MRW sigue mareando la perdiz

Siento que esto pueda resultar un poco plasta, pero es una de las formas que los usuarios tenemos entre otras para poner en relevancia la torpeza y el mal servicio de algunas compañías.

Como soy paciente, ya en su momento con Euskaltel tuve un tira y afloja que se alargó medio año, pues por aquí seguiremos dando la tabarra o informando hasta tener por lo menos una respuesta clara.

Ayer, aparentemente MRW abrió la boca digital a través de su twitter

Esta pregunta es tan torpe que indica que no se han leído el enlace que iba en mi twitt así que hay que llevarles de la manita para ver si lo leen…

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El Iva cultural y la vuelta al cole

Septiembre siempre suele ser un mes maravilloso para las sorpresas.

Parece que agosto sigue funcionando como colchón durmiente para que cuando llegan las zurras-subidas estemos todavía todos adormilados.

En relación a la subida del Iva de algunos productos culturales no está de más recoger una imagen (gracias a  Pep Bruno) que quizás valga más que mil palabras y que en el caso además de que el Ministro no la entienda es posible darle una breve clase de interpretación con su 21% correspondiente.

¿Cambio de ritmo?

De mis recientes días, hasta ayer, pasados por Bélgica me quedo con esta imagen tomada en Gante como pequeña metáfora de los ritmos vitales vividos que quizás tengan poco que ver con los que ya se avecinan a partir de hoy mismo.

La bici, en este caso, me parece todo un símbolo de ritmo ante la vida. He visto su uso para el trabajo, la compra, el turismo, el paseo de cuadrilla, el desplazamiento familiar. Casi siempre con un cierto ritmo cadencioso, sin prisa aparente que se trasladaba también al propio desplazamiento a pie por las ciudades, conviviendo, al mismo tiempo, con el tranvía o el coche en zonas comunes y en medio de amplios espacios peatonales.

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Leche amorosa o amor lechoso

La leche, a veces, acompaña al café. Así que el texto de Alejandra y la mañana pasada ayer en la playa y la tarde relajada me han sugerido este pequeño juego de vuelta que no hubiera nacido sin el café anterior y que nos permite, cambiando el género pasar del Amor con leche al Café con amor

Café con amor

Amor dulce

Amor entero

Amor desnatado

Amor descremado

Amor Light

Amor animal

Amor de campo

Amor merengado

Amor caliente

Amor templado

Amor frío

Dulce de amor

Un vaso de amor

Amor con nata

Amor azucarado

Amor cortado

Amor agrio

Amor solo

Amor con canela

Arroz con amor

Amor en polvo

Polvo de amor

Amor evaporado

Amor enriquecido

Amor orgánico

Amor chocolateado

Amor materno

Amor infantil

Amor enriquecido

¿Habrá más amores lechosos?

Compañeros de fatigas

Ahí donde los veis aparecieron en mi vida hace más de veinte años.

Hoy, después de comer, al verlos ahí, tan erguidos y firmes me he acordado de ellos que calladamente, sin molestar, me acompañan cada mañana al levantarme.

Ni una mala palabra. Ni un tono más alto que otro. Complementarios entre sí y siempre intentando que lo que pueden ofrecer esté en su punto.

El uno cuando termina su tarea va avisando con un pssssssssssssssss. El otro la inicia más con un ploff al moverle su palanquita.

Muchas otras cosas han cambiado a lo largo de todos estos años, pero ellos siguen por ahora estando presentes.

Han tenido algún achaque. Que si una goma de juste por aquí o una tapa floja por allá. Fruto de los años nada más, pero siguen tan jóvenes y dispuestos como el primer día.

Pequeño símbolo de lo que permanece en el día a día, en el gesto cotidiano del primer café que me hace arrancar.

Ellos, después, vuelven al segundo plano, pero siempre dispuestos a entrar de nuevo en acción.

Ni los perros son tan fieles como ellos.

Así que en breves días les daré unas vacaciones, no más de cinco días, para que cuando nos volvamos a encontrar todo siga moviéndose entre el psssssssss y el plofffff.

Sonidos aromáticos de compañeros de fatigas.

 

Estar a gusto

Fue el 14 de agosto pasado.

Como en los últimos años habíamos quedado para comer en El Casino de Lesaka.

Aproveché la cita para quedar antes en Hondarribia con una persona y travacionar un poco, pero sin pasarnos.

Quedamos en la cafetería del Hotel Río Bidasoa a donde me dirigió y acompañó una persona mayor que se desvió de su paseo para acercarme al mismo.

Ya en el hotel, y aunque la cafetería no estaba abierta, me ofrecieron la posibilidad de servirme café de la máquina, sin ningún coste, y poder disfrutar de la tranquilidad de la terraza. Todo con una enorme amabilidad que fue de agradecer y que unido a la disposición de la persona que me acompañó y a la charla travacional hizo que la mañana se convirtiera en un buen preámbulo de la comida.

Ya aterrizado en Lesaka, con la tortilla encargada, como siempre surgió la conversación distendida sobre lo divino, lo humano, lo político y lo social.

Los cuatro, como otras veces, compartiendo mesa distendida, disfrutando, como si fuera un guiño, de una ensalada con cuatro tipos de tomate, mezclados sin revolver, donde cada uno aportaba su punto diferente de gusto y textura.

Ya pasadas las 18:00, cuando nos levantábamos de la mesa y en la vuelta para Bilbao, después de haber hecho también acopio-regalo de verdura fresca, buen vino y aceite gracias a J.M., pensaba lo a gusto que había estado y me venían a la cabeza algunos otros encuentros de agosto con M. y A. o con L. donde la conversación y el estar a gusto ha sido la tónica de los mismos.

Pablo escribe sobre el valor emocional de las experiencias. Termina: Ahora que llegan días de vacaciones para muchos, no dejemos, pues, pasar la oportunidad de agregar valor emocional a nuestra vida con una elección más intencional de las experiencias que vivamos.

Intencionalidad, valor emocional, tiempo y personas quizás sean algunas de las claves que permiten ese ‘estar a gusto’.

El buen vivir

Uno de los principales sistematizadores del buen vivir expresó así los trece saberes cotidianos:

  1. saber comer
  2. saber beber
  3. saber danzar (establecer una comexión cósmico-telúrica)
  4. saber dormir
  5. saber trabajar
  6. saber meditar (entrar en un proceso de introspección)
  7. saber pensar (a partir del corazón)
  8. saber amar y dejarse amar
  9. saber hablar bien
  10. saber escuchar (con todo el cuerpo)
  11. saber soñar (todo comienza con un sueño)
  12. saber caminar (con el viento, con la Tierra y con los antepasados)
  13. saber dar y saber recibir (vivir la mutualidad y la economía del don)

(Leonardo Boff; El cuidado necesario; pag. 62-63)

El lector

A veces creo que los buenos lectores son cisnes aún más tenebrosos y singulares que los buenos autores…Leer, por lo pronto, es una actividad posterior a la de escribir: más resignada, más civil, más intelectual. (Jorge Luis Borges; en prólogo a la primera edición de Historia universal de la infamia)

Siete vidas tiene el gato

Mi primera vida la perdí jugando a la pelota.
La segunda me abandonó buscando una respuesta
que nunca encontré.
La tercera me la robó un cantante de mala fama.
De regalo, ofrecí la cuarta, sin razón.
Entre una cena y un te quiero, me aposté la quinta.
La sexta la doné a Soledades sin Fronteras.
La séptima, la última que me queda, la quiero ahogar
en lo más profundo de tu boca.

(Alejandra Díaz-Ortiz; Cuentos chinos; pag. 14)

Fruto del trabajo

He hablado ya por aquí varias veces de la Posada la Robleda.

He vuelto por allí este fin de semana.

Se ha convertido en mi ‘espacio de huida-acogida’ en Cantabria.

Me tratan bien, me siento cuidado, disfruto del espacio, sobre todo de su porche a las tardes.

Javier y Neli han levantado el proyecto y lo mantienen con todo su esfuerzo y más en estos tiempos que corren.

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El librero contento

Me encontré con él el fin de semana.

Yo iba a un concierto en la Iglesia de la Encarnación y él paseaba tranquilo hacia su casa.

Hacía tiempo que no hablabamos. Nos paramos un rato. Liamos la hebra. me contó alguno de los proyectos hechos realidad y otros en mente y quedé que pasaría la semana siguiente por la librería.

Pasé por ella a principios de semana y me vine con uno de los frutos del trabajo en la mano.

Lo leeré con calma estos días. Me hizo ilusión además encontrame con María nada más abrirlo.

Quien quiera tenerlo en palpable basta con que se acerque por Anti.

En el rato que anduve por allí refitoleando charlamos de planes y proyectos.

Siempre he tenido la sensación que Javi tiene claro lo que quiere. Desde los inicios del proyecto, que viví de cerca, y todas las veces que nos hemos ido encontrando me ha llamado la atención su sosiego y capacidad de mirar más allá del día a día.

Hablando y hablando me dejó caer que estaba contento con el proyecto justo cuando se cruzó la llamada de un editor amigo con quien me veré en breve.

Al hablar con el editor le dije: ‘Estoy aquí con un librero que está contento’. En tono de broma me contestó: ¿no estarás en un psiquiátrico?

Pues no, pues no. Estaba con una persona todavía joven, realista y con sueños que quizás tiene una gran virtud: no haber aterrizado a este sector desde la óptica de los libros, sino de una visión más amplia de la cultura y que por lo tanto no se mueve en los únicos vaivenes ya viejos y gastados de los que la mayoría de este sector se queja.

Cuando un sector está enfermo piensa que los sanos son los necesitados de ayuda.

Javi está contento. Mi amigo el editor quizás lo esté menos. Esperemos que poco a poco le vuelva la alegría al cuerpo.

La cultura de la queja poco ayuda a este sector.

 

Echar de menos…

Foto: gmonterofv

Escribe Pablo en Echar de menos:

En principio echar de menos es notar una falta, es sentir el hueco de la ausencia.

Para ‘notar’ y ‘sentir’ quizás tenemos que darnos tiempo. Este mes en lo que a mí respecta me sirve para darme ese tiempo y no solo para echar de menos, sino también para ‘notar de más’ y limpiar lastre de lo superfluo.

Echo de menos a las personas que hace poco han desaparecido definitivamente de mi vida porque la muerte puso fin a la misma. Siguen estando no-estandoy se siente-nota la falta.

No echo de menos a los ‘amigos’ de facebook que he quitado de mi vida en un proceso de recentrarme y reencontrar a la gente que me interesa. Me ‘cargo’ 1000 y nada se tambalea en mi vida. Sobre esto, y en contra de los discursos tan al uso de que lo digital es otra faceta de nuestras vidas, percibo siempre en época vacacional el silenciamiento de los perfiles digitales de las personas como si el período de estío tendría que tener como consecuencia el silencio digital. Me llama la atención esa constatación de vacación=no red que sitúa lo digital más cerca de lo laboral que de lo ocioso o del tirmo acelerado en vez del ritmo tranquilo.

Curiosamente, y si se acepta la insinuación anterior, me encuentro más cerca de las personas que quizás con un tono más relajado o atendiendo a otros palos siguen estando presentes en la red marcando una continuidad vital a mi entender más lógica.

Echo de menos a los que están y no están. A las personas que por circunstancias de la(s) vida(s) se mueven en un presente-ausente sin saber si el hilo se volverá a liar y tensar o se romperá para siempre.

Y ‘echo-noto’ de más a las personas que aparecen, que se convierten en pequeños-grandes descubrimientos y con quienes tejo nuevos hilos.

Termina Pablo:

Hay un echar de menos que nunca nos abandona puesto que tiene que ver con aquellas personas y situaciones importantes que nos han hecho como personas, hay otros «echaresdemenos» que hay que masticar, tragar y digerir en un proceso de aceptación. En definitiva echar de menos es tener historia. Si duele hay que trabajarlo, si emociona hay que dejar espacio para sentirlo, si solo son recuerdos hay que ser consciente de la huella que nos han dejado.

Aprovecho este mes para ver las huellas que me han dejado, buscando lo positivo y notar también las ligeras pisadas que por lo reciente empiezan a marcar huella e intentar con todo ello seguir construyendo mi rumbo.

 

Año sabático

Llevo tiempo dando vueltas a este tema, de hecho con algunas personas amigas ya he hablado sobre ello verbalizando básicamente que cuando termine esta etapa transitoria de mi vida me tomaré un año sabático.

Hoy me encuentro precisamente con una entrada de Julen sobre este mismo tema.

Es curioso que cuando lo he planteado a gente que me conoce se han producido dos tipos de reacciones. Unas me dicen que ‘siendo como soy’ es imposible que me lo tome y otras que lo ven factible.

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Tiempo para…, tiempo de…

En medio de este tiempo vacacional me encuentro con una entrada de Imanol en uno de sus blogs donde dice:

«El tiempo es dinero, claro que sí; pero el tiempo es también y sobre todo solidaridad, cultura, amistad, paternidad y maternidad, política, amor, humor… El tiempo es vida, en suma, en todas sus dimensiones y con toda su complejidad.

Desde una perspectiva social el reto al que nos enfrentamos no es el de encontrar maneras diferentes de microgestionar el tiempo de trabajo, sino de reorganizar el conjunto del ciclo vital. Eso significa tomarse muy en serio las desigualdades de tiempo, tanto las socioeconómicas como las que tienen que ver con el género, ese gran discriminador de todos los tiempos sociales (no sólo del tiempo productivo, también y muy especialmente del tiempo reproductivo). Eso significa asumir también que, puesto que ninguna organización del tiempo es natural, siempre habrá perdedores y ganadores en cualquier nueva temporalización de nuestras sociedades.
No nos llevemos a engaño: la guerrilla por la ocupación del tiempo continúa abierta. Nuestra obligación es afrontarla con las herramientas de la política democrática, que son el diálogo y la comprensión; y con el objetivo de convertir el tiempo social no en un factor más de discriminación –con ciudadanas y ciudadanos ricos en tiempo de calidad, con capacidad para comprar el tiempo de otras y de otros- sino en un factor de construcción de una sociedad no sólo más eficiente y productiva, sino mejor».

Me olvido o dejo a un lado las dimensiones políticas sabiendo que siempre están presentes.

Como al mismo tiempo esta lectura se me cruza entre otras con la de Leonardo Boff, El cuidado necesario, y con una frase que casi como mantra repite una buena amigaSomos unos traperos del tiempo, me centro en la primera frase: el tiempo es también y sobre todo solidaridad, cultura, amistad, paternidad y maternidad, política, amor, humor… El tiempo es vida, en suma, en todas sus dimensiones y con toda su complejidad.

Quizás las circunstancias vitales y del entorno me hagan dar bastantes vueltas sobre el Cuidado y el tiempo a él dedicado.

Vivimos-vivo con la sensación falsa a veces de que el tiempo es ilimitado, de que vamos a ‘tener tiempo para todo’, mezclando de mala manera nuestro tiempo productivo y experiencial-vivencial, engaññandonos en ocasiones con microfragmentos, con unidades micro de quita y pon que pensamos poder acoplar con facilidad a cualquier circunstancia hasta que nos vamos encontrando con realidades que ponen ante nosotros tiempos lentos, largos, silenciosos, amables, cariñosos, conversacionales, solidarios que no podemos medirlos o situarlos en la óptica del tiempo laboral que empieza y termina ya que su lógica no se mantiene en el hacer sino en el ser del otro y en el nuestro.

¿Puede el acompañamiento del dolor tener una hora de salida?

¿Merece la pena terminar una conversación como si tuviéramos que fichar y tarifar las horas habladas?

…..

El tiempo de los otros, el nuestro, el relacional es finito, como la vida. Vuelven por lo tanto a estar presente las prioridades.

Como observaba hace algún tiempo Teilhard de Chardin. «el progreso de una civilización se mide por el aumento de la sensibilidad hacia el otro». Según este criterio, vivimos actualmente tiempos de barbarie. (El cuiddado necesario; pag. 51)

Quizás sea un buen momento para hacer un pequeño homenaje y recuerdo a las manos que nos acompañaron en nuestros primeros momentos y recordar que el afecto, la sensibilidad, la psionalidad y el sentimiento son las capas más profundas y determinantes de lo humano (pag. 50)