Costa…

     Desde hace algunos años practico a mi manera el arte de lo poco. Trato de trasformar la pasividad en acción. Camino menos, pero miro mejor. A falta de actuar, pienso. Ya no doy brincos con las piernas, sino con la mirada. Me gustaría trasformar los déficit en cualidades; al dejar de ser actor, convertirme en un espectador privilegiado. (Pierre Sansot; del buen uso de la lentitud; Tusquets, pag. 111)

 

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Conversaciones de hospital

Mañana volveré a valorar la suerte de estar vivo todavía. (Pierre Sansot; del buen uso de la lentitud; Tusquets, pag. 193)

El ascensor que sube a las plantas suele ser un espacio silencioso donde sólo se oye la voz que en euskera y castellano va cantando la llegada a cada uno de los pisos.

Las miradas bajas como temiendo encontrarse una expresión que no se desea en esos momentos.

Poco a poco cada uno va dirigiéndose a su habitación y allí ya empiezan las vidas encerradas o a lo más compartidas con la cama vecina y el círculo que la acompañan.

Hasta ayer, casi, hemos vivido momentos de silencio y de contemplación. Esperando, observando (qué será eso) la evolución. Ayer el estado y los ánimos cambiaron a mejor y, casi, como para recuperar el tiempo callado la conversación fluye y se amplía y se cruza.

De hoy a la mañana, donde ya todo pinta, toquemos madera, como ganadores del primer asalto me quedo con algunas reflexiones de los dos enfermos que no conviene olvidar.

  • El valor y la calidad de la sanidad pública.
  • Las ganas de vivir.
  • El disfrute por lo cotidiano.
  • Lo terapeútico que es un paseo por un Hospital.
  • El valor de la compañía y la complicidad. ‘Contra la enfermedad vivimos más unidos’.
  • La sonrisa y la risa siguen siendo una gran terapia.

Y que… la mayoría de los días sigue amaneciendo para casi todos.

Hospital_Galdakao

 

Caminar…lentitud…

Pensando en los próximos días…

Desplazarse a pie, también puede ser una experiencia meditativa

La lentitud no es indicio de una mente desprovista de agilidad o de un temperamento flemático. Puede significar que cada una de nuestras acciones es importante, que no debemos acometerla apresuradamente con el deseo de desembarazarnos de ella. Pero ¿acaso una vida no se compone en su mayor parte de tareas insignificantes? (Pierre Sansot; Del buen uso de la lentitud; pag. 92)

 

 

Día nieblado

De nube, nublado. De niebla, nieblado.

Todos los avances tecnológicos y digitales no han conseguido todavía que los saraos empiecen a su hora y que se inicien sin Murphy presente . Me tuve que salir a mitad de la charla histórico-tecnológica de Rob Malda sustentada en un power «desfasado» , la primera por media hora de retraso. ¿Existirá aquí también posibilidad de reclamo de tiempo perdido?

Camino de Hondarribi para ¿conversar ? (López Velarde) En más de una ocasión he querido convencerme de que la actitud mejor del literato es la actitud de un  conversador. La literatura conversable reposa en la sinceridad. Quienes conversan se despojan de todo propósito estéril. (Juan Domingo Argüelles; Ustedes que leen; Océano; pag. 119)

¿escuchar? (El encuentro de una persona que trata de decir algo y de otra que se
dispone a escucharle es en sí un acontecimiento que se ha producido y que no se esperaba. A mi entender, conviene guardarse de querer repetir, salvo que sea inevitable, la dicha de un tal encuentro. Fue una casualidad, fue necesario que en esa circunstancia él hubiera tenido el valor de hablar y que yo hubiera estado dispuesto a escucharle verdaderamente. (Pierre Sansot; Del buen uso de la lentitud ; Tusquets, pag. 43-44)

¿supervisar?

¿preguntar? (Son malos tiempos para las grandes certezas. Pero sí sabemos algo muy modesto pero intelectualmente productivo: no hay respuestas
definitivas; y sin embargo preguntarse es una tozudez fatal que nos
hace asombrosamente humanos; nada es más insolidario que el silencio). (ARCE)

Eso, todo eso y, por supuesto haber disfrutado del encuentro, de la compañía y de la comida. ¡Seguiremos!

Actualización:
No he sido capaz de pillar el matiz diferenciador entre txoko bizkaino
y sociedad gipuzkoana. Quizás el único es que la sociedad estaba
informatizada para las anotaciones de gastos.

Cultura y exceso (Pierre Sansot) (La frase)

A mi parecer existe una enojosa tendencia a un exceso de cultura, lo cual conlleva un rechazo a la cultura, de la misma forma que la sobre información suscita la desinformación o que la amenaza de desaparición de una cultura provoca el “todo cultura”….Si un solo niño persiste en tomar el camino de los grandes soñadores, es lógico apostar que los defensores del “todo cultura” nunca llevarán a cabo su proyecto. (Pierre Sansot; Del buen uso de la lentitud; Tusquets, pag. 146-147)

Callejear

Callejear no es detener el tiempo, sino adaptarse a él sin que nos atropelle. Implica disponibilidad y en resumidas cuentas no querer apresar el mundo. Contemplamos las mercancías sin tener necesariamente el deseo de comprarlas. Miramos los rostros con discreción y no tratamos de llamar su atención. Caminar libre, lentamente, en una ciudad presurosa, no atribuir valor más que a la maravilla del instante en una sociedad mercantilista, suscita mi simpatía. En el aspecto de la callejeadora ociosa hay algo de soberano y fluido. La mirada curiosa, sagaz, móvil del que callejea respira inteligencia y me resulta agradable observar a ambos. (Pierre Sansot; Del buen uso de la lentitud ; Tusquets, pag. 34)

El roce

Hagamos el juramento de rozar y no de empuñar –y entonces los seres nos entregarán lo que son, lo que consienten ser, avanzando hacia nosotros a su propio paso, a vece de una forma vivaz, a veces de una forma lenta. (Pierre Sansot; del buen uso de la lentitud; Tusquets, pag 167)

Amistad

Creo más bien que no nos encontramos de inmediato en un estado de amistad; incluso los seres unidos por un largo entendimiento deben, en cada encuentro, reinstaurar su amistad. Necesitamos cierto tiempo para aproximarnos a otro ser. (Pierre Sansot; Del buen uso de la lentitud; Tusquets, pag. 47)

Del buen uso de la lentitud

Autor: Pierre Sansot
Título: Del buen uso de la lentitud
Páginas: 193
Año Edición: 2001 (2º edición)
Editorial: Tusquets
ISBN: 84-8310-652-3

Comentarios

Debo la lectura de este libro a Victoriano Colodrón quien respondiendo o, mejor, entrando en diálogo intermitente alrededor de las frases matinales y habiendo captado, escuchado mi preocupación por el tiempo, los ritmos y la vida me hizo llegar hace pocas fechas la referencia del mismo.

Desde aquí, gracias por ello. Quienes se acerquen a él haganlo sin prisas y con los ojos y oidos abiertos para ser capaz de escuchar lo que se esconde en las palabras.

Algunos textos como simples pinceladas

– He querido describir algunas actitudes que dejan espacio a esta lentitud…
Vagar: tomarnos tiempo, dejarnos guiar por nuestros pasos, por un paisaje.
Escuchar: ponernos a disposición de otra palabra a la que concedemos crédito.
El aburrimiento: no el no querer nada, sino la aceptación y el gusto por lo que se repite hasta la insignificancia.
Soñar: instalar en nosotros una conciencia crepuescular pero alerta, sensible.
Esperar: con el fin de ampliar el horizonte de la forma más vasta y libre posible.
La provincia interior: la parte marchita de nuestro ser, una representación de lo anacrónico.
Escribir: para que poco a poco se abra paso en nosotros la verdad
El vino: escuela de sabiduría
Moderato cantabile: la medida más que la moderación. (Pierre Sansot; del buen uso de la lentitud; Tusquets, pag. 13-14)

– Creo más bien que no nos econtramos de inmediato en un estado de amistad; incluso los seres unidos por un largo entendimiento deben, en cada encuentro, reinstaurar su amistad. Necesitamos cierto tiempo para aproximarnos a otro ser. (pag. 47)

– El encuentro de una persona que trata de decir algo y de otra que se dispone a escucharle es en sí un acontecimiento que se ha producido y que no se esperaba. A mi entender, conviene guardarse de querer repetir, salvo que sea inevitable, la dicha de un tal encuentro. Fue una casualidad, fue necesario que en esa circunstancia él hubiera tenido el valor de hablar y que yo hubiera estado dispuesto a escucharle verdaderamente. (pag. 43-44)

– Por mi parte, prefiero acariciar que apresar, tomar algunos desvíos agradables en mi camino que ir directamente hasta la meta, permanecer en el umbral de un rostro, de un ser, antes de acercarme a él, pasar por simple antes que parecer estar informado de todo. (pag. 121)