¿Convivencia pacífica?

Discutir con quien piensa que los crímenes de ETA son legítimos, que no se deben condenar porque son el resultado de una guerra abierta, es por completo inútil. Esa es otra de las trincheras que nos separan de manera irreversible… Es como intentar disuadir a quien está convencido de que los judíos tienen una conspiración para hacer los amos del mundo, con Los protocolos de Sión en la mano. Puede ser la misma persona. No hay entendimiento posible. No hay espacio común que valga. No hay nada de qué hablar. La convivencia forzosa no deja de ser sino una añagaza de la peor especie, dañin al cabo. No te dejas la piel en ella, te dejas el alma. La convivencia pacífica no lo justifica todo. (Miguel Sánchez-Ostiz; Sin tiempo que perder; pag. 204)

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