Y un hueso de cereza se cruzó en nuestro camino…

– La vida no es más rica por aglutinar un mayor número de experiencias, sino por el modo en que las vivimos. (Fernando Trías; El tiempo como bien escaso; El País Semanal)

Me hizo ilusión y me causó una agradable sorpresa un correo que ya hace poco más de una semana me mandó mi amiga Sandra con quien comparto un proyecto-ilusión, con más gente también, que todos esperamos que acabe llegando a buen puerto. En todo caso, en el mientrastanto del avance del mismo nos divertimos, conversamos, pensamos, comemos y disfrutamos de buena tertulia.

Me escribía casi extrañada de que llevara unos cuantos días sin escribir en el blog. Y se preocupaba por si ese hecho era debido a algún motivo de salud.

La tranquilicé y le contesté informándole que la razón en aquel momento era una semana atareada entra Madrid, Valencia y Barcelona con poco tiempo para encontrar el hueco que permitiera escribir con un poquito de calma.

El proyecto Libelista me mantuvo ocupado.

Por cierto, quiero aprovechar la ocasión para agradecer las conversaciones mantenidas con librerías tanto en Madrid, Valencia como en Barcelona.

Ahora sí Sandra. Ahora es posible que escriba menos durante quizás un par de meses, porque un hueso de cereza se cruzó en nuestro camino. En el suyo y en el nuestro. Iremos viendo…

Así que ahora jugaremos a las dos oficinas

mientras vuelvo y paso mucho más tiempo en la casa donde viví hasta los 18 y donde lo vivido se vuelve a hacer presente.

Ver, oír…

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El espacio que aquí veis aparentemente vacío, sin personas, se me ha mostrado hoy lleno de imágenes, recuerdos, palabras, miradas.

No sabemos muchas veces qué es lo que se mueve y remueve dentro de nosotros para que algo, un texto, un espacio, una mirada, una palabra, una imagen, en un momento concreto, generen en nosotros vibraciones y sensaciones distintas a las que en otros tiempos distintos nos pueden provocar.

Hoy visitando a mi madre en casa, este espacio, justo al pasar se ha llenado de golpe de recuerdos y tiempos vividos.

La palabra, la miradas, la conversación llenan todos los recuerdos que me siguen uniendo a ese espacio vital que sigue estando y siendo presente.

Quizás es donde aprendí, vi y viví el arte de la conversación.

«Solo cuando vemos la cara del otro y oímos su voz, nos comportamos de forma más humana entre nosotros» (Sherry Turkle; En defensa de la conversación; Ático de los libros, pag. 38)

En defensa de la conversación

en_defensa_de_la_conversacionInicio la lectura del libro de Sherry Turkle, En defensa de la conversación. El poder de la conversación en la era digital, editado por Ático de los libros.

Buena pinta y con unas cuantas notas tomas tras las primeras cincuenta páginas.

Los libros, las lecturas, si lo preferís, se presentan a veces, se nos acercan ,en momentos propicios para que vayan calando o para enriquecernos.

Este libro ha aterrizado en mi vida este sábado entre dos experiencias sencillas, pero enriquecedoras en lo personal…

Solo cuando vemos la cara del otro y oímos su voz, nos comportamos de forma más humana entre nosotros. (38) escribe Sherry Turkle.

El viernes disfruté de un encuentro y conversación con Maite de La Taller, gracias a la mediación ‘celestinil’ de Aintzane, que estaba convencida de que me iba a encantar conocerla y conocer la experiencia y acertó. En la conversación a tres estuvo también muy presente la propia autoconversación que la artista y todas las personas mantenemos con nosotras mismas y las posibilidades abiertas de buscar algunas líneas de colaboración que nos permitan seguir encontrándonos. Curioso la frecuencia con la que aparecen terceras personas apreciadas por los presentes.

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Quedé maravillado del trabajo, del proyecto, de las ideas y… de la sencillez. ¡Gracias Maite y Aintzane!

Y un domingo de encuentro familiar y de celebración con conversación alrededor de la mesa. Mesa y conversación o conversación y mesa, como prefiráis,  son piezas importantes en mi entorno familiar. Es un buen momento para mirarnos a los ojos y pasar, también, la prueba del algodón gastronómica.

Quizás porque nos guste practicar lo que escribe Sherry Turkle:

La conversación cara a cara es el acto más humano, y más humanizador, que podemos realizar. cuando estamos plenamente presentes ante otro, aprendemos a escuchar. es así como desarrollamos la capacidad de sentir empatía. Este es el modo de experimentar el gozo de ser escuchados, de ser comprendidos. (15)

Así que como el tiempo es finito intentaré seguir encontrando momentos de conversación y no de mera conexión. (pag. 44)

 

Caracoles en salsa vizcaína

En la familia existe una querencia a disfrutar de la mesa y convertirla en punto de encuentro y celebración en momentos importantes de la vida.

Importante, en cualquier caso, es a veces, simplemente el deseo de juntarnos para conversar de forma sosegada.

Pero dentro de esa querencia existen también algunas tradiciones que van por ahora pasando de generación en generación.

Una de ellas es la preparación de los caracoles a la vizcaína plato típico de nochevieja en el que se junta una parte de la familia, pero no toda.

En la preparación hasta la fecha sólo intervienen las mujeres. Y así, dos, tres días antes, las nueve mujeres de la familia se juntan para prepararlos convirtiendo la tarde, también, en una preparación-merienda que en sí misma guarda también sus ritmos y peculiaridades en lo referente a las tortillas de patatas.

Algunos de los que no podemos asistir sí pasamos por casa unas horas antes la misma noche de nochevieja para recoger nuestras correspondientes raciones que pasan a buen recaudo, léase congelador en este caso, para encontrar su momento propicio de degustación celebrativa.

Este año, les hemos dejado poco margen. Otros, suelen aguantar hasta febrero; pero en esta ocasión, el 15 de enero nos ha parecido la fecha adecuada para compartirlos

en una comida, donde los tres miembros que invitábamos nos hemos afanado en poner parte de nuestro ‘saber y hacer culinario’ en la mesa. Somos cocinillas en distintos grados que parecen ir mejorando con las nuevas generaciones.

La madre

El padre

Y el hijo

No somos de complicarnos. Somos más del modo ‘disfrutón sencillo’ y de tener tiempo para la conversación. Quizás la comida compartida esté muy cerca de la lectura y de la cultura en ese espíritu ‘zaidiano‘ de seguir buscando excusas constantemente para conversar y hacer tertulia.

Claro que en esto, también hay una diferencia entre la comida/lectura/tertulia sosegada que es el primor por lo bien hecho que necesita su tiempo y la comida/lectura/tertulia rápida-basura.

Así que a las personas que a veces me señalan con el dedo de manera cariñosa, y a ratos noto que envidiosa, diciendo que me paso el día comiendo, les diré que se equivocan. Que están mirando el dedo y no la luna. Lo que intento y me gusta es buscar momentos para la conversación, la tertulia y el estar con otras personas y la mesa donde se nos presenta la comida y/o los libros sigue siendo una excusa maravillosa.

¡Feliz domingo¡

Flores… mientras la vida sigue…su aventura

La comida de Reyes marca el punto y seguido a la vida de la familia.

Es el momento, hay alguno más durante el año, donde el ‘núcleo duro’, ya todos mayores de edad, algunas con mucha mayoría, nos juntamos y disfrutamos de la compañía de unos y otros.

Sabemos lo vivido y oteamos parte de lo que nos espera.

La piña unida y diversa siempre está ahí presente.

La mesa como siempre una excusa para la conversación y vernos de nuevo juntos.

Hoy, un símbolo distinto: cinco ramos de flores. Un símbolo cuyo significado queda para nosotros, pero que es una pequeña marca de vida, de solidaridad, de distinción y de distintos y de mucho, mucho cariño que ojalá siga estando presente en las duras y en las maduras.

Creo que hoy es un buen día para acercar aquí a Anjel Lertxundi.

La forma más plena de vivir la enfermedad de alguien requiere que tanto el enfermo como sus allegados desarrollen una especie de ars vivendi cotidiano (lo que Cesare Pavesse llamaba Il mestiere di vivere –el oficio de vivir-), en lugar de quedarse escuchando al negro cuervo que grazna en la ventana del desánimo…No hay otra opción que buscar y desarrollar la alegría de un ars vivendi, pero basado no en lo material, no en los bienes ni en el dinero, sino en la música de la vida. (Anjel Lertxundi; Tú; Erein; pag. 52)

En Francia, la lectura es un placer que se transmite de padres a hijos. En España, también.

Se ha presentado recientemente en Francia un estudio sobre  los jóvenes y la lectura. (Acceder).

Algunas notas breves que aunque no sean nuevas quizás reafirmen tendencias y haga que no nos rasguemos tanto las vestiduras por estos lares tan dados al flagelo y a considerarnos en ocasiones ‘raras avis’.

Seguir leyendo «En Francia, la lectura es un placer que se transmite de padres a hijos. En España, también.»

Tiempo, silencio, lentitud, pequeño… George Steiner con previo y epílogo de Bauman

Teorizar que Internet es una forma nueva y mejorada de la política, que navegar por la red es una nueva y más efectiva forma de compromiso político, y que la vertiginosa velocidad de conexión a Internet significa un avance de la democracia, se parece sospechosamente a una excusa más de las tantas que esgrimen las clases ilustradas a la hora de justificar sus prácticas de vida, cada vez más despolitizadas, y a su aspiración de obtener una baja con honores de la ‘política de lo real’. Contra ese fondo de alabanza coral, el rotundo veredicto de Jodi Dean resuena con potencia: esas tecnologías de comunicación actuales son ‘fuertemente despolitizantes’, esa ‘comunicación funciona fetichísticamente hoy: como descargo de una pérdida de poder o castración política mucho más profunda….El intenso flujo de la información no confluye en el río de la democracia, sino que abreva insaciablemente en él, interceptando sus contenidos y desviando sus cauces hacia gigantescos y majestuosos lagos artificiales estancados. (Zygmunt Bauman; Vida de consumo; FCE; pag. 147) (CDT)

Sugerente entrevista a George Steiner en El País realizada por Borja Hermoso. Merece la pena leerla entera.

  • Aristóteles nos dice: “Si no quieres estar en política, en el ágora pública, y prefieres quedarte en tu vida privada, luego no te quejes si los bandidos te gobiernan”.
  •  … Y escuche una cosa: muy lentamente, los medios electrónicos están empezando a retroceder. El libro tradicional vuelve, la gente lo prefiere al kindle… prefiere coger un buen libro de poesía en papel, tocarlo, olerlo, leerlo. Pero hay algo que me preocupa: los jóvenes ya no tienen tiempo… de tener tiempo. Nunca la aceleración casi mecánica de las rutinas vitales ha sido tan fuerte como hoy. Y hay que tener tiempo para buscar tiempo. Y otra cosa: no hay que tener miedo al silencio. El miedo de los niños al silencio me da miedo. Solo el silencio nos enseña a encontrar en nosotros lo esencial.

Sugerente también como todos los sábados la reflexión de Antonio Rodríguez de las Heras, Desconexión, en bezdiario. Plantea como hipótesis real ya la creación desde el no-encuentro y la penalización de la desconexión. Disfruto siempre con la búsqueda de matices o contrapuntos amables que permitan seguir la conversación que la conexión aunque no sea presencial es posible en este caso.

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Creo que sigue siendo necesario, diría que imprescindible, por lo menos en mis coordenadas vitales, la lentitud, el encuentro y el tiempo para disfrutar y poder compartir algunos momentos vitales.

La mesa del encuentro y lo que en ella se comparte requiere sus tiempos previos y su momento amplio de compartir. El guiso, callos y lengua en salsa, es el regalo del tiempo y con ello, la puesta en valor, no por el precio, sino por la dedicación y el cariño puesto en ello.

Hoy ha sido uno de esos días. Había algunos temas para conversar y merecía la pena el sosiego, el cuidado y, por supuesto, la celebración de la vida de nuestras mayores que tanto nos han enseñado.

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Quizás con los libros también ocurra algo parecido. Me ha encantado encontrarme  navegando, dentro de este mundo dual, con Llibres artesans. Como ellos dicen, haciendo los libros del futuro desde 2002.

El punto de vista sobre el cómo hacer y qué es lo que ponemos en valor con ello me resulta mucho más sugerente que la de los soportes sobre todo si no hay ni un cómo, ni un qué, ni un porqué.

Los más desposeídos, los más carenciados, son quizás quienes han perdido la lucha simbólica por ser reconocidos, por ser aceptados como parte de una entidad social reconocible, en una palabra, como parte de la humanidad. (Pierre Bourdieu en Zygmunt Bauman; Vida de consumo; FCE; pag. 11)

 

Celebrar las ganas de vivir y el futuro con sentido del humor

Domingo de reunión familiar y momento de celebrar la vida, las futuras generaciones y de reconocer a las mujeres de la familia, cuatro en esta ocasión.

Color y costumbrismo bilbaino para este domingo en el que nos juntaremos para compartir mesa y mantel. Dentro de la bolsa de Arrese cuatro clásicos: Rusos, palmeras de chocolate, macarrones y pasta de piñones.

… éramos los únicos con sentido del humor. No consiste en contar cosas graciosas aino en una mezcla de sabiduría y carácter, de entender y vivir la vida con resignación y entereza, de no tomarse en serio a sí mismo, ni mucho menos a los demás, de ver el lado absurdo de las cosas sin sobresaltarse, de cultivar el desapego, de ser sencillo y natural además de comprensivo y paciente con los defectos de los demás, como éramos nosotros en definitiva, personales geniales y sencilla. (Manuel Arroyo-Stephens; Pisando ceniza; Turner; pag. 338

En familia…

Dos días que nos hemos movido cerca de Bilbao, en excursiones de día.

Recordando el paso, hace ya casi tres años, por Puente la Reina y Estella-Lizarra cuando hice el Camino de Santiago. Y, también descubriendo y disfrutando de espacios y sensaciones que me pasaron en aquella ocasión desapercibidos.

Los espacios mutan y cambian según la mirada que posemos sobre ellos.

Algunas nuevas imágenes para el recuerdo de los ritmos tranquilos y contemplativos.

De los pequeños detalles

De lo ya vivido, pero ahora con nuevas sensaciones…

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Ritmo… tranquilo.

El cuidado son los otros…

Dura tarea la de morir, cuando se ama tanto la vida. (Simone de Beauvoir; Una muerte muy dulce; Edhasa; pag. 113)

Antonio Rodríguez de las Heras, escribe casi al final de su artículo de hoy, Papel mojado, lo siguiente:

Así que la mejor forma de preservar la palabra de esta persecución fue hacerla tan intangible e invisible como la memoria, es decir, que reposara no sobre el papel, por protegido que estuviera con unas cubiertas, y en un lugar oculto, sino en la red de neuronas de los cerebros de los hombres libro.

 

Al final, menos el otro, el tú que nos hace yo y sin el cual el yo no existe que diría Buber, todo lo demás son mediaciones que seguirán mutando.

En lo fundamental de la vida, que es la falta o el dolor sobre la misma o el dolor que nos producen sus condiciones bloqueadoras de una vida plena, es el tú, los tús o unos otros que no todos, los que nos cuidan y a quienes cuidamos, con quienes intentamos preservarnos.

Escribo esto conmovido por muertes cercanas, por dolores vitales de amigos que hacen que el centro se vuelva a resituar.

Ella nunca pregonaría. “¡qué feliz soy!”. Es mucho más enigmática y mucho más clara que eso: sabe hacer felices a los otros. ¿Quién puede lo segundo sin lo primero? (Ángeles Mastretta; El cielo de los leones; pag. 227)

http://www.bez.es/908946449/Papel-mojado.html

Nada es solamente lo que parece…

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Los recientes encuentros familiares, la conversación, los recuerdos, sacaron a la luz un trozo de la historia familiar.

Muchas de las personas que veáis la foto pensaréis que son sencillamente unas tijeras.

Para vosotros así será; pero para mí no.

Esas tijeras tienen su historia. Cuando las volví a ver enseguida fui consciente que no eran unas tijeras, sino las tijeras.

Si os fijáis en sus puntas redondas veréis que no son unas tijeras para cualquier uso. En mi familia se usaron para el comercio textil. Pasaron por las manos de mi padre y de mi hermana. Siempre, en el caso de mi padre, iban acomodadas en el bolsillo superior de su chaqueta.

Con el paso generacional trasmitieron también gran parte del conocimiento del cortar y palpar las telas que permitían a las manos expertas la cata a ciegas de las mismas.

Con ellas no se jugaba. Eran una elegantes tijeras profesionales que a cada corte, a cada inicio de señal para rasgar iban acumulando sabiduría y conocimiento y guiaban a las manos que las manejaban.

Llevaban con ellas otro tipo de conocimiento acumulado que se suma al que hoy hace referencia Antonio Rodríguez de las Heras en bezdiario.

Hoy, ya hace años, descansan.

Pero basta que aparezcan un momento para traernos de nuevo historias y vivencias que al fin y al cabo son como ‘la caja negra’ de nuestras vidas.

Nada es por lo tanto sólo lo que parece ser. Todo tiene sus contextos y su historia que nunca debemos dejar de lado.

En Pacífico con la madre. Para el recuerdo

Todavía disfrutamos de ella.

Todavía tiene el ánimo alto y ganas de disfrutar de la vida y celebrarla.

Las imágenes de la comida de este sábado… para el recuerdo.

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Y del Pacifico lo que ya he escrito en Tripadvisor:

Ayer celebramos comida familiar en Pacífico que lleva poco más de cuatro meses de andadura en Bilbao.

Tres generaciones a la mesa y todos salimos satisfechos de esta propuesta novedosa en Bilbao.

Así que anduvimos probando en el cruce peruano mexicano que proponen con algunos otros guiños.

Tres generaciones que salimos satisfechas de todo los platos pedidos menos de uno que, gran detalle, nos ofrecieron cambio.

Agradable espacio, excelente atención y gente joven bien preparada en la sala y en las cocinas.

Un pequeño kit-kat de felicidad

Escribía hoy en Facebook:

Empezar el fin de semana con las mejores noticias que podíamos esperar.

Hemos andado y andamos compartiendo el combate de la vida de otros, pero que son vida nuestra también. Sin Tús no hay yo y viceversa. Sin su vida, la nuestra existiría también, pero de otra manera. Sería otra.

Y vamos ganando asaltos.

Hoy un paso más.

Gracias a los que acompañáis el proceso, os ocupáis y apoyáis, os alegráis y entristecéis en cada paso según toque.

Hoy, los próximos, nos hemos permitido con él el regalo de celebrarlo.

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…tengo que decirte que incluso soy feliz. La felicidad no se encuentra en lo que pasa sino en lo que pasa en nosotros debido a ese pasar. La felicidad tiene que ver con lo que nos falta o no nos falta en la vida que nos ha tocado. Tengo que decirte que no me falta nada, casi nada. En realidad no recuerdo habérmelo preguntado. En realidad sólo lo pregunta el que empieza a ser infeliz… (Vergílio Ferreira; En nombre de la tierra, pag. 77)

Y esto de las amigas de Re-Read… vale también para la vida. Sin ella, probablemente, no valdría para los libros.

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Conversaciones de hospital

Mañana volveré a valorar la suerte de estar vivo todavía. (Pierre Sansot; del buen uso de la lentitud; Tusquets, pag. 193)

El ascensor que sube a las plantas suele ser un espacio silencioso donde sólo se oye la voz que en euskera y castellano va cantando la llegada a cada uno de los pisos.

Las miradas bajas como temiendo encontrarse una expresión que no se desea en esos momentos.

Poco a poco cada uno va dirigiéndose a su habitación y allí ya empiezan las vidas encerradas o a lo más compartidas con la cama vecina y el círculo que la acompañan.

Hasta ayer, casi, hemos vivido momentos de silencio y de contemplación. Esperando, observando (qué será eso) la evolución. Ayer el estado y los ánimos cambiaron a mejor y, casi, como para recuperar el tiempo callado la conversación fluye y se amplía y se cruza.

De hoy a la mañana, donde ya todo pinta, toquemos madera, como ganadores del primer asalto me quedo con algunas reflexiones de los dos enfermos que no conviene olvidar.

  • El valor y la calidad de la sanidad pública.
  • Las ganas de vivir.
  • El disfrute por lo cotidiano.
  • Lo terapeútico que es un paseo por un Hospital.
  • El valor de la compañía y la complicidad. ‘Contra la enfermedad vivimos más unidos’.
  • La sonrisa y la risa siguen siendo una gran terapia.

Y que… la mayoría de los días sigue amaneciendo para casi todos.

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Cómo informar-comunicar en situaciones complejas

Toda mi vida he tenido una familiaridad con la enfermedad. La enfermedad me ha permitido evitar la desmesura. Yo hubiese sido mucho más frívolo sin ella. El sufrimiento puro no sirve para nada, pero es un recordatorio de la finitud de las cosas. La vida puede ser a veces muy gozosa y a veces muy dolorosa. Son el haz y el envés de la misma realidad. (Salvador Pániker en César Coca; Entrevista con la cultura; pag. 116)

Me he preguntado a menudo en qué disyuntivas, con qué dudas y también con qué punto de confianza y seguridad se mueven los, entre otros, profesionales sanitarios cuando tiene que adelantar un diagnóstico que supone un deterioro claro de la calidad de vida de un paciente o, también, de un riesgo para la vida del mismo.

Cuando se vuelve a producir una situación de este tipo, hoy mismo por no ir más lejos, la pregunta me vuelve a venir a la cabeza.

Cuando hablaba hace un rato con la persona que ha recibido la noticia, pensaba que quien se la había trasmitido había demostrado por lo menos cuatro características importantes para que la persona que escuchaba la información reaccionara con cierto sosiego después del shock inicial: tranquilidad hacia el paciente, claridad en la información transmitida, diligencia en las decisiones y disponibilidad.

Y ahora, y aunque pueda sonar extraño…¡manos a la obra!

Las cosas son como se presentan. (Henning Mankell; La leona blanca; Tusquets, pag. 344)

Familia, mesa y mantel

Todo ser humano necesita, de manera vital, disponer de lugares en los que pueda extraer de mediaciones ficticias y simbólicas, “hogares prestados”. (Michèle Petit; Leer&liar; pag. 38)

Son pocas las ocasiones en las que a lo largo del año nos juntamos la familia cercana.

familia, mesa y mantel

Tres generaciones y siempre alrededor de 14-15 personas dependiendo de los ‘pegados’ que acompañen a la generación más joven.

Hoy ha sido una de ellas.

Seguir leyendo «Familia, mesa y mantel»

Silencio… ¿feliz?

Hay un tipo de silencio que es casi tan fuerte como un grito. (Raymond Chandler; El largo adiós; El País, pag. 413)

Terminamos de comer. Como tantos sábados, se dirige después a la sala. Coge la manta. Se tapa. Enciende la televisión y, mientras terminamos de recoger, se esconde en un aparente sueño tranquilo y en el silencio. El mismo silencio que ha acompañado la comida roto sólo por alguna frase o pregunta de cortesía.

La mirada baja, centrada en el plato y después, ya en la sala, mirando, justo, el borde de la manta, que le tapa hasta la barbilla.

Mejor así. Mejor, quizás, ese aparente silencio tranquilo que esconde detrás de él la caja de los truenos.

Que no se abra porque entonces será grito y llanto. Dolor, pena, impotencia.

También yo..

A ratos, reúno el atrezo suficiente para fingir que soy feliz. (Sergio del Molino, La hora violeta; pag. 157)

Fin de semana….

Completo y estupendo.

No han faltado

Ni los amigos

Ni la familia

Ni la belleza del paisaje

Ni la comida en compañía

Ni la buena conversación.

Sábado en las campas de Urbía con amigos y con la novieta.

Foto0488 Foto0489 Foto0491Domingo. Comida familiar por tierras burgalesas. Tres generaciones en torno a la mesa

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Escapada

Un pequeño paréntesis.
Día y medio.
Una escapada intergeneracional.
Tiempo para mostrar espacios de antaño.
Para traer de nuevo al hoy vivencias de ayer
que siempre están y quedan.
Tiempo para
callejear
mirar
picar
conversar
compartir.

El viernes a la tarde estaremos de vuelta.

Solamente dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raices; el otro, alas. (Hodding Carter) en (Ventura Ruperti y Jordi Nadal; Meditando el Management, Gestión 2000, pag. 17)

Todo recuerdo es el presente (Novalis en Riszard Kapuscinski; Viajes con Heródoto; pag. 7)