Porque, en definitiva, miras atrás y ¿qué queda? Momentos.
Aquella excitación sobrenatural, magnífica, de reconocer un alma gemela en otra persona, de abrirle delicadamente los pétalos a una amistad. Un amigo nuevo era un tesoro, un camino, un descubrimiento, una aventura compartida. ¿Lo sigue siendo? ¿Lo tenemos presente? Yo, sí.
Momentos. Excelente artículo de Maruja Torres ayer en El País semanal