Un librero tiene que conocer su espacio, tiene que conocer a los habitantes de ese espacio y tiene que saber hablar y recomendar lo que hay en ese espacio. (Alberto Manguel en entrevista con Jorge Carrión)
Fernando Linde, fundador y alma mater de la librería 80 mundos de Alicante se va, se jubila.
Se va, pero se queda…La librería sigue y algo de él seguro que queda en la librería y en la apuesta que a hecho en la línea de continuidad que desde la distancia me parece que es una forma de reconocer y dar valor a su propia trayectoria.
Entre las ofertas que tenía sobre la mesa ha apostado por la más joven, la que parece que le ha trasmitido más entusiasmo. Leo en el Diario Información de Alicante:
Traspasa el negocio de General Marvá a dos jóvenes mujeres, Carmen Juan y Sara Trigueros, esta última «tiene la misma edad que yo cuando empecé aquí»,
Su figura me trae recuerdo de otros libreros valencianos, de intentos, de los primeros de trabajo compartido, de apuestas claras por el valor y el papel cultural de la librería.
Y todo ello, casualidad, se produce en el tiempo entre quien como Mike Shatzkin dice que de aquí a unos años todos calvos y sin ferias y librerías. Algo que para escucharlo no hace falta que nos cueste una pasta ya hubo quien hace años y siendo producto nacional decía lo mismo. Y algo ante lo que tampoco nos debemos poner de perfil como si nada pasara o nada se hubiera dicho…
No acertarán porque en ambos casos son unidimensionales en su visión y la descontextualizan del entorno y de su papel y función en un sistema, el cultural y el del libro, que evoluciona y muta, y en el que los papeles y roles van también adaptándose.
Felicidades Fernando, ánimos a las sucesoras, recuerdos a un tiempo para Pere de Babel, Paco de Ali i Truc..
Y, una cita final de Manguel de la misma entrevista que habría la cabecera que debería hacernos pensar y repensar sobre el modelo actual de algunas librerías y esa falsa separación generada por algunos intereses de mercado entre lo nuevo y lo viejo…
Las grandes librerías del mundo son librerías pequeñas. En cada país, en cada ciudad tengo algunas librerías favoritas a las que siempre vuelvo. En Madrid, la Librería Antonio Machado; pero me gustan también mucho las librerías de libros de segunda mano, hay una en la calle del Prado, otra cerca de la plaza de la Ópera. Me importa siempre esa relación con el librero. Y hay una distinción importante. Las librerías de libros nuevos frente a las de libros usados. Yo prefiero las librerías de libros usados, me gustan los libros con biografía, me gusta descubrir a viejos amigos y encontrar obras relacionadas con los libros que ya conocía. Obviamente, entre los libros nuevos siempre hay cosas que a uno le sorprenden, sobre todo en el área del ensayo, el ensayo literario ha encontrado un auge en este tiempo y me encantan esos ensayos inauditos, sobre la historia del cabello o libros sobre los transportes públicos, cosas así, inesperadas.