En la vida cotidiana, abundan las personas valiosas, las bellezas notables, las inteligencias superiores, que tienen realidad, pero no imagen, para lo cual pasan de noche para los bobos que adoran la imagen del ‘éxito’. La idolatría de las imágenes deja sin ojos para ver los milagros de la realidad. (Gabriel Zaid; El secreto de la fama; pag. 118)