Pasear, dejarse llevar esta mañana.
Entre calles, sin rumbo fijo. Deambular.
Encontrarse en el camino… palabras…
Pasear, dejarse llevar esta mañana.
Entre calles, sin rumbo fijo. Deambular.
Encontrarse en el camino… palabras…
Comer y conversar.
Disfrutar del tiempo y del encuentro con Luis I y Luis II.
Con el I suele ser más habitual que con el II con quien hacía mucho, mucho tiempo que no compartía mesa, mantel y charla. Una agradable sorpresa encontrarle hoy.
Nos ha bastado para alimentarla unos cachelos y un poco de pulpo en El Pulleiro. A partir de ahí y animados por el albariño y el encuentro, la conversación fluye y vamos pasando repaso a los últimos años. Me produce curiosidad que no sorpresa la extrañeza que causan fenómenos como el de la autoedición y autopublicación entre otros sectores de la cultura por la contaminación que suponen sobre el sentido de lo que se hace y propone y de la que algunos quieren hacer bandera.
Hay tiempo para el regalo, el aprecio a la edición cuidada y el pase de notas….
Hablamos de cine, libros, música, teatro, política, anarquismo, liberales, nacionalismo, amor, vejez, estudios, hijos, familia, cómo nos vemos, nos sentimos… y nos vamos dejando llevar… hasta aterrizar dos de los tres en el chocolate que nos trae recuerdos… y nos pone, además tiernos, al ver los niños que nos rodean…
Antes de que acabe el año, más.
Manolo, te están esperando…
Pequeños regalos…
Fin de noviembre e inicio de diciembre interesante y sugerente por Bilbao.
Por partes.
La revista Galde acaba de publicar en su último número un extenso dossier, Cultura y Crisis, en el que se aborda desde distintas perspectivas el impacto de la crisis económica en las políticas culturales y sus consecuencias en el frágil entramado cultural. Autores expertos en distintas disciplinas analizan los conflictos, coyunturales unos y estructurales otros, que atraviesan la cultura de nuestro tiempo y de nuestro país, la pérdida de valor social de las artes y del conocimiento, o la mercantilización de los contenidos culturales, entre otras cuestiones.
Con estas jornadas, organizadas conjuntamente con el colectivo Cultura Abierta, se pretende, además de dar a conocer el trabajo, profundizar en la clarificación de los nuevos escenarios postcrisis y la identificación de los retos pendientes, con la convicción de que nada en el futuro será como fue, pero al mismo tiempo, tampoco se podrá construir sin partir de lo existente.
La elección de los ponentes va a posibilitar, a nuestro juicio, el contraste de dos visiones complementarias: la de quienes traen la experiencia de los movimientos culturales no institucionales y que reflexionan ahora sobre la ubicación de la “cultura libre” en el nuevo mapa político-cultural, y la de quienes llevan años analizando la deriva de la cultura institucionalizada y de sus industrias.
Programa:
Y mañana, también, hace su puesta de largo oficial después de unos meses de rodaje, desde agosto llevan afinando, Charamel Gozotegia.
De la gente más dulce que ha ‘aterrizado’ por Bilbao en estos últimos meses.
Así que en medio de la ‘sesudez’ haré un hueco mañana para escaparme un ratín.
Hablaba hace unos días con una periodista sobre lo interesante que sería hacer un estudio sobre el número de volúmenes que supone lo que se compra y vende en los distintos mercados y espacios que comercializan libros de segunda mano. Parecen estar viviendo una época más que interesante y da la sensación de que no hay mucho interés por sacar a la luz información, cifras,cuando es posible, vaya como hipótesis, que congregue entre sus clientes fieles a un porcentaje importante de lectores de ‘alta gama’ por la cantidad y/o la calidadde sus lecturas.
Ayer, mientras tomaba el vermut en un sitio coqueto, comentaba con la persona con la que compartía aperitivo el hecho de que para algunos momentos nos agrada más lo que se podría denominar ‘hostelería lenta’, que no es ni más ni menos que esos ‘cafés de toda la vida’ donde uno puede tomar y disfrutar sosegadamente de su consumición en un ambiente que invita, por lo general, a estar, conversar e ir viendo pasar la vida.
Este previo tiene que ver con el hecho de que hace poco en Madrid, dentro de un espacio que ya de por sí convoca a la charla y al tiempo sosegado como es el Café del Monaguillo, ha nacido una librería de barrio, de libro ‘seminuevo’. Así le gusta describirla a una de las personas promotoras del proyecto.
Me refiero a TheLibro Café del Monaguillo, situada, como el café, en la Plaza Cruz Verde 3 de Madrid.
Con un fondo inicial compuesto de 4.500 títulos, seleccionados con mimo y clasificados en torno a 12 categorías, han echado a andar para :
Bienvenidas sean iniciativas que parecen adecuarse bien al ritmo de la lectura y la conversación que requiere tiempo y sosiego.
Dos breves reflexiones finales:
La economía de la modernidad líquida, orientada al consumo, se basa en el excedente y el rápido envejecimiento de sus ofertas, cuyos poderes de seducción se marchitan de forma prematura. Puesto que resulta imposible saber de antemano cuáles de los bienes ofrecidos lograrán tentar a los consumidores, y así despertar su deseo, solo se puede separar la realidad de las ilusiones multiplicando los intentos y cometiendo errores costosos. El suministro perpetuo de ofertas siempre nuevas es imperativo para incrementar la renovación de las mercancías, acortando los intervalos entre la adquisición y el desecho a fin de reemplazarlas por bienes «nuevos y mejores». (Zygmunt Bauman; La cultura en el mundo de la modernidad líquida; FCE; pag. 20)
Ando estos días,aprovechando temas colaterales, disfrutando de la belleza azul y ocre del Parque Natural del Cabo de Gata y sus aledaños y de la amabilidad y hospitalidad de sus gentes.
Hoy andaba por el interior y al mediodía he llegado al coqueto pueblo de Lucainena de las Torres.
Tras callejear y dejarme llevar un rato entre casas blancas y vistas que se pierden en ocres que suben y bajan me he acercado al Mesón de la Plaza que, curiosamente no sale bien parado en algunas webs.
¡Qué queréis que os diga! Si en un sitio pregunto si hay para comer y me dicen que ‘como si estuviera en mi casa’, y si quien lo dice, calza ya años pues servidor se lo toma al pie de la letra y se deja llevar.
Así que he(mos) disfrutado de una buena ensalada y dos guisos caseros: lomo de orza y perdiz.
Después con el cafelito ha habido tiempo para pegar la hebra y disfrutar de la sabiduría y el ritmo vital que los años trabajados van dando.
Un gusto.
¿Sitios que nos van gustando? ¡Todos! Mojácar, Carboneras, Plata de los muertos, Agua Amarga, Las Negras, Níjar, Lucainena de las Torres, Sorbas… Pero todavía quedan.
Disfruto de una madre que es además excelente cocinera y que guarda todavía en su interior ganas y fuerzas para enseñar y contar partes de sus trucos.
Anda uno también con ganas de dedicar más tiempo al ‘cocinillas’ que tiene dentro y estoy dispuesto a disfrutar del tiempo pasado entre fogones, mercados mesas, sobremesas y buenas conversaciones.
Así que nos hemos trazado un ‘plan de trabajo’ para estos últimos meses que pasa por el embotado de bonito, posteriormente el de pimientos y terminaremos con las croquetas.
Hoy le hemos dado al bonito.
Todo tiene su previo planificador, su búsqueda del producto, su proceso y su resultado.
Y a ello hay que sumar el aliciente de la conversación distendida, del echar la vista atrás, de recordar y de disfrutar del presente.
Aquí os dejo y cuento en imágenes los pasos fundamentales del proceso.
Los previos remotos. Materiales y plan de acción. Tendemos siempre a ser esquemáticos en los proceso y las órdenes. En el fondo, todo está aquí.
Así que, como podéis ver, en la primera parte del proceso, hasta el grito final se puede realizar autónomamente.
Para la lección de aprendizaje y no para no estropear demasiado bonito, hemos compartido hoy a la mañana un bonito de 20 quilos, gramo arriba, gramo abajo.
La ijada que como buenos amigos, hemos repartido, queda como pieza preciosa aparte. Las rodajas se salan generosamente y se cubren, en nuestro caso y siguiendo una receta que mi madre cuenta que se la pasó una pesacdera en Bermeo, con aceite de girasol y vinagre en proporción doble de aceite sobre vinagre. Se lleva a ebullición y después se mantiene a fuego suave pero con pil-pil continuo hasta ir viendo que la carne se empieza a separar de las espinas. Se apaga y se deja enfriar. En paralelo se prepara un caldo con espinas, pieles de la ijada, y la cabeza. El trozo de cogote, en nuestro caso queda por ahora a buen recaudo para acompañar este caldo en un marmitako.
Con el bonito ya enfriado iniciamos el proceso de limpieza. Fuera espinas, fuera pieles, separar las partes más oscuras que también aprovecharemos para proceder a la introducción del bonito en los frascos correspondientes. Nota: tener amigos o conocidos que puedan facilitar frascos es un regalo sobre el que no estoy dispuesto a dar más información.
Tras la limpieza, hay que introducir en bonito en los tarros y preparar a estos para la batalla del esterilizado con materiales de choque. Mi madre es una experta en guardar calcetines, trapos y demás escudos protectores que impedirán el tintineo en el interior de la olla.
Tras las correspondientes tandas de olla a presión (15 minutos) y asegurándonos del correcto cierre estanco de los botes, nos encontramos con el resultado final provisional.
Ahora… un poquito de calma y a esperar como mínimo tres meses para empezar a disfrutarlos.
¡Que os aproveche!
Pasado ya el bullicio festivo, ayer se paseaba de cine por el Casco Viejo bilbaino. Y, casi sin darnos cuenta cuando deambulaba por Jardines me encontré con Charamel gozotegia.
Quizás quienes hemos andado vagando como almas en pena desde el cierre de El obrador de Jon, ¿verdad Blanca Mata? encontremos aquí un nuevo espacio espacio para el ‘dulce estar sosegado’.
La cabeza visible de este nuevo proyecto es Nagore Ramos Ipiña que al final ha podido aterrizar en lo que al parecer el cuerpo le pedía: la repostería. Ha pasado además por las ‘manos’ del gran Paco Torreblanca.
Ayer probé una deliciosa tarta tatín de manzana y unas pastas finas, finas y ricas ricas en un ambiente y un local agradable y que invita a quedarse y conversar.
¡Ojalá les vaya bien y podamos disfrutar de dulces fines de semana y de dulces momentos a lo largo de toda la semana!
No soy un amante a fecha actual de la fiesta masiva,
el mogollón y el kalimotxo y parecidos con cuyos restos me encuentro estos días en torno a las 8 de la mañana cuando salgo a pasear y que los operarios de limpieza municipales intentan hacer desaparecer de manera eficaz y con grandes dosis de paciencia.
No he sido tampoco un habitual en los últimos años de la semana festiva, pero la vida conviene tomarla como viene y ponerle siempre que se pueda la mejor cara encontrando pequeños momentos de disfrute.
Así que he convivido con la fiesta, he paseado por ella y he disfrutado de momentos y de buena compañía.
Os dejo algunos de ellos.
Y, en las fiestas, rozando el día grande se ha colado la triste noticia del fallecimiento de Javier Cámara, tío de Javi Cámara y hermano de Santi y Ángel ya fallecidos. Desde aquí dejando de lado el jolgorio, un abrazo fuerte para todos.
Toda la pugna de la vida es, hasta cierto punto, una pugna por la lentitud o la rapidez con que realizamos cada cosa. (Sten Nadolny; en Carl Honoré; Elogio de la lentitud, RBA, pag. 223)
nos pocos días, pero intensos para el descanso, desconectar, pasear, leer, dormir, contemplar, escuchar, vagar, soñar, pensar, conversar, comer….
En breve, intentaré repetir… Algunas imágenes para el recuerdo presente.
Leer
Playear
Contemplar
Degustar…
Tiempo que se está a la mesa después de haber comido
Quienes os acerquéis por aquí conoceréis mi gusto por la comida compartida y la conversación sosegada.
Si es en familia, con amigos o con personas con las que no has compartido nada hasta ahora pero a las que llegas a conocer por el ‘hilo de la confianza’ suele ser un gusto.
Si el número no es excesivamente grande, cinco puede ser un buen número, y además impar de cara a buscar desempates en posibles disputas dialécticas mejor que mejor.
Al tiempo conviene dejarlo ir pasando al ritmo que él vea conveniente.
Así hoy, M. nos ha recibido en su casa y nos ha regalado una acogida y comida que no sé si merecemos.
Hemos disfrutado del número, 5, del espacio, en la calle rodeados de verde y, por supuesto de la conversación y la compañía hasta completar una jornada laboral-conversacional completa.
Curioso, como siempre, en una ciudad como Bilbao que no es excesivamente grande, las relaciones cruzadas que aparecen en la conversación, los conocidos comunes pero en distintos momentos o desde distintos ángulos, las distintas visiones de la jugada política actual…
En fin, el disfrute de la palabra.
En esta ocasión, no nos han hecho falta ni libros para generar conversación.
Pero sí era importante, despedirnos de la buganvilla.
Me gusta invocar las tardes de lluvia frente a los volcanes, tengo nostalgia de la vida que transcurre como una conversación entre amigos: lenta, sin destino preciso, sin ansia de predominio, sin demasiadas ideas en litigio, con la certeza de que cada palabra, cada cosa que pasa entre ellos no importa y no es prescindible. (Ángeles Mastretta; El cielo de los leones; pag. 107)
¿Sabéis de esos días que casi todo sale redondo sin saber al principio del día cómo iba a ser?
Hoy ha sido uno de ellos.
El hada madrina que lo ha hecho posible ha sido Sonia ‘zarandulera’, con la sombra alargada de Carles por detrás cubriendo la retaguardia. ¡Gracias por vuestra hospitalidad que se muestra ya de por sí con la intención de acoger y conversar!
Teníamos que buscar un sitio en La Rioja para trabajar y charlar. A ser posible que fuera al aire libre. Mejor si tenía buenas vistas. Y ya, estupendo, si no pasábamos calor y comíamos decentemente.
Todo ello ha sido posible, pero con un regalo precio inesperado como ha sido poder visitar y disfrutar en modo aperitivo del Museo Vivanco de la cultura del vino situado en Briones
Sonia que trabaja allí nos ha regalado una visita inesperada. Ha sido una sorpresa y un lujo. ¡Mil gracias!
Y, en este ir viendo y explicándonos, se ha dejado caer como quien no quiere la cosa una frase de esas que de repente te tocan…. Aquí se puede observar y aprender el arte y el valor de hacer despacio.
Nos hemos quedado con ella rumiándola sin prisa a lo largo del resto del día, mientras repasábamos temas pendientes y comíamos con calma en el Asador José Mari en Rivas de Tereso. Tan pausadamente hemos comido y conversado que siendo casi los primeros en llegar, hemos sido los últimos en irnos.
Prometemos volver para deleitarnos con calma del Museo Vivanco y de otra buena comida.
Nos hemos dejado llevar por el vicio y nos hemos traído algunas botellas y alguna otra que viaja para Madrid para mantener por lo menos durante una temporada vivo el recuerdo del hacer despacio y… degustar con tiempo y con buena compañía.
Os dejo unas fotitos… como aperitivo.
Dos días que nos hemos movido cerca de Bilbao, en excursiones de día.
Recordando el paso, hace ya casi tres años, por Puente la Reina y Estella-Lizarra cuando hice el Camino de Santiago. Y, también descubriendo y disfrutando de espacios y sensaciones que me pasaron en aquella ocasión desapercibidos.
Los espacios mutan y cambian según la mirada que posemos sobre ellos.
Algunas nuevas imágenes para el recuerdo de los ritmos tranquilos y contemplativos.
De los pequeños detalles
De lo ya vivido, pero ahora con nuevas sensaciones…
Ritmo… tranquilo.
Las croquetas son en mi familia un punto clave.
Mi madre las ha bordado siempre, sean del tipo que sean, y las sigue bordando y haciéndonos disfrutar con ellas en ocasiones excepcionales.
En fechas recientes pudimos disfrutar de unas de espinacas que hoy en la comida familiar han vuelto a salir como tema de conversación.
Así que detrás de ellas, para la familia, se esconde y se muestra toda una antropología del comer humilde, rico y distinto que ante formas externas aparentemente parecidas esconden en su interior gran diferencia fruto de esa mezcla sencilla y humilde de la salsa besamel y de los acompañamientos que se consideren adecuados en cada momento y ocasión. Y ya luego en cada caso y en cada familia hay tradiciones distintas de contenido para las mismas.
Tan importante como el interior es la encuadernación o el rebozado que presentan en cada caso y para cada ocasión y la forma que se pueda dar a la misma.
Dependerá, al fin y al cabo, si la queremos leer-degustar de un bocado o de más de uno. Eso quedará siempre al criterio del cocinero-editor.
De las últimas que he probado ya he hablado aquí sobre las croquetas de chorizo de Pamplona que ya he compartido y entorno a las cuales he conversado en más de una ocasión en Los Fueros.
Me queda contaros las que he descubierto hoy a la mañana, gracias a la insistencia faceboquera de Marino Montero sobre las mismas. Me refiero a las croquetas de chorizo del Café Lago.
Detrás de toda ‘delicatessen casera’, como es el caso, suele esconderse una bella historia familiar que suele ir más allá de una generación. El origen de éstas nos lo ha contado Boni mientras las degustábamos con un buen txakolí y un excelente verdejo.
Si queréis saber la historia de las mismas y disfrutarlas (ración de 6 croquetas) lo mejor es que os paséis por el Lago en la calle Correo.
Luego quizás al salir penséis porqué en la gastronomía cada producto es un mundo, tiene su soporte específico y distinto que cada vez tiende más a la diferenciación y en se otro que llamamos los contenidos creativos tendemos hacia la uniformización.
Pero este es otro tema.
Por cierto… las rabas también están de buen ver.
Y comprobar que allí siguen camareros a los que conocimos hace ya treinta años…
Me regalaron estas navidades pasadas el libro de Jean-Christophe Rufin El Camino inmortal de Duomo Ediciones.
No sé si el regalo llevaba segundas. Casi parecía una invitación para que me volviera a animar a hacerlo.
He aprovechado la última ida y vuelta a Madrid para leerlo y he disfrutado ya que sigue siendo una experiencia ya pasada que me ha dejado un muy buen sabor de boca.
Aquí os dejo un texto del mismo:
En la era de la televisión y de internet, el pregrino continúa encarnando la circulación de ideas y de los seres humanos. A contracorriente de lo virtual y de lo instantáneo que representan los medios de comunicación y que provocan desconfianza e incluso incredulidad, el movimiento del peregrino es indiscutible. Es atestiguado por el barro que se pega a sus botas y por el sudor que empapa su camisa. Se puede fiar uno de él. Cuando se trata de consignar parte de la propia alma, de encomendarse a las potencias invisibles que gobiernan el mundo y nuestro propio destino, el peregrino sigue siendo el único de quien uno se puede fiar. (pag. 177)
Pasear, pensar, contemplar, conversar, disfrutar… encuentros inesperados…
Y para colmo de gusto y redondear el fin de semana, llegar a casa y encontrarse con este regalo de Javier – Fórcola 😉
Me he acercado a Barcelona con motivo de Interacció 2015, ya escribiré más pausadamente y recogeré las notas telegráficas que voy tomando.
Aprovecho también para quedar con personas y amigas con quienes poder conversar con más sosiego.
Hoy me han llevado a un sitio que además de ofrecer un rico menú del día es agradable, amable y evocador en su nombre.
Como andamos ya casi de víspera de puente se me ha ocurrido invitaros a un juego con premio entre los acertantes:
¿Quién puede haberme invitado a un sitio así?
Entre las acertantes sortearé un ejemplar de El amante de los libros que gustosamente enviaré sin costo alguno.
Importante siempre en expedición un buen campo base. Así que recomiendo por coqueto, pequeño, situación, atención y precio el Microtel Placentinos.
Clave también siempre alguien que te acoja y guíe. Gracias Raquel que además siempre me descubre nuevos sitios donde disfrutar de la comida conversacional. En esta ocasión el Tapas 3.0. El año pasado estuvimos en el 2.0 pero como somos comedores conversacionales modernetes siempre nos instalamos cómodamente en la última versión.
Visita, charla y algún enredo que llegará a Letras corsarias. Precioso espacio. Cómodo, con buena selección, con mucha carga personal y apuesta en el proyecto. Gracias Rafa por la atención y gracias Antonio por la charla ‘cerveceril’ posterior y ser atrevido para jugar a los enredos. Pude comprobar con mis propios ojos que todavía existen libreros capaz de poner cara y gustos a sus clientes y seleccionar para ellos un título. Diré que su capacidad de acierto, vi después el resultado, fue del 100×100.
Luego, la conversación multibanda sobre qué leemos para escribir con variaciones y tonos musicales, digitales, analógicos, conversacionales, anecdócticos. Rato de disfrute que continuó rato después con cervezas y pintxos. Ponerse cara, mirarse a los ojos, ver amistades comunes que aparecen…. Todo junto produce un ‘momento disfrute’. Gracias a Nona por acogernos, a Raquel por moderarnos y a Rafa, Catalina, Antonio y Julio por compartir ideas y reflexiones. No siempre coincidentes, pero siempre enriquecedoras. Gracias a ARCE y a Texturas también por convocarnos.
Quienes suelen visitarme con tiempo saben que si hace bueno es uno de los sitios donde me gusta llevarles.
El paseo por el valle y la visita a Arrázola y Axpe suele merecer siempre la pena.
A los visitantes les llevo en coche, pero hay unas estupendas posibilidades de pasear por la zona sin excesivas complicaciones.
Hoy hemos hecho la vía verde y hemos subido a Axpe.
El día era espectacular. Sol y una temperatura excelente.
Así que he disfrutado del paisaje y he tenido momentos de recuerdo para las personas con quienes lo he visitado y para algunas más con las que en alguna ocasión vendré.
Os dejo unas fotitos para provocar cierta envidia o para vuestro disfrute.