Idas y vueltas

 A los que sólo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo. A los que se dedican a crear circunstancias, el azar no les preocupa. (Fernado Trías, Álex Rovira; La buena suerte. Claves de la prosperidad, Urano; pag. 74)

Había quedado a las 12:00 con dos personas del mundo del libro con las cuales hacía tiempo que no me veía. Siempre que me he re-encontrado con ellas hay un punto de sintonía que agradezco y otro de escuchar y contratasr planteamientos que siempre me enriquece. Quizás, y uno de ellos ha dado la clave, es porque ellos se han mostrado siempre trasparentes y dispuestos a buscar y trazar posibles redes de colaboración.

En la comida que hemos mantenido después de la reunión hablábamos de otra persona del mundo del libro y de las nuevas iniciativas que empieza en una importanmte ciudad española lo cual le va a suponer el tener, quizás, que manejarse en un continuo puente aéreo. Persona también a la que aprecio mucho y con la que, quizás, me encuentra más alejada en lo que pueden ser, a veces, las concepciones del negocio del libro. Ello, tampoco ha sido obstáculo para que en nuestras ’quedadas’ ocasionales, dificultadas últimamente por las responsabilidades familiares, también haya sido poner con facilidad nuestros puntos de vista encima de la mesa.

En ambos casos la relación profesional se mantiene sin agendas ocultas.

Casualidad que, cuando he vuelto a la Oficina, me he encontrado con un ’emilio’ de esta persona, planteando la posibilidad de buscar algún momento para quedar, hablar y compartir proyectos.

He terminado el día con la presentación del programa del «Foro de competitividad Euskadi 2015» donde, precisamente, las pymes, las personas, y la coopetencia se han convertido en algunos de los temas claves. Se ha hablado de Euskadi como una sociedad clusterizada. Existe hasya un cluster del papel, pero no existe ninguno centrado en el libro o, mejor, en los contenidos.

Quizás merezca la pena pensar sobre ello.

El roce

 Cuando te comuniques con alguien sin mirarle a los ojos (lo que incluye lógicamente foros, chats, mensajería instantánea, e-mails…), asegúrate por todos los medios de que ha entendido lo que querías decirle en el sentido exacto en el que querías decírselo. Nota: los emoticonos no siempre son la solución. (José Manuel)

Todavía sigue siendo importante, incluso para los ’negocios’ el vernos y el tocarnos.

Hoy he hecho 6 horas de viaje, entre ida y vuelta, para cerrar, en no más de media hora, una propueta de trabajo presentada. También, todo hay que decirlo, hemos aprovechado para comer y, en la comida, una vez cerrado el acuerdo poder hablar ya con tranquilidad de lo divino y lo humano.

Esto ya lo decía mi padre: es mejor sentarse a la mesa con los ’deberes hechos’.

El viaje ha valido la pena, también, para tomar un café rápido con un buen librero que se muestra confuso con las distintas tendencias asociativas comerciales qye se están priduciendo en estos momentos en el ámbito librero estatal. Él piensa, yo también, que sería interesante una que apostase con claridad y nitidez por el plus cultural. Tiempo al tiempo.

y qué decir de la estupenda puesta de sol que he podido contemplar a la vuelta. Siempre se puede aprovechar el viaje para ver y pensar con calma.

Tiempo de silencio

Durante unos cuantos días he mantenido en relación a este blog un Tiempo de silencio movido, al fin y al cabo, por las prisas de otros proyectos y por la sensación de trabajo y de cierta ’obligación falsamente impuesta’ que me suponía el enviar casi todos los días alguna frase a una lista de distribución creada.

Retomo, pues, a partir de hoy, el ritmo de estas ’notas informales’ que no tendrán su concreción en un correo con frase, sino que se irán actualizando aquí, al ritmo que la vida lo permita.

Seguirán dando vueltas a los mismos temas, pero con un ritmo más sosegado. Quizás, también, con menos visitas, pero con la clara intuición, de que quienes vengan y aquí se acerquen lo harán gracias al azar o al interés que supone una predisposición y acción posterior.

Volvemos, por lo tanto al quehacer cotidiano y a la expresión de parte del mismo en este conjunto de opiniones, frases, urls que como pequeños destellos van señalizando un camino.

«El silencio, lo que no se dice, es increíblemente importante….el silencio representa el instrumento principal para establecer la complicidad con el oyente o el lector….El silencio es algo que en parte ha sido creado por el escritor, pero también, en gran medida, por el lector». (Ryszard Kapuscinski; Los cínicos no sirven para este oficio, Anagrama, pag. 122)