Interesante y ¿preocupante? la evolución de las ventas en librerías y el peso de las materias que venden.
Partiendo de los datos de facturación por materias y atendiendo a los porcentajes he construido una tabla que incluye la facturación entre 2006 y 2016 de las librerías y de las materias.
Con los datos globales en la mano podríamos lanzar un titular para llamar la atención que podría ser, por ejemplo: Las librerías son cada vez menos culturales y más de educación obligatoria.
La facturación se refleja a precios corrientes. Ya vimos con anterioridad que las librerías han sido y siguen siendo el principal canal de facturación, pero, también podemos comprobar que ha ido variando en parte el peso de las materias que generan esa facturación.
Vemos también, esto es una tónica general, el descenso global de la facturación.
Me llama mucho la atención el aumento del peso porcentual de las ventas de Texto No-Universitario que, no lo olvidemos, es un libro que se ‘expende’ y que no supone por parte del librero ninguna decisión de compra.
No me resisto a añadir una reflexión de Zaid sobre lo significativo que esto puede ser.
La animación de las librerías no la hacen los libros escolares, sino las novedades literarias, intelectuales, políticas. Los libros de texto, por definición, expresan la cultura obligatoria que se transmite de arriba hacia abajo: de los que saben a los que deben aprender. Los otros libros expresan la cultura libre, abierta, sin credenciales ni horarios, que no educa desde arriba y por obligación, sino entre iguales y por gusto, desde la plática sabrosa entre lectores que se animan leyendo y se platican unos a otros las maravillas o decepciones que han encontrado. (Gabriel Zaid; Crítica del mundo cultural; El Colegio Nacional, pag. 118)
Sé que hay muchas librerías que no venden texto. Sé que muchas de las nuevas librerías que abren plantean sus proyectos lejos del mismo, pero, al mismo tiempo, los números dicen lo que dicen… y el dinero genera, también, discurso.