Leo con cierta sorpresa el aparente apoyo de los editores del libro de texto asociados en ANELE al sector librero.
Merece la pena fijarse en la frase final:
las editoriales de ANELE están comprometidas con la no discriminación de las librerías
¿Es esto apoyo o es un trato igualitario que no refleja de ninguna manera en qué se concreta el apoyo?
En las relaciones comerciales que es lo que hay entre editores y libreros, entre vendedor (editor) y comprador (librero) el apoyo se muestra realmente vía comercial que se concreta en condiciones preferentes bien sean descuentos, rápeles o lo que se quiera, pero esa llamada a la no discriminación lo más que hace es situar, por lo menos inconscientemente, a las librerías en una situación de desventaja en trato por parte del editor frente a otros actores, ¿AMPAS quizás?.
Queda siempre el interrogante abierto de qué valor aporta el librero ante un producto sobre el que él no realiza ninguna elección y es un mero espendedor.
En cualquier caso serán los propios editores los que tendrán que explicar esta paradoja entre este reconocimiento a la librería como
parte esencial de la cadena del libro en España
y
la defensa de la no discriminación de las librerías frente a cualquier otro operador implicado en la comercialización de libros de texto.
que o se supone que es tan esencial como la librería o que se está o están, los editores de texto digo, jugando a otra cosa.
Basta en cualquier caso mirar con ojos críticos los propios datos de Comercio interior para ver cómo ese apoyo evoluciona por parte de los editores realizando cada vez mayor volumen de venta directa sin pasar por ese ‘canal esencial’ para ellos.