El libro de texto y las políticas de préstamo y gratuidad vinen siendo los últimos años un ‘campo de batalla letrado’ entre la administración, los padres y los distintos subsectores del sector del libro.
Parece que en Galicia han avanzado algo. Que la administración, los editores y los libreros salgan, al parecer, moderadamente satisfechos después de una reunión es mucho. Quizás otras Comunidades y los sectores de otros lugares geográficos debieran tomar ejemplo.
Aún con todo, leemos también vía Brétemas que la administración gallega asfixia económicamente a las librerías. Tendría gracia que por el impago de la administración no hubiera después librerías para llegar a acuerdos.
¿No debería dar la administración ejemplo con su diligencia en los pagos más que con sus retrasos que, en muchas ocasiones la convierte casi en amago de morosa?