15 años. Un buen momento para la despedida

Este blog, que inició su andadura hace 15 años el 26 de abril de 2004 y que a lo largo de su vida ha sido acogido en distintas casas, blogia, nireblog, blogspot, hasta encontrar su acomodo final hace ya unos cuantos años en wordpress, hoy se despide.

Su hacedor y muñidor, servidor, está en un nuevo cambio de tercio y en estos próximos meses iré cerrando algunas de mis presencias y retomando alguna otra que tenía más abandonada, quizás sólo una, en este mundo digital .

Por qué. Es sencillo. El tiempo es limitado, las circunstancias cambian, las prioridades también, al igual que los entornos en los que uno se mueve. Prefiero dedicar más tiempo a menos vivencias, experiencias y relaciones y, a cambio, contar con más tiempo para cada una de ellas.

Retomaré con otras intenciones ritmo y cadencia el espacio más sosegado que en su momento inicié y que había dejado en barbecho.

Allí, en Lasai, seréis bien acogidas todas la que os queráis acercar. Allí y en la calle, el encuentro, el paseo, la conversación, la charla, la tertulia, la mesa compartida…

Creo que se adapta mejor al cambio de ritmo vital.

Este espacio seguirá viviendo hasta que wordpress quiera.

¡Hasta siempre!

Librerías, consumo responsable, calidad de vida y buenos lectores

Si viviera en Zaragoga tengo bastante claro que mi librería de cabecera sería Cálamo. Conozco a Paco y a Ana desde hace unos cuantos años. Disfruté de los inicios de los Premios Cálamo. Ahora disfruto, me río, alabo la inteligencia de las ‘homilías laicas’ que casi semanalmente hace llegar al correo de sus fieles seguidores cofrades laicos.

La semana pasada lanzó la prédica en la basílica de El Cultural. Meditad después de leerla.

Al servicio del lector, un consumidor exigente

PACO GOYANES. Librero

El comercio electrónico ha revolucionado el sector del libro como lo ha hecho con los del textil y el turismo. Es un mantra reiterado que el comercio “tradicional” debe de adaptarse a la realidad, y no tratar de adaptar ésta a sus intereses, lo que además de absurdo es literalmente imposible.

Las librerías convivimos con Amazon, que queramos o no ya es parte del ecosistema del libro. Con recursos ilimitados, sus aspiraciones son monopolísticas: quiere controlar la distribución y también la industria. Su existencia evidencia dos realidades. La primera, que el libro ya no ocupa el espacio central ni en el debate intelectual ni en el consumo cultural, por muchas razones, desde la banalización de sus contenidos merced al exceso de producción, a la competencia que ejercen en la ocupación de nuestro tiempo las redes sociales, las series televisivas, el turismo, etc. La segunda, que el lector ha devenido consumidor exigente y demanda un servicio rápido y de calidad. No creamos en el “buenismo”: apoyará al comercio de proximidad siempre y cuando satisfaga sus necesidades. Todos consideramos que las librerías y el comercio local son necesarios. La calidad de vida de las ciudades europeas se cimenta en la tupida red social que las hace habitables. Nada más triste y desolador que barrios sin tiendas ni servicios comunitarios.

¿Qué podemos hacer las librerías independientes para competir con Amazon? Lo que nunca hará: leer, seleccionar, aconsejar, atender con amabilidad y profesionalidad, ofrecer espacios hermosos en los que disfrutar, crear comunidades lectoras que graviten a su alrededor. Para hacerlo necesitamos de las editoriales y distribuidoras. Asombra la ceguera de muchas de ellas: para vivir precisan múltiples puntos de venta, no monopolios que acaben imponiendo sus condiciones o forzando su cierre, no sería la primera vez. Las distribuidoras deben ser capaces de entregar los libros en 24 o 48 horas, las editoriales respetar el canal librero, mejorar su margen comercial y apoyar su renovación, como hacen por ejemplo sus colegas  franceses. Necesitamos que los editores inviertan en mejorar sus metadatos y en ofrecerlos al canal comercial a través de DILVE o Cegal en red.

Necesitamos que se cumpla la ley del libro, impidiendo por ejemplo que Amazon venda libros con portes gratuitos, un descuento encubierto; que las administraciones asuman ya la instrucción pública que corrige la regulación de los contratos menores en la ley de Contratos del Estado, que tanto daño ha hecho a librerías y bibliotecas. Necesitamos que las administraciones públicas valoren nuestro trabajo: el ninguneo al Sello de Calidad Librera ha sido doloroso.

Libreras, libreros: abandonemos las quejas, afrontemos el futuro con optimismo y despojados de falsos ideales románticos. Seamos más profesionales, imaginativos y flexibles, disfrutemos de nuestro hermoso oficio. Y seamos lo que nunca será Amazon: buenos lectores. 

Todavía hay, por suerte, muchas librerías. Aquí, en este mapa que sigue creciendo, tenéis ya casi 3.000

El espacio iberoamericano del libro 2018. Cerlalc

El espacio iberoamericano del libro 2018 ofrece un comprehensivo mapa del sector editorial de la región. A partir de los registros de isbn, se analiza la evolución de los títulos y ejemplares producidos, la incidencia de los distintos tipos de agentes que los publican y las características de la oferta publicada en los últimos cinco años. En algunas ocasiones, este examen se remonta inclusive a comienzos de los 2000, lo que permite observar tendencias de largo plazo, así como evaluar las posibles causas que les han dado forma.

Con la ambición de ampliar el alcance de este estudio, publicado por primera vez en 2006, en esta nueva edición se ha construido un retrato detallado de los cuatro principales mercados del libro de América Latina: Argentina, Brasil, Colombia y México. En esta mirada comparativa, la información sobre la producción de títulos y la evolución del mercado se analiza a la luz del comportamiento de las economías de estos cuatro países en años recientes.

El espacio iberoamericano del libro 2018 brinda, así, información que permite a los actores interesados hacerse a una perspectiva estratégica del sector editorial de la región.

Acceder al documento.

Cuando libreras y libreros se escriben… Yo no tenía una granja en África

Me encuentra el Día del Libro que hoy se celebra enredando y disfrutando entre libros sobre libros, lectura y librerías.

Estos son los tres libros que me ocupan y que recomiendo.

Eloy Tizón; Herido leve. Treinta años de memoria lectora; Páginas de espuma

E.M. Forster; Algunos libros. Las charlas de E.M. Forster en la BBC; Alpha Decay

Belén Rubiano; Rialto 11. Naufragio y pecios de una librería; Libros del Asteroide

Rialto 11 lo acabaré hoy mismo. En cuanto termine de escribir esta entrada, me pongo a ello.

Los libros de Tizón y Forster permiten una lectura más espaciada y casi si se quiere de picoteo y sin sentir la obligación de tener que ir de inicio a final.

«La primera frase de un libro es su cubierta. Las historias comienzan -y terminan- por la imagen. Uno empieza a leer el libro mucho antes de abrirlo…» (Tizón, 167)

«… si lo que lee uno es basura, su mente se volverá flácida» (Forster, 31)

«-Recuerda que en España se vende un libro por cada mil cremas y estoy siendo, seguro, muy optimista con tu empresa» (Rubiano, 97)

Indagando, y es aquí donde quiero llegar porque ha sido como mi lectura-regalo de Sant Jordi, sobre la existencia de la librería Rialto en internet me encontré en el blog de la Librería de Javier, una carta preciosa que Belén Rubiano escribió precisamente a Javier, propietario de la librería Cervantes en Alcalá de Henares, hace ocho años y que Javier publicó en su blog.

Yo no tenía una granja en África.

A veces llegan cartas… diferentes.
Tener un trabajo en nuestros días es un privilegio. Y si encima ese trabajo es placentero, no digo nada. Pero, si además de todo ello, esa obligación es el sueño de tu vida y, aún más, rentable económicamente, es como para callárselo, por respeto y decoro hacia los demás.
Belén Rubiano es una mujer que puso hace tiempo una librería en Sevilla pero, ante los tiempos tan poco líricos que atravesamos, se rindió. Y el otro día me envió este bello y curioso correo electrónico y que me ha parecido fascinante incluso para los lectores de la página. Gracias, Belén, por estas palabras y espero verte algún día por la librería. Si no, no me importaría desplazarme a esa bella ciudad de mi juventud y conocerte in situ.
Un abrazo.

Yo no tenía una granja en África

Hola, Javier

1. Yo lo que tenía es una librería en Sevilla. Acabo de toparme con la tuya y contigo caracoleando por internet como uno de esos domingos cualquiera en que uno se incorpora al trabajo al día siguiente tras (siempre pocas) semanas de olvido.

2. Siempre pocas, cuando uno no tiene una librería. Lo malo de las librerías es que no son un negocio; lo bueno, es que no son un trabajo. El tiempo que logré disfrutar la mía no pude tomarme jamás más de tres o cuatro días de descanso en agosto; según tocara el festivo 15 en su vuelta al sol. Ni falta que me hacía; nunca tuve la sensación de necesitar unas vacaciones (otra cosa es desear). De lunes a sábado, un año tras otro, y abriendo cada mañana tan fresca como recién llegada de las Seychelles. Pequeña y preciosa hasta decir basta.

3. Mas (dice un fado) todo lo excesivo, dura poco.

4. Por supuesto, siempre he leído y leo como si fueran a prohibirlo; eso es innegociable. Pero algunos domingos en que no tengo ganas de forjar el carácter, enciendo el ordenador(me doy cuenta cuando ya llevo un rato, como si no hubiese sido exáctamente yo quien iniciara la búsqueda) y me dedico a buscar librerías. Lo que yo llamo librerías. Sin duda, las hay, pero esas no deben tener tiempo ni inclinación para crear un blog y mantenerlo. Ninguna me gusta. Nada que añadir a favoritos, estar pendiente y tener una especie de consuelo.

5. Porque al encontrarte a ti: librero, librería y web, lo que he sentido no es envidia (sentimiento extraño que no sé si algún día experimentaré). Me siento feliz de ver que para otros es posible, sigue siendo posible. Porque es justo y necesario, bendito seas.

6. Yo soy del tamaño de lo que veo, dice el viejo amigo Caeiro.
Y del tamaño de lo que leo, digo yo.
Y las vacaciones son del tamaño de sus lecturas.

7. Las mías:

Días de playa: 3 ( Pero en Sagres; valen por 23 en Matalascañas, a pesar de mi hija adolescente suplicando volver).
Días de piscina: 3 ( Con mi misma hija adolescente protestando; valen por 8 en un penal).
Días de 48º de máximas: casi todos.
Días de 24º de mínimas: casi todos.
Mojitos: demasiado pocos.
Cine francés que me queda por ver de la biblioteca más cercana: 2 de Renoir y 1 de Jean Vigo. Las 63 restantes, disfrutadas o muy disfrutadas.
Cosas que hayan sucedido que no tengan remedio: ninguna.
Y ahora, el verdadero corazón del verano;

Libros (alguno olvidaré) disfrutados a base de bien:

El bigote. Emmanuel Carrère. Debate.
Una semana en la nieve. Emmanuel Carrère. Circe.
Fuera de juego. Emmanuel Carrère. Circe.
(buen chute)
Semillas de gracia. Thomas Mermall. Pre-textos.
Grandes esperanzas. Dickens. En la magnífica traducción de Alba.
París Insólito. Jean-Paul Clèbert. Seix Barral.
Tiempos difíciles. Dickens. Alianza.

Libros abandonados en alguna página entre la 20 y la penúltima:

El último libro de Sergi Pàmies. Idem. Herralde.
El ocupante. Sarah Waters. Herralde.
La vida perra de Juanita Narboni. Ángel Vázquez. Cátedra.
Un hombre que duerme. Georges Perec. Impedimenta.

Releídos:

Fred Vargas: 3 ó 4 de Adamsberg.
El susurro de los arbustos. César Romero. Paréntesis.

Seres humanos amigos o afines que se hayan quedado en Sevilla y con los que poder comunicarme: Ninguno.
Seres humanos que manifiesten silencio ante lo que está bien (según ellos mismos) y gruñidos ante lo que no (según el mismo criterio): mi hija.
(Igual por eso este asalto a tu correo en plan cotorra).

Conclusión: No me puedo quejar. Si la gente hace el Camino de Santiago para aprender a agradecer en vez de exigir, creo que puedo ahorrarme las ampollas. Y mucho me temo que dicho aprendizaje no juege a mi favor, pero bueno…

y 8. Gracias de nuevo por el placer de encontrar tu librería y tu blog. Tengo entradas antiguas para una temporada. J’adore.

Saludos

Belén

P.S.: Me gusta cómo piensas y cómo escribes. Igual esa novela tuya que ya va por 25 páginas (no seas un Bartleby) acaba algún día en un verso bueno. Sigue, please.

¡Feliz Día del libro!

 

La tribu, una nueva librería que abre en Barcelona coincidiendo con Sant Jordi

Sant Jordi llega a Barcelona con una nueva librería bajo el brazo.  La Tribu llibreria.

Si hace poquitos días abrió Lata Peinada que ya tiene su plan de firmas para Sant Jordi, hoy las protagonistas son las personas de La Tribu.

Enric, Dalia y Marc son las artífices de esta nueva propuesta librera ya a punto para Sant Jordi.

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La Tribu, situada en el barrio Sant Andreu ( Pons i Gallarza, 30), quiere ser un punto de venta de libros, ser una «librería familiar», pero a la vez un centro de promoción de actividades culturales relacionadas con el fomento de la lectura y disponer de servicios de asesoramiento literario y comunicativo.

Su estructura empresarial es la de una cooperativa, las formas también nos hablan del fondo, y ha contado con la ayuda y asesoramiento de Acció Solidària Contra l’Atur y llegaron a ellos gracias a otra librería barcelonesa, La Inexplicable,  ya informé también de su apertura. A eso se le llama tejer red entre librerías…

Como siempre mi deseo de ¡larga vida! y, en este caso, además, feliz Sant Jordi.

 

 

Lata Peinada, una nueva librería en Barcelona

Lata Peinada ha sido y seguirá siendo una bonita historia con una buena cadena de complicidades.

La historia empezó para mí el 22 de septiembre de 2018, cuando recibí el siguiente mensaje:

Txetxu, hola. Cómo le va? Mi nombre es Sofía Balbuena. Soy argentina. Vivo en Barcelona hace un par de años. He cursado el máster de escritura creativa que dirige Jordi Carrión. Jordi me ha pasado su nombre porque con una amiga que vive en Buenos Aires, tenemos el proyecto de abrir una librería especializada en literatura latinoamericana aquí en Barcelona. Jordi me ha dicho que usted es el mejor asesor para este tipo de proyectos aquí en España. Lo molesto por esta vía para preguntarle si es posible coordinar una reunión con usted para ver si existe la posibilidad de contratarlo como nuestro asesor para nuestro proyecto. Muchas gracias por su tiempo. Saludos.

A partir de ahí y hasta hoy,  que se cierra el primer capítulo de esta historia, reuniones en Barcelona y Bilbao, documentos, correos,whatsApp, conocer a Ezequiel y Paula, presentar a otras personas que pueden aportar, sugerir contactos, criticar, aportar… pero, sobre todo, intentar acompañar con cariño, casi de manera no-directiva rogeriana. Al fin y al cabo, el proyecto, la ilusión principal, el éxito y el riesgo es de las personas que han apostado su tiempo, recursos y trayectoria vital en el mismo.

Gracias Jordi por pensar que podía aportar a este proyecto y facilitarles mi contacto. Gracias Sofía, Paula y Ezequiel por compartir vuestro proyecto conmigo. Gracias de manera muy especial a un precioso ramillete de personas que habéis aportado vuestro granito de arena al mismo.

¡Larga vida!

Les encontraréis en Barcelona. Carrer de la Verge 10

Y ya tienen ganado su hueco en el mapa de librerías que sigo elaborando.

Cuarta oleada del panel de hábitos culturales de Euskadi. Uso cultural de internet

En este cuarto panel de hábitos culturales que elabora el Observatorio Vasco de la cultura se vuelve a analizar la participación cultural y se presenta también, por primera vez, un análisis sobre el uso cultural de internet.

En relación a la participación ‘receptiva’, como usuario, el libro, la lectura, parece ser el contenido cultural con un comportamiento más constante e incluso ligeramente creciente.

En relación al uso cultural de internet, se ofrecen resultados acerca de:
1. El uso cultural que se hace de internet
2. Las actividades más habituales de participación cultural digital
3. El nivel del impacto negativo de las posibilidades que ofrece Internet para realizar distintas actividades
4. El nivel del impacto positivo de las posibilidades que ofrece Internet para realizar distintas actividades

Os dejo aquí un par de cuadros y las conclusiones, pero os invito a leer todo el informe.

— Si bien es habitual conceptualizar Internet como un apoyo a la realización de actividades presenciales como medio de información, o como un sustituto del medio físico, los datos han mostrado que, para las personas más interesadas culturalmente, Internet es sobre todo un medio de formación en intereses artísticos y culturales y de exploración de nuevos contenidos.
— Además, han mostrado que el impacto negativo del cambio digital ha sido importante e indudable para el sector audiovisual, musical y del libro.
— En cualquier caso, los datos también detectan que es una realidad que, a su vez, el cambio digital también ofrece oportunidades para reforzar las distintas prácticas.

Una ciudad, muchos mundos. Ricardo Antón

Ricardo Antón es un Bilbaíno a pesar de todo. Entre el “Preferiría no hacerlo” y el ¡No puedo parar!. Maestro ignorante y des-artista. Habitante de ColaBoraBora, una isla entre la realidad imperante y el deseo proyectado, en la que se dedican a redefinir los QUÉs transformando los CÓMOs. Investigadora y cobaya en el laboratorio de prácticas coalborativas Wikitoki. Tratando desde KARRASKAN de que cale eso de la innovación en cultura y la cultura de la innovación. Contribuyendo al despliegue de la Economía Social y Solidaria desde REAS Euskadi. Intentado poner la vida en el centro.

Y nos ha regalado este bello y sugerente texto publicado en Urban bat festival:

Cuando era pequeño y bajaba los domingos a la Plaza Nueva a cambiar cromos, pensaba: «Cuando sea mayor quiero vivir aquí, en el centro de todo». También me acuerdo de ir a calzados La Palma. Te atendía un montón de gente vestida con bata blanca y te daban un globo que se sujetaba flotando con un alambre. Hace poco, tras años de agonía, tuvieron que cerrar, con parte de aquellas mismas trabajadoras manifestándose en la puerta… Resulta facilón pensar que no supieron adaptar a los tiempos su modelo de negocio. He oído decir que ahora ahí igual ponen un show room de IKEA… No se cuanto de cierto hay en ese rumor. Comercios locales sustituidos por sucursales bancarias o cadenas comerciales, el sector textil sustituido por el de telefonía, sustituido por el de objetos de regalo y souvenirs. Y todo ello sustituido en gran medida por bares, restaurantes, hoteles y pisos turísticos. Y sobre todo terrazas. ¡Muchas terrazas! ¿Cuántas terrazas puede soportar un barrio?… A veces me sorprendo a mi mismo como Mr. Snoid, dando patadas a sillas de terrazas que obstaculizan mi discurrir cotidiano. Hace poco, un amigo ha abierto un bar en la Plaza Nueva y también me he sorprendido a mi mismo deseando que le diesen licencia para poner su cacho correspondiente de terraza, porque si no el bar no le iba a funcionar. Y luego además, está esa gente que te pregunta: «¿Qué pasa, no te gustan las terrazas? ¿Tu nunca te sientas en ellas?» La pregunta trampa, aquella que lo lleva todo al plano individual, al “la culpa es de todas”, impidiendo, no solo diferenciar los distintos planos de competencia y responsabilidad existentes, sino intentando desactivar las posibilidades de análisis y proposición colectiva de alternativas.

Fui creciendo y pasé muchas horas en las calles del Casco Viejo. Aún echo de menos el Gaueko. Y el Gaztetxe en Banco de España. Lloré de impotencia cuando lo desalojaron. Aquellas manifestaciones multitudinarias y corear lo de «¡No estamos todas, falta el esqueleto!». Muy parecido a lo que sentimos cuando desalojaron y derribaron Kukutza veinte años después. En Banco de España, de la mano de la bbk, pusieron el Aula de la Experiencia de la EHU. El hueco que dejó Kukutza todavía hoy sigue vacío. Hace unos años, alguien, una noche, hizo una pequeña gran acción simbólico-reivindicativa y sobre las vallas que circundan el solar, rotuló en gran tamaño el logo del Azkuna Zentroa. Un irónico juego aludiendo al centro cívico-cultural de nueva generación, que comenzó llamándose Alhóndiga, para pasar después a denominarse en honor del que fue mejor alcalde del mundo. Aquel alcalde que en pleno conflicto sobre el desalojo de Kukutza, dijo una de esas frases que, en su aparente simpleza, desvelan todo un sistema de pensamiento y acción política: «El Ayuntamiento tiene que defender la propiedad privada».

También eran tiempos de violencia. La lacra con la que crecimos en mi generación. La violencia como algo normalizado y justificado. Casi todos los fines de semana batallas campales, barricadas ardiendo, cargas policiales… Mucha gente amenazada que estuvo años sin poder entrar al Casco Viejo incluso con escolta. Parece que hemos superado esa etapa, que algo hemos madurado como sociedad. O quizá es que ahora la violencia es de otro tipo, más sorda. La violencia del capitalismo neoliberal. El fascismo blando al que no se le aplica a Ley Antiterrorista sino que se le cede el espacio público para que despliegue sus armas de seducción, a base de entretenimiento, consumismo y endeudamiento. Y en medio de todo eso… las trabajadoras culturales. Autónomas y desarticuladas. Precariado sin conciencia de clase. ¿Por (in)consciencia o por incapacidad? Sea como sea, el eslabón tan útil como fácilmente reemplazable de la cadena. Antes, si tenías un grupo te plegabas a tocar delante de la pancarta de las Gestoras Pro Amnistía (o no tocabas). Ahora, te pliegas a tocar sobre el escenario de Heineken, Vodafone o el patrocinador de turno (o no tocas). Puede que en realidad, nada haya cambiado tanto. Si desobedeces puede ser tu last tour, tu carrera puede verse gravemente afectada.

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La infancia como público cultural. Observatorio Vasco de la Cultura

Este informe se concibe como un paso más en la línea inaugurada con el estudio de “Aproximación a la relación de la cultura y la pobreza” (2016) del Observatorio Vasco de la Cultura.

En este caso se investiga la relación entre la infancia, como colectivo socialmente vulnerable, y la cultura. Las desigualdades sociales se reproducen a partir de las distintas realidades familiares. Es decir, la familia de origen de los niños y niñas establece puntos de partida y recursos distintos. Por ello, la participación cultural de la infancia también es desigual.

De esta forma, la promoción de la infancia como público cultural resulta un tema de relevancia significativa. Como públicos futuros, la cultura debe jugar sus cartas para favorecer el desarrollo de competencias y gustos culturales y que esto produzca resultados equitativos. Para ello, se ofrecen elementos de reflexión y claves de acción.

El informe ofrece primero un marco general compuesto por tres miradas:
_1. La infancia como fenómeno sociológico, que destaca las nuevas concepciones sociales sobre la infancia
_2. Los factores que inciden en la desigualdad familiar/infantil, con datos del País Vasco
_3. Los derechos de la infancia, viendo los cruces con los derechos culturales.

En segundo lugar, y en línea con la exposición del primer apartado, se ofrece una reflexión acerca de las consideraciones necesarias para entender a la infancia como público infantil.

Finalmente, para obtener una breve radiografía de la situación, se analiza la presencia del colectivo infantil en el ámbito cultural (especialmente en el IV Plan interinstitucional de apoyo a las familias de la comunidad autónoma de Euskadi 2018-2022), por un lado, y la posición de la cultura en los planes sobre infancia, por el otro.

Acceder al informe completo.