El libro electrónico sigue teniendo un peso menor. Informe PWC

PWC ha presentado la versión española del estudio Global Entertainment and Media Outlook. Merece la pena su lectura.

Resalto aquí algunas de las referencias en el mismo en relación al libro.

  • El crecimiento en este período a nivel global se situará por debajo del 2%. En España caerán hasta 2.499 millones de euros en el 2022. Sólo crecerá en Espoaña el subsector del libro educativo, un 0,8%.
  • El negocio de los libros de consumo, los no educativos y profesionales tienen su negocio, a nivel mundial es en el 81,4% en soporte papel. En el 2022 lo será todavía en el 78,1%.
  • En España se prevé que en 2022 la cuota del libro electrónico llegue al 11,7%.
  • España tiene todavía una de las proporciones más altas de librerías per
    cápita de Europa alineada con países como Alemania e Irlanda, y por
    encima de Francia y el Reino Unido.
  • Las plataformas, en lugar de las editoriales y los medios, son los principales beneficiarios del crecimiento de usuarios en tiempo y consumo.

 

 

Txetxu Barandiarán: «Debemos mover el foco desde los soportes hasta los lectores»

Con motivo del encuentro Librerías 400 años después, celebrado en mayo de 2016, Pedro de Alzaga me realizó una sosegada y amplia entrevista.

Me gusta y comparto el titular que ha seleccionado y que he escogido para titular esta entrada.

Escribe Pedro: Txetxu Barandiarán es un consultor y asesor cultural que tiene las ideas muy claras sobre el futuro del sector del libro, en el que ha desarrollado gran parte de su carrera profesional, sobre el resto de un sector cultural que describe inmerso en profundos cambios y paradojas. No obstante, un mensaje optimista prevalece en su discurso: «Todas aquellas empresas e instituciones que han sido capaces de girar su punto de vista del soporte al área de conocimiento acabarán ganando». Barandiarán lamenta el poco tiempo que la situación actual deja para la reflexión sobre la obra cultural -«Me da cierto vértigo esta rapidez continua y esta huida hacia delante que deja poco tiempo para el poso que toda experiencia necesita»- y espera un futuro «lleno de conversaciones enriquecedoras para las personas (…) y de espacios físicos donde nos podamos encontrar».

Aquí podéis ver y oír la entrevista.

Gustosamente escucharé y leeré otras opiniones y sugerencias sobre lo dicho y planteado en la misma.

Librerías-Lectorerías: 12 claves para estar preparados para lo que viene

Dialogando con Daniel Benchimol y Luismi Cencerrado

Hace cuatro años jugué, partiendo de una propuesta de Diego A. Manrique sobre las 12 mentiras del mundo de la música, proponiendo las doce mentiras del mundo del libro.

Hoy quiero aprovechar la sugerente propuesta de Luis Miguel Cencerrado, pensada para bibliotecas que se basa a su vez en una propuesta previa de Daniel Benchimol pensada para los editores.

Partiendo de la de Luismi y jugando con ella lanzo la siguiente propuesta para las librerías-lectorerías. Creo que hay muchos puntos coincidentes y de hecho podría servir de guión para una conversación sosegada.

1.- El rol de librero pasa por curar y amplificar, por aportar valor añadido y por llevar el contenido al lector que le interesa. .

2.- El modelo de negocio cambia el paso y el valor de la propuesta de la librería deja de estar solamente en los libros y los autores que se exponen. Ahora el valor nos lo dan los lectores, aquellos a los que somos capaces de cautivar. Es por ello que proponemos como adaptación a este nuevo momento el término lectorería ya que conviene nombrar las realidades para diferenciarlas.

3.- El nuevo modelo de negocio se construye con el usuario como centro, lo que requiere saber escuchar y disposición de atender. La acción de la lectorería se teje en torno a la órbita del lector, el usuario de unos servicios  y propuestas comerciales, que se definen y conforman contando con su participación activa.

4.- La ruptura de paradigmas y el desarrollo de una estrategia multicanal: ¿quién es mi lector-cliente, cuál es la mejor forma de llegar a él? En uno y otro caso, las funciones de la editorial, la biblioteca y la lectorería han de adaptarse a un nuevo contexto de necesidades y demandas, al cambio de hábitos de los destinatarios de su acción y a unas relaciones que se multiplican y diversifican en el plano analógico y digital.

5.- Pensar cuál es la mejor oferta para nuestros lectores-compradores. Cambian las formas de narrar, de ofrecer los contenidos y también las maneras y estrategias de acercarlos a los destinatarios, hecho que afecta a todos los ámbitos relacionados con la lectura y su promoción.

6.- El objetivo es poder llegar en cada lectorería al grupo de lectores- compradores en el que se ha especializado. En este sentido cobra importancia cómo y qué obras, materiales y oferta se selecciona para cada caso. El esfuerzo por adecuar la oferta al público objetivo y potencial requiere también un mayor empeño narrativo sobre la misma conn la finalidad de ofrecer así una visión de conjunto y un sentimiento de conformar un todo propositivo.

7.- Pasar de una lógica de producto a una lógica de servicio, de la idea del objeto al servicio que presta, una dinámica diferente. El objeto deja de tener valor en sí, también en la lectorería; el valor del documento reside en la dimensión de sentido y generación de satisfacción-solución que genera, en la capacidad de uso que encierra, en las respuestas que es capaz de dar al usuario.

8.- Cambiar de enfoque: exponer para dialogar. Nuevo papel del lector, activo, participación, conectarse con… Es lógico que si la conversación está en la médula del hecho de leer impregne a todas las organizaciones que se mueven en torno a ella propiciando múltiples diálogos y estableciendo relaciones dinámicas y participativas con los lectores, con los clientes y entre las propias obras propuestas para su venta y/o contemplación.

9.- Desarrollar acciones pequeñas, obervables y medibles bien cuantitativa o cualitativamente. Es este un buen consejo, especialmente en tiempos de incertidumbre, de cara a prevenir atracones y esquivar parálisis. Una buena forma de evitar colapsos y de afrontar la ansiedad es trazar un plan ambicioso y global y definir estrategias de acción realistas y asequibles que permitan avanzar de forma regular y constante, sea en el ámbito que sea.

10.- Pensar en estrategias comerciales dinámicas, predispuestas al cambio. La flexibilidad como respuesta al cambio para que la reacción no tenga un coste fuerte en el tiempo. El futuro de las entidades educativas y culturales, incluidas las lectorerías, pasa ciertamente por conseguir un equilibrio entre estructuras consistentes y dúctiles capaces de responder de forma rápida y eficaz a las demandas de los usuarios para así asegurar su sentido y sostebibilidad.

11.- Pensar en dinámico, que ningún producto sea el que imponga los ritmos y la organización de la empresa. El proceso que siguen las lectorerías apunta también a un cambio de polaridad, y el hecho de que las obras, en papel o en digital, dejen de ser el eje central del péndulo incide de pleno en la organización misma. Todo se hace híbrido y se mezclan las obras, las propuestas de experiencia, los entornos. Todo es movible buscando con una propuesta de sentido distinta en cada caso, la llamada de atención a nuestros clientes-lectores.

12.- Dialogar y relacionarse con otras empresas culturales: de la música, el videojuego, artes plásticas, teatro, audiovisual … Las fronteras entre las diversas entidades que pueblan el espacio cultural se difuminan y comparten la tendencia de transformarse poco a poco en espacios más abiertos, transparentes y participativos con muchos elementos comunes entre sí. Las lectorerías pueden ser un buen espacio, la casa de acogida, para el mestizaje con sentido.

No seamos ingenuos ante algunas de las propuestas de futuro para el sector

futuro_febrero_2017

Esta viñeta de El Roto creo que es un buen reflejo de las propuestas que algunas personas realizan sobre el futuro del sector del libro. Unas, alucinantes, y otras, quizás alucinatorias. Probablemente nos lleven al no-lugar o, lo que aún es peor, a ningún sitio.

Carlos A. Scolari señala con cierta claridad, en el reciente La lectura en España. Informe 2017 que resulta imposible realizar predicciones o visualizar escenarios más allá del corto plazo. Lo que sí se puede hacer es analizar con detenimiento otras transformaciones precedentes de ese ecosistema para comprender su dinámica. (185; Carlos A. Scolari).

Vivimos un momento, como señala Rüdiger Safranski, que es como si estuviésemos en un volcán en erupción porque está moviéndose todo. Es por ello quizás más sugerente intentar comprender el hoy y el corto plazo en relación a lo precedente que intentar, que siempre es posible, plantear un futuro sin pasado y, casi, sin presente.

Hay, quizás una pregunta importante a hacerse ya en el hoy, pero que da la sensación que genera miedo al abrir un vacío sin aparente respuesta.

Acerco la misma duda metódica, la pregunta quizás sin respuesta, que se plantea Evelio en La reinvención de la… ¿»biblioteca»? donde parece que queremos atisbar un futuro sin saber cómo nombrarlo y que nos vale lo mismo si pensamos en bibliotecas o en libros.

¿en qué momento podemos decir que la “reinvención” se ha convertido en una “redefinición”?

La duda sobre cómo y qué nombramos no es nueva y, se suele decir, que lo que no se nombra, no se conoce.

Quizás lo que ocurre en algunos de los planteamiento futuribles e interesados de algunas personas es que nos quieren imponer sus intereses. No está de más recordar el ‘aviso a navegantes’ de Alvin Toffler que recoge Lorezo Soccavo:

Si vous n’avez pas de stratégie, c’est que vous faites partie de la stratégie de quelqu’un d’autre.

Así que mientras unos se atreven a afirmar lo que vendrá, otros, quizás con más modestia, fruto del conocimiento, nos ofrecen con más humildad algunas ideas para ‘mirar el futuro’.

Termino con una cita de Sherry Turkle en su libro En defensa de la conversación, que me parece sugerente:

No hay que subestimar nunca el poder de un nuevo objeto evocativo. La historia del uso que hacemos de las tecnologías que nos permiten llevar un registro de nosotros mismos o un registro cuantificado para reflexionar sobre nosotros está todavía en sus albores. Utilizados intencionadamente, pueden dar lugar a una reflexión que nos acerque a nosotros mismos. Pero no pueden conseguirlo por sí solos. Las aplicaciones te pueden dar un número, sin embargo, solo las personas pueden aportar una narración. La tecnología puede exponer el mecanismo, pero es la gente quien tiene que encontrarle un significado. (101)

Esforcémonos pues por crear nuestras propias y múltiples narraciones que pueden también ser compartidas.

 

Obras que no sabremos si son libros y algoritmos poco prácticos

Sugerentes las declaraciones de Edward Nawotka, director de Publishing Perspectives, aparecidas hace unos días en El Periódico.

Algunas notas sugerentes a las que añadimos de nuestra cosecha un punto de picante en negrita

  • Entre los mayores cada vez se lee más en digital por comodidad, por el tamaño de letra y porque viajan. Los jóvenes, en cambio, vuelven al libro impreso y el vinilo porque es la tendencia ‘chic’. Hay por ahí quien pregona al mismo tiempo que el libro en papel será meramente decorativo.
  • Vendrá una nueva generación de de contenidos en formatos que nos podremos preguntar si son libros. Se tratará de ofrecer experiencias. Algo de esto ya lo dejó caer por Barbastro hace un par de años José Antonio Millán en la conferencia de clausura.
  • Solo los grandes podrán sostener grandes librerías en lugares privilegiados. Esto hace tiempo que lo sabemos pero ahí siguen las librerías que quizás han sido capaces de convertirse algunas de ellas en un lugar privilegiado aunque no ocupen un espacio central en la trama urbana.
  • Los algoritmos no podrán predecir si un libro tendrá éxito, no: la mentalidad humana es demasiado complicada. Siempre hay algunos que se siguen creyendo capaces de simplificarla.
  • La autopublicación, un mercado para libros que no son escritos de forma profesional… Hay gente que tiene suficiente con la distracción que le ofrece ese libro barato. Una nueva ecuación del valor interesante: autopublicación= no profesional= no valor = barato.
  • Los niños cuando están delante de una pantalla encuentran cosas más interesantes que los libros. Algo parecido si no exactamente igual dijo hace no muchos días Luis Collado en Bilbao.

Por aquí, mientras tanto, ya se sabe…. espejitos de colores…

 

Y… el papel ahí sigue, y los vaticinadores siguen sin acertar.

Leía este fin de semana unas declaraciones de Jorge Herralde y Luis Miguel Solano en El Mundo que llevaban por título: El siglo XXI también es de papel.

Leo hoy en Media-tics: Ni el papel se muere, ni los libros digitales van a salvar al mercado editorial.

Miro hacia atrás y recupero un texto que escribí allá por el año 2001 y veo como las grandes consultoras ni dieron antes y siguen sin dar ahora en la diana. Es igual, todo se arregla ahora con palabros ingleses y echando la culpa a ‘la realidad’.

No se prevén los primeros beneficios por libro electrónico antes del 2003 en el continente americano y dos o tres años más tarde en Europa. Los analistas de Pricewaterhouse prevén que en el 2004 los libros electrónicos, apartado en el que se engloban los e-books, los títulos descargados de Internet y la impresión bajo demanda, supondrán el 26% de las ventas totales”. La consultora Forrester Research  afirma, por su parte, que en el 2006 más de un 17% de las ganancias editoriales provendrán de los ebooks. Sostiene dicha consultora que los libros electrónicos conseguirán dar un empujón a un negocio que estaba estancado. Porque, además de venderse, potenciarán y difundirán el interés por la palabra escrita, reforzando así la industria editorial tradicional.

Seguir leyendo «Y… el papel ahí sigue, y los vaticinadores siguen sin acertar.»

No parece que PWC augure un futuro halagüeño al sector del libro español. Quizás no haya por qué preocuparse

No he visto excesivas referencias a las últimastendencias de evolución publicadas por PWC.

Las previsiones que hace para el sector del libro español hasta el año 2019 no son nada reconfortantes ni optimistas.

PrevisionesPWC

Apunta a una caída de ingresos total del 1,4% sin contar, aparentemente, variaciones de IPC.

Parece que el soporte electrónico sube pero sin llegar a suponer el 22% de los ingresos. Así que parece que sigue viniendo y sigue sin llegar y ya no será el ahora, sino el después y ya veremos porque al mismo tiempo el volumen de negocio mengua. Y ser el 100% de 0 acabará siendo poco atractivo.

Al mismo tiempo el cine, la música y los videojuegos crecerán. Eso es lo que dice PWC.

Tampoco quizás haya que agobiarse mucho.

Cuando uno mira por ejemplo las previsiones que hicieron para el 2006-2010 tengo la sensación de que no fueron excesivamente finas. En cualquier caso no os preocupéis siempre como los falsos profetas la culpa será de otro, no de su profecía.

pwc2006_2010

Lectores de Revistas Culturales: más que usuarios de Bibliotecas y menos que compradores de librerías

El estudio de Hábitos Culturales también se ocupa de los lectores de Revistas culturales (página 182 y siguientes).

Ya adelanto que los ciudadanos se acercan a las revistas menos que a las librerías, pero más que a las bibliotecas. Por lo menos, en el último año. El 31,9 de los ciudadanos parece que ha tenido por lo menos una vez una Revista cultural entre sus manos, mientras que sólo el 25,6 han traspasado las puertas de una biblioteca. Y en este sentido es francamente preocupante el poco interés que las mismas despiertan entre los ciudadanos.

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Podemos señalar también que la franja de edad más lectora de Revistas culturales se sitúa entre los 25 y los 55 años y va unido con claridad a niveles de estudios superiores y más específicamente a los universitarios.

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Digo todo esto porque en el reciente Liber ARCE presentó algunos de los resultados de un reciente estudio que han realizado sobre el perfil de los lectores de revistas Culturales y que en estas primeras percepciones es bastante coincidente. Se pueden consultar unas primeras notas y un perfil genérico en el catálogo que ARCE ha publicado recientemente.

Perfillectoresestudioarce

Hablaremos con más calma sobre el mismo una vez que lo leamos y que se haga público.

El 23, viernes de la semana que viene, me han invitado a participar en una mesa redonda en Tabakalera que, no sé si intencionadamente o por casualidad lleva el título de Bibliotecas ¿para qué?

La verdad es que algunos datos no lo ponen fácil. Quizás, como acertadamente señalaba P en un comentario y enlazaba a un interesante artículo, se valoran los principios, pero no los servicios.

En el fondo es un proceso muy común en los procesos de institucionalización donde la mediación se absolutiza y hacer perder el sentido a la práctica que le dio origen. Se pretende mantener su defensa en un función de unos principios convertidos en discurso  que al final es vacío y que está alejado realmente de las demandas o que no tienen ningún interés para la ciudadanía.

Quizás resulte que al final su función principal sea siendo la de ‘guarda y custodia’.

Lo dicho: por seguir provocando y por ir preparando algunas reflexiones para el viernes 23.

Y, ya ven que en todo esto, lo digital parece pintar poco.

Y vino Manuel Dávila y nos cambió unas cuantas preguntas

Los territorios del libroEl Boomeran(g) realizaba recientemente una breve reseña de Los territorios del libro de Manuel Dávila.

Yo he terminado hace unos días su lectura, acompañada de mis ‘hojas de notitas’ que suelen ser la demostración, en mi caso, del ‘libro leído’. Al mismo tiempo, la cantidad de las notas tomadas, del interés, los interrogantes, dudas o sugerencias que el libro me ha producido.

El libro de Manuel me parece provocador y clarificador en la medida en que las preguntas que nos hacemos nos ayudan a buscar nuevas respuestas y su lectura me ha generado dudas y preguntas.

Creo que todo ello, además, con un Liber reciente cobra incluso más sentido para quizás desde la óptica del libro constatar que la gestión del mismo y su futuro es compleja.

Que, además, en determinados momentos, te muevan un poco o un mucho el foco de la reflexión me parece importante y esto Manuel lo consigue con frecuencia.

Ahí va pues la primera píldora-cita que pone el dedo en la llaga del no saber qué es un sector y que genera un río revuelto para ‘ganancia de los pescadores’ amantes de los discursos generalistas.

El problema es que en una industria como la del libro, que empieza por la esquizofrenia de no saber si vende conocimiento, cultura, estatus, entretenimiento o productos, era muy fácil que un sismo debilitara todas las estructuras actuales… Lejos de las ideas de los futuristas que hablan de la tendencia final del libro, estamos los jugadores del partido que tenemos en nuestras mentes, decisiones y estrategias la obligación de sobrevivir… Debemos ejercitar la autocrítica y entender que el lector y el escritor están dispuestos a vernos caer por este abismo y que lo merecemos. En muchos sentidos, tenemos que entender que la era de la industria ha terminado. (pag. 66-68)

Líber: la petite feria pre Fráncfort

Logo_LIBER2015-204x300Así la describe-define Manuel Rodríguez Rivero en su artículo del sábado pasado en Babelia. Y aprovecha también para fijar el listón nivel de importancia en función de dos variables, público destinatario y territorio geográfico, al decir que es la feria profesional del libro más importante de la Península Ibérica.

Ya con ello cada uno puede sacar sus consecuencias.

Confesaré que este año pensaba ir al Líber. Pero, la realidad de la vida se impone.

Manuel, en cualquier caso, se muestra tan extrañado como un servidor con la teórica ‘apertura’ a nuevos sectores que más parece el juego de intereses de grandes grupos. Quizás con el tiempo Planeta sea el líder de los editores españoles y Random el de los extranjeros y todo se esté moviendo tras el señuelo de la ‘autoedición’.

Leo algunos datos que aparecen en las notas de prensa y como siempre no salgo de ami asombro. No sé si alguien se habrá equivocado o son realmente las expectativas.

Así por ejemplo leo en Vozpopuli firmado por Karina Sáinz Borgo que participarán 407 empresas y que asistirán más de 600 profesionales. Si calculamos un profesional ya presente por empresa ¿lo van a visitar sólo otros 200 profesionales? Otra lectura puede ser que entre las empresas y los 145 ponentes yan está el cupo cubierto que se irá retoalimentando. En el año 2010, fuentes interesadas, la propia Federación de Editores, fijaron la asistencia en 700 empresas. Y, en siglo pasado, por ejemplo en el año 1989 se nos decía que participaban 1480 expositores. Quizás, sí hay algunos tiempos pasados que fueron mejores.

Es muy probable también que Manuel acierte al afirmar que la actividad que quizás más público congregue sea  la mesa redonda presidida por doña Guillermina Mekuy, ministra de Cultura de Guinea Ecuatorial, uno de los lugares del planeta donde la población (me refiero a la inmensa mayoría que no tiene acceso al chollo del petróleo) lo está pasando peor en este preciso momento, y donde la libertad sigue siendo un sueño sin autores-editores.

En El Mundo veo que los profesionales de Vozpópuli se han convertido en compradores invitados por el Liber y pagados…..¿por quién?

Quizás compren más porque es el mismo número que en el año 2010 y los expositores son casi la mitad. Habrá que saber quizás si vienen con la misma cantidad de dinero o con la mitad.

La Vanguardia nos dice que se espera la asistencia de 10.000 profesionales. ¡Quién será capaz de contarlos!

Trama estará presente con stand propio.

Y, el año que viene, ya veremos…

Lástima por las quedadas y las conversaciones que me voy a perder.

Si todavía estás en duda aplica el sabio consejo de..

SI HAY QUE IR SE VA; PERO IR POR IR ES TONTERÍA

Y a los que vayan feliz Líber.

http://www.lavanguardia.com/local/madrid/20151005/54437897038/liber-vuelve-a-madrid-con-la-idea-de-abrir-el-mundo-del-libro-a-mas-sectores.html

¿Asociacionismo sectorial? Se va a llevar la sopa de letras. ¡Viva el batiburrillo!

No me digáis que no se está poniendo divertido, en algo hay que pasar el rato, las vísperas del Liber.

Con el batiburrilo de nuevas federaciones editoriales y de quién es más o menos independiente se va abriendo un panorama sectorial que lo de Cataluña puede ser una risa.

Por ahora yo voy sacando las siguientes conclusiones.

  1. La edición y la autoedición deben ser conceptualmente distintos y necesitan dos estructuras asociativas distintas. Si intentamos aclararnos vía RAE no sé si sacamos mucho en claro. la RAE dice sobre el hecho de autoeditar: Diseñar, componer e imprimir textos y gráficos mediante computador, con resultado similar al de la edición tradicional, para uso privado o público. El problema es que la RAE no nos da al mismo tiempo una definición de Edición tradicional. Ahora bien, según la RAE la clave, el hecho diferencial está en el computador. Y me pregunto: ¿los editores que están en la Federación de Gremios de Editores no usan el computador? ¿Planeta no se autoedita? Planeta probablemente se autoedita, se autoimprime en muchas ocasiones, se autovende, se autopromociona… ¿Será quizás el nuevo presidente?
  2. En la nota de El Confidencial sale como ejemplo de una de las editoriales Punto Rojo. Me voy a ver su posicionamiento en Todos tus libros. Encuentro referencias de 909 títulos y ya si me fijo en el posiconamiento que consiguen veo que, en el mejor de los casos, están presentes en 22 librerías. Trama editorial que es una editorial modesta tirando a pequeña o mínima y más interdependiente que independiente dobla esa presencia en la red librera.
  3. Si ahora uno lo cruza con los autores se pregunta cómo cuadra el concepto de empresas que se autoeditan, un concepto que además tiende al encerramiento psicológico, con aquellos autores que como también se autoeditan son independientes ante las empresas editoriales y ante las autoeditoriales.
  4. No sé si los autoeditores asistirán a la Feria profesional montada por los editores ya que probablemente es un ‘marco ferial’ en el que no sentirán sus intereses ni representados ni defendidos. Los autores independientes, otro maravilloso concepto ya que, se piensa no en quien se autoedita, sino en quien se autopublica, palabra que no está en la RAE pero que conceptualmente se supone que será el reflejo de la independencia radical porque no cree ni ene los editores tradicionales, ni en las empresas de autoedición, sino que sólo creen en sí mismos.
  5. Así que curiosamente va a ser en vísperas y en la propia celebración un LIBER con aumento de especies librescas, pero con línea de descenso en consumo.
  6. Los libreros no sé cómo lo verán porque indirectamente están seriamente afectados. Libreros tradicionaes serán ahora los que comercialicen preferentemente a los editores tradicionales. Autolibreros serán aquellos que vendan con preferencia a los autoeditores que quizás tengan que pelearse por el nicho con los autopublicadores.
  7. Algo parecido puede pasar también con la distribución.
  8. Y… qué me dicen de la Feria del Libro de Madrid, por poner un ejemplo. ¿deberá adaptar sus estatutos? ¿cerrarán filas en torno a lo que los ‘otros’ consideran lo tradicional que ya no pasa por el papel o el digital, debate superado, sino por el trato discriminatorio que parece dar la Administración? (la pela es la pela?
  9. Superará Random la esquizofrenia entre su ‘edición tradicional’ y la del hijo díscolo que puede ser ‘megustaleer’.
  10. Con estos niveles de debate y de propuesta no nos debe extrañar que para los estudios sobre consumo en España seamos irrelevantes. Las joyas, por ejemplo, lucen más.

Así que con todo este lío de por medio, que curiosamente piensan más en el papel que en el digital y en la presencia física que en la digital, no es de extrañar que Verónica Juárez se pregunte por qué es un libro.

Estamos ya en el punto de no retorno hacia una nueva dimensión que puede tender al ridículo.

El libro y las derivas digitales… ¿Todas las de perder?

Algunos de los titulares relacionados con los últimos datos de producción editorial con ISBN ponen en evidencia que hay amigos del ‘conflicto entre formatos’.

Así, por ejemplo, El Mundo titula: Más papel, menos e-book. Telecinco dice que el papel triplicó a todos los otros soportes juntos. InfoLibre dice que el papel aumenta y el digital cae. El Heraldo que «el papel le gana terreno al’ ebook’ » (digo yo que quizás sería más lógico decir que le saca más). Revista de Arte dice que el 25% ya no se publican en papel.

Me permitiréis que, ahora que ando enredando en otro sector como el sanitario (disponer de visiones cruzadas y mestizas enriquece un montón), haga una comparación.

¿Os suponéis que al final de un año o como balance las empresas farmaceúticas los datos que nos presentaran y sobre los que se hicieran fundamentalmente eco fueran sobre si aumenta, por poner un caso, el laxante Rovi en supositorio o por toma oral?

Algo así como: ‘la toma oral le gana un 25% de terreno a la toma anal». O ‘la Amoxicilina en vena desplaza a la toma oral’. Todo ello argumentado y acompañado lógicamente sobre qué agujero y qué formato es mejor para la toma medicamentosa. Sus ventajas, sus desventajas, su huella ecológica…

Pues a esos niveles parecemos andar en el sector del libro. Y los laboratorios (editores) y farmacéuticos (libreros) son los que hemos posibilitado y generado el caldo de cultivo para esos niveles de discurso.

Raquel Paris hace en facebook un comentario suficientemente clarificador:

Preferiria que lo que subiese fuese la venta de libros, en papel o digital. Creo que teniamos un exceso de titulos publicados y esta noticia me muestra que ¿no aprendemos?

Creo que lo relacionado con el ámbito digital tiene otro tipo de trascendencia cuando lo ponemos en perspectiva y en comparación con otros sectores.

Recientes datos del Eurostat parecen señalarnos que:

frecuencia_uso

  • Comparado con otro tipo de contenidos (música, audiovisual, juegos), el libro es lo que menos interés despierta.
  • Parece que el que despierte tan poco interés no es porque no haya contenido, ya que más del 75& encuentra lo que quiere.
  • Entre los contenidos culturales es el que menor interés despierta, a nivel europeo, para pagar una suscripción. En España hay un poco más de interés que, por ejemplo, la música.

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Parece que en lo digital, y hay algunos otros datos que lo certifican y que se presentarán en Liber, el libro y la lectura no las tienen todas consigo ni siquiera entre la población de alto nivel lector.

Esto probablemente sí sea más importante para reflexionar que el si son galgos o podencos, papel o digital, culo o boca.

Añadiré un detalle más como opinión cualitativa. Charlando este verano de manera sosegada con personas que trabajan en el ámbito bibliotecario me señalaban como uno de los ‘miedos’ la apertura del préstamo digital al contenido audiovisual; algo que, por otro lado tiene toda su lógica y que alguien parece querer frenar. Piensan y probablemente acierten, que barrería al libro.

Ahí lo dejo.

Manuel Dávila Galindo.Los territorios del libro. Paradojas, aporías y desvelos.

Los territorios del libroHoy ya cerca del mediodía, a la vuelta del ir y venir hospitalario, me encuentro con el paquete que contiene  todos Los territorios del libro (paradojas, aporías y desvelos) gracias a Manuel Dávila Galindo.

Así que como está todo es suficiente abrir al azar para encontrarse perlas que no dejarán, por suerte, indiferente a nadie. Menos, sobre todo a los acomodados bienpensantes.

Aquí os dejo algunas.

  • Si la librería del futuro no encuentra su negocio principal en vender libros, quizás lo encuentre en la posibilidad de vender todo aquello que se relaciona a un libro sin serlo. (pag. 25)

  • (Refiriéndose a los editores)…Es extraño pensar que los grandes transportistas del conocimiento sean los primeros en negarse a recibirlo en su propia bodega. (pag. 41)

  • … Amazon tiene una única obligación legal y esta es con sus accionistas. Y sus accionistas no quieren ver su gran buque insignia hundirse por defender algo tan retrógrado como la libertad de expresión (49)

  • El lector está harto de las librerías, está harto de los editores, está harto de ser el único que no se beneficia comercialmente de esta relación con el libro. (pag. 89)

Creo que para contextualizar no estaría de más que leyerais el libro completo.

¿Menos posibilidades para la lectura? Parece que sí por mucho que nos empeñenos

Me gustaría hoy lanzar una mirada lateral que no es excesivamente habitual cuando se anda hablando de lectura, libro, hábitos y demás.

Me salgo por un rato de la oferta y la demanda, del papel y el digital para poner la mirada en algunos otros datos que me parecen importantes y que quizás obviamos con excesiva facilidad.

La lectura de los mismos no me hace ser ni pesimista ni optimista, pero sí que quizás me hace constatar que, probablemente, cada vez se lea menos aunque pueda que sean algunas más las personas que lean. Y, en cualquier caso, es muy probable que esa lectura no vaya en muchas ocasiones unida a ‘inversión económica’ para conseguirla.

Ya sé, ya sé que no parece muy optimista, pero… ¡es lo que hay! y ello supone además que de aquí en adelante, aunque se pueda intentar generar ‘demanda lectora’, esta cada vez estará más alejada de la ‘demanda compradora’.

Dejo algunos datos que me hacen intuir este futuro. Discutibles por supuesto, pero que creo conviene tener en cuenta para no obcecarnos y no pensar que cualquier inversión nos llevará al éxito económico.

Aviso que las reflexiones van unidas al papel del libro-lectura en su dimensión cultural. Los contenidos relacionados con la enseñanza o profesionales son, en el fondo, negocios con lógicas distintas. Así lo han sido históricamente y así lo siguen siendo.

1. Según el Observatorio CETELEM,  El 73% de los españoles consideran que tienen serias limitaciones para el consumo. El 76% consideran también que compran menos que hace 5 años. Las razones son, además, básicamente económicas y de sensación de desánimo ante el futuro.

2. En Euskadi, por ejemplo, el gasto en ocio y cultura ha bajado del 2006 al 2013 un 26,4%.

3. En España, del 2006 al 2013 el mayor descenso en gasto cultural por persona se ha producido en el libro no de texto. El gasto en libros es el 63,2% del del año 2006 a precios corrientes. Lógicamente a precios constantes sería inferior. El consumo en espectáculos o audiovisual ha descendido 17 puntos menos y todo lo relacionado con internet ha aumentado.

Evolucionconsumocultural

4. Alguien podrá pensar que parte del gasto perdido para la lectura en los ‘soportes tradicionales’ habrá ido a parar a internet. Puede ser, pero será, en cualquier caso, la parte menor. El último informe de la Fundación Telefónica señalaba con claridad que lo relacionado con la lectura era el único fortín inexpugnable al avance digital.

5. Lo dicho. Son datos, cierto que algo contextualizados, que indican tendencias.

El cruce de datos económicos y tendencias de consumo cultural no auguran ningún crecimiento.

Alguien tendrá que empezar a redimensionarse y cualquier tipo de medida deberá tener en cuenta estas tendencias.

En el fondo… cada vez menos posibilidades para la lectura y, en cambio como ya señalamos en su momento, más para la música y el cine que se adaptan mejor al ámbito digital ¿no?

En cultura, mejor contra el ciberutopismo. En el sector del libro, también

Separo en el título por temas de IVA, ya saben. También, por seguir directrices ministeriales que también distinguen cultura de libro (Dirección General de Política e Industrias Culturales y del Libro)

He leìdo hoy uno de los artículos quizás más sugerentes y clarificadores en torno al ciberutopismo.

¿El título?

Contra el ciberutopismo. Discurso utópico versus análisis sociológico sobre la transición al paradigma digital de la esfera cultural

Ha aparecido en Política y Sociedad, Vol 52, No 1 (2015) y es de  Joaquim Rius Ulldemolins. En el mismo  se plantea la necesidad desde la cultura y la sociología de evaluar  de forma crítica y distanciada los efectos reales de la transición a lo
digital y sus efectos e intenta mostrarnos algunas de las ‘trampas’ que utilicen sus defensores.

Algunas notas y frases claves, en mi opinión, del artículo:

– Pérdida cada vez mayor de la autonomía cultural y supeditación a las esferas económica y tecnológica.

– El futuro de la cultura (o el discurso sobre él) ya no nos pertenece porque ha sido secuestrado por un discurso que sitúa la tecnologización de la sociedad y la cultura como único horizonte posible.

– El ciberfetichismo se ha convertido en un discurso dominante que además, no quiere entrar en debate con otras posibles posturas, y juega continuamente con la dialéctica amigo-enemigo.

– Su ideología tiene una clara base neoliberal y antiestatal.

´Los debates no son introducidos desde los medios académicos, sino que son  difundidos por los think tanks y por consultorías privadas que están ocupando un rol cada vez mayor.

– Una de las características de estos discursos es la charlatanería:

un tipo de discurso que ni es verdad ni es mentira en términos absolutos, sino que su vaguedad y la amalgama de hechos que presenta, su carácter descriptivo y profético, lo convierten en un discurso manipulador y seductor pero difícilmente analizable y refutable empíricamente

– La falsedad de conceptos aparentemente homogéneos como internet o industrias creativas que mezcla interesadamente actividades y sectores con distintas lógicas sociales y económicas.

– En este tipo de juegos ‘el grande siempre gana’.

– La utilización del concepto de cultura digital,usual en los medios ciberfetichistas, añade más confusión conceptual al debate al mezclar de forma intencionada el contenido con el soporte, la cultura en un sentido antropológico y la cultura como esfera especializada,el desarrollo tecnológico y la creatividad artística disciplinar.

– No podemos inducir que el ámbito digital diversifica los gustos culturales en relación a la creación actual ni que tampoco convierte el consumidor cultural en más crítico y activo. Al contrario, los estudios disponibles nos muestran que el consumo cultural de creaciones culturales contemporáneas se concentra cada vez más en unas pocas expresiones culturales.

– Los ciberfetichistas olvidan que la intermediación en cultura ejerce muchos otros roles que el de transportar un paquete con libros o CDs desde el estudio del creador a la casa del consumidor… más de cuarenta años de investigación en sociología y economía del arte avalan el rol decisivo que han jugado los intermediarios culturales en diversos puntos clave de la producción y difusión artística… y no se puede separar claramente la fase de creación de la fase de producción o distribución, produciéndose valor o capital simbólico en todos los segmentos de la cadena de cooperación y de forma colectiva por parte de todo el campo cultural

– Después del debilitamiento de los intermediarios  -y su función de selección y valorización- y la aparición de las nuevas tecnologías de comercialización cultural podemos estar observando no una mayor diversidad en la producción cultural, sino precisamente una reducción de los autores y creadores que realmente acceden a una posición de visibilidad social y/o de mercado.

– Estas perspectivas esconden que, con el debilitamiento de los intermediarios y su capacidad de prescripción, el poder de elección no bascula hacia el consumidor. Sino que con ello, el control lo obtienen en buena medida las grandes compañías tecnológicas que con sus procedimientos de análisis del big data (es decir, los datos masivos de los consumidores recogidos y explotados de forma sistemática) convierten al consumidor y sus elecciones en la fuente de ingresos y posición dominante en el mercado cultural.

–  En países como Francia, ha surgido una corriente de opinión entre los expertos en política cultural que juzga la desaparición de los intermediarios, en particular en el sector del libro, como un primer paso hacia una monopolización de la difusión cultural, un empobrecimiento de la esfera cultural, una reducción de la diversidad cultural y una amenaza a la soberanía política y económica nacional.

– La aportación del crowdfunding al sistema cultural es, por decirlo de algún modo, muy pequeño y su posibilidad de compensar la pérdida de financiación pública sería irrisorio.

– Podemos entender la fascinación que ha ejercido este discurso al relacionar nuevas tecnologías con la promesa de una democracia cultural sin burocracia estatal ni industrias culturales. Con todo, más que aportar claridad y capacidad de transformación, el discurso ciberutópico di culta abordar con rigurosidad y realismo no solamente las ventajas sino también los riesgos |o los efectos no deseados| que puede suponer la transición a lo digital para la cultura y las artes en la era digital.

Mi recomendación, en cualquier caso es que lo leáis entero. Descubriréis así alguna curiosidad como, por ejemplo, quién puede ser un representante claro en el sector del libro de este tipo de discurso ‘charlatanero’ citado expresamente en el artículo.

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Agrupémonos todos en el libro final

Un poquito de ironía para empezar la semana con la Internacional de fondo.

Las instituciones del sector parece que han desempolvado de nuevo y sacado a pasear el ya viejuno Plan Estratégico del sector.

Escoger, además, fechas cercanas al Día del Libro cuando parece que el personal está a otro tema no sé si es lo más adecuado.

Así es lógico que los titulares en algunos casos sean chuscos (escojan graciosos o pícaros).

lastres

Curioso resulta también que justifiquen algunas medidas en los datos de hábitos de lectura cuando resulta que estos sí que avanzan, aunque el consumo retroceda, pero… parece que algunos no se han enterado.

No es de extrañar que se empiece, siguiendo antiguos modelos de caridad, pidiendo la ‘limosna de la compra por parte de las bibliotecas‘ en esos modos estupendos de ‘es mi plan, pero tú lo pagas’ para terminar convocando a una movilización social que habrá que preguntarse contra quién o contra qué o a favor de quién o de qué. Que además se pretenda que la movilización sea encabezada por los ‘poderes públicos’ tiene su aquél…

Está claro que los diagnósticos no se deben presentar en momentos de fanfarria porque así es difícil tomárselos en serio.

Me atrevería a decir que si el propio sector en su vertiente institucional no se lo toma excesivamente en serio no se debería extrañar nadie que ni el gobierno ni la sociedad tampoco se lo tome.

Y ¿en provincias quiénes son los primeros? ¿libreros o editores?

Hemos hablado y hecho la clasificación por separado en entradas anteriores de las librerías y de las editoriales. Todo ello con base en la correspondiente clasificación CNAE y datos de registro.

Dejábamos unas preguntas abiertas a las que ahora aportaremos una contestación. UNA, no LA contestación.

1. ¿Quién manda en Provincias? ¿Los editores o los libreros?

De las 48 provincias de las que hemos obtenido información en 14 de ellas la primera empresa del sector es una editorial y en los otros 34 es una librería. Es cierto que siendo menos, las editoriales ocupan el primer puesto en parte de las provincias con mayor volumen de población (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla)

Ver tabla

editoriales_librerias

2. ¿Cuál es el peso/posición de las principales empresas del sector en relación al resto del tejido empresarial? Nos referimos siempre a nivel provincial. Los datos nos hacen atisbar que el peso empresarial buscando la referencia o la cabeza visible a nivel económico es escaso.

Sólo hay tres empresas que en sus respectivas provincias se encuentran entre las 200 primeras.

– Aranzadi (Editorial) en Navarra en el puesto 63

– Santos Ochoa (Librería) en La Rioja en el 150

– Planeta (Editorial) en Barcelona en el 168

Si ampliásemos el abanico a las 500 primeras el abanico se ampliaría con 14 empresas más. 12 librerías y 2 editoriales. (Acceder a la tabla. Color amarillo entre las 200 y azul entre las 500)

rankingprovincial

El peso económico o, si se quiere, de relevancia a nivel provincial es escaso y tienen en cualquier caso un mayor peso las librerías que los editores. Esto como es fácil de entender dificulta probablemente los niveles de discursos que se mantienen y los niveles de representación que a veces algún subsector parece quererse otorgar.

Algo que debería tenerse muy en cuenta cuando se pretende tener una adecuada interlocución con las distintas administraciones; sobre todo en estos momentos en los que se vuelven a desempolvar planes estratégicos y demás.

Pone igualmente de manifiesto que probablemente si sólo se tiene en cuenta la vertiente económica será complejo conseguir fondos específicos para el sector. Quizás se deba incidir más en el discurso simbólico que tiende a abandonarse con cierta facilidad.

3. ¿Si pensamos en interlocución de carácter económico ante las administraciones autonómicas quiénes deberían llevar la voz cantante en cada caso?

Adjuntamos a continuación el mapa autonómico del peso de cada una de las empresas teniendo en cuenta el que se sea cabecera de provincia olvidándonos, en este caso de las Comunidades Autónomas uniprovinciales.

mapaautonomico

Mapa de editoriales. Las número 1 en provincias

Ante los cantos de sirena suele resultar un buen ejercicio bajarse a la arena de los números y los datos concretos sobre todo si los mismos son oficiales.

La semana pasada hablamos de quiénes eran las librerías cabeceras en cuanto a volumen de negocio en cada provincia.

Tanto en el caso de las librerías como de las editoriales nos referimos a aquellas empresas que estén constituidas con alguna fórmula societaria.

En el caso de las editoriales nos hemos guiado por el código CNAE 5811 y, en algunos casos, sobre todo cuando su actividad se veía claramente ligada más al sector de servicios editoriales que al editorial hemos optado por la primera en el escalafón con una clara actividad editorial.

En algunas provincias, pocas pero más que en el caso de las librerías, no existe una actividad editorial mínimamente significativa.

Dicho lo cual aquí podéis acceder a los barones provinciales en el mundo de la edición. 

Editores_provincias

VER LISTA COMPLETA

Y ahora se abre un campo, en mi opinión sugerente de interrogantes.

1. ¿Quién manda en Provincias? ¿Los editores o los libreros?

2. ¿Cuál es el peso/posición de las principales empresas del sector en relación al resto del tejido empresarial?

3. ¿Si pensamos en interlocución de carácter económico ante las administraciones autonómicas quiénes deberían llevar la voz cantante en cada caso?

4. No quiero olvidarme de los distribuidores que intentaremos también analizarlos.

Mientras tanto mañana intentaremos proponer alguna respuesta a las preguntas anteriores.

Dejo dos citas para terminar de Miguel Otero (Cfr. Hic nulus est defectus en Revista Trama&TEXTURAS 25, pag. 54 y 55)

La supervivencia económica de una editorial en marcha necesita ingresos muy superiores a los que proporcionaría en este momento lo digital, por más que las cifras de este tipo de edición fuesen de lo más optimistas. De ahí que el editor, en vez de afrontar decididamente el problema, se ha obligado a continuar con las constantes del libro impreso y retrasar la necesaria incorporación del libro digital, lo que ha traído interferencias de otras empresas que, en muchas ocasiones alejadas del libro, han visto en el libro un producto para llenar páginas de venta por Internet a través de nuevos portales.
Parece, pues, lógico que con esta estructura reticular tan dañada, a lo que el sector del libro se está abocando es a una reestructuración, aunque no debemos olvidar que el libro impreso y el digital transitan por caminos diferentes, aunque el objetivo sea el mismo.
Lo anterior es lo que desde el ángulo sectorial se puede ver como escenario en la salida de la crisis editora: disminución de la oferta, contracción de la dimensión del libro impreso y la llegada de nuevos canales y productos, aunque recuperar el ímpetu de otras épocas será muy difícil y lamentable mente dejará en el camino algunas empresas.

El préstamo digital en las bibliotecas en Euskadi ¿más propaganda que realidad?

Volví del Congreso de Libro electrónico celebrado en Barbastro bastante preocupado en torno al futuro y sostenibilidad del proyecto de, llamémosle con propiedad, préstamo digital de obras con derechos en Euskadi. La preocupación no es nueva. Se viene extendiendo ya a lo largo de este año. Tanto con motivo del Liber como en junio adelanté algunas reflexiones.

Digo esto porque la Biblioteca Digital de Euskadi, Liburuklik, ya lleva tiempo existiendo y ofrece la posibilidad de consulta de fondo libre de derechos. De hecho e-liburutegia aparece como una parte de este proyecto más global.

Digo que vine preocupado porque ante una pregunta tan sencilla como cuántos recursos (humanos, tecnológicos, de contenidos) se van a destinar para la sostenibilidad del proyecto, la responsable del servicio de bibliotecas del Gobierno Vasco no supo o no quiso, esto sería peor, qué contestar.

Me ha preocupado más todavía el leer unas recientes declaraciones de Joxean Muñoz, viceconsejero de cultura, aparecidas en los medios en el día de ayer que señala algunas ventajas que en mi opinión acabarán convirtiéndose, si no lo son ya, en inconvenientes:

– Alaba las aparentes bondades de ‘una plataforma propia y pública’. Lo que quizás no se señala es que está siendo desarrollada por una empresa externa y las prestaciones de salida van a ser muy inferiores a otras plataformas existentes en el mercado que ofrecían en su momento y supongo que lo seguirán haciendo el ser alojadas en servidores públicos y adecuarse a las demandas específicas de la administración. Por ahora lo que parece que va a costar el desarrollo de la plataforma en 2014 y 2015, según los presupuestos públicos,  es 180.000 euros. ¿Inversión adecuada a los servicios que presta y a otras posibles prestaciones que serían tan públicas como esta? Lo dudo.

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Comercio Interior del Libro 2013. ¡La saga! -5

¡Trabajo, quiero trabajo! 

Ya lo cantaba Atahualpa Yupanqui

Hay un detalle curioso, aparentemente, en toda la evolcuión de los datos de Comercio Interior. La disminución de la cifra de negocio es tremendamente significativa y, en cambio, no es tan importante la pérdida de empleo que se produce.

Supongamos que planteásemos como ejercicio a unos alumnos espabilados el siguiente:

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