Libro electrónico y lenguajes universales

La presentación del nuevo modelo de Kindle ha vuelto a llenar las páginas de los periódico del ‘boom’ del libro electrónico. Parece que de la versión primera se han vendido aproximadamente medio millón de unidades. Si estas son las cifras oficiales, parece razonable pensar, al igual que pasa con el conteo de manifestantes según quién dé la cifra, que ésta sea algo inferior.

Seguimos todavía en el tiempo y el momento del ‘prototipado’ y no es de extrañar que algunos editores se muevan con cautela.

Me sigue llamando poderosamente la atención la poca reflexión que aparece sobre cuáles deben ser los estándares hacia los que se debe avanzar para que realmente no vivamos prisioneros del soportes y sea éste, es decir su propietario, quien se convierta en el nuevo censor del contenido.

No olvidemos que el proceso es tendente a la concentración. es decir: puede acabar ocurriendo que aunque potencialmente la posibilidad de acceso sea mayor, realmente sea menor, bien por la negativa de los propios creadores a ceder sus contenidos a soportes propietarios y cerrados, bien por la negativa de las plataformas a distribuirlos.

Al mismo tiempo se sigue sin avanzar sobre las nuevas posibilidades que estos soportes pueden presentar para nuevos modelos de contenidos.

Quizás, como todavía estamos en la prepubertad del los nuevos soportes no hay auténticos amantes de los mismos. No parece, por lo tanto, que todavía la desaparición esté cerca.

El problema sigue estando donde siempre: en las brechas palpables y físicas, en las diferencias reales de acceso a lo básico. La discusión sobre los soportes sigue siendo, en el fondo, una discusión de nuevos ricos lejana de la realidad palpable y cotidiana.

Todavía el nuevo soporte tendrá que encontrar su acomodo.

3 comentarios en “Libro electrónico y lenguajes universales

  1. El CD a punto de desaparecer y el vinilo sigue vivo (por supuesto, no es el formato rey, pero sigue). Los formatos pueden morir o pueden quedar para minorías.
    La gran ventaja del libro-papel como formato es que el es, en sí mismo, reproductor. Es una gran diferencia con la música, en la que siempre hemos tenido un reproductor adicional al formato.
    >No parece, por lo tanto, que todavía la desaparición esté cerca
    De hecho, creo que el libro-papel no va a desaparecer, a lo sumo, quedará como el vinilo, para minorías.
    >la poca reflexión que aparece sobre cuáles deben ser los
    > estándares hacia los que se debe avanzar para que realmente
    > no vivamos prisioneros del soportes
    No he entendido muy bien esta frase. Tengo ganas de comprarme un lector de libros electrónicos, pero estoy pendiente de que bajen un poco los precios y de que se difundan la posibilidad de reproducir todos los formatos posibles. Y aquí es donde no entiendo tu frase: El Kidle tiene DRM (creo) por lo que, salvo hacking, no puedes reproducir otros archivos, pero no paso con el restro de reproductores. Si a eso le sumamos que podamos reproducir pdf, rtf, txt, doc, etc…. («etc» no es un formato, significa «etcértera», lo digo por si acaso) ¿dónde está la prisión? ¿que me impide escanear un libro publicado en papel y meterlo en el reproductor, más aún, compartirlo por P2P?
    Con el libro electrónico eres esclavo del reproductor, pero con el libro-papel eres esclavo del papel,… no veas lo que pesan y ocupan los libros!!!
    Tengo que decir que entiendo la cautela de los editores, porque no termino de encontrar el negocio del editor. Entiendo su trabajo, pero no dónde va a entontrar la forma de que se le remunere. En la música están los conciertos y las discográficas pueden reconvertirse a promotoras de conciertos, pero ¿las editoras de libros? ¿quién paga por ir a una conferencia de un autor de novelas? A lo mejor ese es el negocio, pero no lo veo.
    ¿vender los libros a 1€? Vale, pero hay muchísimos libros gratis circulando por ahí que no se leen porque es un coñazo leer en una pantalla. Cuando nos den esa posibilidad… ¿realmente pagaremos algo por un libro que no vamos a tener tiempo de leer? Al menos, un libro-papel queda bien en una estantería…

  2. J.J. LONGARELA

    El problema del dispositivo pasará sin mucho trauma, la cuestión es que exista un contenido interesante y accesible.
    Bajo mi punto de vista, ahí está el negocio del editor, en dejar de «vender libros» y dedicarse a seleccionar y comercializar contenidos que aporten valor al resto de los mortales, independientemente del soporte sobre el que podemos asimilarlos. (papel, ebook…)

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