrito con motivo del Congreso Nacional de Libreros celebrado en Málaga en Marzo de 2004, recopila una serie de escritos y reflexiones ya publicados con anterioridad de manera suelta. Supone toda una reflexión sobre la situación no de la librería, sino del sector desde la clave de la sostenibilidad, empresarial, ecológica y personal.

Algunas textos como simples pinceladas:

– Para un sector tan potente como trasmisor de todo tipo de cultura y que goza aún de un prestigio social puntero, la pluralidad y la diversidad han de ser sus notas más características. Toda constricción es letal para la independencia de la información y para la calidad de los creadores, aunque también sabemos que aun con censuras férreas siempre hay quien sabe trasgredirlas. (pag. 86)

– Se me ocurren unas cuantas funciones del librero del futuro que van a permitir hacer frente con dignidad y perdurabilidad a ese tercer azote (Internet):
1. La función informadora. Se trata de tener todas las bases de datos necesarias, o su acceso on-line
2. La función recomendadota. Se trata de trasmitir el saber conspicuo y creíble sobre los contenidos de los libros, que se aprende con el amor y la experiencia.
3. La función de encuentro. La librería palpable será siempre un lugar de reunión de gentes y de cruce esporádico de personas.
4. La función cultural. Se trata de tener una postura activa en la difusión de la cultura y el pensamiento
5. La función civilizatoria. En los tiempos que corren hay que fomentar los valores de no violencia, solidaridad, sabiduría y frugalidad
6. La función de resistencia. Los huecos están ahí, pero es necesario ocuparlos
7. La función endógena. La empresa cultural librera debe incardinarse en su medio social
8. La función de etnodiversidad. Hay que fomentar las lenguas y culturas locales y mantener libros de fondo
9. La función de servicio polivalente. La librería palpable tiene en su mano proporcionar todos los servicios, incluidos los virtuales.
10. La función corporal. Propiciamos el poder tocarnos, en estos tiempos de virtualidad y rechazo
11. La función laboral. Tenemos los medios para dignificar el trabajo
12. La función empresarial. Podemos representar polos de fomento en la escala humana
13. La función poética. Podemos seguir repartiendo sueños.
(pag. 102-103)

– A las pequeñas librerías, sólo la presencia cooperativa con el medio social circundante nos proporcionará la imagen social y la clientela necesaria para subsistir económicamente, dando unos servicios culturales al barrio o pueblo en el que se está incardinado. (pag. 51)

Plenitud y duración

‘El tiempo es un elemento extraño, un elemento de la vida, y no se puede medir según su propia medida; ya sus compañeros, los escritores clásicos de la antigüedad, constataron que un momento, un momento pleno, puede ser más duradero que los años o las décadas precedentes que no han sido plenos’. (Sándor Márai; La amante de Bolzano, Salamandra, pag. 174)

¡Hasta pronto!

Hay un tipo de silencio que es casi tan fuerte como un grito. (Raymond Chandler; El largo adiós; El País, pag. 413)

Polanco ya no tendrá que temblar.

La última vez, fue en Octubre, con motivo de la inauguración de la exposición de María Eugenia en la sala del Hotel Indautxu. Quizás, haya sido la última vez que salió a la calle. Quizás, ha sido también la última vez que el Jesús del gran poder tembló al oir en la lejanía de los labios de José Luis la petición de que le hiciese llegar posible información de lo bien que le había venido la llegada de los socialistas al poder para sus negocios editoriales y educativos.

Siempre estábamos en esa amable dialéctica que aquí en Bilbao en los paseos, en las cenas, en las tertulias posteriores la vivíamos con gusto y cotidianeidad. Opiniones y Puntos de vista encontrados y contrastados siempre mejor con algo que permitiese alimentar a la boca que quería seguir hablando, escribiendo, pensando y disfrutando.

Noches de espera con Maria Eugenia y Daniel pendientes del cierre diario de El Mundo que ya no serán igual.

Polanco podrá vivir tranquilo. Los nacionalistas también. A los atípicos, siempre nos respetó.

Hasta pronto José Luis