Según va pasando el tiempo hay más perspectiva para ver si el cambio de manos del ISBN ha merecido la pena o va a merecer la pena en el futuro.
Cuando los intereses se mezclan o cuando se mete a la zorra en el gallinero los resultados puede ser inesperados o insospechados y más cuando hay mediación económica por medio.
El funcionamiento actual de pago tiene, en mi opinión, algunos serios inconvenientes sobre todo cuando las tarifas parecen moverse en determinados criterios de rentabilidad y promoción de lo grnade y tradicional, frente a lo pequeño y novedoso. De tal manera que de nuevo parece que el pez grande se come al chico y se sigue pensando más en el papel que en lo digital.
Las ventas en lotes que además se plantean creo que suponen en el fondo un serio frenazo a la actualización de catálogos porque es permitir a muchos ediotres seguir con la malsana constumbre de adjudicar isbn sin comunicar.
En fin que parece que se sigue al tran-tran cuando en este caso la rapidez informacional sí es claramente un valor.
Por cierto: algunos editores deberían todavía aplicarse con bastante más esmero es cuidar la información que incluyen en Dilve porque luego, en algunos casos, casi produce vergüenza el tener que socializarla tal y como la envían, pero esto es ya harina de otro costal.
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