Se ruega confirmación
Cultura Abierta - Kultura Irekia
EDUARD MIRALLES. HUMANISMO, CULTURA Y DEMOCRACIA
*Articulo publicado para el homenaje a Eduard Miralles que organizó Interarts el pasado 29 de noviembre de 2018 en el CERC
Se ruega confirmación
Cultura Abierta - Kultura Irekia
EDUARD MIRALLES. HUMANISMO, CULTURA Y DEMOCRACIA
*Articulo publicado para el homenaje a Eduard Miralles que organizó Interarts el pasado 29 de noviembre de 2018 en el CERC
¡Feliz día lectoras y lectores que tenéis una librería cerca!
Escribe hoy Mikel Mancisidor en El Correo:
«Dice Roberto Bolaño que «cada lector tiene la librería que se merece». No me parece exacto. El acceso a las librerías es un privilegio que se construye y ejerce colectivamente, en la medida en que en nuestro barrio haya cientos de lectores dispuestos a comprarse un par de libros mensuales. De modo que yo adaptaría la frase para decir que cada pueblo o barrio tiene la librería que se merece».
Mientras tanto a ‘la mandamás del libro`, como titula Paula Corroto en El Confidencial le ha faltado tiempo para mandoblear a diestro y siniestro y deshacerse, entre otras cosas del sello de calidad de las librerías que casi con seguridad encontrará hueco y espacio en los brazos amorosos de otro departamento ministerial.
Parece, por lo que dice, « lo que nos gustaría poner en marcha es un lugar en el que los sectores que componen ese ámbito trabajemos juntos apoyándonos unos a otros», que hasta su llegada no existía un trabajo colaborativo y conjunto. Demuestra con ello o bien un escaso conocimiento del sector o lo que es peor una visión peligrosamente sesgada y/o equivocada.
Es curioso que hable de su ‘negociado’ como área pagadora y vaya a continuación recitando el rosario de ayudas que parece asumir con gusto…
Cierto es que el problema serio, afirmación que comparto, o por lo menos uno de ellos es el sistema comercial del sector. Quizás estaría bien que dejara que ese asunto que parece puede tener poco que ver con la cultura o que quizás tenga también que ver con Comercio e Industria pueda ser abordado, sin poner demasiados palos en la rueda y menos en un día de celebración, conjuntamente con otros departamentos y administraciones… Ahora bien, señora directora todo lo que nos cuenta ni es nuevo, ni lo ha descubierto, ni es la primera que se lo pregunta…
Y, por cierto, y hablando de opacidad… ¿Nos podría decir en qué informa ha leído esto que afirma?: Hay un informe que explica que las cifras del sector editorial son las más opacas del mercado, mucho más que las de los bancos.
Ni oportuna, ni medida me parece que ha estado la ‘mandamás’… Pena porque quita relevancia a algunas reflexiones que podrían tener calado como la adecuada o no implantación y modelo del sello de calidad, las ineficiencias sectoriales que las hay y muchas, la constatación de que no todo el sector debería quizás pasar por el paraguas de la cultura…, el tapón que a veces la parte empresarial supone en relación a otros sectores que se mueven en torno al libro… En fin.
Vaya la segunda zanahoria para las librerías independientes que están en el proyecto Libelista. Hoy Àurea Juan, coordinadora del proyecto con el que colaboro, nos ha dejado un interrogante con miga en unas declaraciones a la Vanguardia: “Si los libreros son los que te abren la puerta al descubrimiento de nuevos autores, ¿por qué cuando compras on line prescindes de él?»
En los tiempos que corren la Omnicanalidad para acercarnos a nuestros clientes y lectores es probablemente clave.
💫“Si los libreros son los que te abren la puerta al descubrimiento de nuevos autores, ¿por qué cuando compras on line prescindes de él?»💫 @AureaJuan Hoy Libelista es protagonista de un articulo de @LaVanguardia sobre las librerías https://t.co/eN9UoweBae #DiaDelasLibrerias
— Libelista (@LibelistaEs) 16 de noviembre de 2018
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Y hemos querido también resaltar a algunas de las librerías recién incorporadas al proyecto como Unebook, Railowsky y otras que llevan tiempo en él como El Racó de les Paraules.
¡Feliz #DiadelasLibrerias !
Previos.
Conozco a Patricia Huerto desde hace año y medio si la memoria no me falla. Un final de julio o principio de agosto yendo de Urueña, tras visitar Primera Página, a Oviedo.
La conocí en Castrillo de los Polvazares.
Su sueño soñado despierta sobre la posibilidad de una librería fue, después de la comida, el hilo de la conversación.
En la distancia sigo lo que escribe en Facebook y hoy ha escrito un texto bello, sentido y doliente que me atrevo a reproducir, más sobre todo después de haberlo comoartidc con un buen amigo que también se ha emocionado.
Ahí os lo dejo.
“PANZABURRA”
(Un «algo» escrito por mí)
Cuando el cielo del Teleno se pone de color panzaburra, es que va a nevar. Parece que todo se para, esperando que los primeros copos caigan suavemente. Ya casi no quedamos gente que le llame al gris del cielo así, panzaburra. Cuando mi hija y mi hijo se marchen, el cielo antes de nevar dejará de tener un nombre, y ya nadie mirará pa´él. Cuando nieve, ya no habrá niñas ni niños que desordenen los montones y se tiren en plancha sobre la nieve acumulada, junto a los muros de piedra de las huertas. Que arranquen los carámbanos de hielo de los tejados de las cuadras, y los chupen con avidez. Ya no habrá niñas ni niños que no vayan a la escuela porque el autobús escolar no pueda subir a buscarlos. Ni que se tiren con el viejo trineo por las huertas nevadas. No existirá infancia que camine por el monte, que arranque el musgo de las paredes de piedra, que coleccione palos estrella, que pesque los renacuajos del pilón, que escarbe en los agujeros de los topillos, que siga los caminitos de las hormiguitas, que pise los pedos de lobo y que oiga la berrea de los corzos. Ni habrá personitas haciéndose collares de escaramujos ni construyendo presas en los riachuelos. No estarán las niñas y los niños que vayan a ver en marzo a las ovejas pariendo, ni que alimenten con un poco de miedo a los burros. No quedarán pastoras que salgan con los rebaños. Ni perros pastores que les vigilen. No se verá ropa tendida en los días de sol de invierno, ni mujeres sacando los colchones y mantas a los balcones para que se oreen. Los poyos quedarán abandonados, ninguna paisana se sentará en ellos. Ya no habrá domingos para jugar la partida en el bar. Ni bares donde tomarse un dedalín de orujo. Nadie hará los calendarios de las mancomunidades con las fotografías que tomaron los veraneantes. Ya no habrá quien alimente a las comunidades de gatos sin dueño, ni se verán caléndulas y geranios creciendo en latas gigantes de sardinas. Las calles bien alumbradas con lámparas led no alumbrarán a ninguna paseante. No habrá jóvenes que se reúnan en la vieja escuela para escuchar música de los móviles y chatear. No habrá gente que se críe en las montañas, en las praderas ni a la vera de los ríos, gente que pueda mirar el horizonte casi a diario, gente que vaya a caminar antes de la puesta de sol, que sienta las estaciones, que habite sobre la tierra y bajo el cielo. Nadie llamará para una facendera. No se reunirán las personas para filandones en las cocinas. No habrá quién vaya por las castañas y celebre el Magostu.
Poseerán las tierras la clase política, la clase empresarial, los cazadores y la clase veraneante. Se convertirán los pueblos en lugares de retiro y diversión estival. No quedará ganado ni animales salvajes, los cazadores acamparán a sus anchas y los matarán a todos. Las crestas de las sierras se inundarán de molinos de viento, cuya electricidad será vendida a las grandes compañías. Se repartirán los campos comunales entre las empresas de explotación arenera o cantera. Las aguas serán canalizadas para llenar piscinas o para venderla a las embotelladoras. Las laderas serán bombardeadas por el ejército dos veces al año para gastar el armamento que quedará obsoleto los años siguientes. Los bosques de árboles autóctonos serán sustituidos por pinos de crecimiento rápido que serán invadidos por millones de orugas procesionarias, colonizando sus copas con sus repugnantes nidos blancos. Los caminos y sendas serán devorados por la maleza, sólo se podrá llegar en coche por carreteras financiadas con fondos europeos, cuyos usuarios pasearán por ellas como si de un safari se tratara. La clase política ya no tendrá ojos críticos que la miren, se hará con todo. Se desplazará desde sus residencias lejanas y acomodadas y hará creer a la clase veraneante que todo es genial, que todos lo hacen por sus pueblos despoblados. Los ayuntamientos contratarán trabajadores pagados con los dineros públicos para servirles como asalariados en sus empresas privadas. Las multinacionales alimentarias comprarán toda la miel de las colmenas de los pequeños apicultores para utilizarlas en sus productos más que procesados. Tendrán que unificar las escuelas públicas y privadas. Cada vez habrá menos infancia que estudie en los conservatorios y menos adolescentes que quieran aprender idiomas en las escuelas oficiales. Las concejalías de deportes desaparecerán, y las de servicios sociales estarán únicamente orientadas a la tercera y cuarta edad. Ya no habrá gente menos mayor que cuide a la ancianidad, ni monjitas que vivan en los conventos. No habrá curas que den misa una vez cada seis semanas, ni fiestas patronales. No habrá Mayos ni Corpus, ni bailes en Las Candelarias. Las calles serán íntegramente cementadas en pos de la civilización turista. Ya no habrá huertos cuyos plantones de Monsanto fueron comprados en el mercado de los martes. Ni matanzas de cerdos comprados una semana antes para matarlos por San Martín. Las empresas de seguridad harán su agosto instalando dispositivos antirrobo en las casas bien reformadas y enrejadas. No habrá quién pode los árboles frutales ni admire su floración ni recoja sus frutos. El Estado seguirá cobrando por servicios como el agua, alcantarillado y basuras a las propietarios de las casas, que solo vendrán una semana al año y no protestarán por los precios abusivos, como buenos ciudadanos y amantes de los pueblos de sus antepasados. Cerrarán las farmacias y los pequeños colmados, cuando todas las personas mayores se hayan ido. Las personas jóvenes que queden, tecnologizadas como sus iguales urbanitas, no querrán trabajar, les llegará con cobrar las rentas y herencias de sus progenitores y con las ayudas del Estado. En las bibliotecas públicas sólo quedarán los libros y las revistas abandonadas, y la bibliotecaria. Los bibliobuses dejarán de llegarse los pueblos, no habrá nadie que quiera tomar prestado ni un título. Las médicas rurales tendrán que pedirse otros destinos en las ciudades, no habrá nadie que necesite tomarse la tensión o pedir receta para el sintrón. Ya no pasarán los portugueses vendiendo sábanas o toallas, ni la furgoneta que tapiza las butacas y los sillones. El panadero que trae el pan desde la ciudad será despedido, su puesto no será necesario. A partir de 2021, las personas que quedemos no habremos de ir a ningún sitio, el Sr. Presidente de la nación nos ha prometido adsl. Estaremos más conectados que nunca. No habrá coche de línea ni correo. Nadie respirará el aire más puro de la Península, lo enlatarán y se lo venderán a Tokio o Beijing. Se llenarán los pueblos de casas rurales construidas con ayudas del Leader, y cualquier comportamiento poco profesional de los dueños será tomado como una exótica anécdota rural. No continuarán los cronistas escribiendo sobre las historias pasadas de los pueblos ni nadie leerá lo que horas de investigación les costó a esos apasionados. Los pueblos se convertirán en meros proveedores de servicios de ocio, se llenarán de restaurantes, de gente haciéndose fotos en los cruceros y las ventanas floreadas, y haciendo sus necesidades en las huertas y olvidando guardarse sus basuras. Entresemana serán pueblos fantasma, eso si tienen la suerte de haber sido uno de los elegidos como pueblo más bonito por no sé qué web. Opinarán los veraneantes de los pueblos bonitos a través de las aplicaciones de su móvil, y después de pedir en sus restaurantes, preguntarán por la contraseña de la wifi y compartirán el momento con sus amistades a través de whatsapp o facebook. No hablarán entre ellos. No se darán cuenta que la mayoría de los restaurantes fueron abiertos por personas ajenas a esos pueblos, que solo fueron atraídas a establecerse allí por la oportunidad de negocio; ningún amor por esa tierra fue causa de su inmigración. Volverán algunas parejas jubiladas a terminar las interminables obras de sus casas de piedra, se quedarán los meses que no haga frío, y en las vacaciones cuidarán de la nietada, porque sus hijos e hijas tendrán que seguir trabajando en las ciudades. Y ya no habrá quien visite los cementerios en el día de los Santos. Durante algunos años, los servicios de mantenimiento arreglarán las tumbas, pero cuando ya no quede quien cubra esos puestos, los camposantos sólo serán reconocibles por el muro que lo limita.
Y los días transcurrirán monótonamente. No veremos a nadie si no queremos. Ni siquiera la tele e internet nos serán necesarios. Sufriremos los fríos y disfrutaremos los soles. Pasearemos él y yo a solas, por el monte, con lentitud, respirando a conciencia ese aire que nadie más respirará, siendo las únicas personas que existirán en el mundo. Y sin duda seremos felices en nuestra solitud elegida. Y moriremos a la vez, nos dejaremos dormir bajo el roble cerca de las Mayadas, un día tibio de septiembre, al atardecer, cuando las nubes de arrebolen y las bestias se nos acerquen curiosas. Y nos iremos.
-FIN-
A veces los medios de comunicación nos acercan historias reales y preciosas que suelen producirse en las pequeñas realidades cotidianas, pero que en gran medida reflejan algunos de nuestros anhelos, deseos y , también, apuestas vitales estemos donde estemos.
La Razón, que es donde he visto la noticia que lleva por título El cuento mostoleño que salvó a una librería, nos cuenta esta historia preciosa y real de la librería Delirio de Móstoles y de los vecinos que se han implicado:
«Una librería es un espacio donde se guardan ideas porque, un libro, es una idea». El autor de esta frase es Alejandro Bárzano, aunque en el barrio sus vecinos le conocen como «Suchi». Cada mañana desde hace siete años, Suchi levanta la reja metálica de la calle Sevilla 25 (Móstoles), un coqueto ángulo abarrotado de cuentos, novelas y tebeos. Se trata de la Librería Delirio, un negocio que se resite a desaparecer. «Corren tiempos difíciles para la lírica y los comercios locales madrileños –sobre todo las librerías tradicionales– atravesamos un momento complicado», expresa, con pesar. «El aumento de costes, nuestro ritmo de vida, cada vez más urbanita; el “dragón” de lo on-line… Poca gente baja a la calle a comprar un libro, ahora lo piden por Amazon», explica. Ir a una librería, ojear una contraportada o pedir consejo al librero para decidir qué titulo pasa a ocupar espacio en la bolsa de playa en peligro de extinción. Pero Suchi no es de los que se dan por vencidos. Ha creado un espacio «para todos los vecinos» con el que se confiesa está «muy comprometido». Seguir leyendo
Además de lo que supone de compromiso y reconocimiento esta librería, como señala Christian Thorel, se va a convertir en una cosa más o menos pública, en un «bien común». Las librerías son empresas comerciales pero también espacios de cultura. Al igual que los teatros y algunos cines, son habitadas de tal modo que su ‘propiedad’ acaba por convertirse en algo difuso. De alguna manera, el nosotros se hace extensivo al círculo de lectores y ciudadanos de Toulouse, a aquellos y aquellas que viven el mundo a través de los libros.viven el mundo a través de los libros. (Christian Thorel; Tocar, dudar, hojear. La librería Ombres Blanches; trama editorial, pag. 81)
Que las librerías son ‘algo más’`, lo podremos comprobar también en la exposición de José Ramón Madruga que se inaugura el 6 de noviembre en Alcorcón en la sala Altamira Alta
Nos cuenta el fotógrafo: “una librería con encanto, es ese lugar donde además de poder comprar nuestro libros, podemos reunirnos para tomar un café o una copa de vino, ver una exposición, charlar amigablemente, ver la presentación de un libro, una proyección o un espectáculo”. Y este concepto es el que quiere mostrar en esta exposición que pertenece a la serie Al otro lado de la lectura.
Montse Serrano, fundadora de la libreria +Bernat en unas recientes declaraciones en la Vanguardia decía:
Como librera, Montse ha conocido a cientos de personas. Conocerlas, me refiero, cómo sólo un librero o un camarero pueden conocerlas. Si el librero sabe lo que lees y el camarero sabe lo que bebes, si ellos saben, además, cómo lees y cómo bebes creo que pueden saberlo casi todo sobre ti.
Este juego que siempre me resulta sugerente, me refiero al de los gustos relacionados de alguna manera con lo que da placer a la vida y la muestra a través de ellos de nuestro modo de ser me ha acercado también a un estupendo texto de Carlos Mateos aparecido en el blog de Vila Viniteca y que lleva por título El sumiller que yo quiero. Quizás también por ello algunas de las mejores conversaciones las tengo con personas que aprecio y que suelen girar en tornoa los libros leídos o leyendo, los vinos bebidos o bebiendo según hablamos… Marc, Elena, Marta, Manuel, Jorge… suelen andar entre otras por esos territorios.
Cuando lo leía iba pensando que el texto, como algunos otros que hablan de las capacidades aptitudinales, actitudinales y empáticas de las personas profesionales que deben acercarnos a través de productos a nuevas experiencias y sensaciones, perfectamente podía aplicarse a las personas que trabajan en las librerías que, también como los sumiller, tienen «la enorme responsabilidad de conducir al comensal a la felicidad«.
Trasladad sin más este párrafo a la oferta de la librería:
El sumiller que yo quiero sugiere vinos, pero nunca trata de imponerlos. El sumiller que yo quiero averigua con discreción los gustos del cliente y su presupuesto aproximado en base a sus preguntas y, si es requerido para ello, sugiere las botellas más válidas o interesantes de su carta. La carta de vinos supone una oferta y debemos de dar por hecho que todo lo que figura en ella está disponible, a la venta y es bebible. Nada es más desacertado que discutir con el comensal sobre la elección –por más incorrecta que pudiese parecer– de un vino. Momentos así hemos vivido todos en restaurantes afamados que casi invitan a abandonar la sala.
Pero, leedlo entero, a ser posible acompañados de un vino o un espirituoso que os resulte agradable para acompañar la lectura y para saborearla… Es una buena forma de entretenerse que también es lo que nos propone Montse de +Bernat:
“Lo mejor en la vida es entretenerse, y yo sé hacerlo”.
He tenido la suerte en estos últimos meses de poder conocer de primera mano el proyecto del nuevo espacio «Bits & Books» que la librería Hispano Americana de Barcelona y la editorial Marcombo, han puesto en marcha.
Gracias a Jeroni Boixareu he conocido el espacio, las ideas, el sentido que ven al mismo y el porqué de embarcarse en esta nueva aventura que personalmente creo coherente, muy coherente, en el proyecto global de trabajo que tanto desde la librería como de la editorial quieren llevan a cabo con esta nueva apuesta.
He mantenido desde hace tiempo que uno de los nichos de especialidad en algunos casos puede ser claramente el temático y desde ahí ampliar las redes a otros ámbitos de actuación siempre con un fin claro que es poder tener cerca comunidades de usuarios, que en muchos casos son además ñectores, interesados de una manera especial por aquella oferta especializada que les queremos hacer llegar.
En esta ocasión se ha intentado además en la estructura espacial que exista una convivencia y un tránsito de uno a otro como muestra de un continuun de trabajo y de una oferta y propuesta que es coherente a un lado (Librería Hispano Americana) y a otro (Bits&Books) con una puerta que no cierra sino que de manera transparente y abierta nos permite ver qué pasa en cada uno de los lados.
La idea es clara. Dice Jeroni en declaraciones a El Punt – Avui:
“Volem mantenir l’àmbit de la cultura tècnica i científica relacionada amb els llibres, però aportant nous elements, com ara tallers, cursos i un espai similar a un coworking.”
Hay riesgo, por supuesto. Hay ilusión, mucha. Ha habido mucho tiempo dedicado, muchas horas de darle vueltas al asunto, mucho contraste, bastante gente implicada en el mismo…
Así se presentan ellos mismos:
[Bits] & Books se posiciona como un espacio de creación, innovador, orientado a la educación STEAM y el desarrollo de proyectos. Un espacio de encuentro donde descubrir las últimas novedades y tendencias, experimentar y compartir conocimientos e intereses relacionados con el mundo de la electrónica, la robótica, la programación y la fabricación digital, en un marco de libertad creativa y artística, inspirado por las raíces más profundas de la cultura maker.
Bits & [Books] está conectado físicamente, mediante un pasillo interior con LHA, la librería técnica más importante de Barcelona, con más de 80 años de historia y la editorial Marcombo, lo cual aporta un gran potencial por la posibilidad de crear y establecer sinergias muy interesantes.
¡Larga vida!
Un librero tiene que conocer su espacio, tiene que conocer a los habitantes de ese espacio y tiene que saber hablar y recomendar lo que hay en ese espacio. (Alberto Manguel en entrevista con Jorge Carrión)
Fernando Linde, fundador y alma mater de la librería 80 mundos de Alicante se va, se jubila.
Se va, pero se queda…La librería sigue y algo de él seguro que queda en la librería y en la apuesta que a hecho en la línea de continuidad que desde la distancia me parece que es una forma de reconocer y dar valor a su propia trayectoria.
Entre las ofertas que tenía sobre la mesa ha apostado por la más joven, la que parece que le ha trasmitido más entusiasmo. Leo en el Diario Información de Alicante:
Traspasa el negocio de General Marvá a dos jóvenes mujeres, Carmen Juan y Sara Trigueros, esta última «tiene la misma edad que yo cuando empecé aquí»,
Su figura me trae recuerdo de otros libreros valencianos, de intentos, de los primeros de trabajo compartido, de apuestas claras por el valor y el papel cultural de la librería.
Y todo ello, casualidad, se produce en el tiempo entre quien como Mike Shatzkin dice que de aquí a unos años todos calvos y sin ferias y librerías. Algo que para escucharlo no hace falta que nos cueste una pasta ya hubo quien hace años y siendo producto nacional decía lo mismo. Y algo ante lo que tampoco nos debemos poner de perfil como si nada pasara o nada se hubiera dicho…
No acertarán porque en ambos casos son unidimensionales en su visión y la descontextualizan del entorno y de su papel y función en un sistema, el cultural y el del libro, que evoluciona y muta, y en el que los papeles y roles van también adaptándose.
Felicidades Fernando, ánimos a las sucesoras, recuerdos a un tiempo para Pere de Babel, Paco de Ali i Truc..
Y, una cita final de Manguel de la misma entrevista que habría la cabecera que debería hacernos pensar y repensar sobre el modelo actual de algunas librerías y esa falsa separación generada por algunos intereses de mercado entre lo nuevo y lo viejo…
Las grandes librerías del mundo son librerías pequeñas. En cada país, en cada ciudad tengo algunas librerías favoritas a las que siempre vuelvo. En Madrid, la Librería Antonio Machado; pero me gustan también mucho las librerías de libros de segunda mano, hay una en la calle del Prado, otra cerca de la plaza de la Ópera. Me importa siempre esa relación con el librero. Y hay una distinción importante. Las librerías de libros nuevos frente a las de libros usados. Yo prefiero las librerías de libros usados, me gustan los libros con biografía, me gusta descubrir a viejos amigos y encontrar obras relacionadas con los libros que ya conocía. Obviamente, entre los libros nuevos siempre hay cosas que a uno le sorprenden, sobre todo en el área del ensayo, el ensayo literario ha encontrado un auge en este tiempo y me encantan esos ensayos inauditos, sobre la historia del cabello o libros sobre los transportes públicos, cosas así, inesperadas.
No estaba en mi plan inicial dormir hoy en Madrid, pero… quizás voy aprendiendo a tomar y disfrutar de los momentos de la vida tal y como vienen.
Ha sido un día gratificante gracias a algunas personas.
Juan que a primera hora de la mañana aparecía de manera inesperada mientras desayunaba.
No había quedado con él, pero ambos habíamos quedado con otras personas en el mismo espacio.
Gracias a Carmen y Félix que se lían la manta a la cabeza para embarcarse en un proyecto lubrero.
Gracias a Jorge Carrión que desde la distancia hizo de Celestina para que el encuentro se produjera.
Gracias a Alejandra, la nejom anfitriona posible que pone alma, vorazco y pizcas de vida y sal en todo lo que hace.
Gracias a P. con quien he mantenido una jugosa, divertida, informal y sincera conversación hoy a la tarde.
Gracias a Enrique por aceptar un hola y adiós con un abrazo que no olvidaré como símbolo de ‘complicidad al paso’.
Gracias a Antonio que aunque hoy haya sido por teléfono es un gusto siempre sentir su complicidad.
Gracias a ALSA por su huelga de autobuses que ha posibilitado la última conversación del día.
Gracias a Ángela que me conoce como nadie y me ha dicho… ‘tranquilo ya vendrás mañana’.
Gracias finales a Manolo… qué buena charleta de fin de día. …
¿La derivada? Cuando estamos sosegados…siemp si se nos ocurren ideas y acciones transversales.
¡Un gusto de día y de noche que quizás lo confunde todo o hace que todo se vea con más nitidez.
Comparando los primeros nueve meses de 2016 y 2017, el peso de los formatos en Estados Unidos es el siguiente:
2016 | 2017 | |
ebook | 16,32 | 15,40 |
Papel | 70,68 | 69,71 |
Audiolibro (descarga) | 3,58 | 4,51 |
Otros (cartoné, audio con soporte) | 9,43 | 10,38 |
Las variaciones, con un claro predominio del papel, no superan un punto porcentual. Podemos pues, hasta la fecha considerarlas prácticamente imperceptibles.
El audiolibro
Y hablamos de Estados Unidos.
Tarde y noche, las de ayer viernes, de disfrute y celebración.
Una comida tardía en casa, tranquila. Vino, verdura, unas alubias limpias, charla… ¡Sólo faltaron las yemas!
Frío en la calle en torno a las 18:00 cuando salimos hacia BilbaoArte. Granizo y lluvia.
En BilbaoArte nos convocaba Josune Urrutia. Os dejo unas imágenes y un vídeo que, creo hablan por sí solas.
Allí, nos convocamos, nos juntamos y de allí nos fuimos a celebrar la vida la amistad, la conversación y el gusto de seguirnos encontrando…
La pregunta del millón es: si decimos, en el propio Mapa, que tenemos 1.364 librerías sin información ¿con qué criterio hemos justificado la introducción de las mismas en el censo de librerías?
Todos los medios de comunicación que han abierto con titulares sobre el crecimiento o decrecimiento de las librerías en España, deberían haber puesto a continuación una nota aclaratoria sobre de qué librerías en concreto se está hablando ya que el Mapa de librerías, como se aclara en el propio informe, no habla de todas las librerías.
Deja fuera con claridad todo lo relacionado, en lo que hace referencia al soporte, con el comercio al por menor de libros antiguos o de segunda mano y, en lo que hace al tamaño y fin empresarial, a las grandes superficies y grandes cadenas.
Es conocido el peso cada vez más relevante y organizado que va tomando la venta de segunda mano. Fenómenos como, por ejemplo, Re-Read o Tik-books deben ser tenidos en cuenta y quizás no debamos olvidar que en Francia, por ejemplo, muchas librerías de nuevo trabajan también, no el libro de saldo, sino el de segunda mano.
Hay, por lo tanto un número no despreciable de librerías, que van adquiiriendo un peso y creciendo en número que quedan fuera del estudio.
Sí se mantienen en el mismo las que se denominan Librerías pequeñas-medianas y Librerías muy pequeñas, de las que se nos dice que son:
615 que facturan menos de 30.000 y unos cuantos de los 693 de la horquilla de 30.000 a 90.000.
Pero… la pregunta del millón es: si decimos que tenemos 1.364 librerías sin información ¿con qué criterio hemos justificado la introducción de las mismas en el censo de librerías?
Si nos centrásemos sólo en lo que se considera el «Total válido» deberíamos decir que el número de librerías debidamente contrastado ha descendido.
Ahí lo dejo para la reflexión y el debate.
Amiga Josune. Ahora toca terminar la obra. Un beso muy especial para ti.
Ayer a la noche escribí el silencio.
No tenía más palabras.
Sabíamos que iba a llegar. Estaba ahí, esperando a la vuelta de la esquina más inesperada, pero estaba. La muerte como compañera no querida, pero con la que te sabes que te vas a topar.
Fue ayer a la noche.
Hoy ha sido una tarde rara.
Quizás esperada o sabiendo que iba a llegar.
Ahora, ya cuando ya ha entrado la noche sólo queda el silencio…
Hoy, al levantarme, leo palabras de buena gente, de amigas y amigos que reconfortan y comparto.
Una comprensión mínimamente cabal del devenir de nuestra vida individual nos hace conscientes de hasta qué punto nuestras supuestas trayectorias y logros son posibles gracias a las trayectorias y logros de personas que nos abrieron caminos, a cuyos hombros nos encaramamos o con las que compartimos proyectos. Por eso hoy se debe hablar aquí de Víctor Urrutia Abaigar.
Ha muerto hoy Víctor Urrutia, sociólogo, profesor de la UPV/EHU, escritor. Tuve la suerte de trabajar con él a lo largo de cuatro años. Por tarde que me fuera del Rectorado, la luz de su despacho seguía siempre encendida. Llevó escolta muchos años, para vergüenza de mi país. Era un hombre de palabra llana y con muchas más razones para llamarse cristiano que algunos amanerados estetas como yo.
Te nos has ido. Te has escapado entre los dedos de nuestras manos. Apenas hace un rato y me cuesta hablarte en pasado. Me cuesta incluso escribirlo. Pero es un pequeño homenaje que quiero brindarte. Te lo debo.
En realidad hablábamos de muchas cosas cuando compartíamos mantel y escoltas en los tiempos de persecución de ETA, cuando la falta de piedad esclerotizaba a una sociedad vasca narcotizada. Como director de tesis hemos compartido muchas horas de reflexión sobre la violencia política, el terrorismo, el papel de la Iglesia y de los partidos políticos. Como sociólogo ha dedicado muchos años a tratar de entender cómo funcionan las sociedades, a descubrir sus grandes problemas, a realizar un diagnóstico acertado y a proponer políticas y soluciones. A Víctor le dolía la sociedad vasca que miraba para otro lado, la «quiebra moral».
Era un apasionado de Cantabria. En su refugio de Ucieda paseó cada rincón de nuestra querida Cantabria. Conocía cada collado, cada valle, cada río, cada uno de esos espacios mágicos que conforman nuestra región y que siempre se entrelazaban entre nuestras conversaciones sobre actualidad política. Siempre accesible a todos y cada uno de nosotros fue bálsamo para nuestros miedos y alimento para inquietudes.
Andoni Unzalu:
Pello Salaburu:
Para mí era, por encima de todo, un amigo y una buena persona. Generosa, abierta, humilde en sus comentarios. Cercana. Sabía, esto es cada día más raro, callar y escuchar.
Un socialista íntegro, pero sobre todo un buen hombre.
Yo veo en Víctor un prototipo del ideal, de la esperanza que me hago del hombre (y de la mujer) del nuevo siglo: que ponga los Derechos Humanos por delante de las legítimas y diversas opciones políticas, religiosas, sociales, culturales etc. Vivimos en un mundo multicultural, multiétnico, en una sociedad plural.
ABC
El Correo.
Recordamos hoy a nuestro amigo, el sociólogo y profesor universitario Victor Urrutia fallecido ayer. Lo hacemos agradeciendo su imprescindible aportación para el conocimiento de la historia de nuestro barrio y su infatigable disposición para difundirla. El pasado 15 de noviembre de 2016 nos ofrecía una de sus memorables charlas bajo el título «Iralabarri, pionero del urbanismo social en Bilbao»
Recuerdo un viaje compartido en coche a Madrid hace años, muchos años cuando ambos andábamos trabajando allí. Salimos en coche, tras enseñarle el quiosco que más pronto abría a las mañanas en Bilbao y que sigue siendo de los primeros en levantar la persiana. Conversar y disfrutar del viaje para siempre poder volver a hilar en el siguiente encuentro.
En uno de los últimos que tuvimos él seguía queriendo captar la vida para seguir disfrutándola.
Hasta la vista amigo.
Loli, Gorka, Josune… ¡Abrazos!
Amigas y amigos, ¡qué equivocado debía estar hasta la fecha!
Nos dicen ahora que escuchar es también leer.
Así que cada vez que iba a un concierto estaba leyendo; cuando estaba en clase escuchando las tediosas explicaciones de los profesores también leía; cada vez que voy al teatro, no sólo escucho y veo, sino que también leo porque parece que el escuchar lleva implícito a partir de este mes de septiembre, como si de una vuelta al cole se tratara, el leer.
Ya me lo decía mi amigo Manuel: no te equivoques. Nosotros no nos escuchamos, cuando hablamos y conversamos en el fondo, nos estamos leyendo como libros abiertos. Él sí que sabe…
Es curioso que el spotify de los libros, o eso nos dicen, sea el que afirme la bondad lectora de los sonidos.
Hay quien ya no sabe qué hacer o para aumentar los ‘índices de lectura escuchadora’ o para vender su producto.
Andan en estos meses de plena campaña intentando apuntar y estando presentes en todo lo que se mueve. del Hay Festival al Liber.
Si más allá del discurso que nos intentan vender y que escuchemos, leen la agenda encubierta verán que como tantas veces lo que se mueve es puro interés.
Me dicen que los músicos y el mundo del cine van a empezar una campaña en la que dicen que leer es escuchar porque de siempre las palabras y las letras tienen su musicalidad.
Me dicen también que los intérpretes musicales serán los nuevos cuentacuentos porque a ellos les va a escuchar-leer mucha más gente.
Y como el sector musical y audiovisual nos cambie el discurso y empiecen a decir que siempre lo que hemos hecho es escuchar que además es más natural que el leer a ver a quién le vamos con el cuento…
Ya decía Lope que no todo es lo mismo.
Entre leer y escuchar
hay notable diferencia,
que aunque son voces entrambas,
una es viva y otra es muerta.
(Lope de Vega, El guante de doña Blanca, II)
¡Feliz día!
Interesante, en lo que hace referencia a ‘grandes números’ los datos comparados de facturación (2015-2016) de los 50 mayores grupos editoriales.
Unas notas breves:
El ONTSI, Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información acaba de publicar el Estudio sobre uso y actitudes de consumo de Contenidos Digitales en España .
En fechas recientes José Antonio Millán se hacía eco de un artículo de The Bookseller: Is the e-book a dead format?
Hay algunas afirmaciones en el propio estudio suficientemente claras:
Y hay, también algunas tablas en mi opinión clarificadoras.
En la horquilla de 16 a 34 años el consumo, que tiende a ser mayor que en las otras franjas de edad, del resto de los contenidos (fotos, APPs, Leer noticias, RSS, películas, música, webs, compartir ficheros, videojuegos) superan ampliamente a leer e-books.
Si ya veíamos antes que el uso no es excesivo, el pago por contenido de libro electrónico se ve superado en la franja de 16 a 34 de manera amplia por películas, música, videojuegos e, incluso aunque en menor medida, por contenidos formativos.
El propio estudio lo afirma: el impacto del nivel de ingresos es claro. Sería quizás interesante y es posible que la información exista, pero quizás no sea estadísticamente significativa cruzar el nivel de ingresos con edad y tipo de contenido.
Sí disponemos del dato de…
Cerraré con una anécdota que tiene el valor de anécdota y que no pretendo elevar a categoría, pero sí dejarla para invitar a la reflexi´pn
Mi hijo, 25 años, sale mañana de viaje y se ha pasado por una librería para comprarse un libro de papel para su periplo.
Se ha venido con Música de mierda de Crals Wilson, editado por Blackie Books.
Lo que me ha llamado la atención, en una persona que básicamente consume música y cine en digital y en abundancia; la música también en numerosos conciertos, ha sido el comentario que ha hecho al entrar a casa:
¡Qué edición más cuidada!
Lorena Fernández, una millennial, como ella misma se definión en su artículo publicado en el número 31 de Texturas escribió en referencia a los soportes físicos:
ya no son meros objetos en serie. Me los he apropiado y ellos se han apropiado de un pedacito de mi memoria y de mis recuerdos. Tienen grabadas historias: cuando los compré, cuando los compartí con alguien, cuando un día especial estuvieron ahí y se significaron. Son mi magdalena de Proust.
Quizás la pregunta planteada al principio de esta entrada… no esté de más.
Quizás, la pantalla, nos lleve hacia otras categorías contenidos.
En esta casa el tema de los festivales musicales, su conocimiento, presencia y disfrute recae más en Alex que en un servidor.
Pero sí me voy a permitir señalaros para el entretiempo festivalero algunas alternativas, no muchas para que no os empacheis, de espacios y lugares que a mí me resultan agradables para el picoteo, el cometeo o el paseo y que reflejan ambientes distintos…
Empecemos por el ejercicio…
Propuesta llana. Una ‘Ruta urbana por la Ría de Bilbao‘ que podéis acortar y alargar a vuestro antojo utilizando los puentes.
Una segunda. Con un poco de altura, pero sin deslomarse. Bilbao Artxanda, siguiendo a tu aire el ‘anillo verde’. te permitirá algo muy bilbaino como es la posibilidad de contemplar Bilbao sin tu presencia o con tu ausencia cercana.
Para el ‘pica pica’ de carácter más informal…
El Casco Viejo en su conjunto y la Plaza Nueva en particular no son malos sitios para perderse. Y esta sugerencia de lugares para el pintxo no está mal. De los ahí incluidos, servidor es un enamorado del Txangurro gratinado de El Globo. Acercarte al mismo te permitirá además moverte por el más ‘estirado’ centro de la ciudad.
Y dentro de ‘el Casco’ hay dos sitios en la misma calle uno con tradición y otro más modernete que me gustan muy mucho…. El Café Lago patroneado ahora por Boni lleva ya más de 40 años dando pica pica y merienda a los bilbainos y a los que se acercan. Pedir sus croquetas de chorizo, sus torreznos o lo que os venga en gana…El Baster, en la misma calle correo, pegadito a la trasera de la catedral es otro punto donde os resultará difícil encontrar mesa, pero tened calma y pedir cualquier cosa que se os antoje de la barra, alguna de sus variantes de vermut y su ‘tortilla express’ que me vuelve loco, loquito.
Para el ‘come come’ más tranquilo, ahí van tres sitios.
El más ‘golfo’ y atrevido, Dando la brasa, que superó en su momento la ‘prueba de fuego’ del ‘dame de comer’. Os pemitirá además acercaros a Bilbao la Vieja y San Francisco…
La novedad del ‘precio fijo y menú ajustado’ que ya se ha asentado, el Kokken, al ladito del Ayuntamiento en la antigua Plaza del Gas y del que he hablado por aquí en más de una ocasión.
Y más formal, pero en el que si vais varios, podéis hacer un más que razonable ajuste de precio, Los Fueros, donde el joven equipo capitaneado por Paul Ibarra, te da de comer o de cenar de 10, como recientemente han comprobado un equipo de profesores ya curtidito, que me hicieron la ola cuando me vieron por la Plaza Nueva por habérselo recomendado.
Dos pinceladas más, para no empachar.
Si quieres un momento dulce, mis ojitos actualmente son para el Charamel. Son un gusto, dulce, fresco, ahora con sus helados que todavía no he probado, y variado…¡Déjate aconsejar!
Y la copa sosegada mirando a la ría o dejando que la ría te mire siendo además estas fechas y el BBK Live debe ser en La Ribera.
Y ¡Disfrutad!
Tengo amigas y amigos en el proyecto de La tres catorce.
Sigo lo que hacen. Sugiero alguna vez y les doy bolilla. Lo siento como mío porque son parte importante de mi vida y La tres catorce es parte de su contexto vital.
Así que me ha encantado el reportaje cariñoso que Sol Alonso les ha hecho en Mi petit Madrid que, por cierto, me ha descubierto o puesto en la pista en alguna otra ocasión de librerías y proyectos sugerentes.
El texto empieza así:
El significado de la expresión “Hacer la 13 / 14” no tiene nada de halagüeño. Es una manera de expresar el fraude inmerecido, el engaño por sorpresa que nos impide reaccionar de puro enojo. Lo vivieron cuatro amigos a punto de pasar por un trance semejante, que al salir airosos finalmente, cambiaron la expresión para dar nombre a su negocio de libros de segundas o terceras manos. ¿Hay algo más inmortal que la letra impresa?
El local era perfecto y en su holgado escaparate figuraba un letrero con el teléfono del alquilador. Zona animada y comercial, ambiente de barrio y la frecuentadísima calle de Ponzano a la vuelta de la primera esquina. Paloma Tortajada, periodista, Manuel O. y Jorge Portland, editores, junto a la escritora mejicana Alejandra Díaz Ortiz (de izquierda a derecha, en la ilustración), acudieron a la cita con el alquilador de aquel espacio perfecto para sus planes: “Fue todo bastante extraño, porque apenas nos vio nos entregó las llaves. Tan apresurado todo que nos dijimos: “¿Nos estará haciendo la trece catorce?”, recuerda Alejandra. El trato se cerró mejor que bien, y desafiando conjuros, decidieron llamar La Tres Catorce a su incipiente negocio, mucho más cerca de Pi, ese afamado número que viene fascinando a los matemáticos desde el año 2000 antes de Cristo.
Los 4 grandes lectores comenzaron aportando sus propios libros. Era la salida perfecta para ese punto en el que en casa ya no les cabía uno más. Y si ahora aceptan donaciones, seleccionando siempre “buen estado y calidad”, otra gran verdad es la frase que sirve de subtítulo: “No solo libros”.
Seguir leyendo en Mi petit Madrid.
Tomadlo como un titular provocativo y un juego de buen rollito, que quiere invitar a una reflexión sosegada ante alguna información que circula o, si lo preferís, alguna postverdad, porque como siempre hay que ir a la letra pequeña para ver la chicha que realmente hay, que puede llegar a ser ninguna.
Me gustaría que una vez que hayáis visto esta imagen y el twitt que va debajo
El 50% de los editores ya utiliza los servicios de impresión y distribución bajo demanda https://t.co/S0dmv3mCqK @PODiPrint #tendenciasPOD pic.twitter.com/4wVctZhH8c
— Javier Celaya (@javiercelaya) 6 de junio de 2017
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Contestéis a la siguiente encuesta
Gracias por hacerlo.
Sólo una nota final. Algunas de las acepciones de mentir en la RAE
1. Decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa.
2. Inducir a error. Mentir a alguien los indicios, las esperanzas.
3. Fingir, aparentar.
¡Buen rollito!
Para allá que vamos…
Beber/beure: 1. intr. Ingerir un líquido.
Comer/menjar: 1. tr. Masticar y deglutir un alimento sólido.
Conversar: 3. intr. desus. Vivir, habitar en compañía de otros.
Compartir: 1. tr. Repartir, dividir, distribuir algo en partes. 2. tr. Participar en algo.
Disfrutar/gaudir: 1. tr. Percibir o gozar los productos y utilidades de algo.
Vivir/viure: 1. intr. Tener vida.
Si habéis recibido esta invitación, entonces ya sabéis de qué se trata. No hace falta adornar con hipérboles desmedidas lo que supone este día para nosotros y lo que nos gusta que vengáis para compartirlo con todos vosotros….
Esta…
viaja con nosotros… llena de…
El Ministerio presentó ayer el Plan de Fomento de la Lectura 2017-2020.
Hoy no voy a entrar al detalle del mismo. Señalaré sólo, porque creo que es importante, que en muchos casos las competencias de cultura y educación están transferidas y que, por lo tanto, es difícil saber, más allá de los dineros, cuál es el ámbito de actuación de las líneas que se proponen y cuál puede ser por lo tanto su impacto real.
Quedaría más claro y sería probablemente más operativo, si el Plan fuese contrastado, consensuado y asumido, dineros incluidos, con y por las distintas Comunidades Autónomas.
Mientras tanto, el plan, como el ruido mediático son, en mi opinión, de poca influencia real sobre los lectores. Es probablemente más importante saber lo que están dispuestas a gastar las CC.AA. que el propio Ministerio y cuáles son las líneas y propuestas de cada uno de los planes de lectura, con fomento o sin ella, que ya campan y pacen sosegadamente en la mayoría de los casos, por esta piel de toro.
Sí quiero reflexionar sobre la imagen y el lema escogido que no me acaban de convencer y que será lo que de manera más o menos machaconas veremos, en el mejor de los casos, durante un tiempo.
No acabo de entender, supongo que habrá una explicación, ese plural de ‘vidas’ más unido a la lógica de los videojuegos (muerte-vida y rapidez por conseguir ) que al discurso, si se me permite, más clásico sobre la lectura como posible enriquecedora de la vida, en singular, de cada una de las personas.
Reconozco, he tenido alguna experiencia, que no es fácil encontrar ese corto con imagen comunicativo que dé cuerpo a toda una actuación, pero por ello mismo conviene ser sumamente cuidadoso.
¿Se piensa caso que por ese guiño a la pantalla y al juego alguien dará un salto de una actividad a otra? ¿No hay con ese mensaje una invitación implícita a reconocer que la vida real que cada uno está viviendo no merece la pena y hay que buscar fuera de uno mismo algo que le dé sentido o vidilla?
No me convence.
Se ha escrito mucho sobre la relación entre lectura y vida en singular, la vida de cada persona enriquecida no por más vidas, sino por los puntos de vista y experiencias que pueden enriquecer, matizar, hacer aflorar nuevas experiencias y sentimientos de la propia vida, pero sin tener por ello que renunciar a la misma o tener que buscarla en otros.
Así, Alberto Manguel, hace hincapié en la lectura como enriquecedora de diferentes facetas de la vida de cada uno. Memoria, intimidad, imaginación, sentimientos, inteligencia, aventura y descubrimiento son algunas de las palabras que reivindican el estatus de un placer que nos hace más humanos en Elogio de la lectura.
Emili Teixidor, escribió un espléndido libro que lleva por título La lectura y la vida. En él se puede leer: ¡Leer no ocupa mi tiempo, leer llena y añade valor a mi vida! (12)
Ángel Gabilondo en Darse a la lectura escribe: La lectura no es un sucedáneo de la vida, no trata de sustituirla, porque ella es vida. (69) No hace falta, por lo tanto buscar vidas extras… sino, como dice más adelante, el texto nos convoca a ampliar el limitado horizonte de nuestras consideraciones. (71)
Emilio Lledó en Palabras por la lectura, también sitúa la mirada en la experiencia personal, en la vida de la persona cuando dice: El sorprendente fenómeno de la lectura implica un diálogo que rompe el solitario murmullo de nuestra, tantas veces, clausurada y pobre o empobrecida experiencia. No somos conscientes de lo que significa esa libertad de las palabras que otros escribieron con la esperanza de que sus particulares, elaboradas experiencias llegasen, en el surco del tiempo y en el cálido limpio río de la escritura, hasta nuestros ojos. (105)
Juan Domingo Argüelles ahonda también en esta vida que se lee cuando en Ustedes que leen escribe: Leer es en realidad leerse; leer para sí. Leer para conocernos y reconocernos en las palabras, en las líneas, en los párrafos, en las páginas. Y nadie, cuando lee, es neutral. La lectura es lo que somos y, como advertía Paz, lo que nos preguntamos oscuramente y sin formularlo del todo, y esa respuesta o esas respuestas que abren nuestros horizontes por intuición, por instinto y no exclusivamente por fría racionalidad. (177)
Dejo para el final la reflexión que aporta Michèle Petit: Al leer, a menudo experimentamos al mismo tiempo nuestra verdad más íntima y nuestra humanidad compartida. Lo que ocurre con ese derecho a lo íntimo, con ese derecho a elaborar la propia subjetividad, es quizás el paso hacia otras formas de relación social distinta de aquellas donde se vive pegados unos a otros, cerrando filas alrededor de un líder o de un patriarca. Se trata quizás del paso hacia otras formas de compartir, otras maneras de vivir juntos, y otras maneras de hablarse. No al unísono, gritando todos al mismo tiempo en un estadio. Sino a partir de múltiples voces... (Lecturas: del espacio íntimo al espacio público, 123)
Ahí lo dejo, pero creo que no es baladí situarnos desde una mirada más personal e introspectiva que desde una aparente socialización que acabe pensando que cuantas más vidas busque más se encontrará, reflejo quizás de una lectura equivocada tanto del fenómeno redes como de la cultura del videojuego.
Ahí lo dejo por si aporta algo para una reflexión sosegada.