Las obras que hice hace unos meses en casa trajeron como consecuencia el empaquetado de libros y posterior desenpaquetado de los mismos.
Ayer ya prácticamente terminé con la reubicación y ‘fichado‘ de aquellos que me interesa seguir teniendo presentes.
El proceso ha tenido su parte de nostalgia.
Por un lado encontrarme con referencias en muchos de ellos de librerías que ya no existen como por ejemplo Aguirre 11, Arriola, Galería del Libro, Parsifal, Verdes, todas ellas de Bilbao o Manantial de Pamplona.
Encontrarme también con dedicatorias cariñosas y amables bien de algunos autores o de personas que me regalaron un ejemplar en su momento.
Al ir recolocando los libros y reconocer que he bombardeado a la gente que me sigue en facebook o twitter me iba dando cuenta por un lado de lo que tengo todavía sin leer y que me apetece lo cual hace que por ahora ni me plantee la búsqueda de un e-reader y también todo aquello que he leído y que quizás no merezca ya la pena que ocupe espacio en la biblioteca y pueda ser reutilizado, releído por otras personas o simplemente incinerado (;-) ).
En fin…. pequeños recuerdos que los libros llevan consigo.
Por mi parte, se agradece el bombardeo, aunque luego no te haga mucho caso 😉