Incertidumbres digitales

Hoy a la mañana recuperaba esta cita para facebook:

Vivir en la era de la incertidumbre exige una mentalidad nueva, un plus de creatividad. La idea que nos vendieron de que el mundo iba a ser cada vez más fácil es una verdad a medias. A medida que aumentan las ventajas crecen los riesgos. Y hoy el mayor de todos ellos es vivir sin certezas absolutas. Ésa es la esencia de la democracia. (Salvador Pániker en César Coca ; Entrevista con la cultura; Bassarai, pag. 124)

A la tarde me reencuentro con esta serie de entrevistas realizadas por IBE-TV que llevan como título general incertidumbres digitales y en la que tengo el honor de haber sido incluído.

Mañana se inaugura Liber. Habrá quien pretenda convencernos de sus certezas digitales que mutan también según sus propios intereses…

Yo me acercaré con la actitud que refleja la reflexión de Pániker intentando atisbar los riesgos ante algunas de las falsas certezas.

 

La ideología de la novedad…

Me vais a permitir que divague un rato siguiendo el hilo de esta viñeta y de un reciente artículo en catalán de Marina Garcés que lleva por título La ideologia de la novetat.

Parece que ya hemos normalizado en nuestros usos y costumbres vitales el término y las consecuencias de la obsolescencia programada y el continuo cambio, en mayores o menores plazos de tiempo, para sustituir con la idea de mejorar no aquello que se hizo viejo, sino por seguir el tran-tran de la ideología de la modernidad:

La novetat és la ideologia de la modernitat. La modernitat és aquell temps en què tot el que és bo és nou i tot el que és nou és bo….

el consum converteix la novetat en producte de temporada i ens encadena al desig insaciable d’un canvi permanent que no transforma res. Al contrari: la producció incansable de novetat és avui el que destrueix el present i el futur de la vida sobre el planeta i l’anestèsia mediàtica i consumista que ens permet viure tolerant-ho.

Uno tiene la triste sensación de que el sector del libro es en muchos de sus actores una parte muy activa de sustento a esta ideología y, lógicamente, a las consecuencias que ello supone.

Es por ello que, personalmente y en la parte empresarial, veo con interés aquellas propuestas, bien de editoriales que intentan ajustar su catálogo para mantener una propuesta coherente y sostenible y, entre las propuestas libreras aquellas que nos hacen ver que hay mucho leído por otros que puede ser releído. incluso hay mucho que otros compraron y que ni siquiera leyeron, que igual otro puede acabar leyéndolo. También aquellas que invitan al estar lento e intentan habilitar los espacios para ello.

Escribe un poco más adelante Marina, reflexionando sobre la política y las palabras:

les paraules no són només discursos. Són allò que som capaços de fer-hi i de viure-hiPer exemple: no és el mateix cooperar per a les empreses capitalistes que per a l’economia social, ara que tothom diu que coopera.

Con las palabras con las que nos movemos en el sector probablemente pase lo mismo: lectura, lector, biblioteca, librería, catálogo, cultura, empresa, ¿industria?, digital

No voy a extenderme sobre los paralelismos que el artículo me sugiere con algunos planteamiento provenientes fundamentalmente de personas que se autodenominan ‘evangelistas digitales’. Sólo una última cita para terminar:

Mai no viurem del tot en un món nou, perquè el futur, com ens ha ensenyat la modernitat, és el que no arriba mai. Però sí que volem un bon viure, per a tothom, en aquest. Com deien abans, aquí i ara.

Quizás debamos ser conscientes que el trabajo y la acción cultural no es ajeno, ni se desarrolla al margen de las tendencias sociales, políticas y económicas.

 

Salud y transición digital del libro. ¿Qué es lo que está mutando?

Hace ya muchos sábados que sigo a Antonio Rodríguez de las Heras en bez, así que ha sido todo un regalo la invitación que me han hecho para compartir en ese medio algunas reflexiones sobre la transición digital del libro y que hoy han visto la luz en forma de artículo.

A fecha de hoy no parece que el tan cacareado cambio o tránsito hacia lo digital haya cumplido las expectativas ni el camino que pretendieron marcar, en un momento concreto, ni algunas grandes empresas de consultoría, ni los deseos de algunos otros, ni los miedos de la mayoría.

Las imágenes no desaparecerán. Es la naturaleza del mundo digital en que vivimos. (Susan Sontag)

Un reciente informe del Banco Mundial afirma que La vida de la mayor parte de la población mundial permanece en gran medida inalterada por la revolución digital (pag. 18). Por lo tanto,  lo que a continuación señalo nada alterará, más bien tienda a confirmar, la idea de que lo digital tampoco ha provocado transformaciones  sustanciales en el libro porque probablemente la  crisis del sector ha tenido más que ver con la crisis económica y con los cambios de valores que con la evolución a lo digital.

Seguir leyendo en bez.

 

Hay que desmontar la falacia de los nativos digitales. Nuria Oliver

Nuria Oliver es la directora científica de Telefónica I+D.

Ha sido reconocida con el Premio Ada Byronn 2016 de la Universidad de Deusto a la mujer tecnóloga.

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En la entrevista, realizada por Arantza Furundarena, y que este fin de semana ha aparecido en los medios del grupo Vocento, demuestra, además, una sencillez y un sentido común poco habitual.

Cinco perlas:

  • Hay que desmontar la falacia de los nativos digitales. La gente cree que porque le des un iPad a un niño de un año ya es un tecnólogo. Y no. Una cosa es saber manejarlo y otra entenderlo.
  • Mis hijos no tienen móvil. Ninguno. Ni el de casi 13 años. Y me daría igual que lo tuvieran todos los niños de su clase.
  • Nuestro tiempo es muy valioso y en casa le damos mucha importancia al juego libre.
  • Hay que hacer un uso consciente de la tecnología. Por mucho que te guste el vino no es bueno beberlo todo el día.
  • No podemos ignorar que gran parte de esta tecnología esrá diseñada para ser adictiva. Por eso hay que enseñar a desarrollar una gran capacidad de autocontrol, gratificación retrasada, etc.

¿Volviendo a lo analógico y palpable?

Curiosamente ayer escogí una nueva plantilla para el blog e incluí esta imagen en la cabecera.

Libro_Objeto_de_curiosidad

Hoy leo que Amazon anda buscando, al parecer, locales en Estados Unidos para montar su propia red de librerías.

Primero ‘limpia el campo de minas’ y luego se dedica al monocultivo.

Aunque esa, como escribe Jorge Carrión, no es la noticia.

La noticia no es que Amazon vaya a abrir tiendas físicas, sino que mañana se inaugura Cal Llibreter y el domingo la sede Juanita de Nollegiu.

Puede que al final todo lo digital no fuera en este caso nada más que un señuelo hacia donde todos miramos embobados. Al fin y al cabo es algo que en otros terrenos sigue pasando. Mientras nos tienen entretenidos en las redes, los negocios los van haciendo con las materias primas, con los sustentos vitales.

Puede, también, que se acepte el pacto y la convivencia como un estado ‘natural’.

Por estos lares, en cualquier caso, Agapea ya hace mucho tiempo que hizo este viaje de vuelta.

En estas idas y vueltas me resulta mucho más sugerente la de Carlos Zahumenszky que, sin renegar del digital, vuelve al papel.

La inseminación artificial, por poner una analogía que los entusiastas más obtusos del futurismo puedan comprender, también es un proceso científico muy eficaz, pero sigo encontrando más satisfactorio el sexo tradicional.

Es también algo parecido a lo que puede suceder con la comida liofilizada que existe, pero…

Todo ese componente físico desaparece de forma trágica con el libro electrónico. En lugar de un rincón maravilloso de la casa donde descansar y disfrutar de tu colección, lo que obtienes es un rectángulo de plástico negro y cristal. Es como comparar la comida de un restaurante con el menú liofilizado de un astronauta. En ambos casos probablemente alimenta, pero…

En cualquier caso, será, como casi siempre, un problema de intereses:

No es seguro que los intereses de la industria del libro y los de la sociedad que trata de perseverar y defender la lectura sean necesariamente coincidentes. No me resulta difícil imaginar -como una simple hipótesis mental- a un editor satisfecho vendiendo libros que nadie leerá. (Roberto Casati; Elogio del papel; pag. 59)

El lado oscuro de la revolución digital

Hoy, gracias al cambio de hora, la mañana ha tenido una hora más.

Así que he podido disfrutar de un paseo sosegado y de una lectura todavía más pausada de los periódicos.

Creo que hacía muchos domingos que no dedicaba tanto tiempo a la prensa escrita en papel.

No me quiero extender, pero sí recomendar dos artículos sugerentes en mi opinión, aparecidos hoy en el suplemento Ideas de El País.

Creo que son de sumon interés para todas las personas que nos movemos en los entornos de la cultura.

Dejo aquí sólo alguna cita:

  • Silicon Valley está organizando un asalto contra la filosofía en la que se basa la socialdemocracia, la noción de que los Gobiernos y los ayuntamientos pueden fijar normas y leyes que regulen el mercado. Silicon Valley opina que no: el único límite a los excesos del mercado debe ser el propio mercado. Son los propios consumidores los que deben castigar —poniendo malas notas, por ejemplo— a los malos conductores o a los anfitriones poco fiables; los Gobiernos no deben entrometerse…. Cuando el poscapitalismo nace del debilitamiento de las protecciones sociales y las regulaciones de la industria, entonces definamos con propiedad: si Silicon Valley representa un cambio de modelo, es más bien al de precapitalismo. (Evgeny Morozov).
  • Cuando lo trivial nos invade, parece que perdemos el control de lo esencial. En Reclaiming Conversation [Recuperar la conversación], su controvertido nuevo libro, Sherry Turkle, catedrática del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), expone cómo una dependencia excesiva de las redes sociales y de los sistemas de mensajería electrónica puede empobrecer nuestras conversaciones e incluso nuestras relaciones. Sustituimos la intimidad real por la simulada…Las herramientas de la era digital engendran una cultura de distracción y dependencia, una subordinación irreflexiva que acaba por restringir los horizontes de la gente en lugar de ensancharlos.

    Poner en duda Silicon Valley no es oponerse a la tecnología. Es pedir más a nuestros tecnólogos, a nuestras herramientas, a nosotros mismos. Es situar la tecnología en el plano humano que le corresponde. Visto retrospectivamente, nos equivocamos al ceder tanto poder sobre nuestra cultura y nuestra vida cotidiana a un puñado de grandes empresas de la Costa Oeste de Estados Unidos. Ha llegado el momento de enmendar el error. (Nicholas Carr)

Sigamos poniendo en duda y no comulgando con ruedas de molino.

Los cuscusianos ponen alegría al inicio de la semana

Las llamadas que recibo al portero automático con el anuncio de un paquete o una carta son siempre un momento de sorpresa…… ¿Qué será?

Hoy me he llevado una gran alegría al ver el resultado de un proyecto del que tuve noticias allá por febrero-marzo gracias a esos hilos de confianza que, en esta ocasión, vinieron enlazados y liados en las manos de Julen Iturbe, pero que, como me enteré después, también podría haber llegado acompañado de Roberto y Miren.

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No es digital todo lo que reluce

Vivimos aparentemente encantados en los discursos de la digitalización y la internet universal, pero qué lejos estamos todavía de ello si pretendemos que sea un discurso mundial y no un dircurso impositivo occidental.

Consultando unas recientes estadísticas se consiguen algunas conclusiones interesantes:

– La penetración de internet sólo supera el 50% en Europa, Estados Unidos y Oceanía. En África y algunas zonas de asia no supera el 25%.

– Si pensamos ya en ciudadanos activos, usuarios de redes sociales y demás, sólo en Estados Unidos se supera el 50%.

– El tema del móvil es ya otro cantar. Ahora bien qué se esconde detrás de cada uno de sus aparatitos y el uso de los mismos es tan variable como la distancia que existe entre unos países y otros donde la penetración y uso parece guardar una cierta concordancia con el poderío económico alentando con ello lo que ya señalaba por ejemplo Fernando Ballestero en La brecha digital hace 12 años.

Aún con todo los voceros de lo digital, también los del mundo del libro nos intentar arrastrar a un discurso americano(del norte), tecnocrático (se habla más de máquinas que de contenidos) y aparentemente autocumplidor y finalista en el propio discurso que no en los datos.

Frente a ello me viene a la cabeza una frase escuchada la semana pasada en una comida. No en mi mesa, sino en la mesa de al lado. Omitiré los comensales. Oí de repente referido al mundo tecnológico-digital: Los americanos son expertos en montar petardazos.

Lo dejo ahí.

Cada vez se ve más claro, incluso en Estados Unidos, que el sector digital y el del libro en digital se ha movido en un entorno de expectativas exageradas o, si se prefiere, de burbuja intentando buscar un seguidismo que no responde a la realidad.

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¿Qué importa el sustantivo o el adjetivo? Sobre la cultura digital

Hoy, aunque se inaugura mañana, empieza en Zaragoza el Congreso que lleva por título Cultura digital, cultura en red.

Soy escéptico, cada vez más, a los grandes saraos donde en estos tiempos en los que mientras por un lado nos hablan de interconexión por otro parece que gusta que cuantos más juntos estemos y más gente junta mejor. Ya lo decía Sarita: ¡Tócame, tócame mucho!

Me preocupa mucho que en el planteamiento mande lo digital sobre la cultura. Así, en el texto de la presentación es a la cultura a la que se le pide que ‘transicione‘ hacia lo digital y no al revés. Es el adjetivo, por lo tanto, quien marca el ritmo y no la cultura que debe ser, en mi opinión, el elemento sustantivo.

Me llama también la atención que en la presentación no se hable de creadores en sentido amplio y sí, curiosamente, de emprendedores.

Cuando veo algunos palabros que aparecen en las ponencias como ‘nuevo mundo digital’, ‘era de las redes sociales’, ‘era de la reproducción digital’, pues ¡qué quieren que les diga! Que se sigue, en mi humilde opinión, intentando hacer juego trilero.

Así entiendo que no es lo mismo una ponencia que se titule Tendencias digitales: impacto en el mundo de la cultura. que otra que lleve por título Tendencias culturales: impacto en el mundo digital. Ya que siempre es importante saber cuáles son las tendencias que se analizan.

No digo que no vaya a haber reflexiones interesantes, aportaciones importantes a futuro.

Espero y deseo que a los participantes no les pase lo mismo que a los del chiste de Forges.

forgessmartphoneY, si les pasa; por favor, avisen para no ir detrás.

¡Feliz Congreso!

 

 

Ya es posible suscribirse a Texturas en su versión digital

Poco a poco se va haciendo camino.

A partir de ahora quienes lo deseen pueden suscribirse a la Revista en su versión digital.

El precio de la suscripción, tres números al año es de 15 euros.

Avanzando y probando poco a poco y pensando también en acercar el contenido a más lectores.

La suscricpión está disponible en el Quiosco Cultural de ARCE.

Lo fundamental no pasa por lo digital por mucho que algunos se empeñen

En una reciente entrada Martín afirmaba:

No creo que la reinvención de la industria editorial deba pasar solamente por lo digital —de hecho, insisto en la necesidad de desdigitalizar la agenda—. Independientemente de las decisiones que la industria editorial tome en medio de su proceso de reinvención y del rumbo que le dé a éste su apuesta debe pasar por seguir intentando producir y ofrecer contenidos de buena calidad, valiosos y relevantes, que es lo que mejor sabe hacer.

Viene esto a cuenta, como algunas de las últimas entradas, de la referencia a lo digital en el último estudio panoramático donde este apartado, curiosamente, tiene mucho peso, pero casi centrado en exclusiva en el ámbito editorial y desdeñando a los otros sectores del libro.

No voy a ser yo quien niegue la importancia de esta realidad que ya no es nueva tanto en lo que puede tener de valor como herramienta para la mejora de la gestión como para su uso en marketing, comercialización, venta y en lo que hace referencia también para la creación de nuevos contenidos en los que casi nadie parece estar excesivamente interesado porque se quiera o no la literatura digital es otra cosa.

Pero, en todo este mar de dudas sí me parece importante la coletilla de Martín referida a los editores: su apuesta debe pasar por seguir intentando producir y ofrecer contenidos de buena calidad, valiosos y relevantes, que es lo que mejor sabe hacer.

¿Por qué señalo esto? ¿por qué pongo aquí el acento?

Básicamente para no caer en la trampa de otra industria y que sea ella la que acabe marcando la agenda de las prioridades. Y eso que no debería ser así si es cierto que, según Antonio María de Ávila «El sector editorial es moderno y ha hecho un esfuerzo inversor por encima de la media nacional en I+D+i.»

No está así de más escuchar también voces jóvenes que, por ejemplo odian los ebooks. Ben Brooks: “Desearía que los e-books no existieran y nadie los comprara, los odio” y, al mismo tiempo, reirnos o ironizar sobre los que van perdiendo la capacidad y el sentido del tacto anunciando funerales más deseados que reales.

Cuando hasta el Ministro Wert se convierte en adalid del mundo digital para el desarrollo del sector editorial hay que empezar a dudar y pensar si con esos perfiles pueden llegar a existir políticas de intereses convergentes.

Con todo ello parece que lo que sigue preocupando a algunas de las cabezas del sector es el traido y llevado IVA cuando seguimos sin saber si lo que compramos o alquilamos en digital es realmente un libro. Cada vez tengo más claro algo que afirmaba o dejaba entrever Manuel Gil recientemente: Si los editores no me dejan comprar y solo me permiten alquilar un contenido pues parece lógico que se le aplique un Iva de ‘servicios’.

Seguir poniendo solamente el acento y el ruido en la mediación, cuánto I+D+I hemos visto sobre nuevos contenidos, no digo que sea errar el tiro, pero sí preguntarse en qué sector empresarial nos situamos.

Price anuncia ya la supremacía en Estados Unidos de lo digital de aquí a 4 años. Ante los inventores del futuro que convendrá ver si lo que decían para años anteriores se ha cumplido.

No vendría mal que volvamos a poner el acento en lo fundamental y en volver a preguntarnos.

¿De verdad hay que garantizar ‘la igualdad de los ciudadanos’ ante la literatura de Huch Laurie, el esoterismo y las recetas dietéticas? ¿O ante los libros de gran formato y las guías prácticas? Esos expertos que se acaloran con las subidas y bajadas del mercado editorial, con los peligros de la sobreproducción, la migración a las grandes superficies, a las tiendas Relay y otros depósitos de best-sellers, ¿hablan alguna vez de libros? ¿No habría que volver a centrar la oferta editorial que necesita ser protegida, en torno a una literatura menos milagrosa y de ciencias menos ocultas? En torno a un tipo de edición que apenas se beneficia de las estrategias del marketing…(Thierry Discepolo; La Traición de los editores; pag.77)

Digitalización, diversidad y emancipación

Estoy disfrutando mucho con el último número de Trama y Texturas, el 17.

Cada vez que recibo uno, ahora que ando algo más distanciado de su día a día recuerdo con cierta claridad la cena en la que empezó a tomar forma este proyecto lo que me produce una cierta nostalgia y alegría al mismo tiempo.

Por cierto poco a poco se va abriendo hueco la revista en distintas plataformas y con distintos precios.

– En papel a 15 euros

– En pdf variando entre 2,99 los de años anteriores y 5,99 los del año en curso

– Para iPad a 2,99 los de años anteriores

aplicándose con ello una política de precios que considero bastante razonable.

Pero vuelvo a un par de citas del último número que son una llamada de atención, un aviso a navegantes en ese siempre difícil equilibrio entre industria y cultura sobre el que Ramón Zallo en el número 78 de Ekonomiaz lanza un claro aviso:

Hay un doble riesgo. O bien que -en estos tiempos de adelgazamiento del Estado de nienestar- la política industrial y la política cultural no se proyecten sobre la cultura como tal, sino preferentemente sobre ese lado de los valores creativos añadidos que buscan diferenciar y «vender» la imagen de todo producto o servicio. O bien que las políticas culturales se sacrifiquen en aras a las políticas puramente industriales, en lugar de que interactúen puesto que la cultura necesita apoyos también desde las estrategias de I+D+i.

– Los intereses comerciales están explotando la tecnología digital para acotar una parte importante de nuestro acervo cultural común. (Robert Darnton)

– Ahora bien, frente a las maniobras comerciales, sobre todo de Google, Amazon y Apple, podríamos -e incluso diría que deberíamos- preocuparnos por saber si la edición digital resultará en este siglo tan emancipadora como lo fue la imprenta en su día. (Lorenzo Soccavo)

Lecturas del día 14 de junio

  1. Digitalización de libros en librerías
  2. Trama y Texturas en formato digital
  3. El libro de bolsillo tiene un gran agujero
  4. Más de 60 editoriales de toda España se darán cita en la I edición de la Feria del Libro Independiente en Cantabria 
  5. La evolución de las especies (editoriales)
  6. Se acabó el pastel, sálvese el que pueda
  7. Los recortes culturales, el tema de fondo de cualquier acto público
  8. La historia del arte en un graffiti

El noticiero bilbaíno. Una buena excusa para una discreta, pero gran noticia

A veces las cosas no son exactamente lo que parecen.

En un país al sur de Islandia, como dice Julen, donde da la sensación de que lo único presente es el enfrentamiento partidario se producen pequeñas chispas de colaboración y trabajo compartido.

Hoy quiero traer aquí un pequeño ejemplo que tiene como consecuencia gracias a la suma de esfuerzos, de Diputación de Bizkaia y de Gobierno Vasco en este caso, una mejor oferta para los ciudadanos.

Algunos de los que os paseáis por aquí ya conocéis la existencia de Liburuklik, la Biblioteca digital vasca.

El asunto que nos ocupa es sencillo, pero creo que tiene su valor. La Diputación de Bizkaia tenía ya digitalizado el noticiero bilbaíno y el Gobierno Vasco tiene una plataforma que permite el acceso de quien quiera a los contenidos presentes en la misma.

Cuando se deja trabajar a los técnicos, mucho deberíamos aprender de esto, de manera tranquila, aportando racionalidad, los acuerdos y las sinergias se producen.

De ese hecho todos nos debemos felicitar, pero fundamentalmente debemos hacerlo a aquellas personas que han ido labrando con mimo el terreno para que esta visualización sea posible.

Siempre he apostado, aunque no siempre sea posible, por el trabajo discreto y tranquilo que vaya generando poso. Conozco parte de la historia en este caso y me alegro por el resultado.

Que la digitalización y visibilidad de un periódico histórico haya permitido un hecho que como noticia pasará casi desapercibido creo que, en el fondo, es una buena señal.

Cuando la exageración lleva a la no credibilidad

o cuando se convierte la parte en todo.

Me encuentro con este titular en El Periódico de Aragón:

La piratería del libro amenaza 80.000 empleos

No sé quién habrá conseguido colar ese titular que tiene eco en todos los periódicos de El Periódico, pero alguien les ha metido gato por liebre o miedo por no adaptación.

Es cierto que las cifras de empleo en el sector tanto en el editorial, el de la distribución y el de la librería vienen bajando de manera suave pero constante en los últimos tres años.

Ahora bien situar todas las causas del peligro en un único factor es ingenuo o perverso. Siempre el sector ha tenido además, y parece que la sigue teniendo en ocasiones, la insana costumbre de echar balones fuera.

Me ha parecido sugerente la referencia que recoge LecturaLab con algunas reflexiones del editor de Chamber Four en relación a los errores que comenten los editores. Señala los siguientes:

  • Los editores están ahogando a las librerías independientes. Ellos controlan el precio de los libros que editan pero permiten a Amazon venderlos con descuentos de hasta el 50 por ciento del precio de tapa. Los libreros independientes compran sus libros al por mayor por encima de esos precios.
  • En vez de pelear contra Amazon, los editores se vuelven contra las bibliotecas, y todavía no han entendido qué es lo que hacen las bibliotecas.
  • Un editor actualmente está ayudando a Amazon a colocar sus libros en las librerías de cemento y ladrillo. Una vez más, ellos no se preocupan por las librerías independientes.
  • Todos han apoyado la SOPA (Stop Online Piracy Act) [Acta de cese a la piratería en línea] aun cuando está probado que la piratería no afecta sus ganancias.
  • La edición en tapa dura como primer modelo de negocio es arcaico.
  • Ellos mienten sobre los costes y los beneficios de los eBooks.

Hablaba también ayer con un librero y de manera indirecta me reconocía la escasa capacidad o lentitud de los mismos para actuar ‘glocalmente’.

No hay que mirar sólo al lobo que puede tirar la casa de los tres cerditos (editor, distribuidor, librero). Hay que seguir mirando cómo se mejora la casa y además, si se puede, nos enrollamos con el lobo que quizás al final sea un cordero.

Y añado dos atinadas reflexiones de Rodríguez&Gil en El paradigma digital y sostenible del libro:

– La industria del libro en nuestro país adolece de opacidad e incomunicación, de ocultamiento y secretismo, síntomas todos, en general, de las industrias y sectores en retroceso y decadencia. (pag. 25)

– El verdadero problema de la industria editorial y del sector del libro en su conjunto no es la tan mencionada ‘transición digital’, materializada hasta ahora en la competición por la cacharrería, sino el de comenzar a pensar en digital, y en disponer de una hoja de ruta para implantar producto en el mercado. La idea de ‘estructurar el consumo para organizar el mercado’ debería ser la clave del proceso. (pag. 34)

Sirva todo esto también como pequeño homenaje a personas y empresas que son capaces de adaptarse, pelear y arriesgar como Concha y Fredi con quienes estuve no hace mucho por Oviedo y cuya empresa ha enfilado ya la última década para llegar a los 100 años.

Digitalizando la cadena de valor

La noticia del acuerdo entre Trevenque y Publidisa que indirectamente facilitará la presencia y comercialización del libro electrónico en las librerías que han apostado ya hace tiempo por tener presencia en la red creo que es una muy buena noticia para el sector.

Quizás resulte de sumo interés el constatar que son dos nuevos elementos de la cadena de valor, un proveedor integral de contenidos y un proveedor de sistemas de gestión, los que posibilitan más allá de editores y libreros un acuerdo entre ambos convirtiéndose de facto en ‘nuevos distribuidores’ de la cadena de valor.

Libro de texto ¿electrónico o en fascículos?

Mientras por un lado se nos anunciaba hace poco más de un mes pasos ya consistentes hacia la digitalización del sistema educativo y, por ejemplo en el País Vasco empieza a haber partidas presupuestarias específicas para compra de aparatos pero no para cambios de actitudes tan o más necesarios. Por otro empiezan a ponerse en marcha el ‘libro de texto en fascículos‘ que a modo de casi coleccionable quizás encuentre un nuevo nicho.

Juan Freire lanzaba ya hace tiempo la pregunta sobre quién necesita libros de texto.

Hay una pregunta más seria por detrás ¿iremos a plataformas digitales con estructura casi casi de oligopolio? y ¿cómo permitirán las mismas la adecuada adaptación a procesos individualizados de eneñanza aprendizaje?.

Si pensamos sólo en los contenidos seguimos dejando fuera dos patas claves del proceso educativo las aptitudinales y las actitudinales.

Hay algo más: si la escuela sigue funcionando a destiempo  ¿no aumentaremos todavía más la brecha con proyectos y propuestas poco asentadas y alejadas, tristemente, de la rancia realidad escolar en muchos de los casos?

En este panorama quien ofrezca lo más cómodo para el enseñante tiene muchas posibilidades de llevarse el gato al agua. Aunque siempre salvaremos algunas honrosas excepciones.

Todavía hay mucho que pensar y reflexionar sobre el libro de texto digital.

Quizás lo primero a cambiar sea el propio nombre.