El Panel de Hábitos del Observatorio Vasco de la Cultura tiene por objeto profundizar en la comprensión de los hábitos culturales de la población. Un estudio de panel implica el seguimiento de una misma unidad muestral a lo largo del tiempo y permite observar circunstancias a nivel individual que ayuden a caracterizar patrones de cambio.
El capítulo de Resultados, algunos de los cuales me han parecido sugerentes, es el que da cuerpo el trabajo que se organiza en seis secciones, analizando los siguientes aspectos o fenómenos:
— Caracterización del consumo
— La percepción subjetiva del cambio de hábitos
— Las variables explicativas de la intensidad de consumo cultural, de su variedad y del consumo cultural digital
— Análisis de las motivaciones psicológicas para el consumo cultural — Tipología de consumidores culturales
— Variables explicativas en el consumo cultural en euskera (Se trata del bloque coyuntural de esta oleada)
Acceso al informe completo de resultados.
A tener en cuenta:
- A mayor edad se acude más veces a espectáculos de artes escénicas y a exposiciones, se lee menos y se va menos al cine.
- Hay cierta asociación entre las personas más activas culturalmente y la percepción de que han mantenido o aumentado su consumo. Distintas variables como la intensidad de consumo o la importancia que dan a las actividades culturales muestran asociación con la autopercepción de mayor consumo cultural.
- La posición socioeconómica resulta poco relevante para explicar la intensidad de consumo de las personas de la muestra. — La dimensión de prácticas y valores culturales es la más explicativa.
- Los resultados confirman una evidencia: la edad es un factor crucial para entender el consumo digital. Los más jóvenes son los que muestran un consumo cultural en formato digital mayor. Así como la diversidad del consumo no parece significativa para entender la intensidad de consumo digital, sí lo es la cantidad de consumo cultural considerada de forma general.
- Las personas que más consumo cultural realizan, tienden a realizar un mayor consumo digital. Así, podría interpretarse que el consumo digital permite intensificar el consumo. Por otra parte, los resultados muestran también que tener otras aficiones se asocia positivamente con el consumo digital. Es decir, el hecho de tener otras aficiones, por lo menos en el caso de personas culturalmente activas como las que conforman la muestra, no disminuye el consumo cultural (no ha sido relevante en los anteriores modelos) sino que lo transforma dando lugar a un consumo digital.
- La transición de las personas hacia la vida familiar implica un cambio en su consumo cultural. Las diferencias, además, muestran que se trata sobre todo de un cambio de tipo cualitativo (a qué actividades asiste) y no tanto cuantitativo (cuántas actividades se realizan).
- La percepción de la actividad cultural como valor representa un empuje motivacional que guía de forma importante las actitudes de las personas inclinándolas hacia un mayor consumo cultural.
- Particularmente sugerente por novedoso, por lo menos para mí, me ha parecido el análisis sobre las necesidades emocionales, sociales, simbólicas y culturales que pueden tender a cubrir distintos tipos de manifestaciones culturales (cine, concierto, espectáculos, exposiciones, bibliotecas) (pag. 16)