Leo hoy en algunos medios que saltan las alarmas en el sector editorial español porque las ventas bajan.
Nunca he visto que hayan saltado las alarmas ni ahora ni en tiempos anteriores por otro tipo de derivas que quizás hayan sido creadoras de efectos colaterales para llegar también a esta situación.
Se piden también planes urgentes de rescate, pero creo que las urgencias nunca nos sacarán del auténtico atolladero estructural en el que vive el sector y los múltiples subsectores que lo forman.
Ayer casualmente mientras paseaba pegado a la ría de Bilbao la encontré tan baja como nunca la había visto.
Es curioso que algunos de los pensamiento que me venían a la cabeza se puedan trasladar metafóricamente a la actual situación del sector del libro.
1. Hay que bajar hasta el fondo para ver con más claridad la mierda que sustenta todo.
2. La aparente tranquilidad del agua y el todo va bien esconde riscos, puntas, relieves que permiten ver que siempre hay resistencia.
3. En los lados de la corriente que flue van siempre surgiendo brotes verdes.
Todo seguirá fluyendo a niveles más bajos como el consumo y si además sólo centramos el trabajo en el aumento del consumo iremos hacia derivas más peligrosas.
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