El espacio iberoamericano del libro 2018. Cerlalc

El espacio iberoamericano del libro 2018 ofrece un comprehensivo mapa del sector editorial de la región. A partir de los registros de isbn, se analiza la evolución de los títulos y ejemplares producidos, la incidencia de los distintos tipos de agentes que los publican y las características de la oferta publicada en los últimos cinco años. En algunas ocasiones, este examen se remonta inclusive a comienzos de los 2000, lo que permite observar tendencias de largo plazo, así como evaluar las posibles causas que les han dado forma.

Con la ambición de ampliar el alcance de este estudio, publicado por primera vez en 2006, en esta nueva edición se ha construido un retrato detallado de los cuatro principales mercados del libro de América Latina: Argentina, Brasil, Colombia y México. En esta mirada comparativa, la información sobre la producción de títulos y la evolución del mercado se analiza a la luz del comportamiento de las economías de estos cuatro países en años recientes.

El espacio iberoamericano del libro 2018 brinda, así, información que permite a los actores interesados hacerse a una perspectiva estratégica del sector editorial de la región.

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Mercado libro Estados Unidos. El papel sigue creciendo y supone el 75 por ciento de las ventas

Entre los nuevos soportes, según los datos facilitados por la Association of American Publishers que recoge información de 1375 editores, el papel sigue creciendo y ocupando claramente el primer lugar como soporte.

2016 % sobre total 2017 % sobre total 2018 % sobre total
Papel 5715,3 76,60 5774,9 76,39 5882,2 75,50
Audio book 264,8 3,55 342,2 4,53 469,3 6,02
eBook 1157,7 15,52 1054,2 13,94 1016,2 13,04
Otros 323,1 4,33 388,5 5,14 422,8 5,43
7460,9 7559,8 7790,5

El segundo lugar, en cifras absolutas, lo sigue ocupando todavía el ebook. El audiolibro y otros soportes no alcanzan siquiera a la cifra del ebook que es la quinta parte de la del papel.

España. Comercio interior del libro. De 2006 a 2017. Algunas reflexiones. 8. Qué venden las librerías

Tal y como ya señalábamos el año pasado, el peso del libro de prescripción, el libro de texto en edades de enseñanza obligatoria, sobre el que ya llamábamos la atención sigue teniendo un peso muy importante en las librerías en su conjunto. Es cierto que el mismo se reparte de manera muy desigual, lo cual, al mismo tiempo tiene una clara incidencia a la hora de plantear un discurso  único de la ‘librería como comercio-espacio cultural’.

Si como media, el peso del del libro de texto en la facturación del canal es ligeramente superior al 40%, se puede suponer que hay muchos puntos, en la medida en que también los hay que tienden a no vender texto, que el peso se situará muy por encima del 50 en muchos de ellos.

Conviene recordar que en estos datos sólo se habla de libro del primer uso o libro nuevo mientras que parece que el libro de segunda mano o de segunda oportunidad alcanza en otros países y en España también, por lo menos por el nacimiento de nuevas librerías con este perfil, una importancia que quizás debería tenerse en cuenta.

Así lo parece por lo menos en Francia y en Inglaterra, donde parece que la mitad de la población elige comprar libros de segunda mano antes de comprar nuevos.

Y en Estados Unidos, el peso de la facturación en papel sigue creciendo

La Association of American Publishers ha vuelto a hacer públicos sus datos de facturación en los que se constata que el sector que más sigue creciendo en cifras absolutas es el del papel.

La facturación, en el comparativo enero-octubre de los años 2017-2018 aumenta en 214 millones. De ese aumento, más del 50%, 124, 2 millones se produce en el soporte papel.

Al mismo tiempo, es también el soporte que más aumenta su peso porcentual en la facturación, alcanzando el 74,82%. Dicho porcentaje supone un aumento en relación a 2016 del 4,14%. Sólo el audiolibro crece, pero en menor medida, el 3% y parece que su crecimiento es a costa del ebook y de otros soportes y no del papel.

Los datos parecen seguir afirmando una tendencia persistente.

España. Comercio interior del libro. De 2006 a 2017. Algunas reflexiones. 7. Facturación por materias

La facturación por materias no ofrece cambios sustanciales en relación a los últimos años.

El rey es el libro de texto no universitario, obligatorio en muchos de los casos, y que en los cinco últimos años supone más de un tercio del negocio del comercio interior.

Es, además, la única materia que aumenta su facturación en relación al año 2006. Lo no cultural crece, lo más específicamente cultural sigue a la baja.

Soy de la opinión que no de la certeza, de que éste, en lo que a libro nuevo se refiere, es un camino sin retorno en las categorías que podríamos denominar creativas por mucho que según Deloitte, el libro aparezca como uno de los tres regalos más deseados para estas navidades, el segundo en el caso de las mujeres, e incluso sea el segundo más comprado para, que no por, los adolescentes y el cuarto para los niños.

Ante esta realidad de descenso mantenido, en volumen que no en porcentaje, de la literatura para cualquiera de las edades y cualquiera de sus géneros es difícil llegar a entender que el sistema y el canal de comercialización se mantenga en gran medida inalterable en sus modos y en sus formas.

De esto ya hablaremos con un poco más de calma y extensión en breve.

España. Comercio interior del libro. De 2006 a 2017. Algunas reflexiones. 6. Devolución de libros

Pues parece que el tamaño sí importa.

El porcentaje de devolución sigue, en el conjunto del sector inamovible.

Más de sesenta años después de la Depresión, las librerías pueden devolver a las editoriales los libros que no han vendido sin perjuicio económico, una medida de emergencia destinada, entonces, a salvar a los libreros de la quiebra cuando la economía se colapsó y que en la actualidad sigue vigente a pesar de que las grandes cadenas de librerías se han convertido en gigantes muy rentables que empequeñecen, incluso, a las editoriales más grandes, y que han echado  del negocio precisamente a las librerías pequeñas e independientes a las que se quería proteger con la política de consignación. (Michael Korda; Editar la vida; pag. 281)

Sería interesante poder saber si hay diferencias importantes de devolución entre las distintas materias. Teniendo en cuenta que las condiciones del libro de texto de niveles obligatorios funciona con unas condiciones generales de comercialización, incluido lo relacionado a la devolución, distintas al resto de los fondos que se comercializan es lógico pensar que los porcentajes de devolución del resto de materias se mueven en porcentajes muy superiores a ese 29% que veremos en la tabla resumen.

Decía al principio que el tamaño sí importa porque todas las editoriales de mayor tamaño confirman que generan devolución con sus fondos, algo que no ocurre con una parte importante de  las editoriales medianas y pequeñas. Entre las medianas el 28,4% afirma no tenerla y este porcentaje en las pequeñas asciende hasta el 36,8%.

Nada parece ser capaz de contener estas cifras totalmente ilógicas en un sector que se quiera considerar adulto y maduro.

Una peculiaridad del comercio de libros ha sido la costumbre, establecida durante la Depresión en los años treinta, de que los ejemplares no vendidos pueden devolverse a los editores sin ningún cargo. Así pues, los libros se venden a cuenta. Como, por lo general, era imposible saber de antemano si un libro iba a venderse o no, los libreros no podían permitirse arriesgar su precioso capital en autores desconocidos sin una garantía por parte del editor. Los editores que no querían que sus clientes quebrasen, y de acuerdo con la práctica iniciada por Simon¬Schuster, accedieron a quedarse con los ejemplares no vendidos a cuenta de pedidos futuros. “Sale hoy. Vuelve mañana”, era el comentario de Alfred Knopf sobre esta penosa condición de venta. Los editores han aprendido desde entonces a cubrir el coste de las devoluciones inflando el precio de venta al público, de forma que sus compradores no sólo pagan el ejemplar que compran, sino una parte proporcional de los ejemplares devueltos a los almacenes de los editores para ser guillotinados y reciclados. En el futuro tecnológico, el problema de las devoluciones quedará eliminado en la medida en que los libros se impriman por encargo, a petición de los clientes, en lugar de ser impresos y repartidos en las librerías a la espera de que los clientes quieran o no comprarlos. (Jason Epstein; La industria del libro; pag. 105-106)

 

El libro electrónico sigue teniendo un peso menor. Informe PWC

PWC ha presentado la versión española del estudio Global Entertainment and Media Outlook. Merece la pena su lectura.

Resalto aquí algunas de las referencias en el mismo en relación al libro.

  • El crecimiento en este período a nivel global se situará por debajo del 2%. En España caerán hasta 2.499 millones de euros en el 2022. Sólo crecerá en Espoaña el subsector del libro educativo, un 0,8%.
  • El negocio de los libros de consumo, los no educativos y profesionales tienen su negocio, a nivel mundial es en el 81,4% en soporte papel. En el 2022 lo será todavía en el 78,1%.
  • En España se prevé que en 2022 la cuota del libro electrónico llegue al 11,7%.
  • España tiene todavía una de las proporciones más altas de librerías per
    cápita de Europa alineada con países como Alemania e Irlanda, y por
    encima de Francia y el Reino Unido.
  • Las plataformas, en lugar de las editoriales y los medios, son los principales beneficiarios del crecimiento de usuarios en tiempo y consumo.

 

 

Qué consume la infancia en las pantallas. Entretenimiento que no cultura

Me parece que el mundo del entretenimiento se ha convertido en la fuerza dominante en los asuntos culturales. El factor económico está detrás de todo ello, y ya no existe responsabilidad cultural, ése es el problema. (Philip Glass en César Coca; Entrevista con la cultura; Bassarai, pag. 71)

La cultura ha acabado convirtiéndose en sinónimo de entretenimiento en que la realidad se enmascara detrás de un espectáculo vacuo e inmovilista y ha incrementado su valor de cambio económico y político en detrimento de su valor simbólico. (Ferran Mascarell; La cultura en la era de la incertidumbre; pag. 71-72)

La lógica del entretenimiento, que no la cultural, parece que ha sido también el hilo conductor del reciente encuentro celebrado en Barbastro. LeoEn el marco de la pasada edición del Congreso del Libro Electrónico de Barbastro se habló mucho de las nuevas formas de acceso al entretenimiento. Algo que ya pasó también en el año 2013.

No nos debe extrañar, por lo tanto, que al encontrarnos en los entornos de la pantalla lo que prime sea, fundamentalmente el entretenimiento y el videojuego. La lectura, por ejemplo, ni aparece en el listado.

Es lo que parece desprenderse del estudio AIMC niñ@s.

Nos podemos seguir mirando a Estados Unidos…

En general, la cultura popular norteamericana es popular porque (y en la medida en que) sus estilos de entretenimiento sencillos, rápidos y fugaces –su compromiso con el entretenimiento- encajan con el desplazamiento y el deseo modernos. (Todd Gitlin; Enfermos de información; Paidós, pag. 247)

España. Comercio interior del libro. De 2006 a 2017. Algunas reflexiones. 5. Facturación por canales

Ya hemos visto que la facturación no sólo sigue estancada, sino en involución.

Presento ahora, y también en una serie que va desde el año 2001, datos relacionados a la evolución de la cifra de facturación por canales, el porcentaje que supone cada uno de ellos y cuál debería haber sido la evolución teniendo en cuenta el IPC acumulado.

El dato que más me interesa a título personal es la evolución de las librerías. Como veremos a continuación veremos que es imposible mantener un tejido librero similar al del año 2001 porque la facturación teniendo en cuenta el IPC ha sufrido un severo descenso. Es por ello que pienso que una de las primeras líneas de trabajo si se piensa en desde una clave política sigue pasando por afrontar en serio el debate sobre cuál debe ser, de cara a una sostenibilidad real, el tamaño real de un sector librero independiente.

Presentamos hoy como primer acercamiento el porcentaje que en cada uno de los casos tienen los canales o las formas de comercialización.

Evolución de la facturación absoluta por canales.

La cifra total de la facturación de librerías y cadenas, sin tener en cuenta la subida del IPC es prácticamente igual a la del año 2001. 1.224 millones de euros. El dato importante es que las librerías han descendido 124 millones que es lo que han subido las cadenas de librerías.

De hecho, entre lo que podríamos considerar canales con un peso significativo son ls cadenas de librerías y las ventas directas por parte de los editores a empresas e instituciones las únicas que aumentan su volumen de facturación.

Si aplicamos sobre los canales de comercialización el factor corrector de aumento del IPC (38,2), la diferencia entre lo que los mismos facturan y lo que deberían facturar realmente para mantener un peso equivalente al año 2001, estos serían los resultados en números.

Las librerías deberían facturar 1.295 millones y facturan 813 millones. Es decir han perdido por el camino un tercio de la cifra de negocio o si lo prefieren 481 millones de euros. No es por lo tanto de extrañar el descenso del número de librerías. Es una consecuencia lógica de la pérdida de facturación.

Esto no ocurre en cambio con las cadenas de librerías que han crecido del año 2001 al 2017 por encima del IPC. Y así, si las cadenas sobre la venta total en librerías, suponían en el 2001 un 23%, su porcentaje actualmente se sitúa en en 33%.

Veamos ahora la evolución del peso porcentual de los canales.

  1. Las cadenas de librerías y la venta a empresa e instituciones son las que en relación a 2001 son las que han aumentado claramente su peso porcentual. En torno a 7 puntos
  2. Las librerías mantienen una posición relativamente estable al igual que los hipermercados.
  3. Las librerías aún con todo siguen siendo con diferencia el principal canal de comercialización. Duplica en volumen al siguiente que son las cadenas de librerías y entre ambos suponen más del 52% de la facturación, cuando en el 2001 eran el 47%. Este aumento de peso porcentual, en cualquier caso es debido al aumento de peso de las cadenas.

Quedan algunas preguntas en el aire que creo siguen siendo claves a la hora de pensar en una acción política integral de cara a las librerías.

  • Antes de plantear cualquier otra medida que se convertiría en un mero parche, con estas cifras de facturación cuál debería ser el mapa de librerías que puede ser sostenible.
  • Con qué otros productos y/u otros negocios se deberían plantear posibles encuentros o sinergias, como ya se hace en algunos casos, para poder afianzar una sostenibilidad de proyectos.
  • ¿A partir de qué cifra de negocio se debería plantear, en una visión red, que un punto de venta está detrayendo recursos para la sostenibilidad de otro punto de venta y que quizás la unión de los dos con el ahorro de costes estructurales que podría suponer aseguraría el mantenimiento de los puestos de trabajo?.

España. Comercio interior del libro. De 2006 a 2017. Algunas reflexiones. 4. Evolución (involución) de la facturación

El volumen de facturación  del comercio interior del sector del libro sigue su proceso decreciente, tal y como ya constatamos el año anterior.

  1. Cada vez parecemos acercarnos más a un punto de no retorno. A precios corrientes, sin tener en cuenta el IPC, el retroceso en relación al año 2001 es de un 11%.
  2. Tomando como base la cifra del 2001 la facturación a precios constantes, es decir teniendo en cuenta el IPC, debería haberse situado en el año 2017, en 3.696,30 millones y sólo alcanza los 2.319, 36 millones, lo que supone en millones una diferencia entre lo que sería un crecimiento sostenido y la realidad de 1.376,94 millones de euros, alcanzando en este año el mayor diferencial. El anterior se dio en el año 2013.
  3. En rojo realizamos un comparativo año a año de cuál debería haber sido hipotéticamente la facturación teniendo en cuenta el IPC y en relación a la cifra de facturación del año anterior.
  4. Una pregunta… por dar cabida a más temas. ¿Piensa alguien que lo que los datos de Comercio interior no miden conseguiría equilibrar la balanza y plantear una mirada más optimista en lo que a facturación se refiere? Tengo mis dudas.

Cuándo empezará a ser tomado en serio en el mundo del libro el subsector del libro electrónico

Más Congresos no supone necesariamente más relevancia.

El titular con el que Winston Manrique referencia parte de lo vivido en Barbastro en días recientes tiene su miga.

Dice así:

El sector del libro electrónico pide al mundo editorial unir fuerzas para contrarrestar la gran oferta de la red

Parece que en el mismo se estuviera reflejando que son dos conjuntos que ni siquiera fueran disjuntos y que tuvieran que buscar algún punto de encuentro que no existe. Como, si hasta la fecha, no se conocieran.

Y hay algo de verdad en esa frase. Mi propia vivencia de algunas de las ediciones y por lo que cuentan de las que no he ido parece que lo que podríamos denominar la presencia de personas que representan la historia y la parte más tradicional del sector no ha sido habitual en el mismo ni por el número ni por la representación en un espacio en el que en cambio las personas que juegan o jugamos, me incluyo, el papel de analistas y que nos dedicamos en muchas ocasiones a sobrevolar o a ofrecer ‘servicios’ auxiliares al modelo tradicional son las que más presentes se suelen hacer.

Su modo de nacimiento y evolución posterior

Convocar a la unidad desde la aparente minoría y como situándose fuera del sector no me digáis que no suena a izquierdismo, eso sí con aires de vanguardia, transnochado.

Yo creo que el tema para empezar a hablar es sencillo: poner los datos, antes que los metadatos encima de la mesa.

Ya lo dijo Manuel Gil: “El futuro de la industria pasa por compartir datos”.

Pensando en el mercado español propongo como borrador inicial la siguiente matriz de datos a compartir para saber quizás con más claridad en qué terrenos jugamos o en qué terrenos juega cada uno, suponiendo que los terrenos sean distintos. Así con esos datos, sobre todo si se ofrecen de varios años sabremos de qué hablan después los porcentajes.

Papel Libro electrónico Audiolibro app otros formatos
Número de empresas editoras
Número de empresas distribuidoras
Número de empresas comercializadoras
Número de títulos
Número de autores
Número de productos
Facturación en España
Facturación exportación
Empleos editores
Empleos distribuidores
Empleos comercialización
% lectores x soporte

 

Creo por señalar algo que se debería incluir todo. Es decir que cuando hablamos de papel, hablemos de todo el papel y cuando hablemos de libro electrónico hablemos también de todo.

Toda aportación será bienvenida.

 

España. Comercio interior del libro. De 2006 a 2017. Algunas reflexiones. 3. Evolución del empleo

La evolución del empleo en relación al año 2006 sigue siendo negativa. El sector editorial genera un 18,96% menos de empleo que en ese año. En relación al año 2016 el aumento de empleo es de un 0,7%.

El único tipo de empleo que crece en relación al 2006 es el específico de producción editorial. Es curioso, en cambio que en el mismo y en relación al año anterior el dedicado específicamente a la producción en formato electrónico decrece. De esta modalidad, la serie se inicia en el año 2014. En relación a ese año, el aumento porcentual no llega al 1%. No deja de resultar curioso este aparente escaso aumento con todo lo que se oye hablar de nuevos formatos. O se externaliza y el empleo se genera en otro lado o el ruido no equivale a generación de empleo real.

En cualquier caso nada, en lo que se refiere a empleo, parece que volverá a ser como antes. La disminución que se produjo en el empleo ha sido mucho más drástica que la tímida recuperación.

Tampoco sabemos, aunque lo dudamos, que el ratio de facturación/empleo, ni siquiera a precios corrientes, llegue a las cifras del 2006.

 

España. Comercio interior del libro. De 2006 a 2017. Algunas reflexiones. 2. Integración empresarial

La evolución de los datos relativos a la integración empresarial indican en el año 2017 el grado más alto de integración de toda la serie, alcanzado al 31,3% de las editoriales.

El crecimiento que es probablemente el que lleva a aumentar el porcentaje, se da entre las editoriales más pequeñas que son las que representan el mayor número. Si atendemos a los totales y no a los porcentajes vemos que de hecho sólo hay una editorial más que el año anterior y hay, de hecho, menos editoriales que en años anteriores.

En detalles como estos es cuando se ve que el menor nivel de implicación de las editoriales a la hora de contestar van dejando flecos en los resultados

Un libro no se parece a ninguna otra propuesta cultural. Valeria Bergalli

Muy interesante la entrevista que Javier Blánquez le ha hecho a Valeria Bergalli, editora de Minúscula. Os recomiendo leerla entera.

Yo dejo, por aquí, mis subrayados particulares:

  • Familia y lectura… «De la parte materna me vino el gusto por la buena literatura, a leer por placer, y por la parte de mi padre, que era profesor universitario, todo lo relacionado con la reflexión, el conocimiento y el aprendizaje».
  • Sobre el boom de las pequeñas editoriales….  En 1999…el futuro ya estaba dibujado, y había un espacio para este tipo de propuestas.
  • Sobre el espacio, los huecos que ocupan las editoriales independientes… Sí, yo nunca hablo de márgenes. Las editoriales independientes no somos marginales, sino que nos insertamos en los resquicios abiertos que dejan otras. La gran concentración editorial había creado una cierta uniformidad en las librerías, estaban compitiendo entre ellas por otra porción grande del mercado. Ahí es donde quedaban algunos espacios libres para libros que los lectores con inquietudes también demandaban, y había la opción de detectar propuestas que se escapaban a esa uniformidad y sensación de saturación. Ahí aparecimos nosotros. El librero Paco Puche hablaba ya en su momento de esos resquicios como huecos. Escribió en su Un librero en apuros (pag. 36)La idea de este teorema surge de un comentario de J.L. Sampedro, que venía a decir que cuanto más grandes sean las esferas, más huecos dejan entre ellas, y que pretendía dar esperanzas a los pequeños frente a las multinacionales.
  • La diferencia entre el ser (lector) y el tener (libros). La gente que lee es poca, o nos parece que es muy poca. Hay una gran diferencia entre leer los libros y tenerlos cerca.
  • La vida sigue igual… Yo diría que, a pesar de todos los cambios que ha habido, eso no ha cambiado: siempre ha habido mucha gente que no lee nunca, una pequeña cantidad de gente que lee mucho y compra mucho, y una zona gris muy amplia de gente que se apunta a leer cuando hay un libro de moda. Entre la gente que lee mucho y visita semanalmente las librerías, no detecto muchos cambios con respecto a cuando empecé. El núcleo duro exigente sigue ahí, ese que va a lo que le interesa y al que el márketing le importa un rábano.
  • Carrera de largo recorrido. Eso nos da seguridad y reafirma lo que dices, que es el fondo editorial lo que, a la larga, otorga esa confianza y esa personalidad. Son libros que la gente ha leído, que han generado un entusiasmo, y unos lectores se los recomiendan a otros lectores, y además te crea una identidad como editorialEs una suerte que un libro no desaparezca de circulación y los libreros lo sigan recomendando.
  • Librería de fondo. La librería es el hilo del que tú tiras y te salen cosas que no conocías, y para eso el fondo tiene que ser rico. Creo que ese es el mejor modelo de librería. Lo que no sé es si se puede hacer a escala más pequeña, y me da miedo que pueda desaparecer.
  • El papel clave de la traducción. Sin la traducción, no existiría la literatura universal, que es algo muy distinto a la literatura internacional. Tiene mucho que ver con la circulación del conocimiento, el verdadero intercambio cultural entre pueblos. Sin la traducción, todo esto no existiría, viviríamos encerrados en la isla de nuestra propia lengua.
  • La ciudad en la construcción europea.  Otra cosa que me interesa muchísimo es cómo piensan el espacio urbano. La idea de Europa que más me interesa es la que tiene que ver con las ciudades.
  • El fascismo del exceso y la velocidadEl exceso de libros nuevos perjudica al lector, porque el volumen de lanzamientos no está organizado acorde con lo que serían los tiempos de lectura real. Un libro no se parece a ninguna otra propuesta cultural, tiene un ritmo más lento, y lleva un tiempo hasta que un lector puede hacerlo suyo. La mejor manera para que un libro circule mucho y bien, más allá de que aparezca en los medios de comunicación o reciba buenas críticas, es que los lectores se lo recomienden entre sí.

Me interesa esta reflexión sobre el volumen de publicaciones y el ritmo de la lectura. Termino con una cita, no de Valeria en este caso, sino de Judy Wacjman en su libro Esclavos del tiempo y pienso en quiénes quieren vendernos nuevos ‘modelos de lectura’ adaptados, en teoría, a ese ajetreo, a ese status, a esa clase pudiente ‘ajetreada’, aparentemente ocupada…

Quizás los discursos culturales que dan valor a las vidas llenas de acción, junto con los elevados niveles de consumo, tengan la culpa del vertiginoso ascenso de la percepción de sentirse ajetreado. De hecho, ese ajetreo puede traducirse no sólo en estrés, sino, para algunos, en la sensación de una mayor felicidad o satisfacción vital derivada de la energía positiva ligada a los estados de excitación. Tal enfoque reformula la discusión en torno a la correlación socioeconómica de la falta de tiempo en un debate sobre las manifestaciones y consecuencias del ajetreo. «Mientras que el concpeto de falta de tiempo tiene connotaciones negativas, ajetreo es a lo sumo neutro, y de hecho puede comportar las connotaciones positivas propias de ajetreo como antónimo de ociosidad» (Oriel Sulliva en Time&Society, 17, nº 1, 2008, pag. 10). Entonces, ¿ha adquirido la noción de ajetreo un nuevo significado positivo en nuestra cultura? ¿Es el ajetreo un símbolo de estatus para quienes disponen de mayor capital social? En un fascinante argumento, Jonatahn Gershuny afirma que, mientras que hace un siglo quienes tenían un mayor nivel de ingresos se definían por su tiempo libre, hoy, en una inversión cde la clásica Teoría de la clase ociosa de Thorstein Veblen, se otorga mayor prestigio a quienes presentan largas jornadas y están más ajetreados en su trabajo… Parte de la resolución de la paradoja de la falta de tiempo consiste en el hecho de que actualmente es el ajetreo, y ya no el ocio, el que ocupa el «lugar de honor». (Judy Wajcman; Esclavos del tiempo. Vidas aceleradas en la era del capitalismo digital; Paidós, pag. 109-110)

España. Comercio interior del libro. De 2006 a 2017. Algunas reflexiones. 1. Participación

Está ya disponible el estudio Comercio interior del libro 2017 que, como es habitual, suele ser hecho público coincidiendo con el Liber.

Como en muchas otras ocasiones en las que he hablado de los mismos este año lo haré de nuevo.

Son los datos que hay y cuando me refiero a datos quiero decir que no son meras ‘tendencias’ porcentuales que nunca sabemos a qué se refieren exactamente porque desconocemos el punto del que parten.

Siguen siendo, por lo tanto, los únicos datos que se ofrecen con claridad y con los que se pueden hacer después comparaciones claras

Intentaré seguir en diversas entradas un esquema lo más parecido posible, siempre que se pueda, a lo que ya planteé con los datos de comercio interior del año pasado.

Como en otras ocasiones también incluiré y tendré en cuenta nuevas aportaciones y puntos de vista.

Empecemos con el número de empresas que participan en el estudio y cuál ha sido la evolución de las mismas.

Y a la luz de los datos planteo que en el comparativo 2006-2017:

  1. La estructura asociativa editorial es menos representativa en lo referente al tejido empresarial del conjunto del sector que en el 2006. Ha pasado del 54,42% al 44,97%. En general, podríamos afirmar que las pequeñas editoriales son las que proporcionalmente están, porcentualmente, menos representadas.
  2. El porcentaje de contestaciones recibidas en relación al tejido editorial también ha disminuido en relación al 2006 en 6,36 puntos porcentuales, llegando a tener su punto más bajo en el 2013. En cualquier caso, en los últimos años, el número de empresas que contestan rara vez  ha superado el 20% del tejido editorial que se reconoce. Ello hace en el fondo difícil recoger las peculiaridades de un tejido que más allá de su facturación está compuesto de agentes con muchas peculiaridades distintas entre unos y otros.
  3. El porcentaje de contestaciones sobre el total de asociados se ha mantenido más estable, con variaciones arriba o abajo del 2%, exceptuando el período 2013-2015. Aún así, este año es inferior en casi tres puntos porcentuales al año pasado.
  4. Cuanto más pequeñas en lo referente a facturación son las editoriales, menos tendencia hay a contestar. Sólo un 38,9% de las pequeñas editoriales han contestado a la encuesta de Comercio interior.

La novedad literaria desde una óptica del lector

Novedad: cualidad de nuevo.

Nuevo: que se percibe o experimenta por primera vez.

A lo largo de la vida de un lector ‘voraz’, que se sitúe por encima de la media podrá leer en el mejor de los casos unos 3.000 libros.

Nunca podrá dar abasto ni siquiera a lo que se publique en un cuarto de año de todos los años vividos.

Toda la publicidad que se asienta por lo tanto, como es muy habitual, en el volumen de oferta como es el caso de los sistemas de suscripción es, en gran medida, un sinsentido desde la óptica lectora. Tiene una clara lógica empresarial de la sociedad de la abundancia y del derroche de ofrecer, aparentemente, mucho por poco con esa sensación de sobreabundancia que la hace acercarse a la comida basura donde abundan los desechos.

Me gusta, frente a ello, el mensaje que lanza Re-Read que hace y sustenta su lógica de negocio en lo que aparentemente es expulsado o no querido por el sistema de la novedad (recién hecho o fabricado) entendida de otra manera  y lo ofrece a precio de ‘ganga’ para un lector que lo vaya a leer.

La lógica de una parte importante de la industria más allá de los soportes y el tamaño de la editorial se sigue manteniendo en el ‘recién hecho’. Esta lógica del tiempo y de la inmediatez nunca podrá ser, si es la predominante, la lógica de sentido de un sector que se quiere llamar cultural.

Los cambios profundos, que son los que miran a los lectores, se moverán más, según mi intuición entre aquellos que sean capaces de ofrecer la experiencia de la novedad como sentido y experiencia de ‘la primera vez’ y, al mismo tiempo, resaltando que dicha experiencia, desde un mismo soporte, puede ser compartida por muchos y encerrar varias lecturas distintas… Quizás, con esta mirada superemos la ideología de la novedad sobre la que ya reflexionamos en su momento.

  • Los libros se digieren, nos recuerda Francis Bacon, pero nunca se consumen. (Lewis Buzbee; Una vida entre libros; pag. 116)

Estados Unidos y la persistencia de los datos. El soporte papel es el que más crece. ¿Se oye?

Los datos  , los números enteros, los porcentajes, las fuentes, las comparaciones…

El error está en entender el dato como un fin en sí mismo y no como un elemento que contribuye a generar un conocimiento que previamente no existía o no estaba explicitado. (Álvaro Fierro, Andoni Garaizar, Andoni Lastra & Aitzol Batiz en Revista Texturas 32; Trama editorial, pag. 44)

En el mundo del libro cada vez se parecen más a prospectivas electorales. ¿Quién gana, quién pierde? ¿Qué presento? ¿El crecimiento porcentual?, ¿los datos absolutos? ¿con quién comparo? Si este soporte crece… ¿quién baja? ¿qué mido? ¿quién me da los datos?…

Ahora parece que sólo existe el crecimiento del audiolibro. Hace unos años, pocos parecía que reinaba el eBook… A rey muerto, rey puesto, pero… siempre, por ahora, en los márgenes de algún sistema. Porque lo de Amazon es otra historia que se presenta en modo monarquía absolutista. Mientras tanto… el papel parece seguir limpiando la honra.

  • De los 140 millones de crecimiento, 109,7, el 78% es en papel.
  • El papel es el soporte que más crece.
  • Si el papel crece, el audiolibro canibaliza al ebook y su peso conjunto es menor en 2018 que en 2017.

Los datos de la AAP resumidos, en evolución del primer cuatrimestre comparado entre 2017 y 2018 vienen a decir esto en números y en porcentajes de presencia en mercado por soportes.

En cualquier caso la pérdida de centralidad de la lectura leída, mirada, palpada, susurrada, ¿escuchada?… sigue su camino hacia los márgenes del negocio del entretenimiento.

 

 

¿Sube o baja la facturación del sector del libro en España? 2. El espejismo digital

La facturación del libro digital en España, según los datos que facilita la FGEE sigue siendo una realidad cercana al espejismo.

Conviene señalar que nadie más, que yo sepa, ofrece a fecha de hoy datos absolutos de facturación y menos clasificados por materias. El resto del personal habla o tiende a hacerlo de porcentajes, pero sin aportar, insisto, que yo sepa, datos absolutos, evolutivos y comparables con otros soportes, formatos y canales.

La FGEE nos dice dos cosas:

  1. Que la facturación en 2017 en libros digitales es de 119,100 millones de euros.
  2. Que los libros de ciencias sociales y humanas acaparan el 43,4% de la facturación de los libros digitales.

Yo añado las siguientes:

  • Que su peso sólo es significativo realmente en ese área y aún así, el mismo ha descendido desde el 2014.
  • Que en el otro único caso que supera el 5%, como es el de la literatura, su peso también ha descendido ligeramente, pasando del 5,31% en 2016 al 5,24 de 2017.

  • El libro digital tampoco aguanta en los últimos años la subida del IPC. Tomando como base el año 2009 que es cuando la FGEE empieza a aportar datos , sólo en el período entre 2011 y 2014 el crecimiento del digital ha sido superior al del IPC. Para haber mantenido ese comportamiento, la facturación en este año 2017 debería haber sido por lo menos de 10 millones de euros más. Es pues difícil de afirmar que se está produciendo una evolución disruptiva del sistema.

  •  Parece pues que en lo referente a negocio su peso sigue siendo poco significativo.

 

¿Sube o baja la facturación del sector del libro en España? 1. Cuesta abajo y sin frenos

Se han dado a conocer recientemente el avance de datos del Comercio interior del libro del año 2017.

Parece que, si hacemos caso a lo que cuenta algún medio, una parte de la interpretación de los mismos no es compartida por el Presidente de la Federación y el Director ejecutivo de la misma. Hay a quien le parece que quizás se edite demasiado provocando una inflación y hay quien cree que eso es lo que el mercado demanda.

Claro que siguiendo esa lógica, habrá que pensar que los porcentajes de devolución son también demandados por el mercado o son, quizás, pequeños desajustes entre la oferta y la demanda que se sitúan como media en torno al 30%. Pequeños desajustes, efectos colaterales de la lógica del mercado…

Los medios en cualquier caso y en lo que se refiere a la cifra de facturación se mueven en la horquilla que se sitúa entre el ‘No crece‘ y el ‘crecimiento pírrico‘. No resulta muy amplia.

Si hablásemos de pensiones diríamos que el poder adquisitivo que refleja esa facturación tiende al descenso que no al ascenso. Todo sea porque, quizás, como el sector se ha modernizado y se ha convertido en más eficiente, aunque facture menos sea capaz de ganar más. ¡Quién sabe!

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Ecología y macroeventos culturales, también los del sector del libro

Escribía hace pocas fechas Santi Eraso en facebook la siguiente reflexión:

Hablando con Jorge Riechmann, notable poeta y destacado ecologista. Al parecer el ayuntamiento de Mósteles ha aprobado la celebración del festival «Amanecer Bailando» en el Parque Natural «El Soto». Jorge afirmaba en un twit que las macro-concentraciones en parques y espacios naturales pueden ser muy destructivas y se reafirmaba en que necesitamos otras formas de producir y consumir, así como de divertirnos. Estoy totalmente de acuerdo. Mejor mil conciertos para cien personas o cien para mil que diez para diez mil o dos para cincuenta mil. No tengo ninguna duda de que la ecología debe atravesar la cultura. Tanto en cantidad, pensando menos en acelerar la máquina productiva -la inflación de actividades es abrumadora- como en calidad, atendiendo mucho más a los aspectos reproductivos de la vida, más cuidados y menos precarización. Menos concentración y masificación y más descentralización,diseminación cuidadosa y respetuosa con la comunidad y el medio.

Al leerlo me vino a la cabeza la Feria del Libro de Madrid que intenta plantearse ser más sostenible pero quizás desde un modelo que per se es insostenible, algo parecido a cuando las grandes multinacionales petroleras intentan ‘venderse’ como empresas limpias.

Le pregunté su opinión sobre tal hecho y su respuesta, que comparto y sobre la cual igual merece la pena ponerse a pensar y trabajar fue la siguiente:

Yo no tengo ninguna duda Txetxu Barandiarán…. sobre todo las monumentales y masificadas como la de Madrid. No se cuál sería la fórmula (supondría, en buena lógica, una cultura de la rotación de los stands etc.. ) pero lo enunciado en el post para los festivales lo ratifico para la feria del libro, las cabalgatas de reyes, el orgullo gay u otro tipo de manifestaciones que siempre tienden a ocupar el centro, en una especia de empeño entrópico y ulteriormente caótico de los conglomerados sociales. En fin, es complicado, pero supone, efectivamente, un radical cambio de modelo -paradigma- cultural que no reproduzca el modelo de aceleración y consumo devorador y apueste por la vida sostenible, responsable con las generaciones venideras y la calidad ambiental en nuestras maltratadas ciudades. Como cualquier cambio radical, por lo visto, imposible de abordar de forma inmediata, pero susceptible de, por lo menos, pensarlo para intentar aplicarlo. En otro caso, la realidad se hace inamovible y, por lo tanto, imposible de cercenar. Esa especie de determinismo político, de la corrección y el orden, es por tanto una imposición contra la que no es posible, ya no digo la rebelión, simplemte la transformación, excepto la que esa misma realidad admita para su propia supervivencia y perpetua legitimación.

Quizás en lo que toque a los macroeventos del sector del libro haya que empezar a pensar que ‘los parches’ y las aparentes auditorías son como tiritas para tapar la aparente herida, pero para mantener el problema que seguirá estando presente mientras no se aborde un cambio de modelo.

Pensemos que el sector del libro en su conjunto sólo por devoluciones, destrucción de ejemplares. logística, libros que van y vienen, gasto energético en servidores para la gestión del papel y el electrónico puede ser uno de los menos sostenibles dentro del ámbito de la cultura…

Quizás, ya que incluso la minería de datos y la ‘inteligencia artificual’ lo puede permitir, es el momento ya de apostar por claridad por el ‘Lo pequeño es hermoso’.