A veces, en el punto medio, suele encontrarse la virtud, sobre todo, si éste sirve de punto de encuentro.
Así, a nivel geográfico, Burgos es un punto medio interesante que he solido utilizar con frecuencia como lugar de encuentro entre personas del País Vasco, Madrid y Castilla.
El Landa ofrece un espacio maravilloso, ya conocido por bastante gente, que posibilita el encuentro tranquilo, a distintos niveles, económicos, de privacidad y gastronómicos, que hacen posible el mejor aprovechamiento del tiempo.
Ayer celebré, creo, el último encuentro «a mitad» de camino de este año. Por ello, me apetece señalar y agradecer con ello a algunas personas e instituciones su apel de referente y de punto de red que han jugado este año. El orden no indica preferencia. Además hablamos de red.
Manuel Bragado ha sido un auténtico descubrimiento para mí. Me ha permitido, junto a Catuxa, también, descubrir quizás de manera más palpable la realidad «carnal» de la blogosfera. El camino de la tecnología me lo vienen mostrando Álvaro, Pablo y su gente hace tiempo.
Por la otra punta, Zaragoza, también funciona como lugar de encuentro entre los Estatutos, Euskadi y Cataluña. Allí Pablo y yo retomamos una conversación abandonada hacía más de un año. Y las palabras, se han convertido en realidad naciente, incipiente, temblorosa todavía, pero, como todo lo que merece la pena, con mucho cariño por detrás.
Siempre, hay referencias cercanas, tres básicamente, Fernando, con el que comparto años de amistad, conversación y comida reciente, junto con Txema y lógicas de trabajo parecidas en campos distintos, lo cultural y lo social que enriquecen nuetra relación. La Universidad que me permite situar la reflexión y la práctica en otro plano y en un contraste más académico y Jose y José Luis que son punto y aparte.
No quiero olvidarme del otro lado del charco donde Roger me bombardea diariamente con sus informaciones de valor, aunque sabe y no olvido que me debe una botella de ron. Ni de la linde castellana con Portugal a través de Salamanca. La colaboración y la amistad con la gente de Amano permite que lo pensado tome concreción. Hace poco me decían: «Pásanos lo que escribes que a menudo eres demasiado esquemático y obtuso. Si nosotros lo entendemos, lo entenderá todo el mundo». Espero que esto lo entiendan. ¿Correcto?
Dejo para el final una conversación continua, mantenida por teléfono, mail y algunos contactos personales y familiares que durante los últimos años se viene sucediendo, y que me enriquece con el autor, qué mejor para acabar, del libro que en su título refleja, en parte, el sentido de este post: «Todo tan cerca«.