Un niño en la casa de las palabras (Victoriano Colodrón)

Un niño en la casa de las palabras(elegía y homenaje a la Librería Denis de Málaga)

Yo he habitado desde que nací la casa de las palabras, la casa que sabe y que dice, que conoce y que cuenta, y en la que esperan los vocablos, pacientes pero con ganas de ver mundo, a los solitarios que van a buscarlas por estar solos de otra manera, solos… pero no aislados. La librería de mi abuelo –como todas las buenas librerías- era, sí, una casa de las palabras. Yo he pasado allí muchas tardes, de pequeño, hojeando libros, leyendo cuentos, aprendiendo a buscar entre las páginas lo que ellas tuvieran que decirme, enredado en el ensueño de creer que el mundo, con sus rimas, sus aventuras, sus explicaciones, sus historias, estaba hecho también para mí, y se parecía a ese paraíso de letra y papel, que bastaba con que un niño abriera las páginas de un libro…

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Cultura y Europa

He disfrutado en Madrid, invitado por la Fundación Alternativas, de una comida-encuentro-debate-lluvia de ideas sobre y en relación a Europa y la cultura.

Me he encontrado en la misma con algunos ’viejos’ conocidos del sector y acompañado de personas a las cuales uno sólo tiene ocasión de leer o ver en los ’papeles’.

Allí estaban, entre otros, y sin que el orden indique grado, José Antonio Marina, Daniel Innerarity, Fernando Schwartz, Fernando Delgado, Suso de Toro, Santos Juliá, Rosa Regás, Carmen Riera, Fanny Rubio… y unos cuantos más hasta unas cuarenta o cincuenta personas.

En estos ámbitos y ambientes, si uno está atento y escucha siempre se crea un espacio para la reflexión personal y colectiva. Para la colectiva hubo el tiempo que hubo, la duración de la comida. Para la personal siempre queda el tiempo posterior.

Sin ánimo de ser exhaustivo, señalo algunas de las reflexiones e ideas que, pasadas por mi tamiz, más me han llamdo la atención.

Las escribo, también es conveniente decirlo, desde una postura excéptica no sólo ante Europa sino ante cualquier intento de hacer coincidir, de una manera u otra, espacio de decisión con territorio y palabras que representan más de la realidad que abarcan, convirtiéndose, al mismo tiempo y con ellos, en posibles barreras excluyentes.

Son, en este sentido, dos ideas las que, fundamentalmente, me han llamado la atención. la primera, no cronológicamente en el ámbito de la comida, fue expresada por Santos Juliá y que se podría describir como la «la movilización en función de una frustración» entre las, vayamos a decir, personas mayorex, o las que han vivido de cerca la experiencia de la guerra y la postgerra. Junto a ello, y como segunda idea, la expresada por Daniel Innerarity, en la línea de reivindicar la búsqueda de un postnacionalismo para superar la situación existente.

Ambas ideas me plantean un serio dilema: los que no nos sentimos frutrados, que es, en el fondo, una llamada a las emociones, y los que no buscamos ámbitos territoriales ¿dónde nos situamos?.

Y, en todo esto ¿dónde queda la cultura?.

’Desde el comienzo de la civilización hasta ahora, la cultura ha precedido siempre al mercado…La razón estaba en que la cultura era la fuente de la que manaban las normas de conducta sobre las que se producía el acuerdo…Cuando la esfera comercial comienza a devorar la esfera cultural…amenaza con destruir los mismos fundamentos sociales que dieron lugar a las relaciones comerciales’ (Rifkin,J.; La era del acceso. La revolución de la nueva economía; Paidós; Barcelona 2.000, pag. 22-23)

Trucos para leer. Emili Teixidor (La Vanguardia)

Estrategias del deseo o trucos para leer

EMILI TEIXIDOR – 19/01/2005

1 Contagiar el deseo de leer es como contagiar cualquier otra convicción profunda: sólo se puede conseguir, o mejor intentar, sin imposiciones, por simple contacto, imitación o seducción. No se trata de llenar ningún vaso –cerebro– vacío, sino de prender en una zarza el fuego que nos agita. Por el simple contacto de una llama. El mejor contagio/contacto es el ejemplo. Si nos preocupáramos menos por la lectura de los otros y más y con más rigor por nuestras propias lecturas, seguro que nuestro entusiasmo nos desbordaría y los más cercanos a nosotros advertirían esa plenitud que nos proporcionan los libros y quizás, quizás, otros intentaran alumbrar su propio ardor aprovechando alguna de las pequeñas chispas que desprende nuestra hoguera.

Primer truco Primero lee tú y los demás imitarán el placer que tú expandas. Predica con el ejemplo.

2 Toda seducción tiene sus estrategias o sus trucos. Existen algu-nos, pequeños, sencillos y prácticos para facilitar el contagio. O mejor, la disciplina de la lectura. El esfuerzo que requiere abrir un libro e interesarse activamente por su contenido. Expondremos algunos, pero recordemos antes que para atraer al lector hay que lograr que el texto le concierna en algo, que pueda dialogar de alguna manera con él, del modo activo y participativo en que los aficionados al futbol leen los periódicos deportivos –calibrando los adjetivos dedicados a sus ídolos, examinando con lupa la descripción del partido, juzgando la injusta expulsión de un jugador…– o los economistas las cotizaciones de la bolsa. En resumen, que el lector pueda establecer un diálogo, por mínimo que sea, con el texto. Los primeros libros deben acoger al lector, no expulsarle de sus páginas. El placer de la lectura sólo se produce cuando el acto de leer se convierte en una creación, en un acto productivo, cuando el libro sabe poner en juego las facultades del lector. Los mejores libros son los que dan al lector suficiente espacio para rehacer el texto a medida que lo está leyendo.

Segundo truco Todos los lectores tienen su nivel y hay que conocerlo antes de recomendarles un libro. Sepamos antes cuáles han sido sus últimas lecturas, lo que han leído con agrado o con dificultad, cuáles son sus intereses… en fin, qué deporte y en qué categoría está el equipo de sus preferencias… literarias.

3 No se trata de convertir la lectura en un programa educacional, sino de educar –sobre todo a los jóvenes– en la lectura. Una de las estrategias es ampliar las posibilidades para leer y, aprovechando los espacios, hacer que las bibliotecas, escolares o municipales, sean lugares de encuentro abiertos a los libros y a las personas. Si no se hace así, simplemente propiciando los encuentros, las iniciativas pueden convertirse fácilmente en instituciones que eliminen el placer de la lectura.

Tercer truco En algunos países han establecido la hora del silencio en la cual todo el personal debe permanecer callado y con un libro en las manos, desde la directora hasta el conserje, y aplicarse en la lectura. Una hora diaria. No todos leerán al mismo ritmo. Lo que importa es facilitar tiempo y espacio para aprender la disciplina que requiere toda lectura atenta. Muchas escuelas hacen algo parecido, un rato de silencio con libros, mientras esperan el inicio de las clases.

4 La mecánica de la lectura. La pedagogia actual ha desterrado la lectura en voz alta y los ejercicios de lectura diaria en las escuelas. Antes, muchas escuelas unitarias dedicaban una hora diaria a la lectura en voz alta desde los siete a los doce años, más o menos. Eran muchísimas horas de entrenamiento lector. Steiner nos advierte de que sólo se comprende bien un texto cuando se lee en voz alta. Por algo a los actores les llamamos intérpretes, porque leer es interpretar un texto, dar la versión personal con las pausas, las inflexiones y el ritmo requerido. Muchos jóvenes no leen bien en voz alta, no saben interpretar el texto y en consecuencia no lo entienden. Para interpretar música, danza o pintura, hay que pasar por la dura disciplina rutinaria de las tablas, ejercicios, repeticiones y correcciones. Sólo tras un estricto aprendizaje diario, viene la felicidad de una intepretación perfecta. ¿Por qué la lectura sería la única habilidad que se libraría de esa disciplina esencial para sembrar el deseo? El deseo no es más que la necesidad de ejercitar lo aprendido con esfuerzo, de liberar las energías y potencialidades descubiertas en la práctica de los ensayos. Sin disciplina no hay deseo. El deseo anárquico y voluble no es deseo, es capricho.

Cuarto truco Aprovechemos todas las oportunidades para leer o hacer leer en voz alta. ¿Por qué no se memorizan poemas, y se organizan recitales en las escuelas? La memoria, dicen, es el marcapasos de la inteligencia.

5 Carme Riera confesaba que su pasión por la lectura se le despertó en dos frentes: los poemas que le leía su abuela sobre cuentos populares mallorquines y la biblioteca de su padre, siempre cerrada bajo llave, y que le había prohibido utilizar sin excepciones. Dos fuentes de deseo: la generosidad oral y la prohibición de acceso a un mundo posiblemente maravilloso.

La técnica de algunos profesores era llegar a clase con tres libros y anunciar que iban a hablar de dos libros que llevaban consigo. Los alumnos avisaban inmediatamente que eran tres y no dos, ellos se hacían los sorprendidos, retiraban enseguida el libro intruso mientras comentaba que aquel no era un libro para ellos, con temas demasiado comprometidos para su edad, que su lectura re-quería un esfuerzo superior al que ellos podían realizar, que incluso lectores más experimentados podían sucumbir peligrosamente a las propuestas del autor… etcétera. No hablaban más de ese libro y se pasaban la clase presentando los otros dos. Acabada la clase, olvidaban los tres libros sobre la mesa. Todos se precipitaban sobre el libro proscrito del que ni siquiera habían mencionado el título. Y todos tomaban nota de él y lo leían, y unos pocos, además, leían los libros comentados y recomendados.

Quinto truco Sólo lo difícil es estimulante. Las razones para leer de los adolescentes son las mismas que las de los adultos; la curiosidad desbocada, la pasión por descubrir otros mundos, de co-nocer a héroes o canallas osados, transgresores… ¿Puede despertar el deseo un texto masticado, preparado, recomendado… y mil veces descubierto? En América llaman a los libros recomendados por las autoridades académicas el beso de la muerte, la maldición que mata la espontaneidad y la ilusión del descubrimiento personal, único, la voz original que nos habla directamente a nosotros. En tiempos de saciedad, regala necesidad.

6 Los lectores andan desesperados por encontrar historias que les proporciones materiales imaginativos para crear nuevos mundos en los cuales puedan perderse o comprender mejor el funcionamiento del mundo en el que viven. Los lectores buscan pasar un buen rato perdidos en otros mundos, o en el lado más salvaje o sorprendente de éste. Aunque sepan que el tesoro de los libros no es nunca real y no es esencial para sobrevivir, todos los lectores buscan en los libros una metáfora de la felicidad.

Sexto truco Huir de la cultura de protección exacerbada por los miedos de los adultos. Muchos adultos conciben la lectura como un salvavidas contra los embates de la vida, y no como una barca libre dispuesta a la aventura personal.

7 He aquí una pequeña lista de estrategias o trucos, además de los ya expuestos, utilizados por varios profesores para crear o reforzar el hábito de la lectura. Se refieren a ejercicios en grupo. Para edades determinadas, hay muchos más ejercicios. Nombramos sólo algunos para edades indeterminadas.

a) Hacer dramatizaciones de los libros. El grupo de lectores convierte el libro en una obra de teatro, no en detalle, sino en esquema, cuántos actos tendría, qué partes deberían conservarse y de cuáles se podría prescincir, cuántos personajes principales y cuántos secundarios, escenarios de la accion… Además, hacer el reparto entre los componentes del grupo, anotar las coincidencias de criterio, elegir a los más idóneos… etcétera.

b) Encargar la presentación del libro elegido a otro grupo de lectores, en otra clase, biblioteca, mural… etcétera.

c) Buscar finales alternativos y elegir el mejor o el más acorde con el espíritu del texto.

d) Muchas bibliotecas tienen clubs de lectores en los que ponen en común las diferentes opiniones sobre el libro elegido.

e) Subrayar las frases más importantes del libro a criterio de los lectores, y compararlas con las del resto del grupo. Mejor si una sola frase da idea del contenido.

f) Escribir parodias sobre el libro leído.

g) Si existe versión cinematográfica, comparar texto e imágenes. Dibujar un cómic… etcétera.

8 Ejercicios en solitario.
a) Leer una sola línea –para adquirir el hábito de leer poesía– cada día. Sólo una línea, pero inexcusablemente cada día. Los lectores objetan que así no comprenderán nada, pero no se trata se comprender, se trata de ejercitar el esfuerzo lector y graduarlo a la satisfacción obtenida. Con un solo verso se acostumbrán al esfuerzo mínimo pero constante, aumentarán el vocabulario, reforzarán su disciplina lectora… y sin darse cuenta, al poco tiempo leerán un poco más, hasta apreciar las palabras, las frases, las cadencias…

b) Tener una fuente de información fiable: amigos, críticos, reseñas, profesores… donde acudir para formarse la opinión antes de leer un texto.

c) Hacer una lista de libros que puedan interesar, recomendados por esas fuentes de información, a fin de no quedarse nunca sin material. Añadir reseñas, opiniones… etcétera, a fin de aumentar la preparación y el deseo.

d) Tener consciencia del nivel alcanzado como lector… etcétera.

9 Seguro que cada maestro, padre, tutor… podrá añadir más seducciones o trucos a esos apuntados. He olvidado un buen truco: la indiferencia. Fingida, claro. Que el objeto deseado se muestre demasiado obsequioso y zalamero para seducir al lector puede hacerlo aborrecible a sus ojos, al tiempo que rebaja su posible mérito. ¿Qué poco seguro estará de sí mismo y de los placeres que ofrece, piensa el posible lector, si tiene que descender a mendigar mi atención? La atracción literaria es un compromiso íntimo, cada lector tiene una reacción única porque cada uno lee a su manera. Y, por fin, existe toda una educación del lector, una vez logrado el primer estadio de las primeras lecturas. Pero esa es otra cuestión, que trataremos otro día.

Emili Teixidor
Nacido en Roda de Ter en 1933, es autor de ‘Pa negre’, (2003), uno de los grandes éxitos de la narrativa catalana reciente, y de la serie de libros infantiles protagonizados por la hormiga Piga

La música de las palabras

Bajo el título La música, un camino a la lectura, Susana Reinoso escribe un articulo en La Nación de Argentina. Por allá andan en tiempos de vacaciones escolares y por aquí andamos y andan nuestros ’enanos’ trabajando.

Creo que la lectura del artículo merece la pena y nos refresca algunas ideas y realidades importantes que conviene recordar de vez en cuando:

1. La relación existente entre las distintas caras del dado de la cultura. Quien esté enganchado a la música tendrá más posibilidades de leer y viceversa.

2. La importancia de buenos programas que, además mantienen esa lógica de ir entrelazando música con libros, teatro, danza. En este sentido, creo que la Televisión pública ha dado un paso importante últimamente. Es realmente impactante que lo expresado en el programa provoque un comentario tan inteligente en Argentina.

3. La clave de los sentimientos, no como única, pero sí como fundamental para tocar la fibra que luego parece marchitarse. Recordemos, en este sentido, el libro de Daniel Pennac (Como una novela).

Seguro que se podrían añadir más, pero para un domingo es suficiente.

Occidente

¿Tiene Occidente todavía algo que ofrecer al mundo? ¿Cree lo suficiente en sus propios valores como para defenderlos? O bien, incapaz él mismo de practicarlos, ¿no sabe hacer otra cosa que producir y consumir, que hacer business mientras espera la muerte? (André Comte-Sponville «El Capitalismo, ¿es moral?»; Ed. Paidós )

Contenido detrás de un catálogo

En ese afán de no cargar de información, seguimos manteniendo, como máximo un ritmo de goteo diario. Ello nos lleva, en ocasiones a tener guardadas pequeñas perlas que, en nuestra opinión merecen la pena.

El texto que a continuación trascribimos es la presentación que hace ARCE de su catálogo en la web. Si están interesados no duden en solicitarlo (info@arce.es)

Presentación Catálogo de ARCE 2004-2005

Un año más podéis disponer del Catálogo de Revistas Culturales de España 2004-2005 que publica la Asociciació de Revistas Culturales de España (ARCE) cada temporada.

En este catálogo se dan cita las más de 100 revistas asociadas y se pueden consultar sus datos y los precios de suscripción de cada una de ellas.

«Hoy vuelve a estar en cuestión el lugar, o mejor el no-lugar, de la cultura, sus agentes y manifestaciones tradicionales. Lo raro sería lo contrario, pues estamos en una sociedad cuyo referente último, no único, tiende a subordinarse a la lógica implacable del mercado, a su maquinaria impecable de transformación de los deseos en objetos materiales o simbólicos listos para su consumo masivo. Es la cadena de producción del consumidor. La hegemonía del mercado es la que, paradójicamente, ha facilitado esa irresistible perversión conceptual: liberal es aquél que sostiene la igualdad de los ciudadanos, soberanos en el ejercicio de su libre voluntad; y conservador es quien sostiene que, en la trama del poder económico real, tal igualdad teórica enmascara una asimetría real escandalosa.

¿Cómo afrontar esta cuestión? Tomando distancias, alejándola de simplismos y replanteándola en otros términos. ¿Cuáles? Se irán viendo. Elaborar reflexiones y proponer líneas de respuestas a esta pregunta, es un viejo objetivo del centenar de revistas agrupadas en ARCE. ¿Cómo tratan de hacerlo? Produciendo y publicando cada una de ellas pensamiento, algo más que información y algo menos que saber; removiendo el viejo árbol de las ciencias; alzando un nuevo mapa de las disciplinas, menos fronterizo, más líquido y transversal.

Son malos tiempos para las grandes certezas. Pero sí sabemos algo muy modesto pero intelectualmente productivo: no hay respuestas definitivas; y sin embargo preguntarse es una tozudez fatal que nos hace asombrosamente humanos; nada es más insolidario que el silencio. Y sabemos también que hay gentes dispuestas a la aventura editorial de construir y contrastar pensamiento, ideas no acomodaticias, críticas y plurales. Y con ellas bajo el brazo echarle un pulso a la realidad para ver si la cambiamos un poco. Ese es el reto de fondo que compartimos las revistas de ARCE. El enfrentarlo juntos nos da más fuerza.»

Los libros imprescindibles

El mundo del libro parece, todavía, no haberse dado cuenta de que los excesos nunca son buenos. A este sector le es perfectamente aplicable, en estos momentos, gran parte de las ’teorías’ de la Infoxicación.

Ayer, en el programa Estravagario que dirige Javier Rioyo estuvieron presentes tres libreros, reflejo de alguna manera de tres realidades libreras distintas, la historia de Méndez, el compromiso de Fernando Valverde y la culturalidad y ’centralidad’ de Estrella y Oletvm, pero con muchos puntos importantes en común. Quizás, el más llamativo, en el marco del programa, fue el ’papel’ de prescriptores que jugaron al final, junto con su defensa de la pequeña y mediana editorial, no tanto por el tamaño, sino por el papel de diversidad y recuperación que, en muchos casos, están jugando. Ello no fue inconveniente para que recomendasen, también, libros de algunas editoriales pertenecientes a los ’grandes grupos’.

Volviendo a lo que hoy nos trae a cuento estas líneas, creo que se definió con sutileza cuál debería ser una de las líneas políticas a seguir en relación a las publicaciones y a lo que se publica. Ya se llevan muchos años en el sector hablando de que la cantidad de títulos que salen a la calle no tienen sentido, que se edita mucho más de lo que el mercado puede asumir. En fin que, todavía, siendo un sector cercano al conocimiento y al capital intelectual sigue funcionando con la lógica de la producción industrial.

Lógicamente no van a ser los libreros quienes digan lo que no hay que publicar, pero utilizando como argumento inteligente lo que allí y ayer mismo se dijo de ’dejar de lado lo prescindible’ quizás sea bueno que las librerías empiecen a dar ejemplo de ello y siguen apostando, en unos casos y en otros empiecen, dentro de su variedad y diversidad por apostar por lo ’imprescindible’.

Ayer nos dieron 9 buenos motivos con los libros que recomendaron y que habían leido. Esperamos que cunda el ejemplo.

La comprensión lectora, problema de todos (Anna Camps)

La comprensión lectora, problema de todos

Conviene ante todo formular algunas reservas sobre lo que subyace a estas evaluaciones. Si atendemos al organismo internacional que las promueve, a las características de las pruebas, a la falta de consideración de la diversidad de tradiciones culturales, a la idea de progreso individual, podemos pensar que responden a la necesidad de promover unas competencias que interesan para la implantación de un modelo económico y cultural único, al servicio de un concepto de progreso acorde con este modelo. Cabría considerar a este respecto que los géneros discursivos que sirven para comunicarse en una determinada cultura no son idénticos a los de otra y que la tradición cultural en que crecen y aprenden a comunicarse muchos niños y jóvenes difiere de la que se toma como referente para estas evaluaciones de modo que las comparaciones entre países parecen discutibles. Además los investigadores en ciencias sociales sabemos muy bien que este tipo de pruebas no miden algunas de las capacidades humanas fundamentales para el desarrollo de las personas. En algunos países, como México, los resultados dibujan el mapa de la pobreza, pero no conducen a sus gobiernos a abordar este tema, sólo a pensar en términos escolares.

A pesar de esta objeción general puede ser interesante debatir sobre las posibles causas de los éxitos y de los fracasos. Lo primero que destaca es la multiplicidad de factores que inciden en los resultados, de manera diversa según los países: inversión en educación, formación del profesorado, consideración social de la enseñanza y de los profesores, equidad y comprensividad del sistema, nivel cultural general… Algunos de los análisis introducen cierto optimismo al mostrar que un sistema educativo sólo puede ser de excelencia si tiende a mejorar las capacidades de todos los ciudadanos, que no puede haber excelencia para unos y fracaso para otros, y que esto sólo es posible con un esfuerzo importante en la enseñanza pública, que puede garantizar la equidad. Estas consideraciones generales son el contexto en el que quiero formular algunas reflexiones:

1. Los niños y jóvenes no desarrollan sus habilidades verbales sólo dentro de la escuela. Los entornos familiares, sociales, tienen en ellas una influencia decisiva. Se aprenden fuera de la escuela formas verbales que ésta no controla, pero que son modos de comunicar en la sociedad. Pensemos en algunos de ellos: Los reality shows que algunos niños ven durante horas, los debates públicos, en que no hay tiempo para argumentar y lo que cuenta es la capacidad del hablante de colocar una frase a modo de eslogan; la publicidad que vehicula modelos de persuasión que apelan a los instintos más bajos. Los héroes actuales (en general deportistas) tienen delante multitud de micrófonos para recoger cuatro palabras banales e incoherentes. ¿Sería mucho pedir que una sociedad preocupada por la educación de sus niños y jóvenes se planteara que la cultura es algo que no puede quedar encerrado en la escuela? El desarrollo de la capacidad de comprender textos escritos requiere indudablemente de conocimientos y habilidades específicas, pero no es independiente de la capacidad de comprensión del lenguaje oral ni del desarrollo de la capacidad de expresar con coherencia las ideas. La narración oral, la conversación detenida y la expresión razonada de opiniones son prácticas necesarias para el desarrollo de la capacidad de expresión y comprensión del lenguaje.

2. La escuela ha tenido desde siempre como objetivo enseñar a leer y a escribir. Este ha sido su origen y su justificación primera. Lo que ha cambiado es la concepción de lo que es leer, de lo que es comprender un texto. La LOGSE puso énfasis en la enseñanza de los usos verbales. Para avanzar en su dominio no basta con saber gramática, pero tampoco basta con leer en la creencia de que la comprensión del texto es inherente a la actividad lectora. La escuela tiene dos responsabilidades: fomentar la lectura de textos y ayudar a los alumnos (enseñar) a desentrañar textos progresivamente más complejos. Con este objetivo es necesario profundizar en los contenidos específicos sobre los textos que será necesario tomar como objetos de enseñanza y, sobre todo, en qué tipo de actividades escolares pueden facilitar la capacidad de comprensión lectora.

3. La escuela secundaria actual se ha hecho muy compleja. Lejos de una secundaria sólo para los que deseaban continuar estudios universitarios, de unos contenidos escolares indiscutibles, de una enseñanza basada en la palabra del profesor, se nos plantea ahora una escuela para todos, con alumnos con expectativas, niveles, e incluso lenguas, diversos, en que los contenidos parecen multiplicarse y hay que seleccionarlos. Esta situación hace más evidente que nunca la necesidad de una formación inicial del profesorado que no se puede limitar al conocimiento de unos contenidos disciplinares, sino que debe contemplar una formación para la enseñanza específica de las materias escolares. En nuestro país ésta es una asignatura pendiente. A ello habría que añadir la necesidad de repensar los modelos de formación permanente del profesorado que debería correr paralela a una consideración social más elevada de esta profesión. Parece que esto no es ajeno a los resultados que obtiene el país mejor situado en la evaluación que comentamos.

4. Social y académicamente la investigación sobre la enseñanza de la lengua tiene poco prestigio y se destinan a ella pocos recursos. Subyace a ello la idea de que la enseñanza no es más la aplicación práctica de conocimientos elaborados en otros ámbitos del saber. Quizás los momentos de crisis ayuden a reflexionar sobre la necesidad de investigación específica de los procesos de aprendizaje verbal. La urgencia de las actuaciones inmediatas no puede hacer olvidar que el conocimiento a medio y largo plazo es necesario para tomar decisiones fundamentadas.

El desarrollo de las capacidades de comprensión lectora de los niños y jóvenes implica al conjunto de la sociedad, a la escuela, a la universidad, a las administraciones educativas y las posibles soluciones nos responsabilizan a todos.

Autor: Anna Camps (Catedrática de Didáctica de la Lengua en la Universidad Autónoma de Barcelona).FUENTE El País Digital

Librerías con ‘marca’

Mañana la librería Ocho y Medio recibirá el Premio González Sinde de la Academia de Cine. Desde aquí ¡Felicidades!.

Hace pocas fechas, el 31 de diciembre, último día del año, aparecía en La Vanguardia un artículode Rosa María Piñol en el que se relataba y elogiaba la trayectoria de la Librería Altair bajo el título de Altair, un viaje de 25 años.

En el subtítulo se escribía: La librería barcelonesa se ha convertido en una marca de referencia en el ámbito de los viajes y en activo foco cultural . Los mismo, podríamos también decir de Ocho y Medio cambiando en este caso localización geográfica física y temática. Así podríamos hablar de La librería madrileña se ha convertido en una marca de refrencia en el ámbito del cine y lo aduiovisual y en activo foco cultural.

Podríamos añadir, incluso, una característica más. Su reconversión, también en ambos casos, en editores. Ello nos lleva a recordar el antiguo camino y evolución del oficio que empezaba por el librero para convertirse o, mejor dicho, ser también editor.

Quizás, en este caso, tenga también especial interés las temáticas de especialización que, en el fondo tienen una estrecha relación con manifestaciones ocio y cultura como son el viaje, no el turismo, y el cine y, sobre todo por lo que han tenido y tienen de apuesta por la calidad en ambos casos.

y me pregunto: ¿dónde quedan recogidos modelos e iniciativas de este tipo en los Planes de Fomento de la Lectura cuando pueden aportar mucho sobre públciso y sectores con claras sinergias y, casi con toda seguridad, con un importante crecimiento?

Propuestas de lectura

En este año de El Quijote y de Cervantes no sabremos, al final del mismo, cuántas personas leerán por primera vez el Quijote y cuántas lo releerán de nuevo.

En un artículo de Francisco Dancausa publicado ya hace un mes bajo el título de «La lectura obligatoria. Un incierto camino para engancharse a leer» se termina afirmando al final del mismo:

Tal vez sea este un signo de madurez social y, al final, estemos aprendiendo a sustraernos del rígido modelo de lectura obligatoria, parapetándonos en el seductivo hábito de leer aquello que nos dicta nuestro espíritu..

Como mera muestra de ello y yendo más allá de El Quijote, siguiendo además el modelo que mi amigo Jordi me ha mostrado señalo algunos de los libros leidos durante el 2004 y que, a mí, me han merecido la pena.

Ayesta, Julián; Helena o el mar del verano; Acantilado
Azorín; Cavilar y contar; Destino
Calleja, Seve; Aquiles y la tortuga; Elea
Castilla del Pino, Carlos; Casa del Olivo. Autobiografía (1949-2003); Tusquets
Chacel, Rosa; Barrio de Maravillas; El Mundo
Chandler, Raymond; El largo adios; El País
Chandler, Raymond; La dama del lago; El País
Chandler, Raymond; La ventana alta; El País
Chandler, Raymond; El sueño eterno; El País
Conrad, Joseph; El corazón de las tinieblas; El País
Cornella, Alfons; Knewton: buscando un orden en la información; Gestión 2.000
Eigen, Peter; Las redes de la corrupción. La sociedad civil contra los abusos de poder; Bronce
Gray, John; Al Qaeda y lo que significa ser moderno; Paidós
Highsmith, Patricia; El talento de Mr. Ripley; El País
Kapuscinski, Riszard; Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo; Anagrama
Kohout, Pavel; La larga ola tras la quilla; Alianza
Leon, Donna; Malas artes; Seix Barral
Machado, Antonio; Proverbios y cantares; El País
Marai, Sandor; Confesiones de un burgués; Salamandra
Martínez, Guillermo; Los crímenes de Oxford; Destino
Mattelart, Armand – Neveu, Érik;Introducción a los estudios culturales; Paidós
Monfreid, Henry de; Los secretos del Mar Rojo; Bassarai
Muñoz Molina, Antonio; Sefarad; Alfaguara
Oz, Amos; Contra el fanatismo; Siruela
Péju, Pierre; El librero Vollard; Tropismos

Perutz, Leo; El Judas de Leonardo; Destino
Proust, Marcel; La fugitiva; El País
Puche, Francisco; Un librero en apuros. Memorial de afanes y quebrantos; Del genal
Ramonet, Ignacio; Guerras del siglo XXI; Mondadori
Roís de Corella, Joan; El amor es la desgracia; Trama
Salinas. Javier; El libro de E; Siruela
Sánchez Piñol, Albert; La piel fría; Edhasa
Sansot, Pierre; Del buen uso de la lentitud; Tusquets
Trías de Bes, Fernando; Rovira Celma, Álex; La buena suerte. Claves de la prosperidad; Urano
Unseld, Siegfried; El autor y su editor. Trabajar con Brecht, Hesse, Rilke, Walser; Taurus
Varios; Guía de Vigilancia tecnológica. Sistema de información estratégica para las Pymes (Bilingüe); Diputación Foral de Bizkaia
Varios; Comercio Interior del libro en España 2003; FGEE
Verdú, Vicente; El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción; Anagrama