Anhelo, deseo, asombro, lentitud…

Mi amigo Marc me recomendó un librito, Pequeña teología de la lentitud, de José Tolentino Mendonça y editado por Fragmenta editorial que terminé ayer de leer.

Lentitud, espera, cuidado, compasión, alegría, gratitud, contemplación, muerte, deseo, encuentro… van siendo desgranados en breves capítulos, no más de cuatro páginas, a lo largo del libro.

Ideal para una lectura reposada y después de cada capítulo parar y darle una vuelta quizás incluso mientras paseamos.

No me resisto a dejaros aquí algunos párrafos de las tres últimas páginas.

Bendito el futuro que se ría de nosotros por haberlo confundido todo: el desplazamiento con el viaje, la aproximación con el encuentro, la propiedad de las cosas con su uso, la acumulación de bienes con su sano disfrute… Bendito el futuro en que las tecnologías dejen de ser un fetiche en manos del mercado… Bendito el futuro que nos inspire modos de existencia más auténticos, más atentos con el ser humano, pero también con el resto de criaturas…

Aún anhelo algo más: que la humanidad… se deje desconcertar por el inefable esplendor de cada amanecer; que se quede sin palabras ante el mar, como aquellos que lo vieron por primera vez; que se sienta irresistiblemente atraída por la variedad de colores, volúmenes y fragancias del paisaje diurno y nocturno;… que mantenga la capacidad de asombro ante la manera que el viento arrastra nuestrs voces felices en la distancia… Deseo fervientemente que la humanidad del futuro saboree la turbación por lo que permanece abierto no por escasez, sino por exceso, y no se apresure a catalogar, describir o apresar. Que su forma de comprensión sea una nueva manera de mantener intacto (o de aumentar incluso) el asombro.

 

 

Nuestra historia de Pedro Ugarte. Un libro humano

Con todo el cariño y a modo de ‘guiño humano’ para Pedro Ugarte y Juan Casamayor.

Nuestra historia, editada por Páginas de espuma, ha sido una de las lecturas que me ha acompañado en mi último viaje.

Me ha gustado. He disfrutado. He tomado mis notas particulares. Me ha traslado a recuerdos de situaciones cotidianas, a pensar… «esto lo tiene que leer fulana, le gustará».

El libro, además de estar lleno de vida cotidiana, que es donde la humanidad se hace real y se encarna, es de manera caprichosa e inesperada de ese reflejo de no perfección humana, como si las páginas hubieran entendido también de qué va esto.

Así, en la página 34 se lee:

Las cosas no pueden ir siempre bien. Los seres humanos no estamos preparados para eso. Cuando ocurre, todo se vuelve un tanto incómodo. Lo perfecto no es natural, no es lógico. Lo perfecto, en realidad, es imposible.

Y, como si las propias páginas quisieran reafirmar lo escrito, justo en la anterior, la 33, encontramos un rastro de esa pequeña imperfección que rubrican la humanidad también del texto y el soporte que parecen querer seguir la estela que marcan tanto Pedro como autor y Juan como editor..

Lo dicho, para alguien que no es crítico, y sí un simple lector… un disfrute y la constatación, por suerte, de que todavía hay personas humanas e imperfectas en los procesos creadores naturales.

 

Puertas de entrada a la lectura

Así se titula el reportaje que firma hoy Txani Rodríguez en el suplemento Territorios de El Correo.

Recoge en el mismo, los motivos sensaciones y recuerdos de cinco escritores sobre sus primeros contactos con los libros.

Leo el artículo hoy sábado, día lluvioso en Bilbao, justo cuando termino el delicado y delicioso libro de Giulia Alberico, Los libros son tímidos, editado por Periférica.

En el mismo Giulia, al igual que lo hacen en el artículo, Francisco Solano, Pilar Adón, Iban Zaldua, Ignacio Martínez de Pisón y Nuria Barrios, nos cuenta o nos abre algunas de sus puertas hacia la lectura.

Momentos, lugares, experiencias, entorno son algunas de las claves vivenciales para acercarse a los ‘libros tímidos’.

Dejo, a partir de aquí, hablar a los escritores.

  • Los libros son tímidos, pensaba, quieren estar sólo con quien los ha elegido. No les gustan las manos extrañas. (Giulia Alberico, pag. 39)

  • Leer era echar a volar, aislarme del mundo, pero, al mismo tiempo, aprender a verlo y comprenderlo mejor. Leía en todas partes: en los trenes, en las salas de espera de las estaciones, en mi dormitorio echada en la cama, en el mar, de pie, sentada, tumbada, boca abajo… (Giulia Albrico, pag. 69)
  • Poesía y prosa, la literatura como arte. Tenía catorce años. Desde estonces estoy confinado en esa ‘maldita felicidad’ (Francisco Solano)
  • Estoy segura de que lo que leí y cómo lo leí, encerrada, disfrutando intensamente de cada rato de lectura, determinó mi manera de escribir y mi manera de ver el mundo. (Pilar Adón)
  • Enseguida llegaron los tebeos, un ritual de compra en la librería de barrio que se repetía una vez al mes…cuando volví a leer las tiras de Schulz, concluí que era imposible que entendiera el humor, de aquellas historietas, y creo que eso da una buena pista cuando nos planteamos qué tipo de lecturas fomentan el gusto por la literatura: las supuestamente fáciles ‘adaptadas’ a la edad del niño, o aquellas que, pese a que quizá el joven lector no llegue a comprender del todo, lo empujan un peldaño o dos por encima de sus posibilidades. (Iban Zaldua)
  • Mi abuelo materno era carlista y en su biblioteca encontré la ‘Trilogía carlista’ de Valle. En cuanto empecé a leer esas tres novelas cortas tuve la sensación de que aquello era algo nuevo. Sencillamente, era arte. (Ignacio Martínez de Pisón)
  • Alternábamos los libros de Círculo con los que comprábamos en la tienda que había junto a la casa, un local que era tanto droguería como papelería y librería… Un libo es un umbral: lo abres y te adentras en otro espacio, en otro tiempo. El umbral es un espacio mágico, al cruzarlo el sonido se amortigua, la respiración se aquieta… Es así como yo leo: buscando salir de mí y olvidarme, anhelando el placer de la levedad que hace aún más intensa la certeza del regreso, la inexorable gravedad. (Nuria Barrios)

  • He llegado a conocer a personas que no leen nunca, lo que se dice nunca. Me siento desarmada, ni siquiera soy capaz de imaginar una vida sin un libro. No hago juicios de valor, pero me quedo estupefacta como ante un misterio bufo. No leer nunca es como ir al mar y no meterse en el agua. (Giulia Alberico, pag. 97)

Informe de lectura. Primer acercamiento

Informe de lectura

Informe de lectura es el título del libro editado por Comanegra y escrito a cuatro manos y a dos idiomas por Abel Cutillas e Isabel Sucunza, iniciadores y seguidores del proyecto que supone la Llibreria Calders.

Lo terminaré de leer este fin de semana. Me faltan 40 páginas del texto de Abel que está en catalán.

Lo prologan Antonio Ramírez y Josep Cots.

Si podéis, leerlo. Creo, francamente, que merece la pena. Leerlo como una experiencia narrada y reflexionada. Entresacaréis del mismo ideas, propuestas, sugerencias y algunos temas también para el debate.

Creo que volveré sobre él en varias ocasiones en los próximos días.

Hoy sólo quiero hacer una avanzadilla con una cita del texto de Antonio Ramírez que prologa en castellano el texto de Abel en catalán, al igual que el texto de Cots en catalá prologa el de Isabel en castellano.

Escribe Antonio:

Durante todo este tiempo hemos debido soportar un ruido de fondo bastante persistente: el de los agoreros del futuro digital y sus imperativos machacones. Pero si algo hemos aprendido escuchando a los tecnófilos es a distinguir mejor las virtudes del libro de papel. Y una de ellas es lo que se suele llamar el «modelo de negocio». En el papel las barreras de entrada son muy bajas, no es complicado ni costoso plasmar un par de buenas ideas en forma de libros impresos; y cuando se trata de una serie de buenas ideas desarrolladas con honestidad, suele ocurrir que un número amplio de lectores las aprecian, suficiente como para permitir al editor materializar otro buen puñado de buenas ideas. Además, el libro de papel es el medio natural para el despliegue de proyectos personales; las posibilidades que ofrece para articular forma y contenido de una manera singular y creativa son casi infinitas. Cada libro es una start up y a la vez una spin off. Con la diferencia de que uno puede ganarse la vida con ello. Muy modestamente, claro. Pero para vivir de tus creaciones no es necesario que venga una compañía de teléfonos y te compre el invento. (pag. 12)

Hoy a la mañana, antes de escribir esto le leía a Jorge Carrión en facebook:

Ya tengo todas las liquidaciones de las ventas de mis libros de 2016 en todo el mundo. La conclusión principal es la siguiente: por cada 1000 ejemplares vendidos en papel, se venden 8 en e-book. Ocho por mil. Ocho. Por. Mil.

Lo de Jesús Marchamalo era mñas crítico. Contestaba:

Doblas mi porcentaje. En las últimas liquidaciones, la proporción era de cuatro por mil.
Cuatro ebook por cada 1000 ejemplares vendidos.
O fracción.

Menos mal que como algunas otras veces, El Roto ya había señalado la dirección hacia donde algunos pretenden llevarnos.

Hay que analizar a esa generación de gurús que viven de profecías tecnológicas, de curso en curso, de charla en charla, pese a que ninguna de ellas se ha cumplido jamás. Escribía después Carrión.

Nota final.

En este tranquilo espacio es donde fundamentalmente me he leído en un par de tarde el libro acompañado de personas de más edad que yo y bajo el murmullo de sus suaves y pausadas conversaciones.

El síndrome del lector de Elena Rius con prólogo de Lorenzo Silva. La receta para los enfermos de lectura

En el mundo editorial funciona también el boca-oreja. Tiene, además, cómplices discretos que sugieren e invitan.

No diré nombres.

Pero el libro del que les hablo llegó a Trama porque un editor sugirió a su autora que la colección Tipos móviles podía ser un buen cobijo y marco para el mismo, que se sentiría bien acompañada.

Así que en su momento se recibió un correo, siguió una conversación, después otra, correos e intercambios por medio y por distintos medios, sugerencias, cambios, tiempo, la generosidad, también de Lorenzo Silva que lo prologa y como resultado, El síndrome del lector que empieza a llegar a las librerías.

No se crean que todo es como parece.

Ni Elena Rius es Elena Rius, ni los textos que forman el libro estuvieron pensados inicialmente para ir más lejos de la pantalla. Pero, como la autora dice algo había que hacer para que todo aquello no cayese en el pozo sin fondo en que se ha convertido Internet. 

El síndrome del lector no es una enfermedad que venga reseñada en ningún manual de medicina, pero ha sido descrita con frecuencia en la literatura. Es imposible pasar por alto sus síntomas: el enfermo lee y lee sin medida, llueva o haga sol, de día o de noche, en la salud o en la enfermedad. Los afectados, sin embargo, no creen estar realmente enfermos ya que leer es para ellos algo tan necesario y tan natural como respirar. Son personas que en su maleta incluyen más libros que ropa y para las que el plan perfecto de un sábado por la tarde es ir de librerías. Gente, ya lo ven, que no tiene remedio. Y es que si alguien inventase un remedio para curar este síndrome, ninguno de los enfermos querría tomárselo.

Los textos que componen este volumen tratan de ellos, y lo hacen desde el conocimiento más profundo, pues la autora padece una variedad aguda de este síndrome. En él se estudia desde todos los ángulos posibles a los lectores, la propia lectura y una de las consecuencias más frecuentes del síndrome del lector: la bibliomanía o bibliopatía. Por él desfilan, entre muchas otras cosas, bibliotecas, autores olvidados, acumuladores de libros, experiencias de lectura, packs literarios, recetas lectoras, formas de guardar los libros, viajes literarios y, por supuesto, las biografías de algunos grandes –y a menudo excéntricos– coleccionistas de libros.

El síndrome del lector –que tiene su origen en el blog Notas para lectores curiosos– es un libro para enfermos de la lectura, para lectores compulsivos, para aquellos que conciben la lectura como un acto de creación permanente. Lectores apasionados y activos que encontrarán en él aún más motivos para afirmarse en el valor de la lectura y el amor por los libros. Pues «la lectura y la vida no están separadas, son simbióticas», como dijo Julian Barnes.

Elena Rius, en su otra vida, fuera del universo bloguero, es María Antonia de Miquel, una profesional de la edición con una larga carrera a sus espaldas, en la que ha tenido ocasión de ejercer casi todos los oficios relacionados con los libros. Entre otros, ha llevado la dirección literaria de Edhasa, Destino o Alba Editorial. Es autora también de dos manuales de técnicas de escritura: Cómo escribir una novela histórica (2013) y Leer mejor para escribir mejor (2016). En la actualidad, compagina la edición freelance con su actividad como profesora en la Escuela de Escritura del Ateneo barcelonés.

Así que ya sabes, si eres un enfermo o un adicto aquí puedes conseguir tu dosis.

Y gracias a esos cómplices enfermos también con síndrome del lector y del editor que van por ahí haciendo el bien ejerciendo de buenas celestinas.

Escribe Lorenzo Silva en el prólogo:

Hay en las páginas de este libro suculentas y brillantes anécdotas, frases agudas y consideraciones de inusual hondura. Pero por sobre todas ellas revolotea una idea diáfana y sencilla, que es la que creo que nos reúne en comunidad a quienes leemos y también a quienes, además de contraer el vicio de leer, hemos caído en el de escribir. La formula de modo explícito: «El mundo, hay que reconocerlo, no está hecho para los lectores». Ni los lectores para este mundo, apostilla a renglón seguido. Y para quienes escriben, la idea se traduce en un consejo que recuerda a otro de Chandler: «Escribe lo que te apetece escribir, no lo que creas que pide el público».

 

 

¿Cómo se hace un libro? Alejandro Zenker

El ejemplar de este libro como se dice en los Agradecimientos del mismo ha recorrido un largo camino y, al mismo tiempo, ese periplo me acerca más a Alejandro a quien todavía no conozco en persona.

Las redes, las componendas, los amigos comunes, los rastros de conversación que me llegan, los contenidos compartidos en las redes, los comentarios sobre lo que en las mismas escribimos, hasta alguna invitación, por su parte, que no pude aceptar por imposibilidad y algunos guiños que cruzan el charco en las dos direcciones han tomado hoy, cuando la cartera me ha entregado el sobre, estado tangible.

Sigamos viendo juntos todo el mundo de posibilidades que se abre ante nuestros ojos, pero no nos dejemos engañar por los ‘espejitos de colores’.

¡Abrazo!

En defensa de la conversación

en_defensa_de_la_conversacionInicio la lectura del libro de Sherry Turkle, En defensa de la conversación. El poder de la conversación en la era digital, editado por Ático de los libros.

Buena pinta y con unas cuantas notas tomas tras las primeras cincuenta páginas.

Los libros, las lecturas, si lo preferís, se presentan a veces, se nos acercan ,en momentos propicios para que vayan calando o para enriquecernos.

Este libro ha aterrizado en mi vida este sábado entre dos experiencias sencillas, pero enriquecedoras en lo personal…

Solo cuando vemos la cara del otro y oímos su voz, nos comportamos de forma más humana entre nosotros. (38) escribe Sherry Turkle.

El viernes disfruté de un encuentro y conversación con Maite de La Taller, gracias a la mediación ‘celestinil’ de Aintzane, que estaba convencida de que me iba a encantar conocerla y conocer la experiencia y acertó. En la conversación a tres estuvo también muy presente la propia autoconversación que la artista y todas las personas mantenemos con nosotras mismas y las posibilidades abiertas de buscar algunas líneas de colaboración que nos permitan seguir encontrándonos. Curioso la frecuencia con la que aparecen terceras personas apreciadas por los presentes.

la_taller

Quedé maravillado del trabajo, del proyecto, de las ideas y… de la sencillez. ¡Gracias Maite y Aintzane!

Y un domingo de encuentro familiar y de celebración con conversación alrededor de la mesa. Mesa y conversación o conversación y mesa, como prefiráis,  son piezas importantes en mi entorno familiar. Es un buen momento para mirarnos a los ojos y pasar, también, la prueba del algodón gastronómica.

Quizás porque nos guste practicar lo que escribe Sherry Turkle:

La conversación cara a cara es el acto más humano, y más humanizador, que podemos realizar. cuando estamos plenamente presentes ante otro, aprendemos a escuchar. es así como desarrollamos la capacidad de sentir empatía. Este es el modo de experimentar el gozo de ser escuchados, de ser comprendidos. (15)

Así que como el tiempo es finito intentaré seguir encontrando momentos de conversación y no de mera conexión. (pag. 44)

 

Al margen de los días de Diego Vasallo

Ayer lunes, la cartera, que me da un cierto trato de favor, yo le abro siempre el portal y ella me acerca libros que no caben en el buzón, me trajo a la mañana un paquetito.

Sabía que algo me iba a llegar, pero hay cosas que no es lo mismo que te lleguen un lunes, inicio de semana, que un jueves.

El punto en el que te ponen y te sitúan para el resto de los días por venir cambia. Luego tocará averiguar si para mejor o para peor. Siempre ayudan a moverte de la zona de confort…

almargendelosdias_regaloEsto me ha pasado al abrir ayer el paquete con la obra, más que un libro, de Diego Vasallo, Al margen de los días. Poemas, pinturas y baladas.

Gracias Myriam por el regalo, qué bien que viniera en lunes, que me tuvo pegado al sofá una parte importante de la tarde y sobre el que andaré picoteando textos, escuchando canciones y viendo imágenes durante muchos ratos.

No es un libro. Es más. es una obra creativa que se expresa con la palabra, la música y la pintura. Es arte, a través de diversos lenguajes, para mostrar retazos y guiños de la vida cotidiana sentida intentando provocarnos con ello o ayudándonos a evocar  también momentos vividos.

Si tenéis ocasión… dejaros llevar… La cuidada edición de Harpo Libros lo facilita.

Tres pinceladas como incitación para buscar las vuestras…

¿Cómo se mide el sufrimiento, la belleza?

¿Cuánta cantidad de tristeza hace falta para sentir dolor?

La cuestión numérica queda enseguida desactivada

en el terreno insondable de las sensaciones. (57)

 

La contradicción es propia de seres capacitados

y espíritus elevados.

las almas que no caen en ella

es que sólo pueden pensar

de una manera. (61)

 

Toda la sed de aventura que me queda

se reduce a bajar a comprar

el periódico. (92)

Me voy ahora mismo de cabeza a la aventura.

Calor

  • Sensación que se experimenta ante una elevada temperatura

Salir hoy de Bilbao a media mañana con 19 grados y sirmiri y llegar a Madrid al mediodía con 38 grados largos y un sopapo de calor al salir de la estación.

Por un día hemos dejado el metro y nos hemos subido al taxi. La taxista lo ha agradecido y yo también.

  • Favor, buena acogida.

Llegar al Hostal Miguel Ángel, donde suele para con cierta frecuencia y sentirme como en casa. No es de extrañar que se publiciten como ‘su hogar en Madrid’.

  • Entusiasmo, vehemencia, cariño.

Juntarme con M, A, J conversar, hablar de nuevos proyectos, de sueños soñados despiertos, cuidarnos con las palabras, la compañía, el cariño, la complicidad.

  • Energía que pasa de un cuerpo a otro y que causa la dilatación y los cambios de estado de estos.

Tú_AnjellertxundiTerminar de leer Tú,  el libro de Anjel Lertxundi y sentir como de todo lo que él ha ido dejando en sus palabras voy pillando unidades de energía que me animan, motivan y acompañan

¡Menos mal que hay calores y calores!

No acabo de entender los sofocones que se cogen algunas personas.

El secreto de una vida plena no se halla en lo que está por venir, sino en aquello que en este preciso instante estamos escribiendo con nuestras vidas. (Tú; pag. 246)

Los libros y la vida, o la vida y los libros… ¡vaya usted a saber!

Cuando salió publicada la edición en euskera del último libro de Anjel Lertxundi apunté ya en mi word especial de lecturas pendientes la referencia del mismo para comprarlo cuando se editara en castellano.

Lo compré el viernes.

Luego la vida o los libros, quién sabe qué, son caprichosos y parecen a veces acercarse en momentos especiales o llegar en el momento preciso.

Algo de esto ha ocurrido con este libro.

vivirlaenfermedad

Al volver hoy a casa sabiendo ya desde hace unos días que será un verano con tiempo y largas horas tranquilas me encuentro con la agradable sorpresa que me hace llegar la familia Sílex (Ramiro, Cristina, Marina…)

Libros_Silex

También para mí, como escribeAnjel (pag. 48), la lectura es un calmante y quizás los amigos de Sílex se han adelantado y me han mandado parte de mi dosis para este verano.

¡Mil gracias a ellos por la ‘medicación’ y a Anjel por ese regalo de libro y de vida!

 

Silencio. Sándor Márai

Lo_que_No_quise_decirQuise callar. Sin embargo, el tiempo me obligó a reflexionar y me di cuenta de que era imposible. Más adelante comprendí que el hecho de guardar silencio ya era en sí una respuesta, tanto como hablar o escribir. Y a veces callar ni siquiera es la respuesta más inofensiva. Nada molesta tanto a la autoridad como los silencios que la niegan. (Sándor Márai; Lo que no quise decir; Salamandra; pag. 9)

La Llibreria Serret se acerca a Bilbao…

Los libros, se dice, nos traen en ocasiones, historias, personas, acontecimientos, recuerdos, vivencias y, a través de ellas, conocemos y nos conocemos más.

Los libros, a veces, pueden también traer historias, vivencias y reconocimientos de librerías.

El jueves a las 20:00 algo de esto ocurrirá en Anti Liburudenda, donde se presentará el libro de Ramón Mur El sueño de Kil. A los 30 años de la librería Serret.

Solemos decir que Bilbao es un pañuelo así que María, alma mater de Consonni, hija de Ramón me ha hecho llegar la noticia que comparto por el mundo mundial.

elsueñodekil

El sueño de Kil’ es, por encima de otras consideraciones, la historia de Marcel Llompart y Octavi Serret que regentan dos negocios, uno de cestería y otro de librería, en una tierra donde pocos confiaban en ellos.

Serret llibres está también en estos momentos padeciendo los efectos de la crisis, pero quizás con la experiencia y las ganas que  tienen serán capaces de reinventarse de nuevo.

 

El último día de Terranova. ¿Qué significa el cierre de una librería?

ultimodiadeterranovaYa nos habíamos hecho eco del libro de Manuel Rivas.

Hoy, tras disfrutar de su lectura, acerco por aquí sin más un párrafo del mismo:

¿Qué significa el cierre de una librería, otro cierre más? Un hueco, un vacío, otro hueco. El vacío avanza, y por su naturaleza, nadie se da cuenta de ese imperio hasta verse en el vacío. El desalojo de las almas, el abaratamiento del cerebro, la pérdida de oxígeno. Los viveros de las librerías, los talleres que bullen y cantan, las revistas de arte insurgente son los anticuerpos de la cultura libre que expulsan el vacío. Somos los objetivos de una guerra no declarada. (239-240)

Añadiremos, sólo como información, que el próximo número de Texturas circulará por territorios libreros en muchos de sus artículos.

Si no queremos huecos y vacíos #ApoyemosANuestrasLibrerías.

Alegra ver, en cualquier caso, que siguen existiendo personas atrevidas que tapan huecos.

Esto me he encontrado hoy a la mañana paseando prontito por Bilbao. Louise Michel ocupará un espacio que había quedado, temporalmente, vacío.

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El camino inmortal

elcaminoinmortalMe regalaron estas navidades pasadas el libro de Jean-Christophe Rufin El Camino inmortal de Duomo Ediciones.

No sé si el regalo llevaba segundas. Casi parecía una invitación para que me volviera a animar a hacerlo.

He aprovechado la última ida y vuelta a Madrid para leerlo y he disfrutado ya que sigue siendo una experiencia ya pasada que me ha dejado un muy buen sabor de boca.

Aquí os dejo un texto del mismo:

En la era de la televisión y de internet, el pregrino continúa encarnando la circulación de ideas y de los seres humanos. A contracorriente de lo virtual y de lo instantáneo que representan los medios de comunicación y que provocan desconfianza e incluso incredulidad, el movimiento del peregrino es indiscutible. Es atestiguado por el barro que se pega a sus botas y por el sudor que empapa su camisa. Se puede fiar uno de él. Cuando se trata de consignar parte de la propia alma, de encomendarse a las potencias invisibles que gobiernan el mundo y nuestro propio destino, el peregrino sigue siendo el único de quien uno se puede fiar. (pag. 177)

Al-Ándalus librería cultural abre en San Fernando, Cádiz

Que una nueva librería incluya ya en su nombre la vertiente cultural es toda una apuesta con intención.

Al-Ándalus Librería cultural acaba de abrir sus puertas este viernes pasado en San Fernando (Cádiz)

al_andalus_Libreria_cultural

Dos ideas parecen rondar por la cabeza de los promotores:

  1. Ofrecer títulos alternativos, de historia, filosofía y temas que fomenten la conciencia crítica.
  2. Constituirse como un espacio para la difusión cultural en la ciudad.

Y nosotros nos alegramos de que sigan llegando nuevas iniciativas libreras.

mi maravillosa libreria petra hartlieb.cdrTerminé de leer el delicioso libro de Petra Hartlieb, Mi maravillosa librería editado por Periférica.

El final del mismo es toda una invitación a ‘seguir adelante’ que hoy que me hago eco de una nueva apertura quizás merezca la pena tener en cuenta.

«Cabe preguntarse si dentro de diez años vamos a poder seguir viviendo de esto, pero en la respuesta a penas podemos influir. No podemos hacer que la rueda del tiempo gire en sentido inverso, aunque paradójicamente nuestra receta de éxito consista en aparentar ante el cliente que en nuestras librerías ‘todo es como antes’: muchos libros en poco espacio, estanterías repletas hasta el techo, personal comprometido que lo único que hace en su tiempo libre es leer. Como antes, sí. Pero hace tiempo que ya no basta con ser una buena librera: estás obligada, además, a cultivar otras disciplinas más: experta en marketing, publicista, diseñadora de páginas web, grafista, experta en organizar eventos, psicoterapeuta, etcétera.

La lista podría prolongarse hasta el infinito, aunque, en realidad, es precisamente esto lo que nos impulsa a seguir hacia delante: todo lo demás nos parecería ya aburrido. A seguir hacia delante en unos tiempos en que tiendas tan ‘anacrónicas’ como las nuestras son sentenciadas a muerte una vez por semana. A seguir porque no nos queda más remedio. Porque no hay nada que sepamos hacer mejor. Porque no hay nada que nos guste hacer más. (232-233)

Mientras tanto, a nosotros nos queda seguir con el #ApoyemosANuestrasLibrerías

Cada vez más bibliófobos, bibliómanos y menos bibliófilos

LAR_Amate_libros-700x700Suele venir bien de vez en cuando echar la mirada atrás.

No hay miedo a quedarse convertido en estatuta de sal. Al contrario, ayuda en muchas ocasiones a cambiar o a tomar una nueva perspectiva de los asuntos y los trasuntos diarios.

Algo de esto me ha ocurrido con la lectura de El amante de los libros.

La lectura me ha permitido darme cuenta de cómo muchos de los que mantienen el discurso ‘tecnológico postmoderno’ son más bibliófobos que bibliófilos. Es casi como decir que estamos guiados hacia el futuro, o eso creen ellos, por una avanzadilla de no-lectores  que nos indican el camino (¡je!) a (no) seguir.

La lectura me ha permitido, también, comprobar que la historia, de alguna manera, se repite. Por lo menos en la descripción de los momentos. Así que la sobreprodución y el exceso de novedades parecen realidades siempre presentes.

Y, ya se sabe, por mucho metadato actual que se pretenda, aunque la mona se vista de seda, mona se queda:

Y ahora, ¡da lástima! Sólo se encuentran las ineptas sobras de esa literatura moderna que nunca llegará a ser antigua, cuya vida se esfuma en veinticuatro horas, como la de las moscas del río Hypanis: literatura muy digna, bien es verdad, de la tinta de carbón y el papel de pasta que le entregan a su pesar algunos tipógrafos avergonzados y casi tan necios como sus libros. Y llamar libros a esos andrajos embadurnados de negro que casi no han cambiado de suerte al salir del cuévano de harapos del trapero es profanar ese nombre. (pag. 32)

Las ‘edades de…’ ahora y antes lo que parecen señalar siempre es el exceso de escritura y la poca lectura…

El libro impreso existe a lo sumo desde hace cuatrocientos años y en algunos países ya se está acumulando de tal modo que el antiguo equilibrio del globo peligra. La civilización ha alcanzado su era más inesperada, la Edad del Papel.Desde que todo el mundo se dedica a escribir libros, nadie tiene gran interés por comprarlos. Los jóvenes autores de hoy, por cierto, pueden procurarse ellos solitos una biblioteca completa. Basta dejarlos. (pag. 50-51)

Podría seguir…, pero mejor que lo leáis vosotros ¿no?

Aunque… ¡a saber!

Ahora ya prevalece el amor por el dinero: los libros no producen interés. (pag. 55)

Una anécdota final. Comiendo hace poco con un librero Manuel Ortuño le hablaba sobre el libro y enseguida localizó mentalmente, no con ordenador, al autor y editor y librero se enfrascaron en una conversación preciosa por inesperada. Este librero probablemente no pueda cumplir los requisitos de calidad. Ahí lo dejo.

La calle es nuestra. La transición en el País Vasco (1973-1982)

Tranquilos.

Todavía no se ha publicado. Verá la luz a finales de noviembre.

Ya te avisamos que la tirada va a ser corta.

lacalleesnuestra

Escribe Raúl López Romo sobre la transición:

«La Transición no fue sólo un escenario de recambio institucional. Fue un proceso fundamentalmente político, sacudido por fuertes dinámicas sociales y culturales. Hubo una transición de una dictadura a una democracia, un paso de un ‘Caudillo por la gracia de Dios’ a una monarquía parlamentaria y un salto de un régimen centralista a un Estado de las autonomías. Pero hubo mucho más”.

Escribe Mikel Toral:

Siguiendo las inéditas fotos de Mikel Alonso y los precisos y depurados textos del historiador Gaizka Fernández Soldevilla hacemos un rápido recorrido por la década (1973-1982) que cambió radicalmente la historia de España y la de Euskadi. Y, sinceramente, creo que para bien. Muchos de los que con más ahínco empujábamos en la calle –combatividad, lo llamábamos–soñábamos con ir más lejos, con aquella ruptura democrática. Nosotros también queríamos tomar el cielo por asalto.

Escribe Antonio Rivera:

Aquellos años intensos del tardofranquismo y la Transición nos resultan extraordinariamente cercanos. Quizás porque fueron los años de nuestra frenética, saludable y combativa juventud. Quizás porque entonces teníamos sueños que no cabían en ninguna historia.

En todo caso, seguro, porque forman parte esencial de nuestras biografías y memorias, y las tenemos por eso todavía presentes. Pero son también hechos y procesos que, acumulativamente y al margen de nuestros deseos, conforman la historia general de un país. Y esta segunda dimensión solo es explicable con rigor, adustamente, con arreglo a la historia y no a la memoria, ni al recuerdo fácil, ni a la convicción extendida.
Cada cosa en su sitio. Y, además, si han pasado cuarenta años de aquello es que ya no somos unos niños, más necesitados de recuerdos amables que de explicaciones razonables. Pero, ¡qué noche la de aquel día! Nunca desde entonces hemos tenido, de uno en uno y en colectivo, tantos deseos y fuerzas para cambiarlo todo.

El índice

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La analfabeta de Agota Kristof

No sé dónde leí en fechas recientes la referencia del libro y, en concreto, sobre aquellos textos que hacían referencia a la emigración.

El caso es que lo compré para que me acompañara en mi reciente viaje a Tenerife.

Y en su sencillez, brevedad y rotundidad me ha dejado impactado.

Parece que nada cambia. Es más tiende a empeorar.

Leo en el texto Memoria (pag. 42):

Me entero por los periódicos y la televisión de que, atravesando la frontera suiza clandestinamente en compañía de sus padres, ha muerto de frío y agotamiento un niño turco de diez años.

Morían y siguen muriendo. Aquí parece que, por motivo de las elecciones catalanas las muertes han tenido un parón informativo como si el mundo hubiera dejado de seguir su triste rutina.

Tres pinceladas más en torno a la lectura

Leo. Es como una enfermedad. Leo todo lo que cae en mis manos, bajo los ojos: diarios, libros escolares, carteles, pedazos de papel encontrados por la calle, recetas de cocina, libros infantiles. Cualquier cosa impresa.

Tengo cuatro años. (pag. 23)

Sobre el ser escritor

Uno se hace escritor escribiendo con paciencia y obstinación, sin perder nunca la fe en lo que se escribe (pag. 54)

Sobre la lengua de expresión y la vida que toca vivir

No he escogido esta lengua. Me ha sido impuesta por el destino, por la suerte, por las circunstancias. (pag. 57)

Como los buenos libros ha sido compartido por el siempre infalible boca-oreja

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Así que si tenéis ocasión… ¡leerlo!

será un tiempo bien aprovechado.

Mirón de terraza

elogiodelcaminarHe disfrutado mucho, todavía me dará muchos ratos posteriores de regusto y retrogusto, con la lectura de Elogio del caminar de David Le Breton editado por Siruela.

Iré poco a poco dejando caer por facebook y quizás por el blog algunas de las reflexiones escritas con las que me siento identificado o me han interpelado o han sido capaces de poner blanco sobre negro ideas que a uno le rondan por la cabeza.

Este es el caso en relación al Mirón de terraza que es uno. Quienes me conocen ya saben que uno de mis mayores placeres es disfrutar de ver la vida pasar desde una terraza y quedarme a ratos embobado y otras concentrado y/o absorto con lo que veo pasar.

Este vivir sinvvivir desde una terraza lo ha plasmado maravillosamente Le Breton con la ayuda de Simmel en su librito.

A veces el peatón se convierte en esteta de estas impresiones fugaces y se instala en la terraza de un café dejando que su mirada deambule entre el gentío. Ver al otro es desatar una ensoñación: «El ojo -escribe también Simmel- nos proporciona además la temporalidad del ser, el sedimento de su pasado en la forma substancial de sus rasgos, de manera que, por así decir, vemos surgir ante nosotros la sucesión de todos los actos de su vida a un tiempo». En sus constituyentes materiales o vivos, la ciudad es un elogio constante a la mirada. (202-203)

Y añado yo… y la terraza una excelente atalaya de observación.

En estos días donde hay muchos momentos en los que sólo toca y queda mirar y esperar para ver qué va deparando la vida, no está de más el venir ya con la lección aprendida.

Historia de la edición en España

Nos hemos hecho ya eco por aquí de la espléndida obra editada este año por Marcial Pons.

José Antonio Millán ha escrito recientemente Babelia:

La primera buena noticia sobre esta obra es, por supuesto, su mera existencia. Que en esta época de edición institucional mortecina y editoriales comerciales entregadas a la búsqueda del beneficio inmediato se pueda publicar impecablemente un volumen erudito de mil páginas en papel biblia, es toda una hazaña. Muy significativo también es que la haya editado una empresa familiar, que empezó como librería especializada en Derecho y Humanidades y luego se convirtió en editorial. Sí: el conocimiento directo del público ha sido —y sigue siendo— la clave del complejo negocio del libro.

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