Parece que sobre la Biblioteca digital de Euskadi ha caído de repente y del golpe el ‘manto del silencio administrativo’.
¿Época de elecciones?
Todo puede ser.
Al grupo de seguimiento, tal y como se quedó en la reunión de noviembre de 2014 nos deberían haber convocado en febrero para:
– presentarnos la hoja de ruta, con objetivos y elementos claros de priorización para el 2015.
– informarnos sobre el desarrollo de la aplicación web y la mejora de sus atributos y funcionalidades, así como el estudio sobre las posibilidades que ofertan las distintas plataformas potencialmente disponibles, estudio que será complementado con el benchmarking sobre las prácticas desarrolladas en otros lugares de referencia a nivel mundial.
Nada de esto ha ocurrido ni se ha dado ninguna explicación de por qué no se ha realizado. Ha pasado febrero, marzo, abril. Ya estamos en mayo… y no parece haber ‘señales de vida’ ni física ni digital.
Dejaré, en cualquier caso, algunas nuevas constataciones preocupantes:
– La presencia de los títulos en euskera en el fondo de préstamo no llega al 10%. ¿Motivos?. Lo que se debe constatar es que está muy lejos del planteamiento hecho en abril de 2014 donde se decía que 8.750 serán licencias en euskera, y 16.250 en castellano. Lejos se está a fecha de hoy (4856 en castellano y 476 en euskera)LiburuklikMempo tanto de la propoción deseada como del total que se quería tener para 2014 de 25.000 licencias.
– Casi la mitad del fondo ofrecido corresponde sólo a dos grupos editoriales.
– Solo hay presencia de 77 sellos editoriales.
Triste y poco serio. Y lo dejo ahí que luego algún personal se pone nervioso y no es cuestión de ir provocando arritmias y episodios de ansiedad.
Quizás se esté reflexionando sobre la reciente asociación de Baratz que da soporte a la Red de Bibliotecas en Euskadi y Ebsco y las posibles consecuencias y/o cambios de rumbo sobre los modelos seleccionados hasta la fecha. ¡Quién sabe!
Frente a ello, por buscar un poco de contraste, me encuentro hoy a la mañana con un sugerente texto de Mempo Giardinelli que lleva por título Los bibliotecarios ante el reto de las nuevas tecnologías.
Como otras veces recomiendo su lectura completa.
Yo dejo aquí los dos párrafos finales que me parecen suficientemente claros.
Ninguna revolución tecnológica creará jamás lectores. Ningún dispositivo, aplicación, hardware ni software será capaz de crear lectores por su sola existencia o innovación. Ni un solo lector. Ni uno solo. De donde la conclusión elemental es la siguiente: es nuestro uso consciente lo que dará sentido a las nuevas TIC, o sea nuestra competencia lectora y pletórica de curiosidad. No hay mejor vía para el aprovechamiento de todas las nuevas y grandiosas posibilidades.
Pero también nos impone estar alertas, porque inevitablemente va a ocurrir –y de hecho ya está sucediendo– que gracias a los adelantos tecnológicos el mundo globalizado seguirá imponiendo la sutil dictadura de las reglas del Mercado. Y se dará así la saludable paradoja, que ya se observa, de que para ser más democráticos, inclusivos y horizontales, los ciudadanos/as dotados de e-books y tabletas de lectura deberán ser rebeldes, originales y resistentes a las nuevas reglas de convivencia que nos impondrá el futuro que está aquí nomás.
Quizás sean una invitación de nuevo a pensar y a reflexionar sobre dónde se están poniendo los acentos.