Cuando ocurre lo improbable… ¿en cultura también?

Así se titula el artículo que firma hoy domingo en El Correo Daniel Innerarity. Me ha parecido muy sugerente en un momento en que desde algunos sectores relacionados con la cultura se intenta medir, predecir y, quizás, indirectamente dirigir el futuro del gusto desde unos planteamientos reduccionistas y, en mi opinión, unidimensionales y equivocados.

Innearity centra su análisis en el ámbito de la política y la democracia, pero las actitudes y la reflexión sobre los fenómenos que formula creo que, como terreno para la reflexión y análisis de sus posibles consecuencias, son extrapolables a otros sectores como puede ser el de la cultura.

Me interesa de manera particular la dificultad que señala para intentar definir y/o adivinar el futuro de anticiparnos a lo que pueda suceder y quizás, ante este hecho, el interés que puedan tener algunos por decirnos, mirando al pasado, qué es lo que tiene que suceder y obviar el espacio de la incertidumbre y, también, el del error como espacio para el crecimiento y el cambio.

Señalo algunas frases recogidas en el articulo. Os invito a leerlas no sólo desde el punto de vista del análisis político, que también, sino desde el ámbito de la cultura, sus soportes y productos. Creo que no os resultará complicado encontrar algunas posibles equivalencias.

  • No tenemos ningún control sobre el mundo, ni en términos de anticipación teórica ni en lo que se refiere a su configuración práctica.
  • ¿Cómo hacer previsiones cuando no estamos en entornos de normalidad y nada se repite?
  • Estamos en una época cuya relación con el mañana alterna brutalmente entre lo previsible y lo imprevisible.
  • Hace no muchos años el debate era si los cambios se producían en nuestras sociedades mediante la revolución o la reforma. Actualmente el cambio no se produce ni por lo uno ni por lo otro, ese ya no es el debate, sino por un agravamiento catastrófico de factores en principio desconectados.
  • Lo que convierte a la política en algo tan inquietante es el hecho de que sea imprevisible cuál será la próxima sorpresa que la ciudadanía está preparando a sus políticos.
  • Estamos utilizando términos huecos («significantes vacíos» los llaman quienes aspiran a obtener alguna ventaja de esta resignificación) y esta vacuidad pone de manifiesto qué poco entendemos lo que está pasando. Necesitamos urgentemente nuevos conceptos para entender las transformaciones.. y no sucumbir en medio de la incertidumbre que provoca su desarrollo imprevisible.

Si estas dudas e incertidumbres se ciernen sobre la política qué no se cernirá sobre la cultura y la creación como reflejo además en ocasiones de la divergencia o o de nuevas propuestas de sentido y de lectura expresiva de la realidad.

 

Nuria Rita Sebastián Cisneros de Casa Tía Julia en Ciria. Un espacio al tamaño de las personas

Nuria Rita Sebastián Cisneros

Me llamo Nuria Rita Sebastián Cisneros, y el «Rita» es un misterio que mi madre nunca ha querido aclarar…

Trabajo como consultora web freelance mientras en paralelo convierto una casa de pueblo en un refugio de ideas, Casa Tía Julia, en Ciria (Soria), un pueblo de 40 habitantes en invierno y unos 250 en verano.

La idea de poner este proyecto en marcha vino motivada por Carmen Martín Gaite, que decía «normalmente se sueña una cosa y se hace otra, no te dejes engañar» y por la necesidad de volver a ese «ritmo lento» que ella defendía.

Considero que mi apuesta profesional es una pequeña utopía y se caracteriza fundamentalmente por ofrecer lo que en otros sitios falta: tiempo para pensar y desarrollar proyectos, de todo tipo, desde artísticos a tecnológicos. Casa Tía Julia es un espacio de trabajo y talleres en un entorno rural para atraer personas que aporten sus conocimientos al pueblo y que, además, aprendan también de las personas de aquí.

Me gusta porque me permite volver a mis raíces y recupera el espíritu de mi tía-abuela Julia, que era una gran conversadora, con una memoria fantástica, a quien le encantaba contar historias y hablar con la gente.

Cuando tenía doce años quería ser periodista y escritora. No me he alejado demasiado, ahora soy editora y gestiono contenidos y páginas web. De pequeña no hubiera podido decir «quiero ser arquitecta de la información» porque esa profesión todavía no existía 🙂

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En Katakrak son unos cracs

El martes a la mañana, al salir de Katakrak, pensaba en la importancia y el cuidado que hay que poner en el trato y que Eduardo había puesto conmigo.

Escaparate Katakrak

Suelo disfrutar y me gusta desenvolverme a mi aire, modo y manera en las librerías que visito. No negaré que en algunas puedo ser conocido o reconocido, pero me gusta, en principio el vagabundear por el espacio. Soy, de los clientes que prefieren preguntar que ser preguntados.

Y fui a buscar mi oxígeno a las bibliotecas y librerías. Bibliotecas, grandes y pequeñas librerías en las que entraba cada día, que exploraba una por una, intentando descubrir en cuál me sentiría más a gusto, durante los próximos meses, quizás años. (Pierre Péju; El librero Vollard; Tropismos, pag. 75)

Pasé un buen rato vagando, mirando, ojeando y hojeando, viendo qué me llamaba, que libro se me ponía a tiro o yo en su punto de mira.

Ya fue una buena señal encontrarme  Informe de lectura casi nada más entrar.

Subí a la segunda planta donde las veces anteriores que había estado estaba, y sigue estando, la sección que yo denomino de ‘libros sobre libros’.

Creo que en estos momentos es una de las más amplias, si no la más, que se puede encontrar en las librerías españolas. Multipliquen la foto por cuatro. ¡Espléndida!

Libros sobre libros en Katakrak

 

Al pagar y pedir factura, una forma al final de darse a conocer, Eduardo me preguntó con toda la delicadez por La tres catorce. Ahí pegamos la hebra y entre pedido, cobro, consulta, recomendación a las personas que entraban  fuimos llevando la conversación sobre libros, librerías, modelos, futuros, problemas, sueños…

A la tarde volví con Manolo a disfrutar, ahora los dos, e hilar de nuevo la conversación de la mañana. Aprovechamos además para conocer el increíble espacio que tienen para las presentaciones y actividades de ‘formato grande’.

Más compañeros se sumaron a la charleta y fue, mañana y tarde, un gusto en la atención, la normalidad y el reconocimiento mutuo.

Así que los dicho… Los de Katakrak son unos cracs y con las ideas, a su modo y manera que es como debe ser, bastante claritas.

Qué sugerente es ver crecer y cambiar los proyectos en el tiempo… y ver cómo siguen con vida e ilusión.

Iniciando el año 14

Este blog, en sus distintas variantes y dominios, nació un día tal como hoy del año 2004.

Inicio por lo tanto la decimocuarta temporada. A lo largo de todos estos años he visto nacer y desaparecer a muchos blogs, he podido constatar, también los cambios de tendencias e incluso de su papel. He oído y leído como lagunas personas firmaban también su acta de defunción comprobando que los adanistas y amigos de la muerte ajena son unos cansos.

Pero por aquí sigo y seguiré.

Bienvenido seguiréis siendo los que os queráis acercar.

Casualidad que el día de aniversario esté en Pamplona pudiéndolo celebrar con una buena amiga y disfrutando ayer de una agradable visita y charla con la gente de Katakrak.

Esturión per se de Navarra en dos texturas de El Gaucho

De esto hablaré con más calma quizás hoy mismo o mañana.

De bicis y libros. De tiendas de bicis y librerías. Julen Iturbe

Poco voy a añadir a lo que puedes leer a continuación que es réplica fiel de lo que Julen a reflejado en su blog.

Sólo añadiré tres reflexiones más. La primera vino relacionada con su última escapada en bici que aunque no la hablamos en el ámbito que a continuación se señala, tiene también todo su sentido. La importancia de la mirada y la acogida en un primer momento al que llega que a veces es mucho más importante que la apariencia externa del espacio.

La segunda, qué fácil es a veces ‘pegar la hebra’ e ir haciendo ‘ juegos cruzados y leyendo y aplicando posibles visiones de un campo a otro.

Una tercera, que quizás de manera directa o indirecta tenga reflejo en el número 33 de Texturas. ¿Sabíais que empresas que llevan ya años, muchos años dedicándose al big data, tienen cada vez más gente, sí personas no máquinas, leyendo?

Lo que viene a continuación es ‘corto y pego’ fiel de lo que Julen ha escrito y que comparto en todos los sentidos.

Entrada original en el blog que Julen Iturbe ha puesto en marcha con motivo de su tesis doctoral, mtbinnovation.

Hace unos días tuve una agradable reunión con Txetxu Barandiaran. Como no podía ser de otra forma, hablamos de libros y de bicis. Y tirando del hilo también lo hicimos de librerías y de tiendas de bicis. Pues bien, dándole vueltas al asunto, creo que hay cierto paralelismo entre ambos sectores, al menos en tanto puntos de venta y cómo deben evolucionar hacia nuevos territorios.

Comienzo por la diferencia más evidente: el libro  sufre la digitalización porque esta se convierte en un posible competidor a la hora de experimentar el producto. La bici, al margen de que los simuladores avancen lo que no está escrito, todavía se aferra a la experiencia de producto físico que no tiene comparación con ninguna experiencia digital. Quién sabe, tiempo al tiempo, pero no de momento no hay color: se disfruta pedaleando de verdad, no sentada/o en un simulador.

Pero a lo que íbamos: la tienda donde compramos las bicis y la librería. Me decía Txetxu que quería poner sobre la mesa las lectorerías frente a las librerías. El giro es evidente: ponemos el foco en la persona usuaria (quien lee) y no en el producto, que se entiende un medio para un fin. Y ahí la pregunta, sea en las actuales librerías o en las tiendas de bicis, es la misma: ¿cómo se diseña una experiencia de cliente que le aporte valor? Bufff, la pregunta del millón. Hay que echarle imaginación pero la clave está en salir del producto y codiseñar desde o con la persona usuaria. Lee este post de Txetxu y podemos extraer unas cuantas claves… ¡de aplicación también a las tiendas de bicis!

Orbea, por ejemplo, tiene en marcha en Barcelona desde hace tiempo Campus BCN, un espacio más allá de la tienda tradicional. Puede ser un ejemplo de por dónde avanzar. La tienda concebida como una especie de club social, un lugar donde la gente acude en tanto se siente perteneciendo a un determinado grupo social. Y allí, en aquel espacio, no se puede caer en la tentación de que todo sea vender. Sí, claro, hay que vender, pero deben incorporarse muchos matices para que las personas se sientan envueltas en unos valores, una forma de entender la relación con el producto, con lo que son y lo que hacen.

Desde luego que el reto es cada vez más relevante porque la experiencia de compra en Amazon, por poner un ejemplo, es brutal. Me lo llegó a decir una de las personas que entrevisté en Orbea. Si de compra pura y dura hablamos, esa experiencia en un portal de venta en Internet es fantástica, mucho mejor que la que obtenemos en la mayor parte de las tiendas físicas: localizar el producto, comparar precios, proceso de compra sencillo, envío asegurado, sin problemas si queremos ejercer el derecho a desestimiento…

En fin, librerías y tiendas de bicis tienen un reto por delante: repensarse desde lo que hoy en día son aspiraciones de las personas usuarias. Hay que ir más allá. Y conste que no descubrimos nada nuevo porque ya hay mucha librería y mucha tienda de bicis que está dando el paso de comprender que el producto y su venta son solo parte del negocio.

Nota aclaratoria.- En nuestra investigación para el doctorado no incluimos a la tienda en la recogida de datos por no añadir complicación pero queda como una línea a futuro que creemos merecería la pena fuera abordada como materia prima para ¿otra tesis doctoral? 😉

La foto es de Álvaro Ibáñez en Flickr.

Aixerrota-Plentzia

Espectacular mañana de domingo.

Sol, brisa, buena temperatura y mejor compañía para hacer la ruta que va por la costa desde el molino de Aixerrota hasta Plentzia.

Horas de contemplar la naturaleza, de pasear-marchar tranquilos, de conversar, parar, mirar, fotografiar, almorzar, gozar del sol.

Sin prisa..

Para tener nuestro recuerdo particular del Día del Libro conn esta imagen en el camino…

El caminante no elige domicilio en el espacio, sino en el tiempo: el alto de media tarde, el reposo de la noche, las horas de comer, inscriben en el tiempo una residencia que se renueva cada día. El caminante es quien se toma su tiempo y no deja que el tiempo lo tome a él. (David Le Breton; Elogio del caminar; Siruela, pag. 36).

Imágenes para el recuerdo.

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Francisco, Gonzalo y Alfonso, los Tipos Infames de Madrid. Nuestra apuesta es el funambulismo, como todos los libreros y en general el mundo de la cultura.

Nos llamamos Francisco Llorca, Gonzalo Queipo y Alfonso Tordesillas y desde 2010 trabajamos en Tipos Infames.

Abrimos Tipos Infames en la creencia de que era necesario redefinir el concepto tradicional de librería para adaptarlo a los nuevos tiempos. Por ello además de estar especializados en narrativa literaria de carácter independiente hemos intentado diversificar la actividad articulando un espacio dinámico y abierto a la cultura. Para ello nuestro espacio cuenta con diferentes ámbitos en los que desarrollar sus actividades: librería, sala de exposiciones, cafetería, enoteca…

Nuestra apuesta es el funambulismo, como todos los libreros y en general el mundo de la cultura. Atravesamos constantemente la cuerda floja sin fin, felices por nuestro oficio pero con el riesgo y la fragilidad del entorno en el que estamos.

Nos gusta  porque es pasional y lo vivimos con intensidad. Tipos Infames nace de la pasión literaria y la amistad de Francisco, Gonzalo y Alfonso. Hacer lo que te gusta con la gente que quiere debería de ser obligatorio en la vida, así todo es más fácil.

Cuando teníamos doce cada uno quería ser una cosa. Creo que con esa edad deseas algo con éxito o reconocimiento social: futbolista, bombero…

Cuando nos toca explicarle a una persona que no conozco por qué nos gusta nuestro oficio le decimos que por los intangibles que nos aporta. Seguramente todos los trabajos se parecen, pero trabajar con algo que te apasiona va más allá. Poder seleccionar, recomendar, defender determinada literatura en la  que crees y  te entusiasma proporciona grandes satisfacciones. Además, aunque es un mundo en continua precarización, las relaciones personales que se establecen con los lectores son francamente bonitas, las recomendaciones bidireccionales, las conversaciones sobre libros…

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Día(s) del Libro….un poquito de ironía y una sonrisa, por favor

La celebración del Día(s) del libro se va pareciendo cada vez más a la variopinta situación española.

Así que el titular El día del Libro se celebra el 23 de abril es como un chiste o un rumor comparado con la realidad.

¿Quién va a celebrar este año el día del libro ese día y sólo ese día?

Algunos andan ya de celebración.

Estoy incluso convencido, me lo dice mi algoritmo, que el año que viene el sector sacará un autobús para celebrarlo e irá peregrinando durante toda una semana con sus invitados especiales, sus paradas, delante de Amazon, por ejemplo, que les encantaría a los libreros, la Troupe institucional.. ¡Una juerga!

Está bien, por un lado que se empiece a romper esa monotonía del Sant Jordi, el libro y la rosa, que sonaba casi a misa, mantilla y misal y pase a ser algo más abierto, más carnavalesco, más de cuando me apetece… En Barcelona dicen que va a tener hasta verbena y, por si acaso, la pela es la pela, duplican la festividad.

Claro que todo este meneo les deja a los fieles creyentes digitales sin referencias de que normativa hay que aplicar.

Para eso los de Madrid parece que se lo montan mejor y en vez de Día, le dan a la Noche que siempre tiene un carácter más golfo y de más alevosía. Desde luego parece que lo que son ‘golfos’ no les faltan últimamente. No he visto en el programa si hay alguna celebración modo ático.

Lo de las fechas es ya un sinvivir. De viernes a domingo cada uno a su aire y como le cuadre. Todo vestido además como con aire de oficialidad.

Las andaluzas lo adelantan al viernes 21. Podrían mover también las procesiones, digo yo…

En fin, todo este meneo de lo quito, lo pongo, lo cambio, lo duplico, quizás es un pequeño reflejo de que donde se busca la fiesta es en el bolsillo de los lectores. Quizás, si aceptamos, el aire más golfo y carnavalero no está mal que con ello se muestren en parte algunas de las ‘vergüenzas’ de este sector que se dice cultural. ¿o no?

Con todo y más ¡feliz día del libro con un poquito de humor y sana autocrítica!

Por cierto… ¡Mejor con borraja que con rosa!

Al fin y al cabo… somos grises…

 

 

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Euskadi. Panel de hábitos culturales. Sugerente…

El Panel de Hábitos del Observatorio Vasco de la Cultura tiene por objeto profundizar en la comprensión de los hábitos culturales de la población. Un estudio de panel implica el seguimiento de una misma unidad muestral a lo largo del tiempo y permite observar circunstancias a nivel individual que ayuden a caracterizar patrones de cambio.

El capítulo de Resultados, algunos de los cuales me han parecido sugerentes, es el que da cuerpo el trabajo que se organiza en seis secciones, analizando los siguientes aspectos o fenómenos:

— Caracterización del consumo

— La percepción subjetiva del cambio de hábitos

— Las variables explicativas de la intensidad de consumo cultural, de su variedad y del consumo cultural digital

— Análisis de las motivaciones psicológicas para el consumo cultural — Tipología de consumidores culturales

— Variables explicativas en el consumo cultural en euskera (Se trata del bloque coyuntural de esta oleada)

Acceso al resumen del panel.

Acceso al informe completo de resultados.

A tener en cuenta:

  • A mayor edad se acude más veces a espectáculos de artes escénicas y a exposiciones, se lee menos y se va menos al cine.
  • Hay cierta asociación entre las personas más activas culturalmente y la percepción de que han mantenido o aumentado su consumo. Distintas variables como la intensidad de consumo o la importancia que dan a las actividades culturales muestran asociación con la autopercepción de mayor consumo cultural.
  • La posición socioeconómica resulta poco relevante para explicar la intensidad de consumo de las personas de la muestra. — La dimensión de prácticas y valores culturales es la más explicativa.

  •  Los resultados confirman una evidencia: la edad es un factor crucial para entender el consumo digital. Los más jóvenes son los que muestran un consumo cultural en formato digital mayor. Así como la diversidad del consumo no parece significativa para entender la intensidad de consumo digital, sí lo es la cantidad de consumo cultural considerada de forma general.
  • Las personas que más consumo cultural realizan, tienden a realizar un mayor consumo digital. Así, podría interpretarse que el consumo digital permite intensificar el consumo. Por otra parte, los resultados muestran también que tener otras aficiones se asocia positivamente con el consumo digital. Es decir, el hecho de tener otras aficiones, por lo menos en el caso de personas culturalmente activas como las que conforman la muestra, no disminuye el consumo cultural (no ha sido relevante en los anteriores modelos) sino que lo transforma dando lugar a un consumo digital.
  • La transición de las personas hacia la vida familiar implica un cambio en su consumo cultural. Las diferencias, además, muestran que se trata sobre todo de un cambio de tipo cualitativo (a qué actividades asiste) y no tanto cuantitativo (cuántas actividades se realizan).
  • La percepción de la actividad cultural como valor representa un empuje motivacional que guía de forma importante las actitudes de las personas inclinándolas hacia un mayor consumo cultural.
  • Particularmente sugerente por novedoso, por lo menos para mí, me ha parecido el análisis sobre las necesidades emocionales, sociales, simbólicas y culturales que pueden tender a cubrir distintos tipos de manifestaciones culturales (cine, concierto, espectáculos, exposiciones, bibliotecas) (pag. 16)

 

Mañana nace Caótica en Sevilla. Somos el resultado de los libros que leemos, los viajes que hacemos y las personas que amamos

Caótica nace oficialmente mañana 20 de abril en Sevilla.

Un artículo del ABC me puso sobre la pista del este nuevo espacio cultural con historia. Y digo con historia porque en La extravagante está su origen obligado a mutar por unos precios de alquiler que tienden a enviar en muchos casos a las librerías a espacios de menos tránsito y de segunda línea.

Algún día quizás merezca la pena reflexionar despacio sobre cómo las formas y modos del negocio ha creado una estructura de escaso margen bruto y que parece nadie quiere cambiar.

La noticia me trajo a la cabeza las siguientes palabras…

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Más recientemente Sonia Domínguez, con mimo y cariño, nos cuenta un poco más del proyecto en Letras anfibias.

Subrayo algunas de las ideas del artículo que me parecen más sugerentes:

  • Se trata de Caótica, un “espacio cultural y de intercambio humano”, vertebrado por el libro y que se basará en la conjugación de tres factores: espacio, fondo y vínculo. 

Diría que, como idea, se acerca mucho al concepto que ahora me gusta manejar de Lectorería.

Y también esos ejes de espacio, fondo y vínculo los había puesto de manifiesto ya hace un tiempo (2005) Gabriel Zaid: Lo competitivo de una librería está en el surtido (amplitud, foco), el lugar (agradable, de fácil acceso), el personal (conocedor, cumplidor, ayudador, sin ser metiche)

  • Establecer una librería de mediana dimensión, sin perder trato humano y vínculo emocional, fortaleciendo la selección y la prescripción.
  • La que gestiona, la que vertebra todo el espacio es la librería y, en torno a ella, van todos los compañeros de viaje. Nuestra intención es potenciar la cultura del libro. Vendemos libros y potenciamos la relación con el libro”.
  • Vamos a intentar dar un salto de calidad como libreros, como prescriptores y como lectores, incluso”, detalla Maite.“Nos queremos nutrir de la plataforma de lectores que mueve el proyecto. Las recomendaciones que se dan a pie de estantería queremos convertirlas en texto y potenciar la parte de los colaboradores para que haya un blog de prescripciones con mucho movimiento”.

Como tantas otras veces el deseo de ¡Larga vida! Ojala que esos vínculos se fortalezcan y que el espacio genere vida, proyectos y sueños a través de los libros y la acción cultural por largo tiempo…

Txetxu Barandiarán: «Debemos mover el foco desde los soportes hasta los lectores»

Con motivo del encuentro Librerías 400 años después, celebrado en mayo de 2016, Pedro de Alzaga me realizó una sosegada y amplia entrevista.

Me gusta y comparto el titular que ha seleccionado y que he escogido para titular esta entrada.

Escribe Pedro: Txetxu Barandiarán es un consultor y asesor cultural que tiene las ideas muy claras sobre el futuro del sector del libro, en el que ha desarrollado gran parte de su carrera profesional, sobre el resto de un sector cultural que describe inmerso en profundos cambios y paradojas. No obstante, un mensaje optimista prevalece en su discurso: «Todas aquellas empresas e instituciones que han sido capaces de girar su punto de vista del soporte al área de conocimiento acabarán ganando». Barandiarán lamenta el poco tiempo que la situación actual deja para la reflexión sobre la obra cultural -«Me da cierto vértigo esta rapidez continua y esta huida hacia delante que deja poco tiempo para el poso que toda experiencia necesita»- y espera un futuro «lleno de conversaciones enriquecedoras para las personas (…) y de espacios físicos donde nos podamos encontrar».

Aquí podéis ver y oír la entrevista.

Gustosamente escucharé y leeré otras opiniones y sugerencias sobre lo dicho y planteado en la misma.

Apología de las librerías. Xavier Antich

Disfruté y mucho de la intervención de Xavier Antich en Interacciò 2015.

Rescato dos de las reflexiones provocadas por su intervención:

  1. El cambiazo que hemos dado desde la crítica de Adorno a la industria cultural a las ‘happyflowers’ industrias culturales y creativas. Hemos pretendido que el simple paso del singular al plural nos ponga en movimiento de la pasividad y el consumismo a la maravilla de la acción y la innovación. Ni ha colado ni ha calado porque no deja de ser una involución tramposa neobohemia, neoliberal y alabada por el utopismo tecnológico. ¿Cómo es posible que la industria cultural estigmatizada llega a ser en su forma plural, Industrias culturales y creativas, un símbolo de esperanza en el postcapitalismo?
  2. De tanto hablar, influenciados por ‘lo digital’, de cómo será el futuro y cómo será la realidad nos hemos convertido en incapaces de saber cómo es realmente la realidad.

Hace unos pocos días, el 12 de abril para ser exactos, Antich publicó un amplio y espléndido texto de opinión en Ara con el título de Apologia de les llibreries que con, por qué no decirlo la ayuda de Googletranslator dejo aquí en castellano:

Ahora que se acerca San Jorge, vale la pena recordar que una librería no es sólo un almacén de libros, sino el lugar en que libreros y libreras hacen de oficiantes, y no sólo de intermediarios, de lo mejor de lo que colectivamente somos. Y, como tales, también, de lo mejor que colectivamente podemos aspirar a ser.

Apología de las librerías. Xavier Antich

En medio de la precariedad generalizada y el desánimo al que tantas cosas nos invitan, las librerías son una embajada de futuro.

Cada uno tiene sus manías. Desde hace mucho tiempo, no encuentro mejor manera de entrar en el misterio que siempre es esta extraña aglomeración de gente que es una ciudad que visitando sus librerías y su cementerio. En la manera que una comunidad tiene de tratar a sus muertos y sus libros me parece adivinar una carta de presentación sincera que no entiende de retóricas impostadas ni de eslóganes turísticos. Mis recuerdos de viajes están ligados a estos dos espacios, en los que se celebran, sin aspavientos y con continuidad, estos rituales a través de los cuales una comunidad define lo que es, en relación a su pasado y al legado del que es depositaria, y en relación al futuro y al que espera de esta transmisión que, en el fondo, no es sino una gestión del futuro de su recuerdo.

No puedo pensar en París sin recordar las horas pasadas en sus librerías, empezando por la mítica Vrin, en la plaza de la Sorbona, ni puedo recordar la primera visita a Berlín, antes del derribo del Muro, sin que vuelva a emocionarme recordando la vieja y ya desaparecida librería de Unter den Linden, en el que se alineaban, a montones, todos los volúmenes con las partituras de las cantatas de Bach mezclados con las obras completas de Bertold Brecht o Ernst Bloch. Nunca olvidaré las pilas de libros, desde el suelo hasta el techo, de la librería Desde Nourritures Terrestres, que dos hermanas habían abierto en Rennes en 1946 y que cerró cuando llegó el siglo XXI, y me dejó sin dealer (comerciante, intermediario) de confianza para los pedidos de libros franceses, en la era de antes de internet. Pero, como es fácil de adivinar, no son las librerías, por ellas mismas, lo que consigue hacerme estremecer, sino los libros que custodian, paradójicamente, para deshacerse de ellos y que lleguen, al final, a las manos de alguien que se los lleve. Por ello es difícil expresar la decepción que puede sentirse, dentro de una librería arquitectónicamente tan maravillosa como la Lello, de Oporto, al descubrir que su fondo parecía elegido por el responsable de un almacén más que por un librero consciente de lo que tiene entre manos.

Porque lo que hace de una librería un lugar prodigioso son los libros que tiene y que, en definitiva, la definen. Por fortuna, todavía hay librerías que eligen, sin contemplaciones, lo que quieren ofrecer y que, a partir de inequívocos juicios de lectura, establecen, de manera sutil, criterios de discernimiento entre lo que venden. Son estas las librerías que hacen honor a su digno nombre.

Barcelona en concreto y Cataluña en general son tierra de librerías extraordinarias. No mencionaré ninguna ya que cualquier lista sería injustamente incompleta. Sí que vale la pena recordar que, precisamente, cuando hace muy poco, y por razones diversas, se enconaban responsos, este peculiar y fascinante negocio está viviendo, por la tenacidad de gente socialmente imprescindible, un momento especialmente dulce que bien puede calificarse de auténtico renacimiento. Es un signo de esperanza y el indicio, también, de una necesidad inequívoca: no sabemos si los buenos libros nos hacen mejores, y por eso es tan necesaria la alerta de los pesimistas lúcidos, como George Steiner, que nos recuerda a menudo que las humanidades no nos humanizan necesariamente, de manera automática, pero no es menos cierto que, sin libros, la caída en la barbarie quizás sería inevitable. En medio de la precariedad generalizada y el desánimo al que tantas cosas nos invitan, las librerías son una embajada de futuro.

Es verdad que la perseverancia de las librerías, en nuestras ciudades, ha tenido que hacer frente a una mutación de los hábitos culturales de una trascendencia que rara vez se recuerda. En sólo unas décadas hemos visto cómo los escolares han dejado de ir a las librerías con normalidad y regularidad, desde el momento en que las editoriales se dedicaron a vender, en las mismas escuelas, los libros que los estudiantes debían comprar: se rompía así un pacto implícito respecto al reconocimiento de las librerías como el lugar del descubrimiento de los libros. Es desde esta falla, en el sistema de transmisión con los más jóvenes, que las librerías han tenido que reinventarse, como algún día deberán hacer las bibliotecas, que han sufrido una mutación análoga desde el momento en que prefirieron tener usuarios antes que lectores.

El valor de una comunidad se define por la valentía a la hora de hacer frente a la indignidad que no quiere tolerar y también por el lugar y la importancia que otorga a las estrategias de la transmisión de lo que ha sido y lo que es. En esta batalla, en la que se juega el pasado y el presente de una comunidad, pero también su futuro, las librerías tienen un papel capital de una magnitud inmensa y de una responsabilidad insustituible. Ahora que se acerca San Jorge, vale la pena recordar que una librería no es sólo un almacén de libros, sino el lugar en que libreros y libreras hacen de oficiantes, y no sólo de intermediarios, de lo mejor de lo que colectivamente somos. Y, como tales, también, de lo mejor que colectivamente podemos aspirar a ser.

Pagasarri

Ceñudo Pagasarri, viejo amigo
de la tristeza de mis mocedades,
tu soledad amparó mis soledades
con su rasa verdura como abrigo.

(Miguel Unamuno)

Lo venía deseando desde hace unos años. Era un autolímite que me había puesto por motivos de salud y la sensación, en un momento concreto,  de no ser capaz de subirlo. Hoy en un día espléndido y con buena compañía el autolímite ha quedado para la historia.

A primeros de mayo, si todo va bien, daré un pasito más. Tiempo al tiempo.

El Pagasarri es la cumbre más clásica y conocida de las que rodea la capital vizcaína y de hecho complementa la excursión de ayer por Artxanda y Monte Avril al permitirnos ver el botxo desde la otra ladera que lo encajona.

Caminar es a menudo un rodeo para reencontrarse con uno mismo. (David Le Breton; Elogio del caminar; Siruela, pag. 16)

Foticos para el recuerdo…

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Caminar… da para mucho…aunque no lo parezca

A mi amigo Julen le va la bici. Es todo un ortopráxico del tema del pedal. Practica, reflexiona, estudia, doctorea, promociona, lo disfruta…. Probablemente sin esto último, no sé si se daría todo lo demás.

A mí me va más el meneo del pinrel hacia delante. Lo disfruto y cuando, como hoy, hay ocasión para dedicarle más tiempo al tema, el tiempo, además, acompaña, y los humanos en el entorno tienden a escasear, llego casi a estados gozosos.

Los pies, por su lado, la cabeza por el suyo, la mirada por el otro, el oído por el más allá y el silbido alegre que me sale a su aire.

Estas escapadas son  en parte consecuencia de ser uno su propio jefe, de madrugar y hacer algunos deberes antes y, creo que también, de haber optado y haber podido hacerlo por un determinado ritmo y modo de vida.

 

Llevo toda la semana con el run-run de fondo de esta frase que nos dejó escrita el sábado pasado Antonio Rodríguez de las Heras:

Los poderes de siempre nos han indicado lo que hay que mirar de ese mundo que vemos. La visión tiene un potencial ilimitado de miradas posibles, y los poderes se esfuerzan en señalarnos cuál tiene que ser nuestra mirada, adónde hay que mirar. La rebeldía está en que los ojos se desvíen del camino que marca el dedo índice y que miren a otro lado.

Creo que con el andar, el caminar y el por dónde lo hacemos ocurre algo de esto también y ayuda a que nuestras miradas sean distintas, miren desde otros puntos de vista que salen de las rutinas.

Y esto de hecho toma incluso su forma hasta en el valor informacional de determinadas señaléticas urbanas que en nuestro día a día nos son casi indiferentes.

Para mirar distinto y para andar por espacios menos trotados conviene también ir ligero de equipaje, prejuicios e intereses en un caso, peso en otro. Situarnos ante la realidad con lo indispensable ayuda, probablemente, a profundizar en lo que vemos y a pararnos en los detalles que en lo humano suelen ser importante.

Andaba y mi cabeza al mismo tiempo iba yendo de Carrión a Bernat y de Bernat a Carrión a cuenta de sus idas y venidas con Amazon. No voy a entrar en ello. Tengo en cualquier caso la sensación de que no se ha pillado la frecuencia de onda del texto de Carrión y no me refiero al dilema inexistente en el fondo sobre papel-digital. Me interesa más los posibles modelos subyacentes.

En cualquier caso estos dos buenos hombres, acompañados de su correspondiente artilugio fruto de la tecnología me hacen quizás ver que tendemos a ponernos estupendos con algunos asuntos bastante intrascendentes para la mayoría de los seres humanos más preocupados de encontrar un espacio donde descansar un rato.

Antonio decía en el texto: La rebeldía está en que los ojos se desvíen del camino. Marina Garcés, en el espléndido libro, Fuera de clase. Textos de filosofía de guerrillatambién habla de mirar y desviar. Escribe: Aprender a mirar los gajos de una naranja es una práctica de liberación, ya sea de la caverna o de la cuenta de resultados de las actividades económicas que la explotan. Por eso educar es siempre desviar para descubrir. Y no nos hacen falta grandes recursos: sólo gente capaz de estar, con pequeños y mayores, ante la realidad que se abre. (pag. 150)

No grandes recursos… sólo gente capaz….

Y un poco antes escribe:

Una mañana cualquiera, me crucé debajo de casa con tres mujeres que iban hacia el mercado, cada una con su carro. Estuve a tiempo de escuchar a una que decía: «Hace tres años que no me abraza nadie». Tres años. No lo decía llorando ni con voz dramática. Era la expresión cotidiana de una soledad de la piel que Malatesta sabía que ninguna revolución podría resolver nunca del todo. (144)

Casí que creo que Carrión quería ofrecernos una de las posibles ‘miradas desviadas’.

Mientras tanto yo seguía mirando a Bilbao en su botxo… siendo consciente de que para verlo así hay que tomar distancia…

 

Vitoria-Gasteiz. 74 espacios de ‘cultura alternativa’. ¡Buena iniciativa!

¿Dónde se crea o programa cultura en Vitoria?

El periodista Iñaki Landa ha dado parte de la respuesta en su propuesta que recoge un total de 74 espacios entre los que hay librerías, salas de artes escénicas, bares o asociaciones culturales.

En el mapa no sólo se recogen espacios de creación, también locales o establecimientos en los que se destina parte del espacio a la cultura. Así librerías, bares, restaurantes, salas de exposiciones, locales de ensayo, salas de concierto, pabellones… nos van dibujando y presentando una oferta palpable, diversa, multidisciplinar, mestiza que se acerca a la rica realidad de nuestros espacios de vida.

¡Buena iniciativa!

Abierta a nuevas propuestas, como debe ser…

 

 

 

Ruth Mayoral de ZAWP en Bilbao. Una visión desde abajo y hacia dentro

Separados de la ciudad como si no formasen parte de ella, los barrios de Ribera de Deusto y Zorrozaurre parecen no existir cuando muchos ciudadanos y ciudadanas de Bilbao intentan concebir o construir mentalmente la ciudad. La zona que ocupan estos dos barrios es vista como un lugar «de la periferia» que, lejos de ser extrarradio, es en realidad periferia sociocultural aislada social y simbólicamente, a lo que se le añaden las dificultades de accesibilidad que la aíslan también físicamente. Conectada al núcleo urbano de Bilbao a través de una única carretera de apenas unos metros de ancho, la península conformada por estos dos barrios queda rodeada a uno y otro lado por la ría y por el canal de Deusto. Una península que vive tan cerca y a la vez tan lejos de sus barrios vecinos: Deusto, San Ignacio, Zorroza y Olabeaga y que ve precisamente hoy, 14 de septiembre de 2015, la inauguración del primer puente que conectará esta zona de la ciudad con el barrio de Deusto. Ribera de Deusto y Zorrozaurre cuentan ya los segundos para renacer como isla, según el Plan urbanístico diseñado para la zona.

Quinientos metros de anchura desde la ría hasta el canal y aproximadamente tres kilómetros de largo conforman esta figura estrecha y alargada sobre la que se asientan incontables naves y talleres, muchos de los cuales se instalaron aquí para abastecer a los Astilleros Euskalduna. Tras el cierre de los Altos Hornos y de los Astilleros, los años setenta supusieron una crisis insostenible que afectó a numerosas empresas de la zona. Hoy, aún sobreviven unas pocas empresas fuertes, como Vicinay Cadenas, que poco a poco se van trasladando a sus nuevos emplazamientos, junto a las que resisten algunos almacenes y pequeños talleres. En muchos otros casos, las naves se encuentran cerradas, vacías, destartaladas e incluso en ruinas. Pero no se trata de un polígono industrial venido a menos ni de un área industrial en las afueras de la city viendo pasar el tiempo, sino de un barrio donde conviven casi quinientos vecinos entre autóctonos y ocupantes de las naves.

En este contexto, nace el proyecto ZAWP (Zorrotzaurre Art Work in Progress) con el objetivo de afrontar el «mientras tanto» del plan urbanístico que convertirá la península en una isla que albergará a más de quince mil vecinos. ZAWP tiene su origen como idea-respuesta de una asociación cultural sin ánimo de lucro, Haceria Arteak, a una problemática social que acontece en el barrio en el que se desarrolla desde 1997. Sin embargo, se ha constituido en la práctica como un movimiento ciudadano abierto a la participación, no solo del sector cultural y creativo, sino de la sociedad en su conjunto.

Seguir leyendo en Lasaiblog.

Picasso abre en Almería una librería especializada en cómic

“A más crisis, más fondo”. Con esta filosofía, el empresario Manuel Peral no sólo se ha hecho fuerte en estos tiempos difíciles, sino que está a punto de abrir su sexta librería en Andalucía, la tercera en Almería: Picasso Cómics. En un momento en el que prácticamente sólo se cierran negocios, él los pone en marcha y apuesta por la especialización. Es decir, saca parte de esos fondos enriquecidos a fuego lento a un local que se nutre del principal, en este caso Reyes Católicos, situado a pocos metros.

Ubicado en la calle Minero, en una perpendicular a Javier Sanz, el nuevo espacio busca convertirse en referente de un sector, el del cómic, que vive un momento dulce entre las múltiples adaptaciones al cine (‘Watchmen’, ‘300’, ‘Sin City’) y la televisión (‘The Walking Dead’) y la fidelidad de un tipo de lector que ve en estos libros casi un objeto de arte, explica a LA VOZ Miguel Castillo, de Picasso Cómics Granada, que abrió hace año y medio.

A esto se suma que en Almería colectivos como el de dibujantes La Duna y el de ilustradores llevan tiempo creando un caldo de cultivo interesante y el manga y el anime atraviesan una especie de ‘boom’ gracias a eventos como Expotaku, que cada año congregan a miles de aficionados en la ciudad.

Picasso Cómics Almería consta de 140 metros cuadrados con una parte destinada al desa­rrollo de presentaciones y talleres, algunos de los cuales ahora tienen lugar en Reyes Católicos. A partir de ahí y en función de la acogida, el lugar aspira a posicionarse como punto de encuentro con clubes de lectura y otras propuestas. Las obras van a buen ritmo y, de seguir así, la intención es abrir a final de este mes, en concreto de cara al Día Internacional del Libro, que se conmemora el próximo día 23.

40 aniversario
La librería Picasso primigenia subió la persiana en 1977 en Reyes Católicos, pero frente al local actual (donde hasta hace unos meses estaba Picasso Bar), de modo que este año se cumple el 40 aniversario de un proyecto que debe su nombre al pintor malagueño. No en vano, en un principio acogía exposiciones. “Pablo Picasso fue uno de los mitos culturales de la Transición, junto a Antonio Machado, Miguel Hernández o Rafael Alberti, que ya servían de inspiración a otras librerías”, señala Manuel Peral.

Seguir leyendo en La Voz de Almería.

Texturas… en el mientrastanto entre el 32 y el 33

Somos ligeros, somos flexibles, nos adaptamos, buscamos nuestros huecos, nuestros momentos, disfrutamos, hay más que disfrutan con nosotros.

Hoy, en Bilbao, hemos dado el cierre al número 32 y abierto ya el índice del 33.

Nos hemos movido y trabajado con esa idea del mientrastanto que la socióloga Ruth Mayoral, directora del proyecto ZAWP, nos traslada en su artículo del número 32.

Las palabras mientras tanto ponen entonces en valor el espacio que existe entre dos puntos ya conocidos, el pasado y el futuro y, a diferencia del presente, estas palabras dejan entrever cuando las pronunciamos la idea de movimiento hacia ese horizonte ya diseñado.

Ahí le andamos y ahí seguimos moviéndonos y avanzando también con otros.

Gracias a todas las personas que nos acompañan en el camino.

El síndrome del lector de Elena Rius con prólogo de Lorenzo Silva. La receta para los enfermos de lectura

En el mundo editorial funciona también el boca-oreja. Tiene, además, cómplices discretos que sugieren e invitan.

No diré nombres.

Pero el libro del que les hablo llegó a Trama porque un editor sugirió a su autora que la colección Tipos móviles podía ser un buen cobijo y marco para el mismo, que se sentiría bien acompañada.

Así que en su momento se recibió un correo, siguió una conversación, después otra, correos e intercambios por medio y por distintos medios, sugerencias, cambios, tiempo, la generosidad, también de Lorenzo Silva que lo prologa y como resultado, El síndrome del lector que empieza a llegar a las librerías.

No se crean que todo es como parece.

Ni Elena Rius es Elena Rius, ni los textos que forman el libro estuvieron pensados inicialmente para ir más lejos de la pantalla. Pero, como la autora dice algo había que hacer para que todo aquello no cayese en el pozo sin fondo en que se ha convertido Internet. 

El síndrome del lector no es una enfermedad que venga reseñada en ningún manual de medicina, pero ha sido descrita con frecuencia en la literatura. Es imposible pasar por alto sus síntomas: el enfermo lee y lee sin medida, llueva o haga sol, de día o de noche, en la salud o en la enfermedad. Los afectados, sin embargo, no creen estar realmente enfermos ya que leer es para ellos algo tan necesario y tan natural como respirar. Son personas que en su maleta incluyen más libros que ropa y para las que el plan perfecto de un sábado por la tarde es ir de librerías. Gente, ya lo ven, que no tiene remedio. Y es que si alguien inventase un remedio para curar este síndrome, ninguno de los enfermos querría tomárselo.

Los textos que componen este volumen tratan de ellos, y lo hacen desde el conocimiento más profundo, pues la autora padece una variedad aguda de este síndrome. En él se estudia desde todos los ángulos posibles a los lectores, la propia lectura y una de las consecuencias más frecuentes del síndrome del lector: la bibliomanía o bibliopatía. Por él desfilan, entre muchas otras cosas, bibliotecas, autores olvidados, acumuladores de libros, experiencias de lectura, packs literarios, recetas lectoras, formas de guardar los libros, viajes literarios y, por supuesto, las biografías de algunos grandes –y a menudo excéntricos– coleccionistas de libros.

El síndrome del lector –que tiene su origen en el blog Notas para lectores curiosos– es un libro para enfermos de la lectura, para lectores compulsivos, para aquellos que conciben la lectura como un acto de creación permanente. Lectores apasionados y activos que encontrarán en él aún más motivos para afirmarse en el valor de la lectura y el amor por los libros. Pues «la lectura y la vida no están separadas, son simbióticas», como dijo Julian Barnes.

Elena Rius, en su otra vida, fuera del universo bloguero, es María Antonia de Miquel, una profesional de la edición con una larga carrera a sus espaldas, en la que ha tenido ocasión de ejercer casi todos los oficios relacionados con los libros. Entre otros, ha llevado la dirección literaria de Edhasa, Destino o Alba Editorial. Es autora también de dos manuales de técnicas de escritura: Cómo escribir una novela histórica (2013) y Leer mejor para escribir mejor (2016). En la actualidad, compagina la edición freelance con su actividad como profesora en la Escuela de Escritura del Ateneo barcelonés.

Así que ya sabes, si eres un enfermo o un adicto aquí puedes conseguir tu dosis.

Y gracias a esos cómplices enfermos también con síndrome del lector y del editor que van por ahí haciendo el bien ejerciendo de buenas celestinas.

Escribe Lorenzo Silva en el prólogo:

Hay en las páginas de este libro suculentas y brillantes anécdotas, frases agudas y consideraciones de inusual hondura. Pero por sobre todas ellas revolotea una idea diáfana y sencilla, que es la que creo que nos reúne en comunidad a quienes leemos y también a quienes, además de contraer el vicio de leer, hemos caído en el de escribir. La formula de modo explícito: «El mundo, hay que reconocerlo, no está hecho para los lectores». Ni los lectores para este mundo, apostilla a renglón seguido. Y para quienes escriben, la idea se traduce en un consejo que recuerda a otro de Chandler: «Escribe lo que te apetece escribir, no lo que creas que pide el público».

 

 

¿Cómo se hace un libro? Alejandro Zenker

El ejemplar de este libro como se dice en los Agradecimientos del mismo ha recorrido un largo camino y, al mismo tiempo, ese periplo me acerca más a Alejandro a quien todavía no conozco en persona.

Las redes, las componendas, los amigos comunes, los rastros de conversación que me llegan, los contenidos compartidos en las redes, los comentarios sobre lo que en las mismas escribimos, hasta alguna invitación, por su parte, que no pude aceptar por imposibilidad y algunos guiños que cruzan el charco en las dos direcciones han tomado hoy, cuando la cartera me ha entregado el sobre, estado tangible.

Sigamos viendo juntos todo el mundo de posibilidades que se abre ante nuestros ojos, pero no nos dejemos engañar por los ‘espejitos de colores’.

¡Abrazo!