Me chiva el Google calendar que este blog, que ha pasado por distintas casas, cumplirá mañana 12 años; lo cual, probablemente, le convierte, en el sector del libro, en uno de los más veteranos o ancianos (escójase al gusto) de los que siguen pululando por la blogosfera.

Me chiva wordpress, su actual casa, que hay más de 5.350 entradas en toda la historia. Supone una media de más de una por día ¡Cuántas tonterías se me pueden haber escapado!
Conversando el otro día con Antonio Rodríguez de las Heras, reflexionábamos, de manera informal, sobre el rastro que esta narración continua va dejando y lo que ella va contando de uno mismo.
En más de una ocasión me ha servido para echar la vista atrás y buscar cierta perspectiva.
Hay, por ejemplo, una constatación clara sobre cómo parte de la conversación que antes se daba en el blog, a través de los comentarios por ejemplo, se ha trasladado a las redes sociales y que en esta traslación se ha perdido también profundidad discursiva.
Alguna vez he dicho a personas cercanas que el blog seguirá siendo mi espacio permanente, mientras haya fuerza y ganas, en este apéndice digital.
Cuando cumplí 5 y 8 años invité a amigos y amigas que me dedicaran unas cariñosas palabras y/o que me trasladarán su opinión sobre el blog. Hoy, de manera más humilde dejo también ese espacio abierto.
Lo que será difícil saber es en qué casa terninaré. Esta, si la memoria no me falla, es la cuarta mudanza. En alguna de ellas vino también el cambio de nombre.
Intentaremos, siempre, en cualquier caso, no perder el rumbo…
¡Siempre seréis bienvenidas!