El post en francés que enlazo aquí me ha devuelto casi 40 años atrás cuando realicé un curso de lectura veloz y técnicas de estudio. Una de las mejores inversiones, sin lugar a duda, que hizo mi familia en aquellos años.
La forma de leer que aquí se expone me recuerda mucho a la técnica con la que aprendimos, pero ¡ay! todo tiene sus desventajas.
Personalmente me ha quedado un cierto tic de ‘leer rápido’ y hay textos literarios y poéticos que se llevan mal con ese ritmo.
Me recuerda también, en otra faceta de la vida, a que es algo semejante a lo que me ocurre al pasear por la calle. Por la costumbre de la ‘cinta gimnasiana’ que no ignaciana parece que voy con prisa a todas partes. Quien más claramente me llamó la atención, y se lo agradezco, fue Javier Celaya hace ya un par de años en Barcelona cuando nos dirigíamos, en una mañana además estupenda, a unas jornadas.