La Asociación de Editores de Madrid hizo ayer público un comunicado que decía:

La Asociación de Editores de Madrid se retira de la Comisión Organizadora de la Feria del Libro de Madrid
Tras el acuerdo aprobado mayoritariamente en Asamblea, la AEM ha decidido retirar a sus representantes de la Comisión Organizadora de la Feria del Libro de Madrid. La decisión obedece a que, desde su presencia minoritaria en dicha Comisión, su capacidad de influencia en la toma de decisiones, en la defensa de los intereses de sus agremiados y en llevar a cabo su modelo de Feria, es muy limitada. La AEM entiende que la Feria es un evento de carácter prioritariamente cultural donde los ciudadanos tienen ocasión de entrar en contacto con el variado ecosistema editorial madrileño, conociendo los proyectos e iniciativas editoriales que sustenta la riqueza y variedad de la AEM.
Esta decisión no altera ni la presencia de los editores en la Feria ni su más absoluta disposición para que sea un éxito.
No nos engañemos. Es una mala noticia. Creo que es la primera vez que se produce en la Feria del Libro de Madrid.
La medida tomada, estoy convencido que no ha sido a la ligera seguro, tiene sus motivos. Algunos se pueden entrever en el propio comunicado y suenan a preocupantes.
La referencia, como razón del abandono, al ‘modelo de Feria’ y que esto vaya unido al ‘carácter prioritariamente cultural’ deja a las claras que hay mar de fondo sobre el sentido, lo prioritario y los modos de hacer.
¿Por qué es la primera vez que pasa?, ¿qué ha cambiado en los últimos tiempos para que esto llegue a ocurrir? Son preguntas que las partes interesadas se deberían hacer. Seguro que se las han hecho porque es gente responsable, pero igual no ha aparecido o las respuesta adecuada o la posibilidad de ‘encontrar la verdad juntos en el camino’.
Si vamos un poco más allá del comunicado y vemos alguna referencia en los medios se constata que hay ‘algo más’.
Carlos Ortega, en declaraciones a EFE recogidas por eldiario.es señala:
«Simplemente es que consideramos que si estamos dentro somos copartícipes de decisiones que no compartimos»
Seguro que Carlos no se refiere a todas las decisiones, sino a algunas que cabe entender se han producido en los últimos tiempos, y son las que han llevado al desencuentro.
Un poco más adelante señala:
Nuestra visión de la feria es distinta a la que tienen los libreros
Y vuelve a quedar una pregunta en el aire: ¿serán las visiones irreconciliables? o, también ¿son realmente las visiones de las empresas libreras y editoriales las irreconciliables o las de sus cúpulas representativas?
Por si sirve para algo contaré una historia cierta a la que algunas de las personas que estuvieron presentes, si se reconocen en la misma, podrán dar veracidad.
Como en los cuentos….. Hace años, muchos años, hubo una vez en que los sectores tradicionales de la cadena clásica de valor del libro no pasaban por sus mejores momentos y estaban seriamente enfrentados generando con ello muy serias y preocupantes tensiones internas y una mala imagen hacia el exterior.
Ocurrió que por aquellos años entraros algunas personas nuevas a liderar y trabajar en las distintas asociaciones y una de aquellas personas tuvo el arrojo y el sentido común de encandilarnos al resto para juntarnos y ‘encerrarnos’ en un lugar discreto, lejos de las miradas y con el suficiente sosiego para invitarnos en aquel entorno tranquilo y propicio a sacar todos los sapos que fueran necesarios y a pactar un modelo consensuado de responsabilidades, formas de trato, modelo relacional y áreas con mayor o menor peso…
Y así salimos de allí con ese propósito que creo en gran medida se fue convirtiendo en hechos.
A veces, estos acuerdos discretos entre personas que se convierten en los modos de hacer y ser de la relación entre entidades que en teoría trabajan por un bien común superior, el libro como expresión y modo vehicular de cultura, conocimiento…, se van perdiendo con el tiempo. El polvo y el paso de los días los van ocultando, personas nuevas que llegan, creen que nada interesante existía antes que ellos y… acaba volviendo a surgir un nuevo lío.
Todo se puede reencauzar. Solo diré para terminar que ese papel mediador en aquella ocasión lo jugaron, con buena mano y tino los distribuidores.
Quizás les vuelva a tocar tejer y hacer fluir la conversación.
¡Ojalá!