Ayer ya tarde, a la noche, regresamos de ‘la semana movida‘.
Todo viaje trae o viene acompañado de alguna experiencia insospechada.
Tras dos días de reuniones y encuentros gratificantes en Barcelona,
Gracias @jtj54 @karinasainz @MomentumLink @LoretoSinergia @mcuranta @mmcardona @martingomez78 @negritasycursiv @XavierFina x vuestro tiempo
— jmbarandiaran (@jmbarandiaran) febrero 27, 2014
después de haber actuado en Madrid
volvíamos el miércoles a la noche en el AVE con cierto cansancio en el cuerpo y con ese pelín de bajón que se suele presentar después de jornadas intensas.
A mitad de trayecto nos fuimos hacia la cafetería que parecía un pequeño hervidero cocinado buenamente por una camarera que no perdía por nada del mundo su compostura.
Nos situamos en el único hueco que quedaba en la barra. Justo en la esquina.
Allí, a nuestro lado, o nosotros a su lado, se encontraba una mujer joven que esperaba también a pedir su cerveza.
La conversación se inició por una pura casualidad… ¿Por qué no pedimos juntos la consumición? Quizás nos hagan más caso.
Y así, al rato estábamos allí compartiendo cerveza y conversación.
Este viaje nos ha servido para aprender que hay mujeres que son grandes bebedoras de cerveza.
Al poco tiempo surgió la pregunta:
– Y vosotros ¿a qué os dedicáis?
Nos cruzamos una mirada, un pequeño guiño…
– Somos editores
– ¿De libro en digital?