Se han dado a conocer recientemente el avance de datos del Comercio interior del libro del año 2017.
Parece que, si hacemos caso a lo que cuenta algún medio, una parte de la interpretación de los mismos no es compartida por el Presidente de la Federación y el Director ejecutivo de la misma. Hay a quien le parece que quizás se edite demasiado provocando una inflación y hay quien cree que eso es lo que el mercado demanda.
Claro que siguiendo esa lógica, habrá que pensar que los porcentajes de devolución son también demandados por el mercado o son, quizás, pequeños desajustes entre la oferta y la demanda que se sitúan como media en torno al 30%. Pequeños desajustes, efectos colaterales de la lógica del mercado…
Los medios en cualquier caso y en lo que se refiere a la cifra de facturación se mueven en la horquilla que se sitúa entre el ‘No crece‘ y el ‘crecimiento pírrico‘. No resulta muy amplia.
Si hablásemos de pensiones diríamos que el poder adquisitivo que refleja esa facturación tiende al descenso que no al ascenso. Todo sea porque, quizás, como el sector se ha modernizado y se ha convertido en más eficiente, aunque facture menos sea capaz de ganar más. ¡Quién sabe!
La lectura quizás aumente. Aumenta también con claridad el negocio de segunda mano o, de segunda oportunidad, que es más barato y ocupa el mismo tiempo adecuándose quizás mejor a los momentos de crisis y constatando, al mismo tiempo, que no siempre la novedad manda. Claro que esto, no se cuenta en el estudio de Comercio interior.
Este ‘granito del usado’, que a unos parece molestar y otros con inteligencia aprovechan, en volumen, ejemplares, facturación y tiempo puede que probablemente, sea muy superior al de los nuevos soportes electrónicos o de ‘tocar-leer de oído’ que en su nacimiento y ya desde pequeños se canibalizan entre sí. Lo que uno crece el otro baja. Aunque algunos siempre crecen.
Pero demos una vuelta a los datos, a la facturación en este caso, siguiendo la estela de la reflexión que ya planteé el año pasado para ver la evolución que se ha producido en este siglo.
Disculpas por el tamaño…
Señalaré las notas que siguen constatando que el proceso en cuanto a volumen sigue teniendo una tendencia clara al menor peso real a lo largo de este siglo.
- A precios corrientes facturamos 300 millones menos que el 2001.
- Tomando como base la cifra del 2001 la facturación a precios constantes, es decir teniendo en cuenta el IPC, debería haberse situado en el año 2017, en 3.696,30 millones millones y sólo alcanza los 2.319,36 millones
- En rojo realizamos un comparativo año a año de cuál debería haber sido hipotéticamente la facturación teniendo en cuenta el IPC y en relación a la cifra de facturación del año anterior. La distancia cada vez es mayor.
- Si la intución del año pasado que creo se confirma de que ‘cada vez hay más negocio en los márgenes del sistema’, creo que se puede plantear una segunda: cada vez se constata más el sinsentido de un único discurso en torno a un soporte o incluso a varios tratados y analizados de una forma ‘falsamente homogénea’. No todo es la misma ‘industria’ si es que alguna vez ha existido ésta de verdad.
La facturación «convencional» baja, baja.
La facturación global es imposible analizar por falta de datos. Baja, pero quizás menos.