Y es que, como decía Sabina
Hoy los tiempos adelantan
que es una barbaridad,
el que no camina, corre
o está aprendiendo a volar.
En el año 2001 el libro electrónico parecía no existir en el Comercio interior y en cambio en el año 2012 el libro digital, que no electrónico por lo menos para los editores, parece empezar a desplegar algunos datos que dan o impresión, o miedo o descolocan.
Esta diferencia entre electrónico y digital quizás algún sabio debería intentar aclararla. Porque así no es de extrañar que cuando se celebra el I Congreso de libro electrónico, los ‘digitalistas’ parecen no sentirse convocados ya que de hecho no era excesivamente numerosa su presencia en Barbastro.
Vamos pues a los datos.
Los datos de esta tabla no me parecen claros y soy incapaz de saber dónde se sitúa la diferencia entre ‘editados’ y ‘comercializados’ más cuando estos segundos son superiores en número. La única explicación que se me ocurre es que esta segunda cantidad recoja el hecho de que un título en digital puede ser editado en distintos formatos (pdf, epub…), pero, buscando comparaciones, esta lógica no se utiliza para el papel (tapa dura, bolsillo).
En cualquier caso parece que la cifra que el estudio pone encima de la mesa como comercializable es la de 100.000 títulos y que ha generado una facturación de 74 millones de euros en números redondos.
Es curioso que no se haga una desagregación por materias de los títulos y en cambio sí se haga de la facturación. ¿Esconde esto alguna trampa?
Llama mucho la atención o, si lo prefieren en lenguaje coloquial, ¡canta un montón, el descendo del 50% en Ciencias Sociales y humanas. De hecho, toda la bajada se explica por el descenso de Derecho y ciencias económicas. Así nos va con la crisis económica y los ‘juicios pendientes’. Si es que ni los economistas ni los abogados parecen leer.
Pero datos ‘haerlos hailos’. Por lo menos el Ministerio parece tenerlos.
Lo que ocurre es que al Ministerio sólo le aparecen 20.708 libros digitales en 2012 y a los editores, en su cifra más baja, 35.000. Fiabilidad de información que se dice.
Difícil es, con esta diferencia de datos que no es seria, o bien por parte del Ministerio o de los editores, pensar que se está haciendo una transición o una adecuación a las nuevas realidades.
Contemos la historia ahora de otra manera. Hace ya unos meses se calculaba el parque de ‘dispositivos’ en España en cinco millones. restemos a la facturación en digital por lo menos la parte referida al Derecho que en la mayor parte de los casos serán bases de datos. Ello nos da un resultado de 58 millones de euros para repartir entre cinco millones de dispositivos. Calculemos que esos dispositivos tengan un costo medio de 100 euros. Ello querría decir que para leer 58 millones de euros hemos invertido 500 millones.
Los listos dirán que esto no vale porque muchos dispositivos, que es lo que nos pretendían vender Amazon y Casa del Libro en el Congreso son para nuestro ‘divertimento’. Quizás. Pero así, mientras nos mantienen entretenidos, nos siguen colando gato por liebre.
Interpreto que los simplemente digitalizados son aquellos libros en los que no se ha tocado nada respecto a la versión editada para su publicación en papel. Por ejemplo, aquel libro del que simplemente se ha hecho un pdf de la maqueta destinada a su publicación en papel o de aquellos libros del fondo que se hicieron sin pensar que algún día se comercializarían en versión digital. ¿Puede ser eso? Tendría lógica e el sentido que es lo más barato de hacer.
Josep ¡quién sabe lo que puede ser! En cualquier caso no parece que tenga excesiva lógica digitalizar para no comercializar.
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