A través del siempre interesante blog de l’Escola de Llibreria tengo noticia de una nueva librería que ha abierto recientemente: Cuca de Llum en Esplugues de Llobregat.
El texto original en catalán y las fotografías son de Marcel Albet Guinart.

A finales de marzo de 2017 Ana abría Cuca de Llum, la nueva librería infantil de Esplugues de Llobregat. Está situada en la zona comercial Centro-La Plana, cerca de todas partes y bien comunicada con transporte público.
Ana Cuesta (Barcelona, 1978) llevaba tiempo buscando un local en Barcelona para abrir una librería infantil. Era, es de siempre, su vocación. Los que encontraba o eran demasiado caros o no reunían las condiciones mínimas para iniciar un negocio. Como suele suceder, al azar facilitó las cosas. En Esplugues, muy cerca de donde vivo, se traspasaba una cafetería que Ana había frecuentado, y que más de una vez había imaginado que un día podría ser «su» librería, como finalmente así ha sido.
La cafetería era bien conocida en Esplugues, un lugar especial decorado con buen gusto y punto de encuentro importante, el nombre: Cuca de Llum. Además del nombre, predestinado a ser librería infantil, Ana ha podido aprovechar buena parte del mobiliario y decoración, junto un
rincón equipado con una cafetera y un pequeño mostrador de bar donde sigue sirviendo cafés y pastas surtidas. El logo de la librería, creado por la ilustradora Anna Maldonado, muestra un luciérnaga (cada vez se ven menos) iluminando un duende encima un librito abierto.
«Allí aprendí (El Bosque) que la oscuridad brilla, más Aun, resplandece; que los vuelos de los pájaros escribimos en el aire antiquísimas palabras, de donde han brotación todos los libros del mundo; que existen rumores y sonidos totalmente desconocidos por los humanos, que existe el canto del bosque entero, donde residen infinidad de historias que jamás se han escrito y acaso nunca se escriba. »Ana María Matute, fragmento del discurso de ingreso en la Real Academia Española (enero de 1998).
Texto pintado en la pared de la librería, y que Anna ha hecho suyo, viene a ser la declaración de intenciones, lo que para ella son y representan los libros. Es licenciada en Filología Hispánica, en 2013 cursó el postgrado de la Escuela de Librería, que la maternidad no le permitió terminar.
La librería ocupa un local de 60 metros cuadrados más un pequeño
almacén. Los libros están expuestos «de cara», es decir con las cubiertas mirando al lector, lo que les da mayor visibilidad y facilita la consulta. No hay separación entre libros en catalán y en castellano. Una de las secciones, la más importante por el volumen de libros, es la de álbum ilustrado para niños entre 4 y 8 años, y otra para los más pequeños.
Al fondo de la librería hay tres secciones más, álbum ilustrado para jóvenes y adultos; libros de conocimientos separados temáticamente en generales, emociones, y arte y manualidades, y finalmente una selección de libros en otras lenguas, francés, inglés y alemán, idioma que cada vez tiene más demanda. La oferta se completa con libros de cocina, manuales educativos para los padres, de música y libros para leer antes de ir a dormir.
El criterio de selección del fondo es el gusto personal de la librera, los libros que considera mejores y más adecuados, y que no suelen ser los más comerciales. Difícilmente encontraremos algún Walt Disney o libros donde el color rosa sea excesivo. La consulta a diferentes blogs especializados en literatura infantil le es bastante útil. De momento, el cómic y el libro juvenil ocupan poco espacio, la intención es ir ampliando esta oferta.
Dispone de algunos artículos de material educativo y juguetes. El merchandising relacionado con personajes del libro infantil, Alicia, Peter Pan, Elmer el elefante, el mundo de Eric Carle, etc. los encontramos en los estantes de la entrada, es un material que está teniendo bastante éxito. La librería dispone de un par de mesas, una para los niños para que puedan mirar y leer los libros con comodidad, y otra a disposición de madres y padres para que puedan esperarse tomando un café.
El 95% de los clientes, antes de comprar, piden consejo y opinión a la librera. Es tal vez en una librería infantil donde el papel del librero como prescriptor tiene más relevancia. Hay que tener criterio, saberlo exponer y estar atento a todas las novedades, que son muchas. Hay que saber tratar, y mucho, tanto con el público infantil como el adulto (el más difícil). Paciencia y amabilidad son virtudes que se dan por supuestas. Hay, en definitiva, ser un profesional bien formado y motivado para tener éxito como librero y no morir en el intento, Ana Cuesta lo está consiguiendo.
¡Bienvenida y larga vida!