“El libro digital ha muerto”. Algún día tendremos que acostumbrarnos a titulares así.

Javier Rodríguez Marcos ha escrito un inteligente artículo en El País que me da la sensación que va a traer como consecuencia el aumento de las dosis de tilas y valerianas entre algunos que viven del cuento del futuro que reinventan permanentemente porque no van acertando casi ninguna mientras, al mismo tiempo, por el camino van quedando regueros de intentos de empresa del futuro digital que han ido pasando a mejor vida y son ya ‘pasado digital’.

Recojo algunas de las afirmaciones que se hacen en el artículo y que comparto:

  • Los apóstoles del futurismo harían bien en contar con las predicciones de los mil de Fráncfort (hechas en 2008).
  • Casi la mitad de los españoles confiesa no leer nunca. …  Parece difícil que un nuevo formato les haga cambiar de gusto.
  • La cuestión es saber quién tendrá no más cultura sino más memoria con la que producir imaginación.
  • ¿Nos daría igual un cuadro que una inyección que produjera los mismos efectos que ese cuadro? Algo así se preguntaba Wittgenstein.

Lo dicho: el libro digital tiene los días contados.

 

Obras que no sabremos si son libros y algoritmos poco prácticos

Sugerentes las declaraciones de Edward Nawotka, director de Publishing Perspectives, aparecidas hace unos días en El Periódico.

Algunas notas sugerentes a las que añadimos de nuestra cosecha un punto de picante en negrita

  • Entre los mayores cada vez se lee más en digital por comodidad, por el tamaño de letra y porque viajan. Los jóvenes, en cambio, vuelven al libro impreso y el vinilo porque es la tendencia ‘chic’. Hay por ahí quien pregona al mismo tiempo que el libro en papel será meramente decorativo.
  • Vendrá una nueva generación de de contenidos en formatos que nos podremos preguntar si son libros. Se tratará de ofrecer experiencias. Algo de esto ya lo dejó caer por Barbastro hace un par de años José Antonio Millán en la conferencia de clausura.
  • Solo los grandes podrán sostener grandes librerías en lugares privilegiados. Esto hace tiempo que lo sabemos pero ahí siguen las librerías que quizás han sido capaces de convertirse algunas de ellas en un lugar privilegiado aunque no ocupen un espacio central en la trama urbana.
  • Los algoritmos no podrán predecir si un libro tendrá éxito, no: la mentalidad humana es demasiado complicada. Siempre hay algunos que se siguen creyendo capaces de simplificarla.
  • La autopublicación, un mercado para libros que no son escritos de forma profesional… Hay gente que tiene suficiente con la distracción que le ofrece ese libro barato. Una nueva ecuación del valor interesante: autopublicación= no profesional= no valor = barato.
  • Los niños cuando están delante de una pantalla encuentran cosas más interesantes que los libros. Algo parecido si no exactamente igual dijo hace no muchos días Luis Collado en Bilbao.

Por aquí, mientras tanto, ya se sabe…. espejitos de colores…

 

Salud y transición digital del libro. ¿Qué es lo que está mutando?

Hace ya muchos sábados que sigo a Antonio Rodríguez de las Heras en bez, así que ha sido todo un regalo la invitación que me han hecho para compartir en ese medio algunas reflexiones sobre la transición digital del libro y que hoy han visto la luz en forma de artículo.

A fecha de hoy no parece que el tan cacareado cambio o tránsito hacia lo digital haya cumplido las expectativas ni el camino que pretendieron marcar, en un momento concreto, ni algunas grandes empresas de consultoría, ni los deseos de algunos otros, ni los miedos de la mayoría.

Las imágenes no desaparecerán. Es la naturaleza del mundo digital en que vivimos. (Susan Sontag)

Un reciente informe del Banco Mundial afirma que La vida de la mayor parte de la población mundial permanece en gran medida inalterada por la revolución digital (pag. 18). Por lo tanto,  lo que a continuación señalo nada alterará, más bien tienda a confirmar, la idea de que lo digital tampoco ha provocado transformaciones  sustanciales en el libro porque probablemente la  crisis del sector ha tenido más que ver con la crisis económica y con los cambios de valores que con la evolución a lo digital.

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Cada vez más bibliófobos, bibliómanos y menos bibliófilos

LAR_Amate_libros-700x700Suele venir bien de vez en cuando echar la mirada atrás.

No hay miedo a quedarse convertido en estatuta de sal. Al contrario, ayuda en muchas ocasiones a cambiar o a tomar una nueva perspectiva de los asuntos y los trasuntos diarios.

Algo de esto me ha ocurrido con la lectura de El amante de los libros.

La lectura me ha permitido darme cuenta de cómo muchos de los que mantienen el discurso ‘tecnológico postmoderno’ son más bibliófobos que bibliófilos. Es casi como decir que estamos guiados hacia el futuro, o eso creen ellos, por una avanzadilla de no-lectores  que nos indican el camino (¡je!) a (no) seguir.

La lectura me ha permitido, también, comprobar que la historia, de alguna manera, se repite. Por lo menos en la descripción de los momentos. Así que la sobreprodución y el exceso de novedades parecen realidades siempre presentes.

Y, ya se sabe, por mucho metadato actual que se pretenda, aunque la mona se vista de seda, mona se queda:

Y ahora, ¡da lástima! Sólo se encuentran las ineptas sobras de esa literatura moderna que nunca llegará a ser antigua, cuya vida se esfuma en veinticuatro horas, como la de las moscas del río Hypanis: literatura muy digna, bien es verdad, de la tinta de carbón y el papel de pasta que le entregan a su pesar algunos tipógrafos avergonzados y casi tan necios como sus libros. Y llamar libros a esos andrajos embadurnados de negro que casi no han cambiado de suerte al salir del cuévano de harapos del trapero es profanar ese nombre. (pag. 32)

Las ‘edades de…’ ahora y antes lo que parecen señalar siempre es el exceso de escritura y la poca lectura…

El libro impreso existe a lo sumo desde hace cuatrocientos años y en algunos países ya se está acumulando de tal modo que el antiguo equilibrio del globo peligra. La civilización ha alcanzado su era más inesperada, la Edad del Papel.Desde que todo el mundo se dedica a escribir libros, nadie tiene gran interés por comprarlos. Los jóvenes autores de hoy, por cierto, pueden procurarse ellos solitos una biblioteca completa. Basta dejarlos. (pag. 50-51)

Podría seguir…, pero mejor que lo leáis vosotros ¿no?

Aunque… ¡a saber!

Ahora ya prevalece el amor por el dinero: los libros no producen interés. (pag. 55)

Una anécdota final. Comiendo hace poco con un librero Manuel Ortuño le hablaba sobre el libro y enseguida localizó mentalmente, no con ordenador, al autor y editor y librero se enfrascaron en una conversación preciosa por inesperada. Este librero probablemente no pueda cumplir los requisitos de calidad. Ahí lo dejo.

En España, los jóvenes prefieren el papel, aunque algunos no quieran entenderlo

Parece que hay a personas e instituciones que no acaban de digerir y aceptar que en España para la lectura los jóvenes prefieran el papel.

Telefónica es lógico que se sienta quizás molesta porque puede echar por tierra, en parte, su apuesta por Nubico.

Y así, es curiosa alguna terminología bélica que utiliza en el informe La Sociedad de la Información en España 2014.

Así, por ejemplo, el propio Vicepresidente ejecutivo escribe:

Ante este avance de lo digital el formato tradicional se mantiene inexpugnable solamente en la lectura de libros, tanto en utilización como en valoración.

Vamos al diccionario.

Inexpugnable

1. adj. Que no se puede tomar o conquistar por las armas.

2. adj. Inaccesible o de acceso muy difícil.

3. adj. Que no se deja vencer ni persuadir.

Lenguaje que suena a guerras y victorias que quizás algunos por interés no quieren ver ni señalar en el ámbito digital, pero sí en el del papel.

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Libro digital y comida liofilizada frente a croquetas y libro en papel

Aquí va lo prometido ayer.

Andaba ya dando vueltas desde hace unos días a este pequeño desvarío o variación de punto de vista.

En un afán, por un lado, de llevar la contraria a ese discurso tecnológico-mesiánico que básicamente nos viene del país de la hamburguesa en serie y en una constatación, por otro, de la distinta lectura y el distinto nivel de satisfacción que un mismo texto produce en función de los conceptos y soportes se basa en parte esta reflexión sabatina que les aconsejo se la tomen como un divertimento no vaya a ser que a algún melindre le provoque gastritis y sería una pena.

Hace pocos días le comentaba a Manuel las distintas sensaciones y los distintos niveles de lectura que había tenido en relación a algunos artículos del último número de Texturas. En todos los casos el soporte papel encuadernado, es decir, la revista ha resultado en todas las ocasiones, en mi experiencia, el mejor.

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El libro es uno de los contenidos menos consumido por los usuarios digitales

Titulaba hace poco Todoereaders:

Un 71% de los españoles leen ya libros en formato digital

Titular que, aparentemente, tiene un tono y una lectura positiva; pero ¿qué ocurre si contextualizamos un poco el mismo?

Lo primero que me llamó la atención tras leer la información es que no se enlazara a la fuente de la misma.

Así que cuando vamos al estudio nos encontramos:

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¿Estancamiento del libro electrónico?

Se me han cruzado varias informaciones y referencias a algunos estudios que hace que me plantee con claridad el interrogante del título para, casi, adelantar un respuesta afirmativa.

Señalaré algunos indicios que me llevan, casi, a adelantar la muerte de este recién nacido aunque lleve más de 25 años pululando por estos mundos de Dios.

1. La mayoría de los jóvenes lectores británicos prefiere el libro impreso. Parece que la erótica del papel, sigue teniendo su aquel.

2. En Estados Unidos, cuna del discurso de los ‘grandes digitales’ aunque siguen con el ‘trata de arrancarlo Carlos’, el ritmo de crecimiento es tan cansino como el Paper hasta que alguien se canse de seguir con inyentando gasolina.

3. Después de 25 años se sigue hoy en día sin tener

una hoja de ruta con un esquema claro sobre cuáles son los  modelos de negocio que perdurarán, cuáles son puro marketing, cuáles son los más sostenibles, etc.

No lo decimos nosotros, sino un estudio encargado por CEDRO. Basta ver su página de conclusiones (pag. 87) para ver el vacío en el que nos movemos.

4. Probablemente el sector del libro, si sigue mirando hacia USA, mirará hacia el espacio equivocado, sobre todo si tiene un interés en las prácticas lectoras y su mantenimiento. Un reciente estudio que compara las prácticas culturales entre Francia y Estados Unidos en el período 1981-2008 demuestra con claridad donde se mantiene con más consistencia la práctica lectora.

5. En las lógicas del deseo, que tienen mucho que ver con la erótica, se acaba queriendo lo que no se tiene. Así que es muy posible que la omnipresencia de los ebooks aumente las ganas de poseer libros en papel. Esto piensan, por lo menos, algunos libreros.

6. Si además, el sector del libro, parece ser un sector (ver pag. 5) que genera mucho ruido (=transacciones electrónicas), pero pocas nueces(=pasta realmente generada) no será de extrañar que los intereses giren hacia otro lado. Viajar siempre ha sido un placer.

7. En Liber parece que se hablará mucho de digital. Es decir: de lo que no se tiene claro. Se hablará también de Libro educativo o de texto, como prefieran. ¡Estos sí que lo tienen claro!

8. Pero visto lo visto ya adelanto que el futuro del libro de creación literario, infantil-juvenil, o novela gráfica tiene los días contados como mera trasposición del papel al digital y sus seudovariantes enriquecidas.

9. Basta con que se encierren en los sótanos con algunas de las gran empresas, tradicionales o neodigitales, y les cuenten de verdad la cifra de negocio (¿?) que están haciendo.

 

 

 

Cuando a cualquier cosa se le llama librero, editor o lectura

Tres ‘tics’ digitales que me llevan a pensar que quizás andemos desvariando.

1. Cuando una librería, una cadena en este caso, parece situar su oferta de valor en un sorteo diario. Quizás nos quiera estar diciendo que la cultura es una cuestión de suerte.

troa_promocion2. Cuando se banaliza sobre la profesión de librero pensando que cualquiera puede serlo y de paso ya se va dando por muertas o matando a las librerías físicas. Nota. En este tema también es cierto que en el pecado está la penitencia. Toda profesión que no ha aceptado pasar por el ‘negocio’ de la formación tiene siempre un mayor peligro de ser invadida por ‘cualquiera que pasaba por allá’.

3. Cuando los bibliotecarios reivindican el derecho a la lectura en digital sin hacer, quizás un enmarque adecuado de la misma en cuanto a índices de lectura y las necesidades de alfabetización, también, de los usuarios.

Hoy me he debido levantar con el pie equivocado y todavía me dura. En cualquier caso. Descontextualizados y nada como lo digital para descontextualizar son derroteros por lo menos equívocos, sino peligrosos.

Quizás merezca más la pena tomarse todo con más calma como hará mañana Juan Torres en su Estado de ánimo cuando afirma:

Todo merece un respeto, dicen, y todo tiene que ser apoyado y recomendado como si de verdad fuera más importante leer cualquier libro -incluso un premio Planeta- que dar un paseo, tomar un gintonic o escuchar a Bach.

 

 

 

Sociofobia y libro electrónico. Previos a un congreso que inaugura un ‘imprentero digital’

En un rato cogeré el cohe para acercarme con calma, a ritmo humano a lo que llaman algunos el I Congreso del libro electrónico que se iniciará mañana en Barbastro.

40 ponentes y 150 asistentes por lo que he visto hasta ahora. Ayer a la tarde quedaban plazas libres. No parece que el tema tenga ya tirón cuando se lleva ya más de una década hablando quizás sobre lo mismo.

Tengo interés en ver cuántos asistentes hay de lo que se podría denominar la ‘cadena de valor tradicional’. Me da la sensación de que serán escasos.

Me acerco además al mismo con un cierto excepticismo, más después de leer con bastante interés el libro de César Rendueles, Sociofobia y el de Malet En los dominios de Amazon y ver que curiosamente quien abre el congreso es un directivo de Kindle que quizás nos explique lo que cuesta fabricar uno de sus aparatillos.

La verdad es que lo pienso y no salgo en parte de mi asombro. Buscando algunos paralelismos pienso en cuándo un Congreso sobre el libro lo haya abierto un director de imprenta o un fabricante de máquinas de impresión, pero en fin serán los ‘nuevos tiempos de la lírica libresca’.

En cualquier caso me acerco con interés de volver a ver a algunas personas y de encontrar momentos para la charla reposada más allá del programa oficial.

El viaje, que desde Bilbao son uns horas, lo haré acompañado de estas reflexiones previas:

– Pienso que Internet… más bien es un zoológico en ruinas donde se conservan deslustrados los viejos problemas que aún nos acosan, aunque prefiramos no verlos. (Sociofobia; pag. 37)

– Los ciferfetichistas no proporcionan ninguna pista del modo concreto en que los cambios tecnológicos influyen en las estructuras sociales. Por eso las mayor parte de sus propuestas tienen un carácter o muy ideológico… o muy formal. (Sociofobia; pag. 45)

– No es anecdótico. Las pruebas empíricas sugieren sistemáticamente que Internet limita la cooperación y la crítica política, no las impulsa. (Sociofobia; pag. 53)

– Si los internautas conocen la página de entrada del célebre sitio en Internet, la mayoría ignora lo que está ocurriendo detrás de esa pantalla una vez que se ha validado un pedido, cuando la economía digital que se presume virtual se convierte en real. (En los dominios de Amazon; pag. 15)

– En un mundo que se declara abierto y transparente gracias a Internet, donde la información circula a la velocidad de la luz, al parecer sin ningún límite, cada día se levantan por todas partes altos muros que ocultan las zonas de producción y de  difusión de las mercancías. Importa poco que estén situadas en China o en Francia, esas zonas no son puras abstracciones: constituyen la red vital de la economía mundial. Ahí se encuentran hombres trabajando y resulta imposible publicar imágenes o informaciones sobre ello. Este es el caso especialmente de China, en cuya fábrica  Foxconn se produce un buen número de productos electrónicos, entre ellos los de Apple o la tableta Kindle de Amazon. ¿Será acaso necesario creer que los gigantes de Internet han roto «con el viejo mundo», con las humeantes chimeneas de las fábricas y sus bocas negras y grises? (En los dominios de Amazon; pag. 19)

Lectura sí, pero no a cualquier precio

Arantxa Mellado a quien aprecio, y ella lo sabe, ha escrito recientemente sobre el futuro del libro.

Para ello ha tomado como base un reciente anuncio de Amazon que dudo que esté interesada como empresa directamente de hacer lectores, sino más bien compradores de lo que sea para rentabilizar su estructura empresarial.

El aprecio no debe ser obstáculo para la discrepancia y no creo que esta firmación, más con el ejemplo de Amazon de partida sea acertada:

Los niños lectores de hoy son los compradores de libros del futuro. Los lectores, los del presente y los del futuro, son el seguro de vida de las editoriales y librerías.

El anuncio comercial sólo nos muestra un soporte de lectura dando más importancia al mismo que a lo que se esté leyendo.

Parece así que la lectura sólo tiene un camino: el que nos viene marcado por el aparente nuevo Dios de la venta a cualquier pecio.

Y cuando me refiero ‘a cualquier precio’ tengo todavía reciente en la memoria el artículo aparecido este fin de semana en en XL Semanal del que se pueden extraer algunas perlas que al menos nos deben hacer pensar.

Es una compañía secretista. «No comment» es el latiguillo de sus portavoces.

Esto no parece cuadrar excesivamente bien con el valor social y comunicacional que la lectura debe aportar.

Menos cuadra aún esta otra constatación:

– a Bezos no le importa perder dinero a propósito con dos objetivos: por un lado invierte para crecer; por otro, vende con márgenes muy estrechos e incluso con pérdidas para así liquidar a la competencia». Es una estrategia a largo plazo: cuando se quede solo, podrá hacer lo que quiera.

No parece, por lo tanto, ser oro todo lo que reluce.

Más deconsfiaría yo todavía de una empresa a la que jugamos a poner como modelo, pero que es de las pocas que yo sepa que ‘mima’ de una manera especial al personal de las fuerzas armadas.

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Si Jeff Bezos afirma que: Buscamos activamente líderes capaces de inventar, pensar en grande, tomar la iniciativa y dar resultados que beneficien a nuestros clientes. Estos principios les resultan muy conocidos a los hombres y las mujeres que han servido en nuestras fuerzas armadas creo que es como para echarse a temblar.

¿Qué más nos estará escondiendo el amigo Bezos detrás de esas caras de niños y niñas angelicales?

Yo prefiero quedarme con la ‘letrilla’ que cantaba Paco Ibáñez:

Cuando la fiesta nacional
Yo me quedo en la cama igual,
Que la música militar
Nunca me supo levantar.
En el mundo pues no hay mayor pecado
Que el de no seguir al abanderado;
No, a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe.

Cinco minutos no son nada….

… o pueden ser mucho.

Hoy he participado en en la Jornada de SocialTechBook: “El futuro del libro y el libro del futuro“.

Ha sido como un breve momento de reencuentro con el sector. Una pequeña lluvia de ideas con variados puntos de vista, ya se sabe que todo punto de vista es la visión desde un punto.

Me ha gustado conocer a nuevas personas, José Luis y Ruth de Topbooks.

Entre los asistentes varias personas conocidas. Quizás con poco tiempo para charlar con más calma, aunque la comida previa nos ha permitido a algunos de los ponentes charlar más distendidamente.

En la mesa el tiempo justo en la intervención para dejar caer algunas pinceladas y se han tenido que quedar unos cuantos pelos del pincel sin tocar. Me los guardo para otra ocasión y os paso a continuación algunas de las breves notas que he comentado.

El debate posterior ya solo lo han podido disfrutar los presentes en la sala.

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Jornada de SocialTechBook: “El futuro del libro y el libro del futuro“

La Universidad de Deusto me ha invitado a participar el 15 de noviembre en la Jornada de SocialTechBook: “El futuro del libro y el libro del futuro“.

Hace ya unos años que no me muevo en estos saraos de manera tan concreta por motivos que los que aterrizáis por este blog ya sabéis.

En esas fechas me encontraré casi con seguridad en una situación de ‘sorpaso’. En cualquier caso me apetecía y les he dicho que sí.

Como la intervención por lo que veo será corta, no más de 10 minutos me he planteado articularla alrededor de 10 afirmaciones sobre los siguientes temas:

1.    El singular mata la singularidad

2.    10 afirmaciones tendenciosas o tendenciales sobre

a.   Las Lecturas

b.   Lectores que leen

c.    Los medios lectores

d.   Los autores

e.    Los editores

f.     Los libreros

g.   Los espacios que llaman a la lectura

h.    Los negocios

i.       Los derechos

j.       Los interrogantes sin resolver

Ya veremos qué se me va ocurriendo.

Si osqueréis apuntar aquí tenéis el formulario.

Libro y prospectiva

Documentos base elaboradas por Cerlalc que plantean un abanico de algunos de los principales retos del sector quizás muy condicionado por lo digital, realidad pre-ocupante y con pocos matices sobre la creación y los lectores.

El futuro del libro en el horizonte del año 2020

Documentos base del proyecto

¿Cada oveja con su pareja?

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Va avanzando el verano.

Las bestias se van desperezando y anunciando sus movimientos.

Nadie parece moverse ‘a favor de’, sino ‘en contra  de‘.

Se anuncian alianzas al otro lado del océano.Parece curioso que Amazon participe en una iniciativa abierta. Eso dicen los medios. Incluso algún especializado.

Hasta ahora ha sido ese lado el que ha marcado el ritmo o así nos lo han hecho creer.

Siempre es la aparentemente voluntariosa y gratuita iniciativa privada de los grandes la que avanza y marca el ritmo. Después tendrán que venir las leyes, es decir la intervención pública, para intentar marcar territorios en continuo movimiento para que en su ir y venir se conviertan quizás en incontrolables.

En el camino cada uno va buscando sus ‘alianzas‘, aunque nadie nos explica por qué los demás tenemos que jugar al conmigo o contra mí en ese camino utópico del libro para todos, incluso para los que no leen.

Entre tanto seguimos los mortales en nuestras reflexiones sobre los soportes y demás.

Serán, en cualquier caso, los nuevos lectores los que marcarán los posibles nuevos caminos.

El libro a la cabeza de las nuevas tendencias

No nos equivoquemos. Dejemos ya pasar los discursos apocalípticos que sólo se dedican a destruir. Tomemos un poco de perspectiva.

Pensemos: qué es lo que marca tendencia ¿lo digital o la moda? ¿quién sale más en los papelines de colores y es conocido por más gente un diseñador o el propietario de Amazon?

¿Dónde debe por lo tanto el libro situarse para estar al frente de las nuevas tendencias entre la cacharrería electrónica o cerca de las pasarelas?

Las revistas culturales ya hicieron en su momento un primer guiño.

Ahora, gracias a ‘El enemigo‘ nos hemos encontrado con una apuesta más radical que puede ir directamente a las pasarelas y donde será difícil que lleguen los bits.

Contemplen, disfruten y si alguno les gusta ¡cómprenlo!

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¿Llegará a tener cabida en las Ferias del Libro?

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¿Y los libros dónde están?

Sugerente la aportación de José Antonio Millán sobre lo que denomina ‘los mundos del libro

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Quizás sería también interesante reflejar gráficamente no sólo las bibliotecas personales, sino las públicas.

¿Nos saldría un cuadro parecido?

Piensen, ahora ese cuadro dinámicamente. Piensen que cada cuadro estuvises dividido al mismo tiempo en esos 1.000 títulos que contiene. Si pensamos ya en las posibles combinaciones individuales es casi seguro que no encontraremos dos iguales ni entre librerías grandes, ni medianas, ni pequeñas, ni entre bibliotecas personales.

¿Qué es lo que posibilita que sean distintas? ¿El azar? ¿La elección?

Y esto hablando sólo de papel que, quizás, siga siendo el mejor soporte. ¿O no?

El futuro tecnológico del libro

Publidisa nos ha invitado a asistir al seminario que organiza Publidisa sobre el futuro tecnológico del libro que se celebrará en Madrid y Barcelona.

El 15 de mayo nos pilla en Barcelona así que nos daremos una vuelta.

La colaboración que estamos pudiendo mantener con ellos en torno a Tres Gymnopedias está siendo muy interesante y práctica.

Quizás, tal y como recoge Juan Varela: «Una de las mayores consecuencias del cambio a lo digital es la suma de elementos gráficos, sonoros y de vídeo al mundo escrito».