Restaurante El Bierzo. Madrid. Recuerdos e historias que vuelven

Fue el sábado pasado.

Inicié el día desayunándome en el Oita café. Después callejeé con calma por Chueca y Malasaña.

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Hice paradas en el Café Pepe Botella, en Tres rosas amarillas

tresrosasamarillasy Tipos infames

tiposinfamesUna ‘parada técnica’ en Santa Bárbara para acercarme a comer al Bierzo.

restauranteelbierzoHan pasado años, muchos años en los que no había vuelto a atravesar su puerta para descubrir con gozo que allí al frente sigue Miguel ofreciendo lo que lleva años ofreciendo. Buena cocina casera en una carta casi interminable de productos sencillos y de toda la vida a precios que siguen siendo más que razonables.

Mi acompañante, debido quizás a su tendencia de no sobrepasar Fernando VI, hacía también tiempo que no aterrizaba por allí.

Me vinieron de golpe recuerdos de libreros, libreras, comidas, cenas y mucha conversación.

He recuperado una foto en la que los dos estábamos más jóvenes. Fue hace años, en un verano y un encuentro casual por su tierra El Bierzo. Le prometí que buscaría una foto que guardaba de aquel encuentro y se la haría llegar.

Por ahora dejo aquí constancia borrosa de su existencia. Él estaba más joven y yo más gordo.

Foto0447La búsqueda ayer en la caja donde están todavía las fotos en papel me ha dejado envuelto en un cierto halo de nostalgia que no sé si casa muy bien con la primavera.

Quizás se me ha aflojado el ‘pestillo mental’ del que habla Ibon Idoiaga en su Estado de ánimo.

La nostalgia es un sufrimiento frágil y dulce, esencialmente distinto, más ínitmo, más humano que los demás sufrimientos que habíamos soportado hasta entonces: golpes, frío, hambre, terror, privaciones, enfermedades. Es un sufrimiento claro y limpio, pero urgente: penetra todos los minutos de la jornada, no permite otros pensamientos y empuja a la evasión. (Primo Levi; La tregua; pag. 161)

 

 

¿Macroeditoriales aplastantes?

1. Observen el chiste de Forges

macroeconomiaeditorial2. Cambien en su lectura Macroeconomía por Macroeditorial.

3. Lean, por ejemplo, el artículo de Peio Riaño sobre el amigo Cebrián, Penguin y sus derivadas, también aplicable a Planeta y su grupo mediático económico, aunque a estos ahora parece que la macrobanca se les quiere sentar también encima.

4. Piense por lo tanto que, en la mayoría de los casos, ahora tiene dos gordas macro sobre su cabeza y cuerpecillo.

5. Convendrá conmigo y con ‘el editor que razona‘ que en esta situación la articulación de todos lo disensos es difícil, sobre todo en la dispersión de esfuerzos.

6. Y que la dificultad más profunda tiene que ver con encontrar cuál es el lugar de la lectura en las prácticas sociales contemporáneas.

7. Porque a las editoriales ‘culogordo’ esto les da lo mismo, siempre que tengan bajo el mismo un colchón de plañideras que amueblen sus posaderas.

8. Si se quiere salir del aprieto y del tufillo que viene de arriba abrá que buscar algún bote salvavidas.

 

 

 

 

 

Antonio de Marco y Manuel Gil inauguran los Talleres de Espacio Texturas

azul_largoEspacio Texturas ha nacido como lugar de encuentro, reflexión, análisis y debate alrededor del sector del libro y la lectura en todo el ámbito del español. Un espacio cómplice, consciente de la importancia de generar, estimular y nutrir comunidades de intereses.

Cuando anunciamos Espacio Texturas nos comprometimos a ofrecer información de valor para todos aquellos profesionales que se mueven en el entorno del libro y la lectura; a establecer una dinámica de reuniones, foros de encuentro y actividades varias que plantearan, formal y abiertamente, las cuestiones que nos interesan y preocupan; a compartir las vicisitudes actuales y a pensar en común el futuro del libro y la edición.

Con ese propósito presentamos ahora los Talleres de Espacio Texturas, sesiones de trabajo y formación práctica dirigidas a los distintos agentes del sector del libro, que abordarán necesidades y demandas concretas.

Los talleres –con grupos reducidos de hasta 20 personas– serán intensivos (entre 4 y 12 horas) y estarán impartidos por un equipo de profesionales en activo con amplia experiencia en la materia y la temática del curso. Con metodología activa y participativa, y documentación aportada por los profesores antes y después del Taller, los cursos tratarán de responder a necesidades específicas y pragmáticas de un sector en permanente cambio, y estarán abiertos a las sugerencias de los inscritos.

Los socios de Espacio Texturas disfrutarán de condiciones especiales para los mismos.

Venta y promoción de libros online: 12 principios básicos

Antonio de Marco
Día: 23 de mayo. De 16:00 a 20:00 horas.
El Taller de Venta y promoción de libros online permitirá conocer, para su posterior aplicación, algunos de los principios básicos y prácticos necesarios para mejorar el posicionamiento comercial y la venta.

Objetivos:

  • Disponer de herramientas prácticas para la visibilidad de tus libros.
  • Elaborar la estrategia para el posicionamiento y venta de tu catalogo online.
  • Dominar las 12 claves del posicionamiento.
  • Ampliar el conocimiento comercial 2.0.

Profesor: Antonio De Marco. Especialista en venta y promoción de contenidos digitales y e-commerce. Ha sido Senior Vendor Manager Kindle Spain, Amazon.com (2011-2013). Con anterioridad ha ejercido cargos de responsabilidad relacionados con ventas, marketing, negociación en grandes grupos editoriales (Leer-e, McGraw-Hill, Grijalbo Mondadori, EdicionesB, Harper Collins, Grupo Santillana).
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Editores: entre lo digital y lo analógico. ¿Qué estrategias de comercialización seguir?
Manuel Gil Espín
Día: 20 de junio. De 16:00 a 20:00 horas.

El Taller te permitirá ampliar y contrastar los conocimientos y técnicas necesarias para un correcto diseño de canales de comercialización en analógico y en digital y observar las nuevas herramientas de marketing.
Objetivos:

  • Disponer de conocimientos claves del proceso de comercialización.
  • Desarrollar la capacidad de crear nuevos canales de comercialización.
  • Dominar las técnicas comercialización y distribución de un libro.

Profesor: Manuel Gil Espín

Licenciado en Psicología, master en Dirección Comercial y Marketing por el Instituto de Empresa de Madrid. Tras más de 35 años de experiencia profesional en importantes empresas del sector del libro, en la actualidad es director de contenidos de Odilo TID.
Compagina  tareas de consultoría en el sector del libro y actividades como conferenciante y profesor de diferentes másteres de edición.
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Día del Libro 2014

Probablemente a todos nos iría mejor si la el despliegue mediático que hace su aparición en este día se fuera dosificando con sentido a lo largo de todo el año.

Un servidor lo ha celebrado humildemente en el botxo tal y como prometió al autor.

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Ahora es Pedro Ugarte el que tiene en su debe la cerveza.

De todo lo que he ido viendo por ahí me quedo con estas pinceladas:

 

En cualquier caso todo será lo mismo. Los mensajes de mañana hablarán de lo bien que ha ido todo. Quizás este pequeño párrafo es una muestra palpable de que todo vale para todo o eso nos quieren hacer creer:

El diputado de ERC en el Congreso Alfred Bosch ha regalado este miércoles a Belén Esteban un ejemplar de su último libro, ‘Como amigos: la independencia de Catalunya interesa a los españoles’ (Galaxia Gutenberg). Ambos han coincidido en la firma de libros organizada por El Corte Inglés en el Portal de L’Àngel de Barcelona, con motivo de la diada de Sant Jordi.

Si Shakespeare y Cervantes vieran este zoo conmemorándoles estarían encantados.

Ventas en librerías. ¿Cómo van?

Cegal acaba de hacer público los datos relativos al tercer cuatrimestre de 2013.

Una primera constatación es que los libreros, algunos por lo menos, facilitan y tienen una información más ágil que los editores y, además, con menos cocina.

Los datos en su conjunto, ya que se puede comparar el 2012 y 2013 no son optimistas. El descenso anual es casi de un 13%.

Si afinamos un poco la mirada, algo que los datos facilitados permiten, podemos ver que no todo va hacia abajo.

Comparando el tercer trimestre de 2012 y 2013 vemos que el descenso se centra en los dos extremos de las librerías en cuanto a facturación. Es decir: baja la facturación de aquellas que facturan de media más de 1.500.000 euros y de las que facturan menos de 90.000 euros al año.

En nuestra opinión, discutible, pero también demostrable, facturaciones anuales por debajo de 150.000 euros nos sitúa ante librerías en las que el peso de facturación del libro es muy relativo siempre y cuando se estén pagando unos salarios mínimamente justos.

Resulta curioso que el aumento se dé también en poblaciones de menos de 100.000 habitantes. ¿Estaremos volviendo al comercio de cercanía y local?

El peso de la facturación segmentado por Comunidades Autónomas es muy significativo. Sube significativamente la Comunidad Valenciana y baja estrepitosamente Catalunya.

Los datos de ventas de ejemplares guardan un paralelismo con las cifras de facturación.

Señalar un detalle final. La participación de las librerías en CEGAL en Red se demuestra como una herramienta que facilita no sólo una información ágil en relación al resto del sector, sino que, además, puede cada vez mejorar en la medida en que los libreros sean más activos en la utilización de todas las herramientas que tienen a su disposición y les facilita un trabajo real en red.

Como ya he dicho en otras ocasiones: los medios ya existen, ahora es cuestión de sacarles chispas.

La evolución de los dos primeros cuatrimestres de 2014 será muy importante para ver tendencias.

Cuando bibliotecas y editores hablan suceden cosas. Sobre el préstamo digital en Euskadi

Cuando editores y bibliotecas se juntan, conversan, se dan su tiempo, suceden cosas. Ya ocurrieron en el encuentro entre Revistas Culturales y Bibliotecas celebrado el mes pasado. Quien esté más interesado puede acceder a la relatoría de la Jornada.

Ahora también en Euskadi parece que van pasando cosas tras conversaciones mantenidas desde hace tiempo entre bibliotecarios y editores. Se suscribe un acuerdo para implantar el préstamo online de libros digitales.

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Paso ya práctico, importante y de calado. Como he señalado, hay temas que no se cuecen de un día para otro. Llevan su tiempo. Mucha charla, disipar dudas, acercar intereses, buscar el gano-gano para que el beneficiario final sea el usuario-lector.

Detrás de el acuerdo creo que hay algunas claves interesantes:

– La apuesta por poner en valor lo cercano que es una de las mejores maneras de predicar con el ejemplo y de poner en valor la creación de la industria local (pongan país, nación o el término con el que se consideren más cómodos).

– El ser fruto de un proceso claro de diálogo. Coordinado desde el Gobierno que es lo que le toca, pero escuchando muchas voces. Bibliotecarios, editores, plataformas…

– Plantearlo, por lo que sé como un working progress, un proceso abierto con lo que supone de reconocimiento de que ni está todo dicho y que lo peor que se puede hacer es arrancar con todo cerrado. Sé que sobre esto puede haber matices. Un bibliotecario conocedor de las entretelas se sentía encantado de que esto puede empiece a ser una realidad. Yo tengo alguna pega más, pero ¡hoy no toca!

– Supone una realidad de uno de los planes de Kultura Auzolanean que permite, además, irlo enriqueciendo con sugerencias y propuestas. Yo ya he hecho la mía.

Es por lo tanto ese diálogo, la trasparencia y el no inmovilismo lo que permitirá ir construyendo una realidad beneficiosa para todos.

Una nota final.

Ni las Revistas Culturales, ni Euskadi son los ejes centrales sobre los que pivota la industria del libro. Siempre conviene mirar lo que se mueve y sucede en los bordes del sistema. Casi siempre ocurre que pasan cosas más sugerentes e interesantes que en la falsa centralidad que parece sólo preocupada de ver si les roban o no.

 

 

¿Piratear comprando? Ya ni algunos medios se aclaran

Ya podéis disculpar si ando excesivamente puntilloso estos dos últimos días.

Pero hoy de nuevo un titular que se repite tanto en el ABC como en El País me deja desconcertado. No así el de El Periódico que creo más acertado.

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Se me ocurren algunos paralelismos divertidos para intentar ver de qué estamos hablando o qué nos pretenden decir.

Ejemplo 1.

– El 84% de la ropa adquirida en Zara es pirata.

¿Qué entenderíamos? ¿Que la ropa ha sido fabircada de manera ilegal y vendida en aparente situación de legalidad?

Ejemplo 2.

– El 84% de los libros adquiridos en España es pirata.

¿Qué pensaríamos? ¿Que han sido fotocopiados o producidos ilegalmente?

En ambos casos situaríamos el pirateo en el objeto no en la acción de adquirir.

Es cierto que la RAE en su acepción 3 habla de Coger, pero en su acepción 2 habla de comprar.

1. tr. Ganar, conseguir con el propio trabajo o industria.

2. tr. comprar (con dinero).

3. tr. Coger, lograr o conseguir.

Nos encontramos, por lo tanto con un término que lleva a equívoco. ¿Intencionadamente? Porque lo que sí parece claro es que si los titulares se repiten es porque los medios lo han ‘adquirido’ (cogido) de una nota de prensa interesada. Sino, sería mucha coincidencia.

El María Moliner afina más ya que dice: «Si se trata de una cosa material, se entiende, si no se dice otra cosa, por compra».

Ahora vendrán algunos listillos de la industria y dirán que como es digital es inmaterial y que por lo tanto esta precisión no vale.

Cuando un Observatorio osa llamarse de la Piratería y Hábitos de Consumo es como si nos hablaran de la Direccion General de Industrias Culturales y del Libro.

O se es, o no se es. Osea, o es hábito o es piratería en un caso y, en el otro, o es Industria Cultural o es Libro.

Todo es fruto de una majadería en su planteamiento que hace poner en peligro cualquier adquisición, aunque sea comprada que es lo habitual, porque te pueden acabar llamando pirata.

Quizás el problema es que quienes encargan el estudio lo hacen ya con un ojo tapado y así siguen viendo y quieren hacernos ver la realidad distorsionada.

A este paso hasta el préstamo en bibliotecas que también es una adquisición según su mirada acabará siendo un acto pirata. Y lo mismo ocurrirá con el préstamo entre amigos, cosa que ellos, en el sector del libro, no lo permiten en el digital porque quizás consideren que es una adquisición pirata.

Al ritmo que van pedirán que la RAE suprima la acepción 2 y que la 3 lleva la coletilla de ‘de manera fraudulenta o ilegal’.

Cuando a cualquier cosa se le llama librero, editor o lectura

Tres ‘tics’ digitales que me llevan a pensar que quizás andemos desvariando.

1. Cuando una librería, una cadena en este caso, parece situar su oferta de valor en un sorteo diario. Quizás nos quiera estar diciendo que la cultura es una cuestión de suerte.

troa_promocion2. Cuando se banaliza sobre la profesión de librero pensando que cualquiera puede serlo y de paso ya se va dando por muertas o matando a las librerías físicas. Nota. En este tema también es cierto que en el pecado está la penitencia. Toda profesión que no ha aceptado pasar por el ‘negocio’ de la formación tiene siempre un mayor peligro de ser invadida por ‘cualquiera que pasaba por allá’.

3. Cuando los bibliotecarios reivindican el derecho a la lectura en digital sin hacer, quizás un enmarque adecuado de la misma en cuanto a índices de lectura y las necesidades de alfabetización, también, de los usuarios.

Hoy me he debido levantar con el pie equivocado y todavía me dura. En cualquier caso. Descontextualizados y nada como lo digital para descontextualizar son derroteros por lo menos equívocos, sino peligrosos.

Quizás merezca más la pena tomarse todo con más calma como hará mañana Juan Torres en su Estado de ánimo cuando afirma:

Todo merece un respeto, dicen, y todo tiene que ser apoyado y recomendado como si de verdad fuera más importante leer cualquier libro -incluso un premio Planeta- que dar un paseo, tomar un gintonic o escuchar a Bach.

 

 

 

Presentes y futuros de las librerías. 18. Apuesta por la coherencia

«Una librería es [debería ser…] otro intento de poner la complejidad del cosmos en lenguaje coherente» (Héctor Yánover).

Los libreros vendedores tienen esa capacidad de apostar por la coherencia frente a los despachadores de libros que lo único que ofrecen es más ruido. Lo mismo ocurre con los editores. Hay editores de catálogo (longseller) y editores de novedad (bestseller)

Todo esto viene a cuento de algunas reflexiones escuchadas, leídas y compartidas últimamente.

1. Me encuentro cada vez con más libreros que sustentan más su negocio en el fondo que en la novedad. No quiere decir que no reciban estas últimas, pero parece producirse un cierto proceso de decantamiento hacia un ‘catálogo que se van construyendo’.

2. Si incluso quienes empezaron en lo digital quieren hacerse un hueco en lo palpable, como es el caso, por ejemplo, de Bubok,conviene buscar elementos que con el tiempo sean claramente diferenciadores por ofrecer un catálogo con sentido. Cada uno lo podrá hacer a su nivel; pero su pertinencia es algo evidente más allá del tamaño del mismo. Basta dejarse llevar por las estanterías y las mesas de novedades.

3. No está tan claro, es más, cada vez parece surgir una mayor duda sobre el poderío digital en cuanto al soporte se refiere. Así que los vientos que han parecido venir marcando y forzando el debate entre papel y digital quizás rolen hacia la coherencia de la oferta con una mayor intensidad.

4. La coherencia en la oferta supone una posición de política cultural ante los discursos líquidos donde aparentemente todo da lo mismo. Y un claro justificante del papel que se juega en el ecosistema del libro.

5. Todo ello debe hacer, en cualquier caso sabiendo a qué modelo de librería queremos jugar.

Y terminamos de nuevo con Yánover:

«Hay librerías que son cementerios de palabras, con nichos hasta el techo, parvas en los rincones y paquetes sobre las mesas; (…) algunas crean la ilusión de que buscando vas a encontrar cualquier cosa; en otras, la sensación de que todos los libros son prescindibles. (…) ¿Sabés dónde está la diferencia? En los dueños. Detrás de cada librería hay un hombre responsable de su cara».

 

 

 

 

Libreros y libreras: ¿vender o despachar?

Un par de días visitando librerías y hablando con cierta tranquilidad con personas que las gestionan y las atienden.

Han sido un par de días para aprender, escuchar, proponer. Agradables, intensos y entretenidos.

Obviaré con quiénes y los motivos de la visita que no vienen al caso.

Sí señalaré algunas conclusiones personales que o he sacado como nuevas o he reconfirmado y que en algún caso puede ser de utilidad para editores culturales de tamaño medio o pequeño.

1. Empezaré por el propio titular del post. A la hora de buscar librerías intenta que éstas sean ‘vendedoras’ y no ‘despachadoras’. Hay una diferencia más que sutil o por lo menos así lo entendíamos en el contexto de la conversación. Vender suponía por parte del librero elección de la oferta que hace y actitud procativa hacia la misma. Detrás del ‘despachar’ en cambio, y esto no quiere decir que las librerías no tengan que hacerlo para generar cierto flujo, se esconde una postura pasiva que puede además acabar convirtiendo una librería en el mejor escaparate no pagado de algunos editores.

2. Decántate por librerías bien informatizadas. Acelera y facilita el flujo real de información, la hace más trasparente y posibilita medir mejor las consecuencias de las acciones propuestas.

3. No hay dos libreros vendedores iguales en la medida que los criterios de elección y de apuesta varían. Acude a las reuniones con mente flexible. Acabarás en general encontrando un punto de equilibro y de ganar-ganar que muy probablemente tendrá un matiz distinto en cada caso.

4. Como editor mediano-pequeño no conviene tampoco que olvides que en más de una ocasión la librería puede tener una dimensión empresarial más grande y compleja que tu editorial. Nunca está de más conocer la ‘sala de máquinas’ de alguna de ellas para poder situarte con más facilidad en su punto de vista.

5. Es mejor viajar sin el distribuidor. No es por un tema de desconfianza, pero en temas de negocio y de búsqueda de empatía son mejor los cara a cara. Esto no quiere decir, es mejor incluso, que informes a tu distribuidor que te ‘vas de gira’.

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A vueltas con la financiación de la cultura y sus derivados

He leído con sumo interés el informe La financiación de la cultura en el contexto europeo elaborado por la Fundación Alternavicas y la Fundación SGAE .

Recojo a continuación algunos párrafos e ideas del mismo junto con algunos gráficos que me han llamado particularmente la atención, sin pretender hacer un resumen del mismo.

– Todo lo que parecía sólido en el mundo cultural parece desvanecerse en el aire de la crisis y el tsunami digital (7)

– La erosión del Estado del bienestar afecta a la cultura, al ser considerada como servicio no esencial (7)

– La cultura es interpretada cada vez más para las administraciones como un recurso para competir en el mercado global, ya sea para las ciudades grandes o medianas (Evans 2003) o bien para los estados con la promoción de la marca-­‐país (Dinnie 2008). (7-8)

– Paupérrima valoración de la ciudadanía y de la política acerca de las profesiones culturales, su función y la protección al derecho de obtener una retribución por el trabajo creativo. (8)

– El derecho a la cultura, la democratización de la cultura como ejes orientadores de la política cultural deben salvaguardar y no entrar en contradición, como ocurre en este país, con el derecho básico de los profesionales de las industrias culturales de percibir su remuneración por un trabajo. (8)

– El sector cultural representa una parte minoritaria, en términos económicos, de llamado sector creativo. Y su utilización creciente en los planes gubernamentales corre el riesgo de disolver la atención singular que han recibido la cultura desde los años sesenta. (13)

– Los diversos estudios de consumos culturales, en diversos momentos históricos y contextos, confirman que el principal efecto de las políticas culturales democratizadoras es aumentar la intensidad del consumo de las clases medias pero es mucho menos eficaz a la hora de incentivar la participación cultural en amplios sectores de la población de bajo nivel socio-­‐económico y cultural (Bourdieu, Darbel, and Schnapper 2003; Donnat 2004). Este hecho provoca que se acuse la política cultural democratizadora de elitista. (14)

– La crisis iniciada en 2008 no tuvo prácticamente impacto en los presupuestos de cultura en su primera fase, y fue solo con su recrudecimiento a partir de 2010 cuando se empezaron a materializar los recortes. (17)

 – pag. 22

procentaje cultura gasto público– pag. 23

España_Cultura_Administraciones

– Pag. 48

evolucion_gasto_ministerio

–  Pretender que el recurso a la financiación privada sea la vía para compensar el repliegue de lo público en los sistemas culturales más dependientes de ello es, como mínimo, muy aventurado. Para abundar en esta cuestión, recordar que el grueso de la aportación privada en los países anglosajones no procede del sector empresarial sino que corresponde a acciones filantrópicas individuales, y que el sector empresarial protagonizó un fuerte descenso de las donaciones coincidiendo con el inicio de la crisis, situación que también se produjo en Francia (52)

– Este hipotético modelo “sustitutorio” presentaría otras objeciones notables: las donaciones tienden a seguir pautas de fuerte concentración en determinadas –grandes instituciones y territorios –grandes capitales, que a su vez acogen las grandes instituciones. Así pues, de no mediar estrategias de redistribución y otras medidas compensatorias14, vincular la financiación de sistemas culturales a esta fórmula de financiación resulta poco realista. (53)

– En cuanto a las razones u obstáculos de porqué no hay un mayor consumo, la falta de interés en la actividad cultural es el mayor argumento en casi todos los consumos culturales. (56)

En esta línea interesante ver el reciente documento de la Generalitat de Catalunya sobre Participación cultural en Catalunya en el 2013.

 – Ha habido en este sentido una ausencia de políticas de estimulación de la demanda ambiciosas y sistemáticas capaces de romper las barreras sociales que impiden el acceso a la cultura. (63)

 – El porcentaje de subvención (que en el caso de las artes escénicas podía suponer entre un 50 y un 75% del coste por espectador) ha creado unos hábitos y dinámicas ahora difíciles de revertir y a la vez ha devaluado la cultura. (63)

–  La subida del IVA cultural desde una tipo impositivo reducido a un tipo impositivo normal ha sido repetidamente criticado por varias razones: a) En primer lugar, por representar una dificultad económica añadida en un bien en principio que debe ser protegido por las administraciones (tal y como establecen la Constitución y los diferentes Estatutos de Autonomía), la cultura, y que se ve amenazado gravemente después de sortear con relativo éxito una parte de la crisis. b) Por establecer agravios comparativos entre sectores como el sector de las artes escénicas y el cine respecto al sector editorial (el primero, gravado al 21% y el segundo al 4%). c) Por basarse en un criterio de soporte más que de contenido: el IVA reducido se sigue aplicando a todo tipo de publicaciones periódicas, desde motor, caza o pornográficas (con un 4%) y por el contrario tarifica a IVA normal el libro digital al considerarse servicio informático (21%). (68)

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