Leo con interés el artículo de eldiario.es La literatura ‘menos rentable’ logra las ventas más estables En el mismo, con La Fuga como centro, se enumeran un conjunto de librerías definidas como independientes por el autor: Cambalache (Oviedo), Traficantes de sueños (Madrid), La Pantera Rossa (Zaragoza), Katakrak (Pamplona), Bakakai (Granada) o La Clandestina (Cádiz)- de las que se dice que “somos una red que ofrecemos más que la venta: prescripción librera, el servicio de proximidad del comercio tradicional y la creación de comunidad abriendo los espacios a actividades culturales”.
De algunas de ellas hemos hablado en más de una ocasión en este blog y nos han servido de acicate y modelo para plantear distintas reflexiones y propuestas. Traficantes, Katakrak, La Pantera Rossa, La Fuga han tenido, tienen y seguirán teniendo presencia por aquí y su praxis y modo de hacer me han sugerido más de una reflexión.
En este blog he hablado y utilizado con frecuencia el concepto de librería independiente. Basta con consultar todos los contenidos que incluyen precisamente esa etiqueta, librería independiente. Incluso, recientemente, he movido y animado a firmar la Carta de los libreros independientes.
Echando la vista atrás, me he reencontrado con un artículo que escribí en el primer número de Texturas que podéis adquirir si la curiosidad os puede por 4,99 euros en pdf. El artículo llevaba por título Edición, ¿independiente o interdependiente? y tenía como base una encuesta realizada entre agentes del sector del libro.
La reflexión o el planteamiento creo que es igualmente válido para las librerías.
Recupero del mismo los rasgos descriptivos que fueron recogidos de entre los propuestos por los encuestados:
Nivel de decisión/autonomía, entendida como libertad absoluta de criterios
de decisión y no pertenencia a ningún grupo editorial o empresarial,
junto con una independente política e ideológica.
— Identidad, entendida como un proyecto personal que responde a criterios
sociales y culturales.
— Estructura mínima, en la que se controlan todos los procesos y en la que
editores y propietarios son los mismos.
— Economía independient y no subvencionada.
— Actitudes de riesgo que se concretarían en:
• Editar libros que una gran editorial no publicaría. Colecciones arriesgadas.
• Nuevas voces o recuperación de títulos.
• Audacia.
• Mentalidad innovadora y vanguardista a la hora de elegir títulos.
• Capacidad de iniciativa, con atención a lo rompedor.
• Temáticas o autores que se salen de las tendencias del mercado.
— Comercialización: apuesta por la librería.
— Autores: relación personal y valoración de los mismos como esencia clara de la independencia.
Y recojo, también, la conclusión que planteaba:
Alejandro Katz, en una brillante reflexión en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, señalaba que probablemente una de las claves de lectura está en el ámbito de relaciones que cada uno marca con el resto del sector. En esta sociedad en red ésta parece ser una de las tendencias más claras. La propia independencia, tanto de las librerías como de las editoriales, vendrá definida y delimitada, en gran medida, por su red de relaciones significativas y la misma, la red, es clave tanto para dar sentido desde la librería a sus comunidades de lectores como para la editorial a la hora de saber y conocer dónde van a encontrar sus libros a medio y largo plazo su adecuado acomodo.
Creo que la reflexión planteada hace ya 11 años sigue siendo esencialmente válida.
Así que, quizás, permítaseme el juego, Nuestra independencia son los otros.
Por cierto, muy sugerente la propuesta de La Fuga
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