Es el segundo año que se celebra. Como todo se tiene que asentar poco a poco. Sin prisa, sin pausa, como los buenos libros que con el tiempo van encontrando acomodo en las buenas librerías, lejos de las prisas sin sentido que a veces intenta marcar la novedad, cualquier novedad.
La librería, las librerías, me traen siempre buenos recuerdos a la cabeza. Hoy como el año pasado me volveré a acercar a una de mis librerías a pillar algo a estar con los libreros y libreras, a sentirme una pequeña parte de un ecosistema frágil, en ocasiones, pero vivo en algunos de sus movimientos.
Recoge el manifiesto del día un bello texto de Juan José Millás.
“la librería es un espacio moral,
por eso, cuando vas de las estanterías de la poesía a las de la novela,
o de las del ensayo a las de la gramática,
estás yendo también de unas zonas a otras de tu vida.
Del mismo modo que al leer te lees, al hojear un libro
u otro te auscultas y le tomas el pulso al mundo.
Cuando entras en una librería, te incorporas a la realidad”ida, la lectura y la cultur
Hoy espero vivir un día de realismo no solo por la visita a la librería, sino por una comida compartida en torno a la vida, la lectura y la cultura.
Antes que bancos, tuvieron que cerrar muchas librerías, esta sí que ha sido una tragedia social. Las librerías, el saber y el conocer, NUNCA sobra.