– Robert Louis Stevenson observó que el destino de un viaje importa menos que el viaje mismo, y que un viajero cabal es aquel que viaja sin destino. Esta ha sido casi siempre mi intención durante mis recorridos en librerías. Y aún en los casos en que mi excursión tuvo como propósito una meta fija, la de encontrar tal o cual libro, la variedad ofrecida a mi codicia (variedad que es la esencia misma de una librería) me distrajo implacablemente de tal meta. (Alberto Manguel; Autorretrato de un lector; Ourense 2002)
– Pero para competir con la WWW las librerías del futuro serán distintas de las hipertiendas concebidas para masas que ahora dominan el mercado. Las tiendas del mañana tendrán que ser lo que la Web no puede ser: tangibles, íntimas y cercanas al domicilio; santuarios colectivos, quizás con cafeterías que ofrezcan placer y ciencia en compañía de otras personas que comparten tus mismos intereses, y donde el libro que uno quiere siempre pueda encontrase y cada anaquel depare sorpresas y tentaciones. (Jason Epstein; La industria del libro; pag. 50-51)