La selva de la distribución

muchoslibrosMuy interesante las reflexiones de El llibreter provocadas, en parte, por un artículo de Paco Goyanes en texturas. En el marco del Encuentro recientemente celebrado en Santander se hablaba de la necesidad de cambio en el sector de la distribución.

Ya hace tiempo que aquí hablamos de la importancia de este sector y de la necesidad de saber con claridad cuál es el valor que aporta la distribución a la cadena del libro.

O el sector mejora su eficiencia interna o sino la administración, con buen criterio, empezará a cerrar algunos grifos de financiación.

La edición independiente en Babelia

Interesante que un medio de comunicación de un grupo editorial y de comunicación se ocupe en un suplemento de la edición independiente.

Seguro que todos los que están son, pero, también es seguro que faltan muchos.

Nos llama mucho la atención el papel que se le concede a un distribuidor en uno de los artículos , quizás se debería tener en cuenta la reflexión de Schifrin: En la década de 1920, Henri Bergson observaba que los que controlan la distribución controlan el mundo. Esto cada día es más válido en lo que se refiere a los productos culturales. Los editores –como se vio en el
caso de Le Senil- hace tiempo que han visto que es más rentable distribuir los libros de otros que publicar ellos mismos. Pero también en este terreno la última palabra la tienen quienes controlan las grandes superficies. (André Schiffrin; El control de la palabra ; pag. 64) y alguna otra más que ya hemos hecho en ocasiones anteriores.

Parte de la historia y del doble juego de algunos autores-editores o editores-autores.

Muchos se han quedado por el camino

¿Qué valor aporta el distribuidor?

El  número de devoluciones crece. La logística directa e inversa (devoluciones) aumenta. Se siguen enviando libros, en muchas ocasiones, sin ton ni son y surge siempre la pregunta: ¿qué valor aporta la distribución? Es cierto que, por detrás hay otra pregunta en muchas ocasiones, ¿qué margen de maniobra dejan al distribuidor los editores?

Algunas reflexiones son aportadas por el artículo que recoge Roger. Es curioso que cuando más se pueden ajustar las tiradas menos se acierta a dónde y en qué cantidades tienen que llegar.

Ya hemos señalado, en alguna otra ocasión, el poder que tiene la distribución y quién gana en esta situación:»El problema no es el exceso del número de títulos, sino que libros, tan diversos, sean tratados de la misma manera, al mismo ritmo, por estructuras de distribución cada vez más sofisticadas e industriales, dando más posibilidades a los best-sellers programados con anterioridad y vendidos en pilas a la entrada de los grnades almacenes que a la
creación literaria, discreta y sabiamente calsificada en las estanterías de las librerías…El problema es que cada libro tiene un ritmo de vida diferente y que se tiene la tendencia de tratarlos a todos de la misma manera».
(Laurence Santantonios; Tant qu’il y aura des livres; Bartillat, pag. 16, 81)

A la sombra del observatorio de la librería

He leído en el número 186 de Delibros una información sobre el Observatorio de la librería que me ha dado luz para algunas reflexiones:

1. Toda librería, como mínimo, debería tener en cuenta los siguientes indicadores:

a. Ventas por metro cuadrado

b. Ventas por trabajador

c. Rotación y estocaje mínimo.

2. Los editores deberían reconocer que:

a. En muchos de los libros que editan no tienen una estrategia clara de edición. . “Muchos títulos se dirigen a un mercado que no es capaz de digerirlos; son libros que salen sin una estrategia adecuada de comunicación o sin un cliente final claro. Son ejemplares de vida efímera con muchas dificultades para llegar a su lector, porque ni siquiera está claro que éste exista, y que se acaban convirtiendo en libros de ida y vuelta; son libros que muchas veces no se venden porque quedan en terreno de nadie. Mientras, se trata de saturar la demanda llenando las mesas de novedades con lo que se produce el efecto pila: se acumula un masivo de libros que se acaba devolviendo…Si el mercado fuese capaz de mostrar el libro, éste acabaría llegando a su lector” (Francisco Martínez)

b. Existe una clara falta de criterios de calidad. El editor debería realizar un filtro de calidad que no hace.

c. Deben reconocer que es imposible llegar a todos los puntos y que, como consecuencia, es necesaria disponer de una buena estructura informacional para que sí sepan todos, en cambio qué se edita y la existencia o no de ejemplares. Los libros no pueden estar en todos los sitios, pero la información sí.

3. Si todo el sector quiere seguir manteniendo el marchamo cultural debería pasar por reconocer algunos elementos básicos que permitan, precisamente el dedicarse con seriedad a esa labor cultural:

a. La tecnología se debe convertir en la infraestructura del sector y ello, en cada uno de los casos, debe suponer, fundamentalmente lo siguiente:
i. El editor debe utilizarla para tener a disposición de la cadena la información de su catálogo y de las futuras publicaciones perfectamente actualizada en relación a precio y estado de los libros.

ii. Los distribuidores deben disponer de una información de la posible existencia o no de ejemplares y los tiempos posibles en los que pueden ser servidos al punto de venta.

iii. El punto de venta debe disponer de una buena gestión de consulta y pedidos que sustentándose en los dos elementos anteriores le permita atender de la manera más precisa a las necesidades y demandas de cada uno de los clientes. Ello debe permitirle el centrar su trabajo en el servicio y la cercanía que, según la estrategia de negocio, puede ser:

1. Física. Geográficamente cercana al cliente.

2. ‘Emotiva’. Vivencialmente cercana, bien por estilo, temática, intereses.

3. Comunicacional. Hacer llegar la información que interese donde el cliente esté.

b. Se debe por lo tanto plantear una inversión racional en la tecnología necesaria, siendo conscientes que “Las inversiones del sector del Libro en España no destacan por una dedicación a la alta tecnología” . Para ello se pueden manejar algunos criterios:

i. Un cumplimiento, en el caso de las librerías, de los ratios señalados más arriba.(Quien esté interesado en las cifras de los mismos los puede solicitar a jmbarandiaran@euskalnet.net)

ii. Una aceptación de compartir la inversión. Se debe reconocer la escasa rotación del producto y la dificultad de recuperar inversiones. Se propone una ayuda de hasta un 50%.

iii. Unas cantidades que podrían rondar como inversión global los 7.000 euros para una librería pequeña.