Librerías que abren en domingo ¿cómo lo veis?

La primera vez que estuve con Xavi Vidal de Nollegiu visitándole en su primera ubicación, recuerdo que con una normalidad que en principio me pareció chocante, comentó que abría los domingos la librería.

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Su explicación, vista después, me parecía d sentido común. Mi librería debe intentar adaptarse a los horarios de sus posibles clientes y lectores y, por lo tanto, si en algunas de las horas en las que ellos se pueden acercar con calma a la librería yo estoy cerrado, estaré perdiendo clientes y servicios.

¿No hay de hecho otras actividades y espacios culturales que abren precisamente coincidiendo con las horas de tiempo libre u ocio del resto de la población?

El 5 de enero, Time Out publicó un artículo en catalán que recogía este asunto: Librerías que abren los domingos. Ir a pasear entre libros el último día de la semana, a la hora del vermut o a la tarde, es posible en Barcelona.

No todas tienen el mismo horario. A la mañana, a la tarde, horario continuo… buscando probablemente en cada caso adaptarse al púbico o a los clientes a los que se quiere atender y/o captar.

Esta práctica no tiene por qué ser generalizable. La decisión depende de muchos factores; público, posibilidades reales, objetivos que se persiguen, rentabilidad…, pero sí que supone una práctica innovadora en el sentido de adaptar los ritmos a los de otros espacios culturales e intentar aprovechar esos momentos en los que los posibles compradores pueden en muchas ocasiones disponer de un tiempo más sosegado.

¿Cómo lo veis?

A mí me parece que, en algunos casos, hay razones… sobre todo cuando hay una apuesta por la proximidad…

 

Furgolibro… la librería que va sobre ruedas

La librera y atrevida Nieves Loperena se ha reinventado y ha puesto en marcha la Furgolibro.

Foto del blog Diario de un corredor
Foto del blog Diario de un corredor

Ya se sabe, si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña.

Nace así una propuesta, que es toda una apuesta, de librería itinerante que hoy ha tenido su primer día de andadura en la Feria de Sabaris.

Nos cuentan en el Faro de Vigo:

Estanterías llenas de novelas, poemarios, ensayos, estudios históricos e incluso cómics, todos de segunda mano, ocupan el habitáculo adaptado del coche. Sus clientes dispondrán allí de un confortable espacio para decidirse por uno u otro ejemplar sentados en un sofá. Podrán comprarlos a módicos precios e incluso alquilarlos por un máximo de cuatro meses.

De nuevo… la segunda mano.

No se me ocurre nada mejor en este caso que desearle ¡Feliz viaje y agradable trashumancia!

Lectura… quizás no todo es lo mismo

No voy a entrar en si es galgo o podenco, en si es papel o digital, pero sí que me parece que requiere una reflexión sosegada lo que afirma Emilio Lledó en una reciente entrevista en El Mundo cuando dice:

en este tiempo nuestro existe también una educación inmovilizadora cada vez más extendida. Es la que tiene que ver con el ámbito de las redes sociales y de los teléfonos móviles. Eso podría conducirnos a una sociedad inmovilizada. Los flashes momentáneos que generan las redes sociales impiden el pensamiento, lo anestesian. Pues pensar es una forma de dotar al individuo de fluidez, de agilidad, de amplitud. Lo opuesto al sedentarismo de los mensajes instantáneos. El mejor reflejo para representar esta idea es el libro y la lectura. Ellos, los libros, ofrecen siempre una posibilidad de diálogo. Pero cada vez hay menos interés por dialogar.

Quizás la doble afirmación de McLuhan: el medio es el mensaje y, también, el medio es el masaje reflejan con claridad la intencionalidad de la pantalla: sedentarizarnos y acomodarnos con el suave arrullo del masaje que relaja la mente. Quizás, y digo sólo quizás. Reflexionar sobre ello, sobre el hecho de que es probable que no sea lo mismo el dónde y el qué se lee si lo que queremos es más fluidez, agilidad y amplitud, no estaría de más.

El reflexionar, digo.

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A veces, la industria, tiene demasiada prisa, la tecnológica más que la cultural y parece no tener tiempo para lo que quizás sea lo importante.

Agapea: inversión, calidad y actividad cultural

Ya he hablado por aquí con anterioridad de la sugerente evolución o ampliación de campo de acción de Agapea hacia lo palpable. A todos se nos van los ojitos detrás de lo que hace Amazon, pero otras empresas han hecho ya antes procesos parecidos.

Hoy leo que Agapea registra un crecimiento del 20% en tiempos y momentos donde el volumen global, no confundir con la facturación individual, ha bajado en las librerías.

Lo que empezó como una clara apuesta de comercialización por internet cuenta ahora con librerías en Málaga, Granada, Cádiz, Tenerife y Mallorca.

Consideran que el mercado del libro electrónico es, a fecha de hoy, residual y con un bajo  nivel de ventas.

En cambio han considerado clave tanto la realización de actividades para convertir las librerías en punto de encuentro, como la inversión para la mejora del servicio.

Significativo, por lo que supone de intencionalidad el lema que aparece en el perfil que tienen en twitter @Agapeacultura.

 

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No conviene dejar de lado que la división de librerías es una parte de negocio dentro de un grupo que aborda otras áreas.

Librerías independientes: ¿quizás en la fragilidad esté su sentido y su razón de ser?

Los que tenéis la amabilidad de acercaros por aquí, sabréis ya que me gusta cruzar miradas, complementar lecturas.

El Roto Diciembre 2016

Este año uno de mis propósitos, por seguir dejándolo claro, es aportar todavía con más asiduidad, reflexiones y miradas en torno a las librerías (lectorerías), las buenas librerías, culturales, independientes o como queráis llamarlas.

José Manuel Anta escribe en La lectura en España. Informe 2017:

el universo de las librerías independientes se compone, mayoritariamente, de pequeñas librerías, las cuales además son las que cuentan con estructuras financieras más frágiles lo que las hace más vulnerables a los vaivenes del mercado. (José Manuel Anta, pag. 51)

Es cierto que desde la exclusiva lógica del mercado pueda ser así. No debemos dejar de reconocer que en Francia a las librerías se les considera una ‘anomalía económica’

Quiero cruzar el texto de José Manuel con uno de Enrique Bustamante que ya he citado con anterioridad y que dice así:

Me molestan esas lecturas economicistas de la cultura que dicen que es débil porque está atomizada en muchas pymes y creadores autónomos. La cultura debe ser así: plural, socializada, con muchos creadores. No debe identificarse como otro sector económico moderno en el que los grandes grupos controlan el mercado.

¡Cuidado! No digo que José Manuel Anta esté haciendo una lectura economicista. Constata la realidad del mercado.

Si el acento lo ponemos en lo cultural, deberemos aceptar la atomización, la pluralidad, la socialización, el hecho del movimiento contínuo reflejado unas veces en cierres y otras en aperturas, la aparente fragilidad.

Claro que es muy probable que ese continuo movimiento micro escape a las grandes cifras y a los algoritmos que pretenden, en gran medida, ponernos a todos el mismo traje. Cuando toda esa variedad la convertimos en una única cifra sin matices, sin aparentes fisuras, acabamos enfriando la realidad.

Y, estos fríos números, quizás convivan mal con el calorcito socializador, emocional y frágil que se puede vivir en algunos espacios lectores, sean libreros o bibliotecarios.

Los números sirven para saber lo que ya sabemos: para convencernos de lo obvio. Los respetamos, creemos que dicen la verdad. Los números son el último refugio de la verosimilitud contemporánea. Y son, también, el mejor modo de enfriar las realidades: de volverlas abstractas. (Martín Caparrós; El Hambre; Anagrama, pag. 138)

Puede que sean los últimos reductos del cuidado del libro y los lectores…

Librerantes: lo pequeño puede ser sostenible

Siempre he seguido con atención e interés a Raquel Blanco que ha ido dejando huella en este blog. Es una de las personas que con más mimo se ha preocupado de las librerías y de, desde lo concreto, darles visibilidad y cariño.

librerantes

Lleva ya un tiempito metida en una nueva aventura con Librerantes, una ‘distribuidora atípica’ centrado en el mimo, lo aparentemente pequeño y apostando, también por las librerías, algunas. Dicen…

No podríamos hacer lo que hacemos sin la complicidad de los libreros que se interesan por nuestros libros, que los mantienen vivos, presentes. Vaya ello por delante, junto a nuestro más sincero agradecimiento.

El Cultural ha dedicado un amplio artículo al proyecto Librerantes.

diecinueve editoriales caseras, minúsculas, que en ocasiones no publican más de tres libros al año, pero que gracias a una innovadora plataforma de distribución, una suerte de cooperativa cultural llamada Librerantes, están logrando subsistir. 

Resalto algunas líneas que me parecen sugerentes en el proyecto y que vienen reflejadas en el artículo:

  • distribuir libros al por menor, encontrando a cada título su “lugar natural”. Cada libro tiene que tener sentido, y ciertos libros solo tienen sentido en ciertas librerías
  • “sentido común” al relacionarse con los libreros.
  • 100 librerías – 19 microeditoriales.
  • muchas de mis editoriales, cuando crezcan, se irán. Es lo normal y yo lo entiendo.
  • “no existen devoluciones injustificadas. Los libros se colocan en las librerías con precisión y se cuidan y no hay masificación ni burocracia empresarial.
  • ha situado a todas estas editoriales en un mapa común.
  • la parte realista del negocio la represento yo, la distribuidora, que es la que se encarga de vender los libros”.

Nos debemos un café tranquilo en Madrid, pero… es culpa mía que hace tiempo que no me he acercado a la capital.

Nota de cierre: Cuando en el año 2014 Raquel nos envió su Estado de ánimo para Trama editorial escribió al final: Me gustaría añadir que  tengo el firme convencimiento de que nada en este sector está completamente inventado. Y que eso, de alguna forma, es bueno para todos: nos permite crecer en algunos casos, reinventarnos en otros. Que haya tanto por hacer es positivo, muy muy bueno. 

¿Era ya un aviso a navegantes?

Rata Corner. Libros, discos, obra gráfica y mucho más… Para el pelo… Los oficios terrestres

El Gremi de Llibreters de Mallorca acaba de renovar su Junta Directiva.

Las personas que representan a una institución pueden decir mucho del espíritu y talante de la misma.

Me ha llamado positivamente la atención la presencia en la misma, sin menospreciar a lo que podríamos denominar ‘perfiles más clásicos’, tanto el de la librería peluquería Los oficios terrestres, como la de, hasta la fecha para mí desconocida, Rata Corner que se define ella misma superando un triple interrogante:

¿és una llibreria? ¿és una botiga de discos? ¿d’obra gràfica? Rata Corner és tot això i molt més

Traigo estos dos ejemplos porque me parecen significativos de una forma de hacer y entender una asociación que por lo que sé en algunos otros territorios provocaría sarpullidos. Casos hay en los que alguna ‘librería’ ha tenido negada durante un tiempo su pertenencia al gremio por considerarla un bar y no mantener al parecer la ‘pureza regia’. ¿Qué dirían algunos si vieran que una peluquería o quien se mueve en medio de la duda metódica cultural sin llegar a definirse, pertenezcan a un ‘santo y sagrado Gremio’?

Por suerte en Mallorca, quizás imbuidos de ese Mediterráneo de horizontes abiertos, parecen ser capaces de mirar un poquito más alláy abrirse a nuevas y sugerentes aventuras marinas, libreras y culturales.

losoficiosterrestresLos Oficios Terrestres dicen de sí mismosLos Oficios Terrestres hemos venido a retomar un proyecto que consideramos único y a aportar nuestras experiencias tanto al campo de las letras como al de la belleza y los cuidados del cuerpo. Convivimos en este espacio ejerciendo oficios muy terrestres, los que cada día precisan la cabeza y el cuerpo.

Y, si echamos la vista atrás, cuántas horas y tiempo de lectura, que probablemente las encuestas tampoco medirán, hemos pasado y siguen sucediendo en peluquerías y barberías de este paisito nuestro…. Hasta el punto de que me atrevería a decir que el día que las pantallas colonicen los tiempos de espera de los espacios corta y arregla pelos, entonces será cuando realmente hayan conseguido la supremacía del soporte.

Rata Corner es una clara apuesta por la cultura de proximidad teniendo probablemente claro en su planteamiento que su centro son las personas usuarias y disfrutadoras de cultura y que en la medida en que el libro ha perdido ese carácter de exclusividad y de posición dominante puede vivir bien acompañado, y además con todo el sentido, con otros soportes y manifestaciones. Así, hablan más de ‘espacio cultural’ que de librería.

Bien por lo tanto por esa mirada amplia y abarcante tanto de estas dos iniciativas como del Gremi en el que trabajan.

Creo que ambas son un buen ejemplo de Lectorería que conviven en Mallorca con otras dos, por lo menos, con más historia: Literanta y La biblioteca de Babel.

Si lo digital ha ampliado las costuras de la mediación y de los canales de comunicación, lógico es pensar que aquellos que ven que otras mediaciones físicas equilibran y agradan a los usuarios amplíen sus costuras también. Y, de sentido común, y de visión de futuro integrarlas en estructuras ya existentes para que juntos se puedan buscar nuevos horizontes y proyectos.

Per-r-ucho Libros de papel, nueva librería en Valencia

Pues sí, pues sí. Parece que hay nueva librería en Valencia. ¿Su nombre? Per-r-ucho.

Jaime y Eugeni, que ya saben de qué va esto de abrir y mantener librerías, parecen haberse embarcado en una nueva aventura de nombre Per-r-ucho y con una nota quizás importante: libros de papel.

Lo que puede caracterizar a esta nueva aventura librera nos lo explican con claridad en culturplaza:

Si algo define a Per(r)ucho, además de su taller, es el hecho de que la librería se nutre de libros nuevos y de segunda mano para su venta, lo cual responde a una idea que ellos definen así: “no nos importa de dónde vienen los libros, sino a dónde van”. En las estanterías de Per(r)ucho tienen cabida libros y objetos editoriales especiales que no llegan a muchos sitios, por carecer de distribución al uso o por su ediciones limitadísimas.

Esta idea del viaje de los libros que rompe además con claridad algunas de las costumbres de separar nuevo y usado y que intenta quizás mirar más al lector, creo que tiene su chispa e iremos viendo como poco a poco va siendo más frecuente. ¡Atentos!

Bienvenidas pues las nuevas ideas, los nuevos proyectos.

per-r-ucho

 

El libro y sus espacios, las librerías, sólo son mediaciones. Pero no cualquier mediación

El suplemento Confabulario de El Universal ha publicado hace unas días una sugerente entrevista a Roger Chartier que merece la pena y os invito a leer completa.

Me interesa en este caso resaltar de la misma la diferencia sutil que señala en que, aunque aparentemente compremos lo mismo, no es realmente igual, sobre todo si lo entendemos como parte de un proceso contextualizado hacerlo en Amazon o en una librería. Dice lo siguiente Roger Chartier:

La diferencia entre comprar por internet y comprar en una librería es exactamente del mismo orden: en internet usted compra un libro sobre la Inquisición en el siglo XVI y Amazon le va a indicar que debería comprar otros libros sobre la Inquisición, del mismo autor o sobre el Siglo de Oro; es una lógica temática. En cambio, usted entra a una librería para comprar un libro sobre la Inquisición en el siglo XVI, y es posible que salga con una antología poética o con una novela, porque hay una organización horizontal, sobre las mesas, de la oferta de libros. En este mundo tal vez es más difícil encontrar lo que busca, pero es más fácil tener encuentros con lo que el lector no buscaba.

Me parece que el peligro que nos amenaza es la idea de una equivalencia: si es la misma cosa, no voy a la librería y compro por Amazon. Algunas veces es más fácil, pues va a llegar el día siguiente, pero esa no es una razón para no pensar que hay algo específico en el viaje entre los libros, y que, si podemos, debemos preservarlo.

Es claro también, en esta misma línea, que tampoco es igual comprar en cualquier librería porque en cada caso el viaje entre los libros que nos propondrá o que saldrán a nuestro encuentro será incluso dentro de esa ‘organización horizontal’ distinto.

Hay veces, además, que ese viaje que se nos propone va más allá de los libros, de la lectura y de sus espacios. Realmente en todos los casos ocurre algo de esto, pero en algunos quizás es más sobresaliente.

De uno de ellos ya he hablado por aquí. Me refiero a LIBU.

No había visto hasta la fecha el vídeo donde se enfatizan algunas ideas fuerza del proyecto que os resumo:

  • El objetivo de LIBU es posibilitar la participación de personas en exclusión mediante la cultura, tanto a través de actividades, como en la propia librería y pensando en personas que tienen mucha dificultad para conseguir empleo.
  • Intenta, al mismo tiempo, generar recursos para Zubietxe, de tal manera que esta asociación puede prestar servicios sin depender exclusivamente de las administraciones.
  • dona_librosLa segunda mano, como otra forma de sostenibilidad. Los recursos no son infinitos y tenemos que aprender a valorarlos.
  • LIBU ha creado comunidad como garante de la propia sostenibilidad d y posibilitando al mismo tiempo que todo el mundo pueda aportar.
  •  Libu se define como un lugar donde suceden cosas y donde todo el mundo puede aportar algo: comprar o traer libros usados, participar en sus muchas actividades o simplemente encontrase. La implicación de la gente ha sido impresionante, permitiendo que, desde el minuto cero, este proyecto sea sostenible económicamente y genere empleo.

En el pasado mes de octubre, el Ministerio de Educación Cultura y Deporte recogió en Lectureando una amplia información sobre este proyecto.

Al final de la misma quizás encontremos una de las claves de por qué libu_un_anoen ocasiones, las cosas más inverosímiles, simplemente suceden.

Quizás, también por eso, muchas librerías siguen existiendo y otras cuantas van naciendo.

¿La última de la que tenemos noticia hoy mismo?

La de nuestra gran amiga Ana Garralón: La Fabulosa. En Madrid. Libros para niños y más

¿Somos los lectores presuntos piratas?

No me extraña que la cifra de lectores no aumente de manera sustancial más allá de sucrecimiento correlativo al aumento del nivel educativo.

No me extraña tampoco que la misma derive hacia contenidos de libre acceso.

Cada vez me extrañará menos que los ciudadanos no gasten su dinero en útiles lectores.

copyright-715x478He leído con cierto asombro esta semana, aunque uno ya no se espanta de nada, que una de las medidas de un posible plan de Fomento de la lectura será la de crear una ‘generación antipiratería’.

Uno no sabe si con ello se está afirmando implícitamente que las generaciones adultas ya existentes son (somos) mayoritariamente piratas y, es más, desconoce qué diferencia hay en lo que al acto lector se refiere entre leer un contenido supuestamente pirateado, hasta la fechas las sentencias que yo sepa han sido escasas, y el mismo sin piratear.

Otro asunto será lo que esto pueda repercutir en la industria y en la posible conciencia de los lectores sobre el valor de la creación.

Caminos equivocados que seguirán ampliando la grieta hasta llegar a puntos de difícil retorno.

Por lo menos, un poquito más de presunción de inocencia por favor para los inocentes lectores… mientras no se demuestre, en los tribunales, lo contrario.

Con los temas y las formas de entender la propiedad hay que andarse con mucho tiento y cuidado…

La propiedad privada de la reproducción es un gran invento contemporáneo. Es un modelo brutal de la idea de propiedad: no sobre un campo, no sobre el producto de ese campo, sino sobre un modelo natural –la semilla- que sólo su «dueño» tiene derecho a producir: la propiedad intelectual de la naturaleza. (Martín Caparrós, El Hambre; Anagrama, pag. 193-194)

Un gozoso instante mañanero

El secreto de una vida plena no se halla en lo que está por venir, sino en aquello que en este preciso instante estamos escribiendo en nuestras vidas. (Anjel Lertxundi; Tú; Erein; pag. 246)

Sábado fresco y soleado.

El martes pasado me dijeron que si podía acercarme hoy hacia el mediodía que lo hiciera.

Allá que me he bajado… y al rato me he encontrado con esta dulce y agradable sorpresa.

No voy a entrar en los detalles que aquí y ahora no son lo importante.

Diré sólo:

  • Que me ha emocionado, conmocionado y ha sido un momento feliz, un pequeño regalo vital.
  • Lo que puede llegar a decirse con un detalle fruto del trabajo hecho con las manos.
  • Qué gusto cómo viene alguna gente joven…
  • Qué buenos los proyectos sin techos de cristal con mujeres al frente y en el equipo. Hay, cada vez lo tengo más claro clarinete, una mirada más humana, más cuidada.
  • Y terminaré… con un ¡Gracias a Nagore y a todo el equipo de Charamell!

Es a través de los detalles como se puede mostrar el mundo entero ya que dentro de una gota de agua hay un universo entero. (Ryszard Kapuscinski; Los cínicos no sirven para este oficio, Anagrama, pag. 17)

La Gralla, 50 años de compromiso con la cultura

La llibreria La Gralla celebra 50 años de existencia.

Platilla de La Gralla y dos trabajadores jubilados Foto de La Gralla

Con una exposición fotográfica, nos ofrece un recorrido por sus hasta ahora 50 años de vida.

Núvol le dedica un reportaje a estos años y del mismo quiero resaltar algunas ideas que me parecen importantes y sugerentes para mantener vivas algunas líneas de reflexión que dejamos de lado a veces con cierta facilidad.

  1. Por qué nacen los proyectos. La Gralla lo deja claro en su página webamb la voluntat d’oferir un tractament professional al comerç del llibre i convertir-se en un instrument eficaç davant les carències culturals, socials i polítiques d’aquell moment, implicant-se en la realitat social i cultural de la ciutat i comarca. Profesionalización e instrumento eficaz ante las carencias culturales, sociales y políticas de aquel momento… Casi me atrevería a leer entre líneas y afirmar que para dar respuesta a esas carencias se consideró que el libro como mediación y en el contexto de la librería era un buen camino, para dar respuesta a lo importante: las carencias culturales, sociales y políticas.
  2. La forma de empresa. Ser sociedad anónima o cooperativa no es lo mismo. Implicar con la cara descubierta recursos económicos y personales frente a otros modelos de capital y empleados pues tiene algunas diferencias de modo de entender el trabajo, las relaciones y, probablemente, la implicación en el proyecto. “Vam decidir ser cooperativa per ideals i perquè consideràvem que era una magnífica manera d’involucrar el treballador”. 13 socios y 15 trabajadores no son ninguna tontería en este sector de l libro, las librerías y de las empresas culturales.
  3. Los marcos relacionales. Ser una cooperativa que a su vez forma parte de una cooperativa, Bestiari en este caso, para intentar abordar y tener la voluntat de posar en comú els problemes i les inquietuds entre diverses llibreries, principalment de comarques sigue indicando toda una propuesta de sentido.

Debates, reflexiones y líneas de actuación quizás tan importantes o más del peso del papel o el digital:

Por qué nacemos y seguimos: La pregunta del sentido.

Cómo nos organizamos: La estructura empresarial más coherente con el sentido.

Con quién nos relacionamos y aliamos: La propuesta de red que intenta ser coherente con el sentido y con nuestra propia organización.

¡Felicidades a una librería con futuro porque tiene, probablemente, claro de dónde vienen y por qué y para qué nació!

Si queréis felicitarles, han puesto en marcha un libro de visitas para celebrar el 50 aniversario.

la_gralla_50_aniversario

 

Cultura, formatos y soportes. Evolución en espiral

espiral_ascendenteEn el ámbito de la cultura, en sus usos y consumos nos movemos cada vez más en situaciones híbridas y en un proceso evolutivo más dialéctico que lineal, más sistémico que funcional.

Es claro, que el consumidor cultural es ‘poliformato’. Normalmente lectores, cinéfilos, teatreros, musiqueros y demás tienden a ser partes de un mismo conjunto, el uso y consumo cultural personal, con acentos distintos. Es raro el monocultivo cultural.

Así que un mismo usuario se mueve y accede a experiencias distintas por los formatos, por los soportes y lógicamente, por las situaciones y posibilidades.

Sí parece existir una tendencia no lineal donde algunos comportamientos y unido a ello algunos soportes vuelven sin haberse ido nunca del todo. El libro en papel y el aparentemente desaparecido vinilo son dos claros ejemplo de ello.

Sobre el vinilo, el ya desaparecido hace más de una década Kike Turmix ya me decía que iba a volver a recobrar su fuerza, lógicamente en un nuevo contexto y en función del mismo también con un nuevo valor simbólico. Y algo de eso parece estar ocurriendo.

Que en ese juego de hibridaciones y de movimientos no todo es lo mismo, nos lo deja también bastante claro la millennial Lorena Fernández, directora de identidad digital en la Universidad de Deusto, en el artículo que ha escrito para el número 31 de Texturas, ¿Almacenas o coleccionas? donde dice:

se habla de que la juventud actual no está interesada en los soportes físicos. Y en parte, puede que sea cierto, pero creo que esa afirmación se cumple porque lleva un adjetivo clave: “actual”. Esa juventud aún está trazando su identidad. Cuando vaya avanzando por su proyecto humano estoy casi convencida de que también “sufrirá” el gusanillo que te empuja a atesorar aquellas obras que, sin darte cuenta, forman parte de tu narración vital.

Y, un poco más adelante…

Yo, cada vez almaceno más en digital y, de forma paralela, reservo el exclusivo y limitado espacio analógico de mi hogar y de mis recuerdos a las obras que se lo han ganado.

Aquello que, finalmente pase a ser un hito en nuestra ‘narración vital’ quizás se merece, en algunos casos, un espacio diferencial que permita una mirada singular y resalte su valor simbólico.

En el

http://www.elconfidencial.com/cultura/2017-01-18/vinilo-resurge-informe_1317733/

Consuma cultura / Kulturaz hazi

kultura-bonua-bono-culturaDe vez en cuando viene bien echar la vista atrás. Recordar, recuperar y volver a poner en valor iniciativas en las que se ha participado y que vistas ahora parece que mantienen su sentido.

Os dejo pues los vídeos, unos cuantos, que acompañaron en su momento la campaña del Bono cultura y que quizás fueron poco conocidos fuera de Euskadi.

bonocultura2011

 

 

 

 

 

Veréis caras conocidas y una pluralidad de mensajes que invitan a ‘consumir’ cultura con muchos acentos y matices que es también de lo que se trata.

Y las personas que participaron en la campaña se verán con unos añitos más y unas canas, pero probablemente con el mismo o mayor interés por la cultura.

El término ‘consumir’ tuvo sus grandes momentos de debate. Ahí lo dejo.

La Slow Innovation, profunda más que lenta, se adapta bien al ritmo de las librerías

Las reflexiones ortopráxicas de Roberto Gómez de la Iglesia siempre me resultan sugerentes. No siempre estoy de acuerdo con ellas hasta los últimos extremos, pero tenemos, ambos, la ventaja de haber conversado bastante y con franqueza y de respetarnos, yo por lo menos, y apreciar el trabajo y las propuestas que realiza.

Digo ortopraxis porque sus reflexiones tienen por lo general una base importante de trabajo real que ayuda a retroalimentar, modificar y enriquecer el discurso.

Hace unos días, en c2+i, ha escrito una sugerente entrada que lleva por título Por una slow innovation.

Lleva  ya un tiempo dando vueltas y dándole la vuelta a todo lo relacionando con la innovación en las organizaciones, sobre todo las culturales. Incluso trasladó esta reflexión al ámbito de las librerías en el artículo que vio la luz en Texturas 29 que llevaba por título Innovar la librería: retorno a la esencia y en el que ya recogió algunso de los elementos que aquí plantea.

En Slow innovation dice:

Seguramente, ahora más que nunca, la verdadera innovación en el ámbito cultural vuelva a estar en su capacidad de construir comunidad, de articular ciudad, de servir de conector entre diferentes, de abrirse a mundos no habituales… Vuelva a estar en el contacto no jerárquico entre agente cultural y público, en el placer de la desexpertización desde un amplio conocimiento del oficio, en convertirse en verdaderos generadores de experiencias culturales. Hoy, quienes vivimos en la sociedad de la abundancia (evidentemente mal distribuida) volvemos la mirada a lo pequeño, a lo doméstico, a lo auténtico, a lo colaborativo, a lo comprometido, a lo próximo…al pensamiento, a la divergencia, al conflicto positivo, a la creatividad…a las ideas.

Las organizaciones culturales y fundamentalmente las personas que las crean y gestionan, tienen que volver a hacerse las preguntas básicas, aquellas que a veces “matan”, pero que son, por esenciales, las que nos abren las puertas al futuro: ¿por qué? y ¿para qué? Luego vienen las demás.

Leámoslo desde la óptica de librería cultural y ¿no creéis que cuadra y encaja?

Los imaginarios, siguen siendo importantes.

Roberto más adelante en el propio texto señala unos principios que deben conducir este trabajo:

  • Materia prima local.
  • Marco sostenible y de valores.
  • Experiencia de colaboración no estandarizada.
  • Relaciones que se cuidan y se alimentan.
  • Saboreando el proceso.

No es por lo tanto una innovación lenta sino profunda, cercana y relacional.

Hoy, mientras empiezo a escribir esta entrada, recibo la edición en la colección Compactos pero ampliada de Librerías de Jorge Carrión. ¡Gracias!

La pongo junto a la anterior que guarda todavía las notas y adhesivos que me acompañaron en la conversación que mantuvimos en Donosti

El índice onomástico me ayuda a encontrar con facilidad un texto nuevo que me conduce al recuerdo de un encuentro posterior con Carrión, también en Donosti, que me incitó a reflexionar e ‘inventar’ el término lectorería.

El texto, que creo tiene mucho que ver con la reflexión planteada por Roberto vista desde una óptica librera concreta dice así:

Como me dijo José Pinho, el alma mater de la lisbotea Ler Devagar, una librería es capaz de regenerar el tejido social y económico de la zona donde es abierta, porque es puro presente, acelerado motor de cambio. Por eso no es de extrañar que muchas librerías formen parte de proyectos sociales… Son librerías que tienden la mano para construir cadenas humanas. No hay mejor metáfora de la tradición libresca, porque leemos tanto con los ojos como con las manos. (pag. 72)

En esa línea de profundidad más que de lentitud aunque siempre es difícil acercarnos velozmente a lo que nos mueve y conmueve y pensando en las librerías planteo, por mi parte, cuatro dimensiones de trabajo:

Consumo responsable= Valor=Para qué

Pequeño= Dimensión=Dónde

Autenticidad=Actitud=Cómo racional

Amistoso=Aptitud=Cómo empático

 

Caracoles en salsa vizcaína

En la familia existe una querencia a disfrutar de la mesa y convertirla en punto de encuentro y celebración en momentos importantes de la vida.

Importante, en cualquier caso, es a veces, simplemente el deseo de juntarnos para conversar de forma sosegada.

Pero dentro de esa querencia existen también algunas tradiciones que van por ahora pasando de generación en generación.

Una de ellas es la preparación de los caracoles a la vizcaína plato típico de nochevieja en el que se junta una parte de la familia, pero no toda.

En la preparación hasta la fecha sólo intervienen las mujeres. Y así, dos, tres días antes, las nueve mujeres de la familia se juntan para prepararlos convirtiendo la tarde, también, en una preparación-merienda que en sí misma guarda también sus ritmos y peculiaridades en lo referente a las tortillas de patatas.

Algunos de los que no podemos asistir sí pasamos por casa unas horas antes la misma noche de nochevieja para recoger nuestras correspondientes raciones que pasan a buen recaudo, léase congelador en este caso, para encontrar su momento propicio de degustación celebrativa.

Este año, les hemos dejado poco margen. Otros, suelen aguantar hasta febrero; pero en esta ocasión, el 15 de enero nos ha parecido la fecha adecuada para compartirlos

en una comida, donde los tres miembros que invitábamos nos hemos afanado en poner parte de nuestro ‘saber y hacer culinario’ en la mesa. Somos cocinillas en distintos grados que parecen ir mejorando con las nuevas generaciones.

La madre

El padre

Y el hijo

No somos de complicarnos. Somos más del modo ‘disfrutón sencillo’ y de tener tiempo para la conversación. Quizás la comida compartida esté muy cerca de la lectura y de la cultura en ese espíritu ‘zaidiano‘ de seguir buscando excusas constantemente para conversar y hacer tertulia.

Claro que en esto, también hay una diferencia entre la comida/lectura/tertulia sosegada que es el primor por lo bien hecho que necesita su tiempo y la comida/lectura/tertulia rápida-basura.

Así que a las personas que a veces me señalan con el dedo de manera cariñosa, y a ratos noto que envidiosa, diciendo que me paso el día comiendo, les diré que se equivocan. Que están mirando el dedo y no la luna. Lo que intento y me gusta es buscar momentos para la conversación, la tertulia y el estar con otras personas y la mesa donde se nos presenta la comida y/o los libros sigue siendo una excusa maravillosa.

¡Feliz domingo¡

La Llocura abrió en Mieres en agosto, sin prisa y sin ruido

Un punto de venta de libros no tiene por qué ser una librería y una librería —en cambio— puede ser, en cambio, muchas otras cosas. (Jorge Carrión en La lectura en España. Informe 2017; pag. 115)

Así nos lo contaron ellos

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En agosto, empezaron su andadura en La Llocura, de la que hoy doy por aquí cuenta.

El texto de presentación o la carta de intenciones que Eva, Altea y Miguel nos presentan y de la que os hago llegar algunas de las líneas sustanciales marca con claridad su campo de juego.

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Hartos estaréis de todos aquellos que presumen de ser diferentes, nosotros no vamos a hacerlo, pero queremos que sepáis que este proyecto cultural, que no es ni librería ni café sino todo lo contrario, ha nacido gracias a la financiación de Triodos, la entidad más puntera de la banca ética, y de algunos incautos familiares. También es bueno que sepáis que cada minuto de luz que consumís en nuestra pública casa procede exclusivamente de cooperativas que gestionan energía 100% renovable, con lo que no estaréis ayudando a engordar las cuentas de aquellos que os matan de frío justo antes de que os desahucien. Os diré también que si algún día os sentís solidarios podéis tomar un café, un té e incluso un refresco procedentes del Comercio Justo. Igualmente nos gustaría deciros que tanto las mascotas como los niños educados tienen siempre abierta la puerta, el resto se puede quedar en el bonito parque que hay justo enfrente de nuestra terraza. También os decimos que aquellos libros que no tenemos en la tienda, los pedimos y llegan más rápidamente que desde Amazon, ese ente que no puede sonreírte ni mirarte a los ojos. Y para terminar, os podríamos contar que nuestra intención es programar miles de millones de actos culturales, pero eso esperamos que lo veáis con vuestras propias y ávidas pupilas.

Eva, Altea y Miguel.

Bienvenidas a la aventura esta nueva librería o todo lo contrario.

¿Pensarán los libreros franceses que es en España donde las librerías viven una situación dorada?

El punto de vista, marcado en gran parte por la posición desde donde miramos las situaciones, es importante y a veces clave a la hora de abordar los problemas.

En este lado de los Pirineos parecemos envidiar las políticas culturales y de defensa de la librería que existe al otro lado de las montañas porque tenemos la sensación que la música suena bien y parecemos concluir a partir de ese sonido que todo debe ir mejor que aquí.

Cuando luego esas sensaciones, que es lo que en el fondo son, se cruzan con los datos, quizás el asunto no esté tan claro.

¡Cuidado! No quiero decir con esto que no debamos aprender o tomar en consideración para su posible adaptación políticas y acciones del otro lado. Lo que quiero señalar es que igual la realidad que esas políticas y acciones han conseguido puede ser peor en algunos aspectos que la que tenemos a este lado del Pirineo.

Creo que de lo que se hace en Francia se puede aprender mucho. Así lo he señalado en alguna otra ocasión en este blog, sobre todo en lo que hace referencia a políticas y líneas de acción relacionadas con las librerías.

Ayer mismo, sin ir más lejos, hablaba de la reflexión y línea de trabajo en torno al libro usado por parte de las librerías y citaba un documento elaborado en Francia.

Hoy, acerco también para su lectura otro documento elaborado al igual que el de ayer por la Agence Régionale du livre Provence-Alpes-Côte d’AzurLivre et numérique: Enjeux – InnovationsIntentaré abordar y reflexionar sobre el contenido específico del mismo de manera más amplia en posteriores ocasiones.

Hoy me interesa resaltar para que seamos conscientes, en este lado de los Pirineos, lo siguiente:

  1. Mantienen con mucha más claridad y radicalidad el discurso de la diversidad y la creación.
  2. Cuando vemos la realidad de mercado de las librerías quizás nos llevemos algunas sorpresas si lo comparamos con la situación en España.
    1. En Francia las librerías parecen tener el 22% de la ‘tarta’ comercial’. En España, según los datos de Comercio interior de 2015, las librerías tienen el 35 % de la tarta y si les sumamos las cadenas de librerías tienen el 52,6%.
    2. El volumen de negocio global en Francia para el 2014, año de los datos es de 2.517 M de euros y en España en 2015 se sitúa en 2.257 M de euros. Es decir, la penetración y el peso de la librería en España en el negocio global parece ser mayor.
    3. En Francia, dicen ellos que con 3.000 librerías independientes disponen de la red más densa del mundo de librerías independientes. Puede ser. Si comparamos esas cifras con los puntos de venta en España, que podemos situarlos en torno a los 3.500, unos cientos arriba o abajo, vemos que la red es casi tan tupida como la francesa y además parece tener más cuota de mercado.
    4. Qué hay por lo tanto que envidiar a los franceses en lo relativo al potencial de la red de librerías y a la parte de tarta que se consigue sobre el negocio global. Quizás nada o poco. ¡Cuidado de nuevo! Eso no quiere decir que muchas de las ideas y propuestas puestas en marcha en Francia no puedan ser, lo son de hecho, de sumo interés, pero no nos rasguemos tanto las vestiduras en relación al número de librerías y demás.
    5. Sí es más interesante y preocupante, porque la realidad será posiblemente muy pareja, el hecho de que la librería en Francia, y aquí sí que probablemente la española sale peor parada, es uno de los sectores de comercio al detalle con menor nivel de rentabilidad, llegándola a considerar una ‘anomalía económica’. Digo que es probable que la situación española sea peor porque los márgenes/descuentos son por lo general inferiores a los que las librerías tienen en Francia.
  3. Quizás convenga bajar el volumen de voz en relación al descenso de los puntos de venta. Probablemente tanto en España como en Francia sean superiores a la demanda generada por los libros. Los mestizajes y otras fuentes de negocio que conviven con el libro permiten en muchas ocasiones esa capilaridad. Lo que sí parece claro es que hay dos claras líneas sobre las que trabajar:
    1. Los márgenes y condiciones comerciales. Aquí, como bien señala Manuel Gil, sí creo que conviene mirar a Francia y plantear modelos de buenas prácticas que den aire a esa ‘anomalía económica’ que es la librería.
    2. Si se cree al mismo tiempo el papel de ‘tejedor de ciudad’ que la librería puede tener algo debería de pensarse, más allá de lo ya iniciado, desde las miradas de lo público/administrativo.
  4. Todo lo anterior se refiere lógicamente a lo que irónicamente señala Jordi Carrión en Librerías: desapariciones, permanencias, metamorfosis que forma parte de La lectura en España. informe 2017. cuando escribe: Supongo que si le dijera a Ferlinghetti que su establecimiento es una «librería cultural», sonreiría irónico por la redundancia.

Si en cambio lo miramos desde el negocio, quizás los libreros franceses quieran venirse a España a pillar mayor cacho de tarta.

 

 

Para la lectura, tampoco es necesario que el libro sea nuevo. No despreciemos 800 millones de euros

Ya he hablado por aquí con anterioridad de la reactivación que se está produciendo en el mercado del libro de segunda mano.

Elena Sierra escribía este fin de semana un amplio artículo en El Correo, Libros a 3 euros con los que salen las cuentas, en el que leemos al principio:

No es habitual que la gente acuda a la librería con el carrito de la compra. A mirar y adquirir libros se suele ir con las manos en los bolsillos. O al menos eso era lo ‘normal’ hasta hace poco, hasta que comenzaron a abrirse locales que compran o aceptan donaciones de libros para después volverlos a poner en la cadena. La idea es que tengan una nueva vida; una que, por cierto, escapa de las estadísticas del sector, que contabilizan los volúmenes editados cada año y las ventas de primera mano. Pero hay todo un mercado para los que ya han sido leídos y sus dueños no quieren guardar. Es un negocio en ascenso…

En España, que yo sepa, no disponemos de cifras fiables y reales de cuánto supone este ‘mercado de la lectura’. Seguimos sin tenerlas, pero, nuestro vecinos franceses nos dan algunas pistas de por dónde pueden moverse los números.

Os puedo asegurar que en el país vecino no son nada despreciablesy bastante superiores al mercado digital sabiendo que en ambos casos nos movemos sobre apreciaciones.

La Agence Régionale du livre Provence-Alpes-Côte d’Azur acaba de publicar una guía que lleva por título Le Livre d’occasson en librairie con el clara convencimiento de que existe, ya existía pero parece que ahora con la crisis más, un importante nicho de negocio que en el país vecino lo sitúan en el año 2014, ¡atención! en 800 millones de euros, según una estimación del sociólogo Vicent Chabault. En ese año, el mercado del libro electrónico se situaba en Francia en 64 millones de euros.

Las dimensiones de comercio interior en Francia y España no están tan alejadas como para no poder sacar algunos aprendizajes o genrar algunas reflexiones.

Que el fenómeno de la venta de segunda mano es creciente es un hecho claro.

Que el mismo ha cambiado de aires lo es también.

Que todavía son pocos los espacios libreros donde se da una convivencia entre el libro nuevo y el de segunda mano también es claro y creo que en algunos casos, merece la pena pensárselo.

Me gustaría, en cualquier caso, que este ‘globo sonda’ fuese leído desde algunas de las claves reflexivas e interrogativas que Jorge Carrión plantea en su texto Librerías: desapariciones, permanencias, metamorfosis que forma parte de La lectura en España. informe 2017.

1. Las librerías deben dialogar con las prácticas contemporáneas y deben enfrentarse a sus propias verdades. Las verdades pueden ser incómodas.

2. El itinerario del consumo cultural en el siglo XXI es necesariamente bastardo. Fluctúa entre espacios muy diversos. Y entre el papel y el píxel.

3. Las librerías, concretamente, son embajadas que no tienen otra razón de ser que tender puentes, superar límites. Experimentar.

4. La clave es la convivencia. Esa palabra define nuestra época en la que confluyen todas las épocas… Los objetos culturales también son textos.

Dicho todo lo anterior… esos posibles 800 millones mejor no dejarlos pasar de largo ¿no?

El mensaje… va más allá del logo…

 

Donosti. Garoa y Re-Read: espacios donde pasar parte de nuestro tiempo vital

Una parte de lo mejor de la vida se la ha pasado uno en dos lugares a la vez clausurados y públicos, los cines y las librerías, así que la inclinación que sigue conservando hacia ellos no es únicamente práctica, de espectador de películas y comprador de libros, sino también sentimental, como la que podría llevarlo hacia algunos bares, una lealtad incondicional de adicto, de huésped, casi de refugiado. (Antonio Muñoz Molina; Las librerías; El País; 8 enero 1997)

Ya hemos reflexionado en otras ocasiones sobre el papel importante que pueden jugar los mediadores, las librerías en este caso, pero también probablemente las bibliotecas desde su ámbito de servicio público.

He vuelto a pasar un par de días en Donosti donde es un gusto pasear y dejarse llevar.

Diré que he vuelto encantado después de comprobar que:

  • Garoa sigue viva. Cuando digo viva, no quiero decir abierta, sino con sangre, ganas, movimiento e ideas después de haber ya superado los dos primeros años de andadura. Y, por supuesto con libros y con una apuesta clara por el ‘papel lleno de calidad’ y seleccionado por el librero. Así al igual que gace pocas fechas Carme Fenoll hablaba refiriéndose al ámbito de las bibliotecas del papel estratégico de la prescripción, Imanol me comentaba su apuesta, también, para buscar más tiempo para la selección que en el mundo de la librería es uno de los modos y maneras de ejercer la prescripción: mostrar y resaltar aquello que se cree que merece la pena. Garoa, además, ha madurado y ha enriquecido el espacio con una oferta más marcada y personal fruto, probablemente, del buen hacer y del propio intercambio con los clientes, enriqueciendo de esta manera su propio ‘imaginario librero‘. Todo ello hecho con los pies en el suelo y siendo conscientes del hecho de que ‘si no hay pasta no hay proyecto’.

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Un rato antes, me había acercado por primera vez a la Re-Read de Donosti que está casi a la vuelta de la esquina de Garoa.

Me quedé asombrado. No ya por el orden, clasificación y volumen del fondo que ya lo conozco de otros ‘espacios’ Re-Read, sino también por la apuesta y puesta en escena en el propio local que me pareció fantástica, invitando claramente a dejarse llevar por el tiempo que los libros vayan marcando, sin ninguna prisa ni agobio.

Libros nuevos en un caso y usados en otro, pero perfectamente arropados y contextualizados en espacios que invitan a ir más allá de los años y usos de vida de los ejemplares y permanecer en los espacios.

Son, como bien dice en Clarín Verónica Abdala, después de hacer un recorrido por unas cuantas librerías de Buenos Aires, pequeños placeres de la vida del lector que uno espera poder seguir permitiéndose.