Librería Delirio de Móstoles. Cuando un libro y los vecinos mantienen su librería

A veces los medios de comunicación nos acercan historias reales y preciosas que suelen producirse en las pequeñas realidades cotidianas, pero que en gran medida reflejan algunos de nuestros anhelos, deseos y , también, apuestas vitales estemos donde estemos.

La Razón, que es donde he visto la noticia que lleva por título El cuento mostoleño que salvó a una librería, nos cuenta esta historia preciosa y real de la librería Delirio de Móstoles y de los vecinos que se han implicado:

«Una librería es un espacio donde se guardan ideas porque, un libro, es una idea». El autor de esta frase es Alejandro Bárzano, aunque en el barrio sus vecinos le conocen como «Suchi». Cada mañana desde hace siete años, Suchi levanta la reja metálica de la calle Sevilla 25 (Móstoles), un coqueto ángulo abarrotado de cuentos, novelas y tebeos. Se trata de la Librería Delirio, un negocio que se resite a desaparecer. «Corren tiempos difíciles para la lírica y los comercios locales madrileños –sobre todo las librerías tradicionales– atravesamos un momento complicado», expresa, con pesar. «El aumento de costes, nuestro ritmo de vida, cada vez más urbanita; el “dragón” de lo on-line… Poca gente baja a la calle a comprar un libro, ahora lo piden por Amazon», explica. Ir a una librería, ojear una contraportada o pedir consejo al librero para decidir qué titulo pasa a ocupar espacio en la bolsa de playa en peligro de extinción. Pero Suchi no es de los que se dan por vencidos. Ha creado un espacio «para todos los vecinos» con el que se confiesa está «muy comprometido». Seguir leyendo

Además de lo que supone de compromiso y reconocimiento esta librería, como señala Christian Thorel, se va a convertir en una cosa más o menos pública, en un «bien común». Las librerías son empresas comerciales pero también espacios de cultura. Al igual que los teatros y algunos cines, son habitadas de tal modo que su ‘propiedad’ acaba por convertirse en algo difuso. De alguna manera, el nosotros se hace extensivo al círculo de lectores y ciudadanos de Toulouse, a aquellos y aquellas que viven el mundo a través de los libros.viven el mundo a través de los libros. (Christian Thorel; Tocar, dudar, hojear. La librería Ombres Blanches; trama editorial, pag. 81)

Que las librerías son ‘algo más’`, lo podremos comprobar también en la exposición de José Ramón Madruga que se inaugura el 6 de noviembre en Alcorcón en la sala Altamira Alta

Nos cuenta el fotógrafo: “una librería con encanto, es ese lugar donde además de poder comprar nuestro libros, podemos reunirnos para tomar un café o una copa de vino, ver una exposición, charlar amigablemente, ver la presentación de un libro, una proyección o un espectáculo”. Y este concepto es el que quiere mostrar en esta exposición que pertenece a la serie Al otro lado de la lectura.

Tocar, dudar, hojear La librería Ombres Blanches

«La principal herramienta del librero es su memoria»

El libro de Christian Thorel, fundador y director de la mítica librería independiente Ombres Blanches de Toulouse, es el último título publicado hasta la fecha de la colección Tipos móviles de Trama editorial.

Fue presidente del SLF, el sindicato de librerías, y junto a Jerôme Lindon batalló por el precio único del libro, una de tantas peleas en las que, como librero independiente, defendió la literatura, las ciencias humanas, el libro que no quiere someterse a las leyes del best-seller y la mercantilización. Thorel escribe estas memorias en el 40 aniversario de la fundación de su librería en 2015.

La sentencia que Christian Torel escribe nos ofrece la justa medida de su oficio: «La principal herramienta del librero es su memoria». La información bibliográfica que tiene un librero en la cabeza es una memoria intransferible, en permanente crecimiento y transformación, cuya dimensión material es, precisamente, la selección de libros que tiene en sus estanterías: al caminar por los diversos pasillos de Ombres Blanches se entra en contacto con la memoria que ha inventado esa selección. A esa memoria que palpita en la rue Gambetta de Toulouse, a esa zona de resistencia, se añade ahora esta deliciosa memoria escrita.

La lectura es algo que se desea. La conversación con los clientes ocupa parte del tiempo de trabajo, hay que poner a prueba el gusto por la venta. La venta no es algo fácil, y cada día nos enseña a hacer frente a una nueva demanda, a un comportamiento imprevisto, a un libro del que nada se sabe. Cada gesto, cada paso que damos entre los libros nos confirma nuestra inexperiencia, nuestras carencias. Una sensación de vértigo nos invade.

No está de más recordar los dos otros dos títulos en la colección que reflexionan también sobre la librería:

 

Héctor Yánover; Memorias de un librero 

 

 

 

AA.VV. Memoria de la librería

El síndrome del lector de Elena Rius con prólogo de Lorenzo Silva. La receta para los enfermos de lectura

En el mundo editorial funciona también el boca-oreja. Tiene, además, cómplices discretos que sugieren e invitan.

No diré nombres.

Pero el libro del que les hablo llegó a Trama porque un editor sugirió a su autora que la colección Tipos móviles podía ser un buen cobijo y marco para el mismo, que se sentiría bien acompañada.

Así que en su momento se recibió un correo, siguió una conversación, después otra, correos e intercambios por medio y por distintos medios, sugerencias, cambios, tiempo, la generosidad, también de Lorenzo Silva que lo prologa y como resultado, El síndrome del lector que empieza a llegar a las librerías.

No se crean que todo es como parece.

Ni Elena Rius es Elena Rius, ni los textos que forman el libro estuvieron pensados inicialmente para ir más lejos de la pantalla. Pero, como la autora dice algo había que hacer para que todo aquello no cayese en el pozo sin fondo en que se ha convertido Internet. 

El síndrome del lector no es una enfermedad que venga reseñada en ningún manual de medicina, pero ha sido descrita con frecuencia en la literatura. Es imposible pasar por alto sus síntomas: el enfermo lee y lee sin medida, llueva o haga sol, de día o de noche, en la salud o en la enfermedad. Los afectados, sin embargo, no creen estar realmente enfermos ya que leer es para ellos algo tan necesario y tan natural como respirar. Son personas que en su maleta incluyen más libros que ropa y para las que el plan perfecto de un sábado por la tarde es ir de librerías. Gente, ya lo ven, que no tiene remedio. Y es que si alguien inventase un remedio para curar este síndrome, ninguno de los enfermos querría tomárselo.

Los textos que componen este volumen tratan de ellos, y lo hacen desde el conocimiento más profundo, pues la autora padece una variedad aguda de este síndrome. En él se estudia desde todos los ángulos posibles a los lectores, la propia lectura y una de las consecuencias más frecuentes del síndrome del lector: la bibliomanía o bibliopatía. Por él desfilan, entre muchas otras cosas, bibliotecas, autores olvidados, acumuladores de libros, experiencias de lectura, packs literarios, recetas lectoras, formas de guardar los libros, viajes literarios y, por supuesto, las biografías de algunos grandes –y a menudo excéntricos– coleccionistas de libros.

El síndrome del lector –que tiene su origen en el blog Notas para lectores curiosos– es un libro para enfermos de la lectura, para lectores compulsivos, para aquellos que conciben la lectura como un acto de creación permanente. Lectores apasionados y activos que encontrarán en él aún más motivos para afirmarse en el valor de la lectura y el amor por los libros. Pues «la lectura y la vida no están separadas, son simbióticas», como dijo Julian Barnes.

Elena Rius, en su otra vida, fuera del universo bloguero, es María Antonia de Miquel, una profesional de la edición con una larga carrera a sus espaldas, en la que ha tenido ocasión de ejercer casi todos los oficios relacionados con los libros. Entre otros, ha llevado la dirección literaria de Edhasa, Destino o Alba Editorial. Es autora también de dos manuales de técnicas de escritura: Cómo escribir una novela histórica (2013) y Leer mejor para escribir mejor (2016). En la actualidad, compagina la edición freelance con su actividad como profesora en la Escuela de Escritura del Ateneo barcelonés.

Así que ya sabes, si eres un enfermo o un adicto aquí puedes conseguir tu dosis.

Y gracias a esos cómplices enfermos también con síndrome del lector y del editor que van por ahí haciendo el bien ejerciendo de buenas celestinas.

Escribe Lorenzo Silva en el prólogo:

Hay en las páginas de este libro suculentas y brillantes anécdotas, frases agudas y consideraciones de inusual hondura. Pero por sobre todas ellas revolotea una idea diáfana y sencilla, que es la que creo que nos reúne en comunidad a quienes leemos y también a quienes, además de contraer el vicio de leer, hemos caído en el de escribir. La formula de modo explícito: «El mundo, hay que reconocerlo, no está hecho para los lectores». Ni los lectores para este mundo, apostilla a renglón seguido. Y para quienes escriben, la idea se traduce en un consejo que recuerda a otro de Chandler: «Escribe lo que te apetece escribir, no lo que creas que pide el público».

 

 

En las librerías o lectorerías, el orden de los factores… sí altera el producto

libreria400añosSiempre me gusta de cara a una charla, encuentro o conversación prepararla con algunos hitos que me resulten sugerentes, fruto de algunas lecturas y relecturas. Así pensando en la jornada del próximo jueves 12 en Madrid, Librerías 400 años después, me encuentro con algunas reflexiones que me resultan sugerentes.

Aquí os las dejo:

  • Primera cita:

El sábado la librería se convierte más que nunca en lo que siempre hemos ambicionado, un punto de encuentro fortuito, un lugar para el diálogo. Nuestros clientes, nuestros lectores, se dan cita en la librería, se reúnen en pequeños grupos. Libros y política son el objeto de diálogos improvisados. Nosotros compartimos con ellos nuestras lecturas, nuestra agenda de actividades, nuestros hallazgos, nuestros encuentros artísticos, las películas, la música. Esta convivencia proviene de cierto arte de vivir generacional. Queremos recuperar la labor esencial del oficio, su mundo. Al mismo tiempo, queremos ser lo más respetuosos posible con los gustos del lector, dejarlo que escoja en total libertad.

No daré más pistas ya que se trata de una de las próximas novedades de Tipos móviles. Las negritas son de un servidor.

  • Segunda cita

Uno de los efectos más prominentes de la glocalización consiste en mantener la condición humana suspendida entre dos universos, sujetos cada uno a conjuntos radicalmente distintos de normas y reglas. A diferencia de lo que ocurre en el «espacio de flujos»,  en el de «lugares» los seres humanos tienen la oportunidad de confrontarse como personas, es decir, como vecinos, compañeros de trabajo o de escuela, conductores de autobús carteros, tenderos, artesanos, camareros, dentistas….con algunas de esas personas se confrontan como amigos, mientras que con otras lo hacen como enemigos, pero, en cualquier caso, son amigos o enemigos «personales», y no especímenes estereotipados de una categoría abstracta, anónimos e intercambiables. (Zygmunt Bauman en Estado de crisis; pag. 154)

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Regalos de sábado de Manuel Rodríguez Rivero en Babelia

libroNos han dejado el cuerpo de sábado tan a gustito  a la horizontalidad de Trama Editorial, que diría Manuel Ortuño, y con el Estado de ánimo de tal subidón que luego la facción bilbaina nos vamos a tomar un mezcal a la salud de todos los «horizontales» y a la de M.R.R. que nos ha alegrado el sábado…..

Escribe Manuel Rodríguez Rivero en Babelia:

Poco a poco, y como quien no quiere la cosa, el polifacético Manuel Ortuño (hijo) ha ido construyendo con paciencia y ojo crítico uno de los pocos sellos editoriales consagrados al libro y a quienes los hacen. La serie Tipos Móviles, iniciada en 2008, cuenta ya con 22 títulos, entre los que se encuentran recuerdos y confesiones de conspicuos protagonistas del sector (editores como Diana Athill, Jean-Jacques Pauvert o Bennett Cerf, o libreros, como Héctor Yánover), además de estudios más o menos técnicos sobre la producción editorial y ensayos sobre la historia y el devenir del libro y la edición (Schiffrin, Darnton, Jean-Baptiste Malet). La colección amplía, de algún modo, los contenidos de la revista cuatrimestral Trama & Texturas, de cuya fundación se conmemora ahora el décimo aniversario, y que constituye un importante foro de reflexión y análisis sobre la lectura y la edición.

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Cuando una librera habla de un librero…

Juditrodriguez… o cuando Judit Rodríguez habla de Héctor Yánover.cubierta_Yanover_web

Trabajar tangencialmente en la edición genera a veces regalos insospechados que justifican con creces parte de la tarea.

Cuando una joven librera, Judit, escribe:

leer este libro es conocer a Héctor Yánover. Es ir a su librería, a cualquiera de ellas, y escucharle hablar, verle trabajar, apreciar su amor a los libros, a la literatura, a la lengua y hasta a la gente que le complica la vida. Y eso, creedme, es algo increíble. Conocerle a él, librero por casualidad pero nacido para ello, es también conocer de verdad la profesión.

provoca, no podía ser menos, una sensación de gusto y regocijo que hacen que estemos más contentos que unas castañuelas.

Una librera recomendando el libro de un librero no es mala combinación. Más todavía si ello supone un diálogo entre generaciones distintas, Judit es joven y Héctor ya nos dejó, un diálogo que cruza el Atlántico, Judit vive en Catalunya y Héctor era argentino, un diálogo en cualquier caso siempre fácil porque en el fondo está el amor por los libros.

Dice Judit:

Memorias de un librero es, en definitiva, un elogio a todos los que nos dedicamos al mundo de las letras, en especial los libreros, pero sobre todo a aquellos que, como él, lo hacemos gracias a (o a pesar de) nuestro amor por los libros. ¿Y cómo alguien que se identifique con ese apego a los libros no va a disfrutar de éste? Pues eso, pasen y lean…

Pero antes de que vayáis como locos y locas a comprar el libro, leer completa la reseña que empieza así:

Aunque a veces nos resistamos a reconocerlo, a (casi) todos nos gusta criticar; pero además, criticar negativamente. Disfrutamos de la posición de superioridad que nos otorgamos nosotros mismos y juzgamos como si tal cosa la manera de actuar de fulanito o el trabajo de menganito. Para bien o para mal, yo soy una experta en eso. Siempre encuentro cosas que mejorar en lo ajeno (en lo propio también, pero es más sencillo fijarse en los demás). Y si lo que encuentro no me gusta, soy capaz de explayarme con facilidad. Es como si las palabras, las frases, los párrafos enteros fluyeran solos. Es más, casi diría que disfruto con ello; me encanta encontrar los errores, estudiarlos, hablar de ellos y después, pretenciosa yo, dar sus soluciones.

Quizá por eso me cuesta menos discutir sobre un libro malo que hacerlo de uno que, en cambio, me ha gustado. Quizá por eso, también, estoy dando tantas vueltas para hablar de Memorias de un librero. Porque éste, sin duda, me ha encantado. Algo que me sorprende, por otro lado, dada la poca afición que tengo a la no ficción en general.

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Memorias de un librero para un librero premiado

Trama editorial ha reeditado las Memorias de un librero de Héctor Yánover. Las reediciones, a veces, tienen su historia y parte de ella la voy a contar hoy, día en el que la Librería Cámara recibe el Premio Librería Cultural, ya que quien nos permitió disponer de un ejemplar de la edición realizada hace 20 años por Anaya/Mario Muchnik fue, casualmente, Pere Duch de la Llibreria Babel de Castelló ganadora en su primera edición del Premio Librería Cultural.

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Así que hay libreros que leen, recomiendan y prestan sus queridos ejemplares.

Hoy que por Bilbao andamos de fiesta librera vamos a aprovechar para dejar por aquí algo de la maravillosa sabiduría de Héctor Yánover.

El librero es el ser más consciente de la futilidad del libro, de su importancia. Por eso es un hombre escindido; el libro es una mercancía para comprar y vender, y él integra esa mercancía. Se compra y se vende a sí mismo. 

Un libro comienza a serlo cuando se lee, cuando cumple su función de unir al escritor con el lector.

A esta altura se me ha desarrollado tanto el ojo que puedo hacer el diagnóstico por el iris. Por la vidriera. Por las mesas. Por el aire de una librería.

El riesgo siempre está ahí, a pesar de la computadora que, cada vez más, es quien verdadera­mente decide, aun por encima de la voluntad de cual­quier asesor o lector editorial. A ese riesgo, menor ahora por supuesto, menor si se trata de una novela con los in­gredientes necesarios y en sus dosis recetadas, rindo mi homenaje. Es ahí por donde entra el soplo de aventura que necesita esta industria para seguir interesando a los que quieren dar la nota y a los amigos del azar. Y es por eso que todavía el librero es necesario.

Memorias de un librero de Héctor Yánover vuelve a ver la luz en el Día de las Librerías

«Un librero es alguien que cuando descansa, lee; cuando lee, lee catálogos de cubierta_Yanover_weblibros; cuando pasea, se divierte frente a las vidrieras de las otras librerías; cuando va a otra ciudad, otro país, visita a libreros y editores». (Héctor Yánover)

Trama editorial, coincidiendo, casualidades que tiene la vida, con el Día de las Librerías reedita Memorias de un librero (22 €) de Héctor Yánover.

Héctor Yánover (1929-2003),“el más famoso librero de Buenos Aires”, regentó la mítica Librería Norte, en avenida Las Heras de esta ciudad. Desde 1971 todos lo visitaban para escuchar sus consejos: críticos, novelistas, poetas, lectores novatos…; de él se decía que era una fuente única de referencias bibliográficas.

También poeta y escritor, algunas de sus obras más conocidas fueron: «Hacia principios del hombre», «Las iniciales del amor» y «Sigo andando».

En los años sesenta grabó las voces de Borges, Cortázar, Neruda o García Márquez leyendo sus textos y los editó en discos. Yánover fue también director de Bibliotecas Municipales y de la Biblioteca Nacional de la República Argentina, de esta última entre 1994 y 1996.

Algunas perlas ya históricas: yanovercaricatura

  1. Un libro comienza a serlo cuando se lee, cuando cumple su función de unir al escritor con el lector.
  2. En la librería Masperó, en París, pusieron un cartel que decía: «La derecha nos quiere suprimir; si ustedes siguen robando libros, tendremos que cerrar. No colabore con el enemigo». Cerraron.
  3. A esta altura se me ha desarrollado tanto el ojo que puedo hacer el diagnóstico por el iris. Por la vidriera. Por las mesas. Por el aire de una librería.
  4. Hay quienes creen que, si van a la imprenta de la esquina de su casa y entregan un manuscrito, ya están en el camino que lle­va a la fama y a la riqueza
  5. Hay librerías que son cementerios de palabras, con nichos hasta el techo, parvas en los rincones y paquetes sobre las mesas; hay librerías donde las palabras son gatos durmiendo en los sillones, con moños rosas y una caja de bombones; hay librerías donde las palabras se avergüenzan y donde Shakespeare y Goethe –si los encuentras– están de espaldas para que no se los reconozca…

Pedir libro

memoriadelaliberia

Y hoy, tampoco está de más recordar a Carlos Pascual, Paco Puche y Antonio Rivero en su Memoria de la librería

En los dominios de Amazon en los medios. Muchos pocos hacen un mucho

Un buen amigo que aprecia a la gente de Trama nos comentaba en fechas recientes con cariño que deberíamos convertir el trabajo en medios y redes de este libro en un ‘caso de éxito’.

Sabemos que la repercusión no necesariamente supone venta, pero sí, por lo menos, tiempo e impacto ocupado-robado.

Hemos y estamos disfrutando con la repercusíón tenida que no hubiera sido posible sin algunos sabios consejos de alguna persona que sabe más que nosotros sobre estos temas y sin la que esto no hubiera sido posible.

Os dejo aquí algunas de las repercusiones en medios que ha tenido el libro hasta la fecha, porque habrá más. Seguro

Algunas de las principales repercusiones en medios del libro En los dominios de Amazon. Relato de un infiltrado

 

Un infiltrado en las tripas de Amazon (23/10/2013)

El Periódico (castellano) 

El Periódico (catalán)

Jean- Baptiste Malet: «Amazon no respeta las reglas del capitalismo» (15/10/2013)

 

 

 

Un campo de trabajo llamado Amazon(29/09/2013)

Grupo Vocento (El Correo,  Hoy, El Norte de Castilla, El Diario Montañés, Diario de Navarra, Diario Vasco, El Sur, La Rioja, La Verdad y Las Provincias) (Pedro Vicario)

pdf del artículo

 

 

 

Amazon es una amenaza para la sociedad democrática (01/10/2013)

(El Confidencial. Peio H. Riaño. Entrevista al autor)

 

 


Amazon te promete el mejor trabajo del mundo (14/10/2013)

(Tecnoxplora)

 

 

 

En los dominios de Jeff Bezos: toda la verdad sobre Amazon (01/10/2013)

(El Confidencial. Esteban Hernández)

 

 

 

 

 

Una ley contra Amazon une a la izquierda y a la derecha en Francia (03/10/2013)

(El País; Juan Peces)

 

 

 

 

En los dominios de Amazon: la experiencia de trabajar en la multinacional (06/10/2013)

(Efe. Entrevista)

 

La turbia selva libresca de Amazon (04/10/2013)

(Cuarto Poder; Elvira Huelbes)

 

 

 

 

Ley anti-Amazon en Francia para proteger a las librerías (03/10/2013)

(El Huffington Post)

 

 

 

 

 

La verdad sobre Amazon (12/10/2013)

Estandarte.com

 

 

En los dominios de Amazon (17/10/2013)

Escrito en el viento

 

 

 

En los dominios de Amazon (20/10/2013)

Desde el otro lado

 

 

El lado oscuro de Amazon: una historia de sus temporeros desde dentro (23/10/2013)

Zmart.co

 

 

 

Goodbye Amazon (22/10/2013)

Imanol Zubero 

 

 

 

En los dominios de Amazon (10/2013)

Le Cool 

 

 

 

Amazon (Antoni Daura i Jorba.24/10/2013)

Regió 7 


 

Enemigo común (27/09/2013)

Infolibre – Círculo de iluminación (Eva Orúe)

 

 

La cultura de la mayoría   (07/10/2013)

(The Cult)

 

 

 

En los dominios de Amazon llega a las librerías españolas (06/10/2013)

(Diario de Navarra)

 

 

 

La verdad sobre Amazon (23/10/2013)

Libros y Letras

 

 

 

Árbol de noticias

 

 

Llamémosla Random House

Layout 2Llamémosla Random House de Bennett Cerf.

Bennett Cerf fue un personaje decisivo en el mundo editorial norteamericano. Fundador de Random House, publicó las obras maestras de algunos de los escritores de la edad de oro literaria de Estados Unidos, como William Faulkner, John O’Hara, Eugene O’Neill o Truman Capote.Como editor estuvo atento siempre a los gustos e inquietudes del mercado lector. Jamás dudó en recuperar clásicos como el Cándido de Voltaire o Moby Dick de Melville; enfrentarse a la censura por llevar a Estados Unidos el Ulises de James Joyce; publicar a Gertrude Stein (de la que admitía sin el menor reparo no entender bien sus libros) o a Ayn Rand, cuyas ideas políticas no compartía en absoluto. Asimismo, su fe en las antologías, en el libro de bolsillo o en la edición infantil y juvenil ha modelado de alguna manera la forma en la que hoy entendemos la edición.

Perteneció, como Horace Liveright o Alfred Knopf, a una nueva generación de editores sin prejuicios ni apellidos, que en los años veinte del siglo pasado revolucionó el mundo editorial. Su clarividencia a la hora de entender el papel de los medios de comunicación en la nueva cultura de masas le llevó a convertirse en una figura televisiva y un orador famoso que daba conferencias por todo el país. Hábil negociador formado en los negocios, sacó su empresa a Bolsa. Y, sin embargo, sus memorias brillan especialmente por el retrato de algunos de los personajes esenciales del siglo XX que nos ofrece en ellas. Amante de la buena vida y las candilejas, fue juez del concurso de Miss Estados Unidos, se casó dos veces con actrices de Hollywood y fue amigo personal de Frank Sinatra. Trató a toda clase de gente: desde políticos como el presidente Roosevelt, a poetas como Auden o Dylan Thomas. Vivió los dulces años veinte, la Gran Depresión, la Segunda Guerra Mundial y los revoltosos años sesenta. Y si bien murió antes de poder poner punto final a estas memorias, suya es la voz que nos lleva de viaje por una de las historias editoriales más asombrosas que puedan visitarse.

Disfruto un montón leyendo biografías. Disfruto leyendo vidas relacionadas con el libro. A través de las anécdotas y de lo ocurrido va quedando una pequeña destilación de lo vivido y de las experiencias, como en este caso.

Conocer de primera mano todo el proceso, aunque su edición en inglés tenga unos años, del nacimiento y evolución de Random y ver cómo hay situaciones relacionadas con el mundo del libro que se siguen repitiendo es todo un aprendizaje desde la experiencia que siempre merece la pena.

Nos creemos, a veces, que siempre nos movemos en el terreno de los ‘novísimos’, pero el echar un poco la vista hacia atrás nos hace ver que estamos bastante equivocados. Mucho de lo que creemos nuevo, ya pasó. Otra cosa es que seamos capaces de leer entre líneas o por debajo de ellas y este, en lo que se refiere a la creación de una editorial, la relación con auitores, libreros y las fusiones y nuevos modelos de negocio es un buen ejemplo a tener en cuenta.

La traición de los editores de Thierry Discepolo

Layout 2En La traición de los editores, Thierry Discepolo realiza un análisis atrevido de la situación de la edición francesa y de las agendas ocultas que mueven los hilos de la misma.

Como él señalaba en las conversaciones que mantuvimos en Madrid su libro es más político que sectorial, al fin y al cabo él mismo señala que el ejercicio de una profesión es en sí misma una actividad política -y, por consiguiente, la oportunidad de una acción mayor, a la medida de nuestras vidas, cuando se piensa en el tiempo que la mayor parte de nosotros le consagramos.

Es por lo tanto desde esta visión política desde donde aborda unos cuantos aspectos del sector.

Desde la concentración, los monopolios, la situación laboral, el dinero y la ‘burguesía editorial’….

En la conversación que mantuvimos en La Central de Callao quedó una pregunta en el aire. ¿Sería alguien en España capaz de realizar un análisis semejante al que él hace del sector del libro en Francia?

Algunas citas para la reflexión:

La distinción artificial entre ‘grupos de comunicación’ y ‘grupos editoriales’ oculta el papel fundamental de estas grandes empresas en una sociedad de masas: transformar a los lectores en consumidores y limitar la capacidad de acción de la mayoría. (pag. 29)

En efecto: el auténtico negocio se hace en otra parte. En realidad, la saturación de títulos en librería por parte de los ‘pequeños editores’ es un problema marginal: al cambiar de escala, las grandes empresas modulan un mundo en el que la cuestión misma de la existencia de este tipo de competencia parásita deja en absoluto de plantearse. (pag. 41)

Cualquier autor preocupado por la repercusión política, directa o indirecta, de lo que escribe, ¿no debería empezar por preguntarse si la modificación de las conciencias de la que él es partícipe no se ve arruinada por su participación en la irrigación de facto, gracias a su querido editor, del sistema de la gran distribución? (pag. 48)

Como en los otros grupos, los que hacen los libros ganan de diez a veinte veces menos que aquellos que se los cuentan a los periodistas. (pag. 74)

Ya nos sabemos el cuento: el índice cardinal de la vitalidad de un mercado se mide por la capacidad de las empresas para ‘vender más barato’ -claro está que al margen de las condiciones sociales de producción y de los efectos sociales-. (pag. 51)

Personalización y cercanía

Me ha llamado la atención una noticia aparecida ayer en El Correo en cuyo subtítulo se señala que:

El grupo vasco apuesta por los alimentos de calidad y la atención personalizada al cliente a través de un nuevo modelo de ‘super’ de barrio.

El grupo al que se refiere es Eroski que parece estar virando su estrategia hacia la vuelta a las ciudades, la cercanía y los productos de calidad.

Esta, en principio, ha sido siempre o debería haber sido una de las ‘armas’ de los libreros: la oferta de calidad y no cualquier oferta y la cercanía o proximidad al público que se dirige. Ya hace años hacíamos referencia a ello.

Viene todo ello también a cuenta del estudio comparativo recientemente publicado sobre las librerías en el mundo que como bien dice Raul Carioli Es un «mundo»un poco limitado…. Europa occidental y EEUU…..no era así en el Siglo XIX? en el que se recogen algunas posibles experiencias de éxito.

En cualquiera de los casos y con la que está cayendo no está de más repensar por lo menos un par de cosas:

– ¿Es la agenda que marcan otros la que es realmente interesante y procedente para mi librería?

– ¿Cómo reformular en tiempos actuales mi razón fundacional?

Y entiendo además que ambas preguntas y muchas otras deben ser personalizadas porque la diversidad de modelos libreros, podríamos decir casi que cada una es un mundo, está lejos de análisis unidireccionales.

Muchas de las nuevas librerías, que sufrirán como todas, han nacido curiosamente con una apuesta explícita en muchos casos de generar un ‘espacio con calor’, un ‘espacio de experiencia’ donde los libros, algunos, cobran sentido en un espacio con valor añadido, distinto en cada caso.

Quizás, no estaría de más, retomar para revisar y actualizar, algunas lecturas que pueden aportar pistas o luces en estos momentos que en muchos casos son de absoluta oscuridad.

Dos referencias finales de Carlos Pascual en Memoria de la librería que creo ayudan a relativizar y poner en situación.

Como todo en la vida, las circunstancias van surgiendo sin que uno sea el actor que las determina, que las ordena y después las selecciona para incorporarlas a los propios proyectos. (pag. 20)

¿Qué ha ocurrido con esas magníficas librerías que acabo de mencionar? Pues que han desaparecido. Existieron mientras sus fundadores estuvieron presentes e inspiraron una idea de actividad y negocio. Después, fueron borrándose con el tiempo, aunque hayan dejado una marca profunda de seriedad profesional. Lo que quiero decir es que una librería no es más que una idea en el tiempo, una idea desarrollada por alguien que libremente ha decidido ejercer como librero. (pag. 26)

Memoria de la librería, memorias de vida

Ayer a la tarde, mientras esperaba a otra persona para una reunión empecé a leer Memoria de la librería.

Una de las experiencias que más me agrada con los libros es encontrarme referencias, ‘llamadas’, sugerencias a aspectos que aparentemente no tienen nada que ver con el tema que se aborda, pero que en muchas ocasiones son el sentido profundo del mismo.

Y esto me ha pasado tanto en el prólogo de Fernando Valverde como en el primer capítulo, que todavía no he terminado, de Carlos Pascual.

Ahí van las dos citas. Espero que el editor no se me enfade por destripar algunas de las chispas que han surgido en las primeras páginas y que además abordan lo social y lo personal que a fin de cuentas es el campo de juego donde también vive la librería.

– Es el momento de pensar en compartir, decrecer de manera ordenada, solidaria, vivir con menos y no por eso dejar de ser felices y seguir pensando en impulsar nuevos proyectos. (Fernando Valverde; pag. 10)

– Como todo en la vida, las circunstancias van surgiendo sin que uno sea el actor que las determina, que las ordena y después las selecciona para incorporarlas a los propios proyectos. (Carlos Pascual; pag. 20)

Memoria de la librería

Rosa Montero escribía hace tiempo en un artículo:

De todos es sabido que hoy los nietos no existen, o tal vez lo que ya no exista sea la continuidad de la memoria; esa armonía básica de sentirse heredero del pasado y precursor del porvenir, la certidumbre de pertenecer, pieza diminuta, pero necesaria, a la cadena del tiempo. ( Vidas enteras; artículo)

Trama Editorial en su colección Tipos móviles nos acerca una parte de esa cadena del tiempo en la librería de la mano de tres grandes libreros: Carlos Pascual, Paco Puche y Antonio Rivero.

Recojo del Sumario:

MEMORIA DE LA LIBRERÍA relata las peripecias de tres grandes libreros españoles, Antonio Rivero, Carlos Pascual y Paco Puche, tres empresarios que provienen de realidades bien diferentes y que, sin embargo, alumbran los caminos que este sector debe seguir transitando.

“Recuerdo muchas mañanas de sábado (…) cómo don Miguel [Artola] bajaba al sótano de nuestra librería para «echar una mano» en la apertura de los paquetes extranjeros. ¡Quién iba a quitarle a él el privilegio de disponer del último título publicado sobre el Estado moderno o sobre la Revolución Francesa que nos podía ofrecer cualquiera de las prensas universitarias internacionales!» Carlos Pascual

“No, no se puede medir el efecto que tiene una librería en la ciudad que la acoge, ni la energía que despliega en sus calles, que transmite a sus habitantes. Desde luego, no bastan números de clientes y ventas, ni cifras de negocios, porque el influjo de la librería en la ciudad es sutil, secreto, inaprensible.” Paco Puche

“Sé que no puedo ser imparcial, pero entiendo que hay entidades que un país no puede permitir que desaparezcan: los museos, las bibliotecas, los teatros… y tampoco las librerías. Todos son elementos que acercan la cultura a la gente, y el país que quiera progresar tiene que apoyarlos claramente.” Antonio Rivero

Tres librerías que no son solo memoria, sino que son también presente y, ojalá, futuro: Proteo, Marcial Pons y Canaima.

Yo ya me lo he pedido.

Trópicos de Gutenberg

Trópicos de Gutenberg de Adolfo Castañón.

Dice Alejandro Katz en el prólogo:

Sin proponérselo ─o, más justamente, sin imponérnoslo─, los ensayos recogidos en TRÓPICOS DE GUTENBERG. Escenas y mitos del editor van dibujando, con la sutil mano del editor que los conoce a todos, los rostros de quienes están implicados en el funcionamiento del “ecosistema del libro”. Como si fuera el director de un casting, Castañón hace subir a escena a autores, traductores, lectores y diversos artesanos a los que aquellos confiarán la confección del libro, y como buen director de escena pone bajo los reflectores sus atributos.

He tenido la suerte, quizás porque Manolo no se fíe de MRW, de que ayer a la tarde el libro me llegara a Bilbao viajando de su mano a la mía.

Así que también para hacer honor a la parte mexicana que le acompaña qué menos que ir a celebrarlo a Un Señor de Bilbao.

Hoy y mañana, si las circunstancias lo permiten nos aplicaremos en lo posible el siguiente cuento:

Visual 153

Siempre fiel a su cita. Recibo el nuevo número de Visual que me esconde un par de sorpresas.

La primera la referencia a los 10 años de vida de la librería madrileña Pantha-Rei de la que ya hemos hablado por aquí alguna vez.

La segunda, la reseña de El paradigma digital y sostenible del libro

que me hace recordar y traer aquí también la ilusión que me hizo encontrarme el viernes con casi la colección completa de Tipos Móviles en una de mis librerías de cabecera.

Yo creo que Manuel Ortuño debería pensar si concederle algún premio especial a la perseverancia expositiva y a la apuesta de mantener un espacio a los libros sobre libros pegadito,además, a las Revistas Culturales.

Editor amante

No está mal empezar la semana con calor humano.
Iñigo García Ureta como cierre de sus sugerencias en su libro Éxito cierra las mismas, quizás como el mejor colofón posible, con la del editor amante.
Tu editor debería ser como tu amante. Alguien sin duda humano y por lo tanto falible, pero también alguien a quien – parafraseando a San Agustí- puedas dar lo que tienes, para que merezcas recibir lo que te falta. (pag. 126)
Aunque no ando en busca de editor voy a ver si esta semana me tropiezo con la persona amante.

¿Será verdad lo que se lee?

Leído ayer en Por voluntad de dado:

Como ya adelantaba hace un par de meses El ojo fisgón, parece que por fin van a aparecer en español las memorias de Tom Maschler; las publicará Trama Editorial en su colección»Tipos Móviles».

Tom Maschler, famoso por su enorme talento y por su monstruoso ego, es el artífice del resurgir de Jonathan Cape y editó, entre otros muchos, a autores como Joseph Heller o Bruce Chatwin.

Para abrir boca, aquí va un breve y significativo mordisco:

Back in England I championed all the greatest writers of the age, though they were very raw talents when they came to my attention. Barnes, Amis and McEwan could barely write their own names; yet I was able to spot a speck of promise and nurture it into something more substantial, and I am very touched they recognise how much they owe to me.

Tom Maschler, Publisher, Londres, Picador, 2005:
Tom Maschler, Editor, Trama Editorial, «Tipos Móviles», ¿abril de 2009?

Hasta aquí la referencia, pero…. ¿será verdad?

Tom Maschler