Se reestructuran en la Administracón central los organismos que de alguna manera han tenido relación con el libro. Desaparece la Dirección General del Libro y en el proceso de reorganización tengo la sensación de que la parte industriañl del sector ha ganado la partida a la cultural.
Todo ello resulta curioso aunque no extraño ya que se supone que en un Ministerio que se preocupa de la cultura debería ser lo cultural lo sustantivo y no lo industrial, pero esta es una ‘carta marcada’ con la que siempre han jugado los grandes grupos editoriales: vendemos la cultura como elemento de imagen, pero a nosotros lo que nos interesa son las lógicas meramente industriales.
Así no es de extrañar que los editores califique el nuevo reordenamiento como un guiño y que en cambio los escritores reaccionen con indignación.
Sin escritores indignados por lo que parece en este momento no haría industria, pero son los industriosos industriales del libro los que se han llevado, al parecer, el gato al agua.
Al mimso tiempo es curioso el nombre del nuevo organismo bajo cuyo paraguas se recibirán recibiendo subvenciones: Dirección General de Política e Industrias Culturales y del Libro. Parece un juego perverso ya que alguien deberá explicar cuáles son las industrias culturales. Se debe entender que hablar de industrias culturales y del Libro deja a éste fuera de la lógica de las industrias culturales.
Cada vez tengo más la sensación de que esto de hablar del Libro con mayúscula es como hablar de Dios con el problema de que el Vaticano Editorial pretende imponer su dogma y/o hacernos tragar a todos con ruedas de molino.
Luego, ya se sabe lo que pasa, que empiezan a aparecer comportamiento dif´cilmente justificables desde la lógica del dogma impuesto y no se sabe cómo salir del entuerto.
El sector del libro que sigaa la ‘Iglesia oficial’ da la sensación de ir por el mismo camino.
Quizás sea el momento de iniciar un movimiento de indignaos junto con los creadores dentro del sector del libro.
En vez del 15 M podría iniciarse el 23 A. Habría tiempo para prepararlo.
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