Cultura, (post)crisis y los futuros probables, preferibles, plausibles y posibles…

La semana pasada además de las jornadas cultura y (post)crisis celebradas en Bilbao miércoles y jueves, en Vitoria-Gasteiz se celebró el martes la jornada organizada por Karraskan «Futuros cercanos» a la que no pude asistir.

También y no es punto menor, el amigo Joaquín Rodríguez o, mejor, sus Futuros (en plural) del libro andaban celebrando los 10 años de vida.

El cruce de lo oído en el caso de cultura y (post)crisis, del texto leído relacionado con Futuros cercanos y el aniversario me aportan algunas ideas que se completan, además, con el dossier de Cultura y crisis que publicó Galde y el inicio de la lectura de Cultura libre de Estado de Jaron Rowan.

Así que ahí van algunas de ellas.

  • Empecemos por lo más antiguo, la entrada con la que Joaquín inició su andadura que decía así: El libro no es una realidad inmutable, un objeto imperturbable. La historia de los soportes de la escritura, de los modos de producción y de su uso y consumo nos muestran que esa realidad es, al contrario, mutable y cambiante. Este blog tratará de reflexionar sobre la naturaleza móvil y versátil de ese soporte y de la industria que lo rodea. Y una reflexión de unos años posteriores… Un futuro plural, por tanto, futuros del libro, y no futuro unívoco y digital.
  • Sigamos por el texto que abrió la jornada Futuros cercanos en el que, entre otras cosas se decía:

El futurista Stuart Candy, basándose en las ideas de Trevor Hancock y Clement Bezold, propone un diagrama cónico para explicar esto, representando el tiempo como un ecosistema especulativo, en el que el futuro puede ser probable, plausible, preferente o posible.

Futuro Probable, que engloba aquello que probablemente sucederá y se basa en la observación y evaluación de la situación del presente.

Futuro Plausible, que engloba aquello que podría llegar a suceder, pero limitado por aquello que tiene sentido en el presente actual. Es el resultado de combinar el análisis de alternativas sociales, económicas y políticas, con un conjunto de tendencias colectivas o escenarios de prospección.

Futuro Preferible, que se encuentra entre el Probable y el Pausible, y engloba aquello que queremos que suceda. Se le llama también “futuro prescriptivo”, y es el tipo de futuro desarrollado habitualmente en sus planificaciones por gran parte de corporaciones y gobiernos.

Futuro Posible, que engloba aquello que puede llegar a suceder, sin importar lo improbable que pueda llegar a ser. Un futuro que puede desencadenarse gracias a eventos inesperados, con baja probabilidad de ocurrir, pero que cuando llegan a suceder producen un alto impacto en el futuro a largo plazo.

  • Enrique Bustamante escribía en Galde:  La cultura debe ser así: plural, socializada, con muchos creadores. No debe identificarse como otro sector económico moderno en el que los grandes grupos controlan el mercado. Pensar que los grandes grupos que se han ido creando en España y en otros países, dan fortaleza al tejido cultural, es erróneo y la realidad lo demuestra.
  • Jaron entre otras muchas cosas reconocía, jugando siempre en la gama de grises…, cuatro grandes grupos ‘actorales’ en la cultura: Lo público, con un claro compromiso con el acceso, lo público-no estatal unido en ocasiones a modos y estructuras asociativas que han vivido de la subvención y han podido generar tramas clientelares, la cultura autónoma de los (muchos) comunes, sabiendo que lo común no es lo de todos y la cultura privada que se mueve en la lógica primaria de los intereses económicos. En el libro señala también , como ya lo hizo en la charla, el recelo ciudadano y la poca implicación por y para la cultura. Es esta ambivalencia la que ha permitido que la oleada de recortes y planes de austeridad que durante estos últimos seis años ha vivido el continente europeo haya encontrado pocas resistencias frente a los recortes en la esfera cultural institucional. Si no se termina de tener claro para qué sirve la cultura, es difícil plantear marcos, programas o instituciones que puedan fomentarla y apoyarla. A todo ello ha contribuido también cierto recelo por parte de la ciudadanía hacia la producción cultural. De forma creciente, la cultura tiende a ser percibida como un ámbito dividido entre lo meramente comercial y toda una suerte de productos y prácticas elitistas que se financian con dinero público y que poco tienen que ver con las necesidades sociales. Por esta razón es tan importante buscar en este momento alternativas y nuevas respuestas. (pag. 26)
  • Algunas notas de Enrique el jueves…Las culturas se hacen desde abajo (procomunes de Jaron con quizás otro ‘tratamiento’ de lo asociativo) o no se hace. Insistencia en la desafección popular por la cultura. No ha habido mareas… Lo que no se conoce, no se demanda.
  • Lo digital como el mito de la desintermediación y de la desmaterialización concretado en nuevos mediadores y nuevos soportes…

Y ahora pensando en la cultura y en el libro como una mera mediación mutable junto con los cambios de todo el sector cultural, que como dice Jaron, se trata de una invención administrativa que no describe de forma adecuada una realidad compleja y llena de contradicciones (pag. 29), me surgen algunas preguntas.

Los que nos suelen hablar de futuro, raramente de futuros, de cuál nos hablan: ¿del plausible, del posible, del probable o del preferible?

Si sobre este planteamos que lo preferible debe ser la creación plural, el acceso, la visibilidad de lo diferente, la separación entre política cultural y política industrial y superar la desafección de la ciudadanía ¿hacia dónde deberían dirigirse los dineros públicos?

Nada volverá a ser igual, pero no se fíen de los ‘bróker culturales’ sí de quienes plantean futuros distintos plurales con las claves siempre, del acceso, la creación, lo pequeño y la calidad. Porque ¿quién dijo que la cultura debiera seguir siendo un negocio? Sí una posible forma de vida digna y enriquecedora, pero esto es otra cosa distinta.

 

Un comentario en “Cultura, (post)crisis y los futuros probables, preferibles, plausibles y posibles…

  1. José Antonio Delgado Núñez

    Muy interesante
    Nunca ha estado más cerca la cultura de poder ser catalogada como un valor estratégico y también nunca ha estado más lejos de ser concientízala por la sociedad y si manipulada por la política.
    Sería interesante hacer un análisis de la cultura más cerca de lo plausible que de lo probable, partiendo dela perspectiva de aquello que puede llegar a suceder sin importar lo improbable que pueda llegar a ser incluyéndolo en un esfuerzo de prospectiva estratégica

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