8 años… Marita Oliver

Txetxu, cuando desde el espacio de tu blog nos invitabas a compartir alguna reflexión de cómo pensamos que ha evolucionado el ‘mundo digital’, me venía a la mente el tema de la identidad digital: la identidad de este espacio, la de su bloguero.

Seguimos cayendo en la tentación de separar mundo real – mundo virtual, costándonos entender que ambos son diferentes espacios de una misma realidad. Tú esto lo comprendiste mucho antes que la mayoría de nosotros. Así leo tu blog, tu comunicación, tus perfiles en las redes. Eres una persona que convoca, que comparte, que socializa, y eso lo has trasladado desde el inicio al entorno 2.0. Sí, el mundo digital ha cambiado, pero tú ya vivías la comunicación y la relación en red antes del blog, te serviste de él para hacer lo mismo que venías haciendo.

De alguna manera creo que lo que ha posibilitado el ‘mundo digital’ en estos 8 años es socializar y generalizar un comportamiento que tú ya venías practicando, y que no tiene que ver con las herramientas ni las plataformas, sino con la actitud personal, esa que ya estaba antes de este cambio de tercio.

Siempre has tenido una presencia de hub, de enlace entre diferentes personas, de ofrecernos el espacio para compartir, el contacto, la referencia por la que conectar con otras situaciones, con otras personas, con otras experiencias. A lo largo de los años me has puesto en contacto con gente con la que compartir proyectos, experiencias similares, gente de la que aprender, gente que podía ser referencia para alguna cosa, gente que conoce a gente, amigos.

Has ejercido de eje, de centro de todo un mundo de relaciones. El otro día pensaba con agradecimiento que, con frecuencia, cuando desvirtualizo a alguien de este ‘mundo digital’, tú ya eras el enlace entre ambos, porque alguna experiencia tuya, algún proyecto, algún perfil tuyo en una red, ya nos habían puesto en contacto; porque eres el amigo de los amigos. Y esa relación es el +1, es el valor (había una vez una empresa ConValor), no tanto de la red, sino del bloguero, de la persona que está ahí cada día acompañándonos desde el blog, pero que ya estaba ahí antes de estos 8 años, con o sin herramientas digitales.

Hoy tu blog sigue siendo esa ventana que nos sigue acercando a personas, a situaciones, a proyectos… a ti y tu entorno.

Gracias!

Marita

8 años blogueando

8 años… José Antonio Gómez

Yo también llevo cerca de ocho años escribiendo en blogs, y aunque lo sigo viendo bueno y necesario, me resulta agotador, por lo que quizás un día de estos dejaré de comentar cómics en mi jirotaniguchi.com. Pero espero que no: escribir en blogs me ayuda a pensar, a documentarme y a reflexionar, para poder escribir, y por eso no lo quiero dejar. Es una forma de resistencia contra la multitarea continua y la acumulación de estímulos informativos que me roban tiempo.  Y algo que además de serme útil, puede serlo para los demás y me gratifica. Pero, ¿siguen estando los demás al otro lado de los blogs? Desde la explosión de Facebook y Twitter, los lectores digitales llegan a los contenidos por las recomendaciones que les llegan de sus amigos en las redes sociales. Incluso los lectores de feeds como Google Reader creo que son menos usados. De modo que creo que principalmente me leen quienes reciben en su «muro» o en su «timeline» mis notas, y están conectados en ese momento. Pero incluso éstos en la mayoría de los casos quizás no sigan la recomendación, o al llegar así lean unos segundos el contenido escrito, de modo descontextualizado. Porque el blog tiene «contexto», trayectoria, descriptores, otros enlaces, los comentarios (escasos) que puedan llegar, permanencia… Todo cosas de la que carece la escritura en las redes sociales.

¿A dónde estoy queriendo llegar?: A afirmar que quizás estemos en una etapa de decadencia de los blogs, sobrepasados por formas más inmediatas de publicar y recibir contenidos, pero que yo lo lamento, porque los ritmos de lectura -textual y audiovisual- están acelerándose tanto que veo difícil la reflexión la comprensión, la crítica o la reelaboración de ideas. Cada vez veo más necesarioa la capacidad de autorregular los distintos tiempos y tipos de lectura, de aprender a desengancharse de los textos rápidos y entrar en los lentos -sean cortos como las notas de blogs o largos como Madame Bovary. Yo mismo, que empecé escribiendo en blogs sobre alfabetización en el uso de la información, me siento intoxicado, de modo que estoy ahora haciendo un curso en mi Universidad sobre Gestión del Tiempo personal y profesional. A ver si lo aplico y sigo guardando, como espero que hagas tú, esos momentos de sosiego para reflexionar escribiendo en voz alta en blogs -sobre todo lo humano.

José Antonio Gómez

8 años blogueando

8 años… Joseba Lopezortega

ALGUNAS VIRTUDES

Ocho años no son demasiados para un buen brandy, pero son muchos más que ocho si hablamos de comunicación. Hace sólo ocho años no existía la red social, los teléfonos eran Nokia y algunos los llevaban a la vista, en una cartuchera, con su inevitable color gris, casi negro; los portátiles eran toscos y pesados, la tele de tubo ocupaba medio salón y no encontrabas tesoros en Spotify. Incluso sobrevivían algunos videoclubes.

Hacerse un perfil era retratarse de lado, no todo el mundo decía emprendedor en lugar de empresario y la palabra amigo excluía –aunque no necesariamente- a decenas de desconocidos con los que tienes poco en común, y que la mayor parte de las veces saludas y no contestan.

En este concreto contexto ocho años son un arco de enorme amplitud, que sobrevuela paradigmas, modas y tendencias evidenciando una virtud ciertamente poco frecuente: la perseverancia en el ejercicio continuado, libre y comprometido de la comunicación.

Perseverancia, libertad y compromiso. Es como para felicitarse, no hay duda.

Joseba

8 años blogueando

8 años… María ptqk

Querido Txetxu,

Pues quién lo diría, pero figúrate que somos de la misma quinta. Yo también empecé a bloguear hace casi ocho años, en agosto de 2004. Entonces, la internet todavía era uno-punto-cero y escribir un blog aún era sinónimo de ser un freak. A mi alrededor, nadie sabía lo que era. Yo decía: escribo un página en internet, como un fanzine pero digital, es fácil y divertido. Y la gente me contestaba: estás colgada. Y yo insistía: me lo paso muy bien y conozco a otros blogueros, personas a la que les gustan las mismas cosas que a mí. Y la gente me contestaba: estás colgada. No es por hacerme la heroica, pero escribir un blog en aquellos años era jodido. No te tomaba en serio ni dios.

Y de repente, bam, llegó la web social. De la noche a la mañana, tener vida en internet dejó de ser sinónimo de “problemas de socialidad” y se convirtió en un valor en alza. Durante un tiempo, los blogueros incluso fuimos gente guay. También es verdad que los primeros años de la dos-punto-cero jugamos con cierta ventaja: ya teníamos nuestras redes de contactos, manejábamos con confianza las claves de la net-etiquette, estábamos a la última de la última versión del último pluging. Pero en internet es todo tan fugaz que rapidamente hemos regresado a la casilla de salida. Como en una parábola, pasado nuestro minuto de gloria, hemos vuelto a ser unos freaks.

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8 años… Luis González

Cuando conocí a Txetxu yo acababa de llegar al mundo del libro. Creo recordar que llegó a mi nuevo despacho acompañado por Santi Cámara quien me lo presentó como la persona que se iba a hacer cargo de la defensa de los intereses de los libreros. Yo entonces tenía este mismo objetivo -entre otros derivados de mi cargo- y sentía una gran ilusión por haber migrado desde el campo de los neutrinos, los aerogeneradores y la fusión nuclear al del libro y la lectura.

El señor Barandiarán y yo pudimos colaborar satisfactoriamente durante esta época y siempre agradecí su espíritu práctico y bastante más abierto (innovador) de lo que yo empezaba a ver en este nuevo sector. Precisamente este talante explica la naturalidad con la que encajé su inicio como bloguero y su mentalidad inquieta en la frontera de varios territorios.

Desde entonces todos hemos aprendido bastante sobre lo que ofrece el medio digital, pero hace ocho años Txetxu inició un camino mucho antes que otros empezaran a transitarlo. Durante este decurso se ha mostrado constante en una actitud cambiante, un día se le ve como un Savonarola del mundo libresco, otro día hedonista como un Qunqueiro o Luján, otro día analítico e irónico como un Strachey, y otro día memorialista como un Pla, pero siempre con un ánimo Boswelliano de no dejar de recorrer cada día casi a la vista de todos.

Señor Barandiarán: que sea así por muchísimos años.

Luis

8 años blogueando

8 años… Imanol Zubero

Cuando se me ocurrió –o me lo ocurrieron- esto de “hacerme un blog”, tú fuiste la primera persona con la que hablé. La verdad, te vi tan entusiasmado que me desanimé. Pero tu empuje (razonado) venció a mi pereza y hace menos de cuatro años comencé a dar mis primeros pasos por la blogosfera. Torpes, torpísimos primeros pasos. Y tú te descojonabas cuando veías que para meter un link en uno de mis comentarios copiaba toda la dirección… y cosas de esas. Pero te descojonabas desde la cercanía, aportándome soluciones, solucionándome problemas.

Desde entonces me he ido haciendo más mayor y un poquito más sabio, y ya podemos mantener conversaciones de tú (que soy yo) a TÚ (que eres tú). Pero siempre he tenido muy claro que de no haber estado tú ahí desde hace 8 añazos es muy improbable que yo lo estuviera ahora. Así que, remedando aquel poema anónimo del siglo XV, yo canto a los cuatro vientos (si es que hay vientos en la blogosfera):

ROMANCE DE BARANDIARÁN

 

¡Barandiarán, Barandiarán,

Blogger de la bloguería,

el día que tú empezaste

grandes señales había!

Estaba Internet en calma,

Apple no estaba mordida:

Blogger que en tal signo nace

no puede decir mentira.

Un abrazo muy fuerte.

Imanol

8 años blogueando

8 años… Álvaro González Rúa

Querido Txetxu,

Voy a preferir darte las Gracias antes que festejarte la «en hora buena».

Y es que ochos años pueden ser mucho, o no.
Ahora bien, ochos años blogeando con esa intensidad tuya, esa que pones a todo en la vida, son una «pasada».

No soy persona de mitos o héroes al uso.

Siempre he sido más bien de fijarme en el ejemplo cercano.

Son más de ocho los que remonto ahora y llego a aquel encuentro que fue inicio de un intenso convivir. Tiempo fructífero. No tanto por el camino, que también, como por el compañero que iba marcando el paso: dejaba sus huellas y yo ponía mis pies sobre ellas.

Huellas que de aquel camino quizás fueron borradas. Huellas que sin embargo dejaron escrito el sendero que lleva a tu casa, y en cuya puerta escribí en aquel entonces: «Admirabile».

Y esos ochos años tecleando opinión con valor en un tercio no tan cambiado, remarcan todas y cada una de aquellas letras escritas y su significado: Digno de admiración.

Gracias Txetxu.

Álvaro

8 años blogueando

8 años… Javier López

¿Habéis oído hablar de los blogs?, creo que por ahí van a ir los tiros en cuanto a comunicación de aquí a nada» Algo así comenté con mis colaboradoras de prensa en la Feria del Libro de Sevilla allá por 2007. Para entonces había creado el blog Repiso Libros, e iba dando palos de ciego, primeros pasos en la blogosfera, cuando eran antesala de las redes.

En todo aquel nuevo mundo que se nos abría han sido varios los compañeros de viaje. El primero que me hizo pensar en la importancia de lo que se nos venía encima fue Txetxu. El ya había creado el blog ConValor, pionero donde los haya.
Desde entonces, desde dos puntas distintas, que no opuestas, de la península seguimos manteniendo contacto. Y es que él siempre creyó en el trabajo en red desde su época en Cegal, donde nos conocimos.

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8 años… Tomás González

Felicidades, 8 años….. medido en tiempo de internet es un periodo considerable. La etapa de bloguero de Txetxu empezó a la vez que Facebook y 3 años antes de que Twitter se pusiera en marcha.

Pero me vais a permitir que me mire un poco el ombligo y vea en que ha influido en mi negocio de venta de libros estos 8 años de desarrollo de internet tan espectacular.

Lo primero que nos dio un empujón fue nuestro blog. Importantísimo. Por ejemplo, a través de él conocí a Txetxu y a otros gigantes del libro en España. De otra forma, seguiría aislado en Cáceres, tal vez ni siquiera hubiera conocido «El nuevo paradigma …», y mi visión acerca del sector sería bastante más estrecha. También me ha servido para llevarme algún que otro pescozón, pero eso es otra historia.
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8 años… Villar Arellano

Querido Txetxu:

Ya que se tercia, no quiero dejar pasar la oportunidad de decirte en esta ventana amiga el valor de tu discreta pero imprescindible compañía. En los últimos ocho años he atravesado ochenta mundos, he dado cuerda a ochocientos relojes, he suspirado por alcanzar mil ochomiles, he celebrado ocho millones de noticias y lamentado otras tantas frustraciones, he visto explotar una burbuja infinita… pero en este vaivén que es la vida, tu blog, mi blog de cabecera, me ha ofrecido, puntual, un paréntesis de cordura.

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8 años… Mertxe Etxebarría

Dice Jostein Gaarder que una pregunta siempre conduce hacia delante, y hoy me he encontrado preguntando ¿por qué escribimos quienes escribimos? ¿Intentamos comprender el mundo desde otra perspectiva? ¿Intuimos que hay más verdad cerca de lo que llamamos ‘irreal’ que de lo que llamamos ‘real’? ¿Deseamos hacer vibrar a los lectores y lectoras con aquello que hemos sentido vibrar en nosotros?

Escribimos porque tenemos algo que contar, y se nos rebosa sin opción.

Apuntaba el viejo sabio: “No hables si lo que vas a decir no es más bello que el silencio”. Así que me callo y simplemente te hago llegar mi gratitud por tener algo que decir y darnos la oportunidad de escucharlo..

Mertxe

8 años blogueando

8 años… César Coca

Hace tres años que cumplimos cinco años. Porque cuando un blog está de cumpleaños, lo está su autor. Pero también lo están sus lectores. Un blog es una iniciativa individual que se convierte en un viaje colectivo. Y los que tratan sobre los libros aún más, porque la lectura es una de las actividades más íntimas que existen, pero al tiempo una de las que más incitan al intercambio de opiniones, de sugerencias y pasiones.

Txetxu nos habla de libros y de cuanto los rodea, de los nuevos y los viejos, los libros de siempre y los que son unos miles de k que solo adquieren forma cuando se introducen en ese instrumento llamado e-book que algunos consideran un invento del demonio y otros la encarnación del futuro. Txetxu, seguimos aprendiendo mucho contigo. Que los hados nos permitan celebrar en 2015 que hace tres años que cumplimos tres años de nuestro festejo por los cinco años.

Un abrazo

8 años… Noemí Pastor

Me encanta que los blogs cumplan años.

También me gusta mucho que la gente cumpla años. De hecho, como escribía Atxaga, envejecer no es tan malo si piensas en la alternativa. Pero ese es otro asunto.

Me encanta, como decía, que los blogs cumplan años, porque eso significa que están vivos y que algún día yo podré parecerme a ellos; me ayudan a seguir, a pesar de los altibajos, me muestran el camino, por así decirlo, y me sirven como modelo a imitar.

 Bueno, al final va a resultar que no es tan otro asunto: es que los blogs son tan humanos como quienes los producimos.
Un abrazo.

8 años… Josetxo Álvarez

Ocho años cuando tenemos esa edad todo el mundo es bueno y todo es interesante. ¡Qué pedazo de edad!  Además se puede ser un pelín autónomo de los aitas, eso si sin demasiada responsabilidad. ¡Un placer! No esperaba menos de ti que celebrases el octavo.

Cambio de Tercio es el que nos está viniendo encima, aunque estábamos empatando (eso nos parecía), hemos empezado a perder de manera lastimosa en esa lucha de clases que fragua la historia de la humanidad. Espero que a pesar de estar encorvados en el i-pad o la tablet, la veamos y actuemos, no como el paso del tiempo que tantas veces nos ciega la pantalla del ordenata.

Txetxu, en cualquier caso, y a pesar de la tormenta, debo de felicitar en su aniversario a mi mentor en la blogería, porque  aunque parezca mentira yo también tengo blog secreto, pero sigo sin ser blogger, ni blogista, hasta hace unos segundos no daba la talla, y desde hace unos días no me da la vista.

Zorionak eta eutsi goiari.

Josetxo

8 años blogueando

8 años… Willy Uribe

Estimado Txetxu:

No son pocas las ocasiones en las que abomino de todo lo relacionado con Internet y los ordenadores. De ocho años acá, cada vez más.

–          – ¡Una gran mierda, una verdadera mierda! ¿Es esto necesario?

Lo digo en voz alta, para escucharme bien, aunque siempre esté a solas cuando lo grito, porque me impone respeto el ser considerado como un troglodita. No queda bien decir que todo lo relacionado con un ordenador me parece un ramal equivocado. Supongo que me mirarían de modo preventivo.

–         –  Un viejo analfabeto digital, eso es lo que eres, Billy – me dijo un amigo veinte años más joven.

Se equivocaba. Soy un retrasado mental. Me quedé atrás, tal vez en el verano del 12.000 a.c. Ni un puñetero enchufe. La mejor pantalla el cielo y sus estrellas. Vivías un parpadeo, pero muy intenso, con todo por descubrir.

No me gusta la verdura, pero me han colmado con lo buena que es y la trago. No me gusta Internet, pero trato de convencerme de que es un camino útil para la expresión y el conocimiento. En ese camino, amigo Txetxu, encuentro veteranas posadas como la tuya. En ellas me encuentro cómodo.

¡Fortuna y Libertad!

Willy

8 años blogueando

8 años… Julen Iturbe

Va a ser que la gente mayor nos miramos unos a otros para buscar compañía. Y la compañía admite muchas alternativas. Sea como fuera, creo que es de buena vecindad, de gente de barrio, reconocer la labor ajena. No creo que haya muchas personas capaces de mantener una rutina que sirve de baúl de recuerdos. El tiempo pasa y el baúl sigue ahí, extrañamente sin coger excesivo polvo. Cosas modernas de la digitalidad en que vivimos.
Tampoco quiero hurgar más en las razones que a uno le llevan a encontrar sintonías y químicas. Suceden, siempre lo digo. Y en ese suceder resulta que va buena parte de la delicia de ser humanos. A veces sin entender por qué. Las cosas suceden y los caminos se encuentran. Y la gente que los iba transitando acaba dándose de bruces en un mundo empequeñecido.

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8 años… Lorena Fernández

Ocho años cumple tu blog. Y precisamente fueron los blogs los que propiciaron que nos conociéramos allá por 2006 en un Beers & Blogs Bilbaíno. Tras este encuentro llegó la radio y, al calor del verano, una cerveza puso en marcha a los aprendices.

Durante todo este tiempo, este blog ha cambiado de casa varias veces, siendo un vecino de excepción en Nireblog. Pero lo que no se ha movido ni un centímetro es su distintivo: el espíritu crítico de su autor que no se queda en las reflexiones superficiales y profundiza como un minero en busca de oro y diamantes.

Ahora lo que se lleva son las redes sociales y su velocidad. La misma velocidad a la que corren nuestras vidas. Espero que algún día la pausa y reflexión de los blogs vuelva 😉

Somos unos traperos del tiempo.

Lorena

8 años blogueando

8 años… Nuno Seabra

Cumpleaños feliz

Para quem, como nós, passa mais tempo dentro do que fora da leitura e dos livros, a realidade começa a ter contornos de tipologia – o nosso mundo deixa de ser redondo, passando a ser de letras bem marcadas, com sentidos lógicos.

No digital, ou seja, em rede, as nossas afinidades de letras conjugam-se me palavras e frases bem mais complexas, ganham imagens e compõem aquilo que somos e de que gostamos. O nosso texto passa a ser todos os textos que lemos e escrevemos.

E é assim que Txetxu escreve na minha vida há já alguns anos.

Ensina-me e abre-me perspetivas, mostra-me um mundo longe e aqui tão perto, tal como os textos os nos devem fazer. Com ele leio melhor o meu mundo de livros e de editores e por isso não posso deixar de celebrar mais um aniversário do como se fosse o aniversário de alguém da família.

Parabéns Txetxu e esperes que não cambies más de tercio, pois gostamos de ti aqui.

Consultor Editorial (Portugal)

8 años… Luis Cosme Cubas

Cuando me enfrenté por primera vez con estas páginas pense «esto de
Convalor parece como Con Buevos pero en fisno», con el cambio de nombre
otra confusión, porque eso del Tercio me sonaba a tauromaquia y yo he preferido en lo del Arte de Cúchares el primer Tercio y lo de cambiar me incomoda, así que sigo viéndolo como un espacio de un recibir a Puerta Gayola y también en unas largas cambiadas, pero la verdad lo que yo siempre he pensado es que son Trabajos de Amor Dispersos, pero no como el poema de Jaime Gil de Biedma, ni tampoco como los Ensayos de Auden sobre la Obra de Shakespeare, no, simplemente como «Trabajos de Amor Dispersos», o quizá también podrían ser «Trabajos de Amor Disperso», y sus contenidos Amor Disperso, Trabajos Dispersos, siempre un ejercicio de Humanidad Renacentista.

Todos sabemos que en estos tiempos que corren el nombre de las cosas es crucial, por éso lo de «Trabajos de Amor Disperso», me vas a perdonar, me lo voy a quedar para ganar muchos lectores, así que tu te tendrás que conformar con esta historia que cuenta Issa en el apartado 20 de su libro más famoso: «La Primavera de mi vida», que he traducido libremente para recordarte tus costumbres:

<<Un día precioso una semana después del solsticio me levanté temprano para preparar un buen desayuno. En este día en años anteriores mi vecina Mari Carmen hacía siempre pasteles de arroz y me daba generosamente algunos. Así que era normal suponer tener sus pasteles de arroz recientes y calentitos para el desayuno.>>

Y también para darte las gracias por acompañar ya desde hace mucho
tiempo mi desayuno.

Y el haiku -de Issa- al final:

Solo un recuerdo:
los deliciosos pastelitos de arroz de mi vecina
en mi puerta, como antes.
Issa

Gracias Txetxu

8 años blogueando