Anhelo, deseo, asombro, lentitud…

Mi amigo Marc me recomendó un librito, Pequeña teología de la lentitud, de José Tolentino Mendonça y editado por Fragmenta editorial que terminé ayer de leer.

Lentitud, espera, cuidado, compasión, alegría, gratitud, contemplación, muerte, deseo, encuentro… van siendo desgranados en breves capítulos, no más de cuatro páginas, a lo largo del libro.

Ideal para una lectura reposada y después de cada capítulo parar y darle una vuelta quizás incluso mientras paseamos.

No me resisto a dejaros aquí algunos párrafos de las tres últimas páginas.

Bendito el futuro que se ría de nosotros por haberlo confundido todo: el desplazamiento con el viaje, la aproximación con el encuentro, la propiedad de las cosas con su uso, la acumulación de bienes con su sano disfrute… Bendito el futuro en que las tecnologías dejen de ser un fetiche en manos del mercado… Bendito el futuro que nos inspire modos de existencia más auténticos, más atentos con el ser humano, pero también con el resto de criaturas…

Aún anhelo algo más: que la humanidad… se deje desconcertar por el inefable esplendor de cada amanecer; que se quede sin palabras ante el mar, como aquellos que lo vieron por primera vez; que se sienta irresistiblemente atraída por la variedad de colores, volúmenes y fragancias del paisaje diurno y nocturno;… que mantenga la capacidad de asombro ante la manera que el viento arrastra nuestrs voces felices en la distancia… Deseo fervientemente que la humanidad del futuro saboree la turbación por lo que permanece abierto no por escasez, sino por exceso, y no se apresure a catalogar, describir o apresar. Que su forma de comprensión sea una nueva manera de mantener intacto (o de aumentar incluso) el asombro.

 

 

Incertidumbres digitales

Hoy a la mañana recuperaba esta cita para facebook:

Vivir en la era de la incertidumbre exige una mentalidad nueva, un plus de creatividad. La idea que nos vendieron de que el mundo iba a ser cada vez más fácil es una verdad a medias. A medida que aumentan las ventajas crecen los riesgos. Y hoy el mayor de todos ellos es vivir sin certezas absolutas. Ésa es la esencia de la democracia. (Salvador Pániker en César Coca ; Entrevista con la cultura; Bassarai, pag. 124)

A la tarde me reencuentro con esta serie de entrevistas realizadas por IBE-TV que llevan como título general incertidumbres digitales y en la que tengo el honor de haber sido incluído.

Mañana se inaugura Liber. Habrá quien pretenda convencernos de sus certezas digitales que mutan también según sus propios intereses…

Yo me acercaré con la actitud que refleja la reflexión de Pániker intentando atisbar los riesgos ante algunas de las falsas certezas.

 

La cultura en la era de la incertidumbre…

Daniel Innerarity publica hoy un artículo el El Correo que lleva como título La política en la era de la incertidumbre. En abril, escribió también en el mismo medio en torno a lo improbable.

No es la primera vez que Innerarity reflexiona en un artículo en torno al momento actual y la incertidumbre. Ya en el año 2011, en un artículo en El País, escribía: Los límites cognoscitivos se refieren al hecho de que entramos en una era de mayores incertidumbres en general, pero de manera particularmente aguda en el caso de la política.

Me interesan sus reflexiones y me he permitido recoger tres de ellas. Os invito a leerlas-mirarlas desde el ámbito de la cultura, pensando sobre todo en el hecho de que algunas de las obras o creaciones se sitúan precisamente, en ámbitos inciertos, poco claros, sin límites totalmente definidos, abiertos a lo que pueda pasar o a la reacción que puedan generar, provocando o invitando hacia situaciones disruptivas…

Lo digo, además, por lo que puede tener de tensional con algunos discursos que se escuchan en ese mismo ámbito cultural que intentan fijar, definir y delimitar un único futuro o, lo que es peor, un futuro y una realidad cerrada y ya definida.

Ahí dejo las tres citas para que cada uno nos podamos mover en nuestras propias incertidumbres y en las de nuestras circunstancias.

  • La perplejidad es una situación propia de aquellas sociedades en las que el horizonte de lo posible se ha abierto tanto que nuestros cálculos acerca del futuro son especialmente inciertos.
  • Que haya una incertidumbre general es compensado por unas supuestas evidencias que se vuelven especialmente toscas e incluso agresivas.
  • Entender lo que pasa es hoy en día una tarea más revolucionaria que agitarse improductivamente, equivocarse en la crítica o tener expextativas poco razonables.

Cuando ocurre lo improbable… ¿en cultura también?

Así se titula el artículo que firma hoy domingo en El Correo Daniel Innerarity. Me ha parecido muy sugerente en un momento en que desde algunos sectores relacionados con la cultura se intenta medir, predecir y, quizás, indirectamente dirigir el futuro del gusto desde unos planteamientos reduccionistas y, en mi opinión, unidimensionales y equivocados.

Innearity centra su análisis en el ámbito de la política y la democracia, pero las actitudes y la reflexión sobre los fenómenos que formula creo que, como terreno para la reflexión y análisis de sus posibles consecuencias, son extrapolables a otros sectores como puede ser el de la cultura.

Me interesa de manera particular la dificultad que señala para intentar definir y/o adivinar el futuro de anticiparnos a lo que pueda suceder y quizás, ante este hecho, el interés que puedan tener algunos por decirnos, mirando al pasado, qué es lo que tiene que suceder y obviar el espacio de la incertidumbre y, también, el del error como espacio para el crecimiento y el cambio.

Señalo algunas frases recogidas en el articulo. Os invito a leerlas no sólo desde el punto de vista del análisis político, que también, sino desde el ámbito de la cultura, sus soportes y productos. Creo que no os resultará complicado encontrar algunas posibles equivalencias.

  • No tenemos ningún control sobre el mundo, ni en términos de anticipación teórica ni en lo que se refiere a su configuración práctica.
  • ¿Cómo hacer previsiones cuando no estamos en entornos de normalidad y nada se repite?
  • Estamos en una época cuya relación con el mañana alterna brutalmente entre lo previsible y lo imprevisible.
  • Hace no muchos años el debate era si los cambios se producían en nuestras sociedades mediante la revolución o la reforma. Actualmente el cambio no se produce ni por lo uno ni por lo otro, ese ya no es el debate, sino por un agravamiento catastrófico de factores en principio desconectados.
  • Lo que convierte a la política en algo tan inquietante es el hecho de que sea imprevisible cuál será la próxima sorpresa que la ciudadanía está preparando a sus políticos.
  • Estamos utilizando términos huecos («significantes vacíos» los llaman quienes aspiran a obtener alguna ventaja de esta resignificación) y esta vacuidad pone de manifiesto qué poco entendemos lo que está pasando. Necesitamos urgentemente nuevos conceptos para entender las transformaciones.. y no sucumbir en medio de la incertidumbre que provoca su desarrollo imprevisible.

Si estas dudas e incertidumbres se ciernen sobre la política qué no se cernirá sobre la cultura y la creación como reflejo además en ocasiones de la divergencia o o de nuevas propuestas de sentido y de lectura expresiva de la realidad.

 

La ideología de la novedad…

Me vais a permitir que divague un rato siguiendo el hilo de esta viñeta y de un reciente artículo en catalán de Marina Garcés que lleva por título La ideologia de la novetat.

Parece que ya hemos normalizado en nuestros usos y costumbres vitales el término y las consecuencias de la obsolescencia programada y el continuo cambio, en mayores o menores plazos de tiempo, para sustituir con la idea de mejorar no aquello que se hizo viejo, sino por seguir el tran-tran de la ideología de la modernidad:

La novetat és la ideologia de la modernitat. La modernitat és aquell temps en què tot el que és bo és nou i tot el que és nou és bo….

el consum converteix la novetat en producte de temporada i ens encadena al desig insaciable d’un canvi permanent que no transforma res. Al contrari: la producció incansable de novetat és avui el que destrueix el present i el futur de la vida sobre el planeta i l’anestèsia mediàtica i consumista que ens permet viure tolerant-ho.

Uno tiene la triste sensación de que el sector del libro es en muchos de sus actores una parte muy activa de sustento a esta ideología y, lógicamente, a las consecuencias que ello supone.

Es por ello que, personalmente y en la parte empresarial, veo con interés aquellas propuestas, bien de editoriales que intentan ajustar su catálogo para mantener una propuesta coherente y sostenible y, entre las propuestas libreras aquellas que nos hacen ver que hay mucho leído por otros que puede ser releído. incluso hay mucho que otros compraron y que ni siquiera leyeron, que igual otro puede acabar leyéndolo. También aquellas que invitan al estar lento e intentan habilitar los espacios para ello.

Escribe un poco más adelante Marina, reflexionando sobre la política y las palabras:

les paraules no són només discursos. Són allò que som capaços de fer-hi i de viure-hiPer exemple: no és el mateix cooperar per a les empreses capitalistes que per a l’economia social, ara que tothom diu que coopera.

Con las palabras con las que nos movemos en el sector probablemente pase lo mismo: lectura, lector, biblioteca, librería, catálogo, cultura, empresa, ¿industria?, digital

No voy a extenderme sobre los paralelismos que el artículo me sugiere con algunos planteamiento provenientes fundamentalmente de personas que se autodenominan ‘evangelistas digitales’. Sólo una última cita para terminar:

Mai no viurem del tot en un món nou, perquè el futur, com ens ha ensenyat la modernitat, és el que no arriba mai. Però sí que volem un bon viure, per a tothom, en aquest. Com deien abans, aquí i ara.

Quizás debamos ser conscientes que el trabajo y la acción cultural no es ajeno, ni se desarrolla al margen de las tendencias sociales, políticas y económicas.

 

No seamos ingenuos ante algunas de las propuestas de futuro para el sector

futuro_febrero_2017

Esta viñeta de El Roto creo que es un buen reflejo de las propuestas que algunas personas realizan sobre el futuro del sector del libro. Unas, alucinantes, y otras, quizás alucinatorias. Probablemente nos lleven al no-lugar o, lo que aún es peor, a ningún sitio.

Carlos A. Scolari señala con cierta claridad, en el reciente La lectura en España. Informe 2017 que resulta imposible realizar predicciones o visualizar escenarios más allá del corto plazo. Lo que sí se puede hacer es analizar con detenimiento otras transformaciones precedentes de ese ecosistema para comprender su dinámica. (185; Carlos A. Scolari).

Vivimos un momento, como señala Rüdiger Safranski, que es como si estuviésemos en un volcán en erupción porque está moviéndose todo. Es por ello quizás más sugerente intentar comprender el hoy y el corto plazo en relación a lo precedente que intentar, que siempre es posible, plantear un futuro sin pasado y, casi, sin presente.

Hay, quizás una pregunta importante a hacerse ya en el hoy, pero que da la sensación que genera miedo al abrir un vacío sin aparente respuesta.

Acerco la misma duda metódica, la pregunta quizás sin respuesta, que se plantea Evelio en La reinvención de la… ¿»biblioteca»? donde parece que queremos atisbar un futuro sin saber cómo nombrarlo y que nos vale lo mismo si pensamos en bibliotecas o en libros.

¿en qué momento podemos decir que la “reinvención” se ha convertido en una “redefinición”?

La duda sobre cómo y qué nombramos no es nueva y, se suele decir, que lo que no se nombra, no se conoce.

Quizás lo que ocurre en algunos de los planteamiento futuribles e interesados de algunas personas es que nos quieren imponer sus intereses. No está de más recordar el ‘aviso a navegantes’ de Alvin Toffler que recoge Lorezo Soccavo:

Si vous n’avez pas de stratégie, c’est que vous faites partie de la stratégie de quelqu’un d’autre.

Así que mientras unos se atreven a afirmar lo que vendrá, otros, quizás con más modestia, fruto del conocimiento, nos ofrecen con más humildad algunas ideas para ‘mirar el futuro’.

Termino con una cita de Sherry Turkle en su libro En defensa de la conversación, que me parece sugerente:

No hay que subestimar nunca el poder de un nuevo objeto evocativo. La historia del uso que hacemos de las tecnologías que nos permiten llevar un registro de nosotros mismos o un registro cuantificado para reflexionar sobre nosotros está todavía en sus albores. Utilizados intencionadamente, pueden dar lugar a una reflexión que nos acerque a nosotros mismos. Pero no pueden conseguirlo por sí solos. Las aplicaciones te pueden dar un número, sin embargo, solo las personas pueden aportar una narración. La tecnología puede exponer el mecanismo, pero es la gente quien tiene que encontrarle un significado. (101)

Esforcémonos pues por crear nuestras propias y múltiples narraciones que pueden también ser compartidas.

 

Lo más visto en Cambiando de tercio en el mes de diciembre y en lo que va de año…

Los cinco más vistos en diciembre

Los cinco más vistos en lo que va de año

Feliz 2017

Ojalá que parte de las conversaciones a las que desde aquí y las redes sociales te invite sigan teniendo muchos de estas claves en su devenir.

Este es un reflejo de lo recogido en facebook:libro, libreros, librería, compañeros, soñados, independientes, Bilbao, mundo, gracias, años, editorial…

Y, también, nombres de algunas personas que a lo largo de este año han sido importantes…

Cultura, (post)crisis y los futuros probables, preferibles, plausibles y posibles…

La semana pasada además de las jornadas cultura y (post)crisis celebradas en Bilbao miércoles y jueves, en Vitoria-Gasteiz se celebró el martes la jornada organizada por Karraskan «Futuros cercanos» a la que no pude asistir.

También y no es punto menor, el amigo Joaquín Rodríguez o, mejor, sus Futuros (en plural) del libro andaban celebrando los 10 años de vida.

El cruce de lo oído en el caso de cultura y (post)crisis, del texto leído relacionado con Futuros cercanos y el aniversario me aportan algunas ideas que se completan, además, con el dossier de Cultura y crisis que publicó Galde y el inicio de la lectura de Cultura libre de Estado de Jaron Rowan.

Así que ahí van algunas de ellas.

  • Empecemos por lo más antiguo, la entrada con la que Joaquín inició su andadura que decía así: El libro no es una realidad inmutable, un objeto imperturbable. La historia de los soportes de la escritura, de los modos de producción y de su uso y consumo nos muestran que esa realidad es, al contrario, mutable y cambiante. Este blog tratará de reflexionar sobre la naturaleza móvil y versátil de ese soporte y de la industria que lo rodea. Y una reflexión de unos años posteriores… Un futuro plural, por tanto, futuros del libro, y no futuro unívoco y digital.
  • Sigamos por el texto que abrió la jornada Futuros cercanos en el que, entre otras cosas se decía:

Seguir leyendo «Cultura, (post)crisis y los futuros probables, preferibles, plausibles y posibles…»

Lo más visto en Cambiando de tercio en el mes de octubre y en lo que va de año…

Los cinco más vistos en octubre

Los cinco más vistos en lo que va de año

Futuros balbuceantes, y pasados escondidos…

Hay algunas afirmaciones y predicciones que me siguen maravillando.

Yo no sé qué va a pasar mañana con mi vida y, al mismo tiempo, hay personas que dicen saber lo que va a pasar dentro de 20 años, qué se va a vender o se va a dejar de vender, o qué papel van a jugar determinados objetos o soportes y cómo va estar presente la tecnología en nuestras vidas que, al mismo tiempo, no sabemos si seguirán estando presentes y vivientes dentro de 20 años.

Puede ser, siguiendo el hilo de alguna de las reflexiones que plantea Víctor del Río en La pieza huérfana. Relatos de la paleotecnología que quienes creen predecir el futuro, o eso nos quieren hacer creer, en el fondo ‘fantasean sobre la apariencia que tendrá el mundo dentro de unos años mientras las transformaciones remueven el suelo que pisamos‘ (pag. 11) y más adelante, como una llamada de aviso para los humanos actuales y no para los y lo que está por venir.

«No hace falta arrastrar a la tecnología hacia la ficción porque es en sí misma ficción. Los eventos de la tecnología se proyectan en el mundo de una fantasía que prefigura formas de vida y que tiene manifiestos vínculos con el pensamiento utópico. Pero esa afirmación sería una ingenuidad si no la acompañamos de una referencia al hecho de que el principal motor de la producción tecnológica es económico, y que al proyectarse como ficción no hace sino liberar un antiguo espectro que procede del romanticismo» (pag. 24)

Si lamirada al futuro que algunas personas nos presetan parece estar cargada de trampa, parece que también nos hacemos trampa cuando miramos hacia atrás. Así parece señalarlo Antonio Rodríguez de las Heras en el artículo, Pecado original, que ayer escribió en bezdiario.

Escribe Antonio:

Con mis alumnos recorremos la evolución tecnológicaque ha dado como resultado este mundo digital, este mundo en red. Es una buena lección. La industria militar y las guerras, el control de los poderosos, el consumismo, el gigantismo apabullante empresarial, las injustas y persistentes desigualdades…  constituyen la orografía para este flujo de la evolución humana junto con el empeñoso caudal del ingenio también humano.

Quizás cuando miramos hacia atrás o cuando otros pretenden señalarnos su camino como único hacia delante, mientras al mismo tiempo, intentan esconder su pasado seamos conscientes de que nos cuesta trabajo asimilar plenamente la gran revolución del pensamiento que supone ver el mundo y todas sus cosas, incluidos los humanos y sus obras, como procesos evolutivos, tal y como señala Antonio Rodríguez de las Heras.

Maneras de negar, en el fondo, el protagonismo de nuestras vidas.

La perspectiva necesaria…. también para las librerías

Primer sábado de agosto. Ritmo más sosegado. Quizás por ello se producen sinapsis más curiosas.

Hilo pues pequeñas reflexiones y citas de tres artículos vistos hoy a la mañana y añado una recomendación final.

  • Conviene coger con pinzas lo que vienen siempre anunciándose como salvador por el cambio del mundo. José Ramón Alonso nos hable en bez de 10 tecnologías que iban a cambiarlo. Eso decían sus creadores, y acabaron en fracaso absoluto. ¿Cuántas de las actuales sobrevivirán o a quiénes debemos de creer?

Irrumpieron con la intención de marcar un hito histórico. Sin embargo, terminaron quedándose en nada.

Así que un alejamiento del valle de nuestra cotidianidad nos hace ver, con solo esta imagen de la canica azul, conceptos, interpretaciones del fenómeno fascinante de la vida y de nuestra especie y cultura difíciles de asumir a ras de suelo. La importancia del viaje (en esta ocasión un viaje de la Tierra a la Luna) para descubrirnos.

  • Así que con esta perspectiva y con las constataciones de muchos fracasos encubiertos de los que no se habla mucho porque pondría siempre en crisis constante lo que se nos vende como novedoso y último me acerco al texto de Juan Jacinto Muñoz Rengel en El País, Las librerías en el nuevo mundo feliz, para comprobar que quizás la resistencia adaptativa y con sentido sigue teniendo su espacio y lugar.

cada uno de esos libreros independientes, que de verdad cree en los libros y en la literatura, es un portador de la llama. Un héroe anónimo que mantendrá vivo el fuego durante los tiempos de oscuridad. Y cuando algún día una generación se dé cuenta de que esa felicidad plana y anodina era un fraude, y de que todas las nuevas tecnologías de la evasión juntas nunca podrán reproducir un ápice del auténtico placer de la lectura, ni de la forma de estar en el mundo que implica, ellos estarán allí para hablarles de la última moda: leer historias de mucho más de una línea, leer historias infinitas. 

Podéis tomarlo como un divertimento veraniego o darle una vuelta.

Lo que sí os aconsejo es que leáis las estupendas columnas-relatos que Marta Fernández nos está ofreciendo desde el 1 de agosto en El País. Quizás ella da la pista final que cierra el círculo cuando escribe:

Todas las librerías son el mismo sitio: las neuronas conectadas del cerebro del mundo, la clave para descifrar los misterios, la inteligencia secreta del planeta.

Bibliotecas… ¿para qué?

Una interesante pregunta ¿no?

Mañana en Donosti, de la mano de Donostia Kultura, el Koldo Mitxelena de la Diputación y Tabakalera empiezan a celebrar un conjunto de actividades en torno al Día de la Biblioteca que es el 24 de octubre.

Me han invitado a participar el viernes en una mesa redonda para contestar precisamente a esa pregunta.

Bibliotecas_paraque

Me parece siempre positivo que las personas y las propias instituciones nos atrevamos a preguntarnos por el sentido de las mismas, por sus finalidades, por ver si responden realmente a algo o se han convertido por el simple paso de los años en entes muertos, falsamente sacralizados e idolatrados, llenos incluso de personas vivas, pero en los que al final la forma puede sobre el fondo y lo externo, la apariencia y los discursos trasnochados pueden acabar haciendo imposible la vida.

Tengo algunas pinceladas preparadas de datos e imágenes cogidos de aquí y allá que creo pueden resultar sugerentes para la conversación.

Aquí os los dejo y que cada uno las interprete como quiera…

Editores palpables e ¿inclasificables?

El próximo fin de semana, en Salamanca, en la Biblioteca de la Casa de las Conchas se celebra el Tercer encuentro de editores inclasificables.

inclasificables 2014En estos tiempos donde prima el ping-pong y el tenis (papel-digital; digital-papel) el que un grupo se salga de la norma es una excelente noticia.

Son por lo menos 36. Es decir: más que cuatro y un tambor que a alguno podría ser lo primero que le viniera a la cabeza.

Ojear en sus webs los catálogos es una delicia, una loa a la diversidad y una constatación de que el soporte como mediación para algunos contenidos siegue siendo clave y es imposible de digitalizar si se pretende la misma experiencia. En algunos casos, si se fijan con detalle, es también interesante analizar en que libreraías o espacios culturales es posible encontrarlos.

Este encuentro precede en algo más de un mes al segundo sobre Libro electrónico. tengo la sensación de que en gran medida estos editores inclasificables viven relativamente tranquilos y alejados de este falso debate en la medida que el proceso de negocio fundamental sea la mera trasposición de lo textual a nuevos soportes y no se reflexione sobre el fondo de la literatura digital: La que utiliza todos los recursos de lo digital para narrar, como señala Pablo Arrieta.

Los editores inclasificables sacan en cambio ‘chispas’ a los distintos recursos palpables. Se adaptan, se amoldan, realizan creaciones únicas y en la mayoría de los casos indigitalizables como tal.

Es normal: lo digital está todavía por inventarse (Pablo Arrieta). Así que, en el ámbito de la cultura y de la creación ¿no serán por ahora más enriquecedores los ‘inclasificables’?

Cuando veo, por ejemplo, el panel de startups editoriales que van a asistir al Congreso de Barbastro, tiendo a que la mano me proteja el bolsillo. Cuando veo el perfil de los editores que el fin de semana van a estar en Salamanca tiendo en cambio a limpiarme bien las gafas para contemplar lo mejor posible. ¿Diferente no?

Entiendan esto último como un juego dialéctico e irónico, pero con base real.

Librerías. Cervantes de Oviedo a siete años de los 100…

Y a tí ¿Cómo te gustan las librerías?

Lo que todavía le falta al Amazon y al libro electrónico para llegar a esa edad…

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Cuando hace unos meses disfrutamos de la compañía y la conversación con Concha y Alfredo Quirós ya nos avisaron para que fuéramos reservando fecha para el centenario.

¡Cómo pasa el tiempo!

Pude celebrar con ellos los 75 años y ya andamos bastante más cerca de los 100 que de los 75 celebrados.

Quieren que se vaya corriendo la voz y merec la pena hacerlo porque pocas librerías hay con tanto añitos a la espalda y tan bien llevados estando, o por lo menos intentándolo, a la última.

El mes pasado La Nueva España le dedicó en dos días un amplio reportaje a Concha Quirós. Quizás no vonvenga olvidar, ahora que todo parece tan fácil y por tan acomodaticio de escaso valor en ocasiones, este titular

hijadelibreroA lo largo de estos años ha habido tiempo para compartir ilusiones, proyectos, preocupaciones en torno al libro, la librería. Han sido siempre personas, Concha y Fredi, con las que siempre al conversar uno se ha dado cuenta de que había y hay proyecto y una preocupación grande por su gente.

Disfruto cuando después de años vuelvo a aterrizar por la librería Cervantes y vuelvo a reconocer caras con las que ya hace años compartí sidra y que ahí siguen estando y, espero, seguirán hasta esos 100 por celebrar.

Y a tí ¿Cómo te gustan las librerías?

 

 

 

 

 

La cultura del futuro que algunos pretenden imaginar para nosotros

Angel Mestres ha escrito un sugerente artículo sobre cómo nos imaginamos la cultura en el futuro.

Son, muy a tener en cuenta, los avisos previos que señala ante los ‘falsos gurús’ que con las ventas de su futuro van llenado sus bolsillos presentes.

Querer predecir el impacto de la tecnología en el desarrollo futuro de la cultura está, así,  prácticamente condenado al fracaso.

Es claro que vivimos en una situación de cambio. Esto es innegable, pero es preocupante que mucho de lo que se cuenta y algunos montan sigue basado en viejos modelos económicos y relacionales sin reflexionar en profundidad sobre el nuevo papel de los usuarios, los nuevos contenidos en función de los nuevos soportes y las nuevas lógicas relacionales.

Las empresas e instituciones que han vivido de y en el mundo de la cultura, las del libro también, en cualquier caso sólo pueden reformularse desde lo que han sido en el tiempo. Es decir, deben afrontar el futuro desde su historia y su presente, pero no pueden tirarse a los brazos de lo que está por venir, renegando a su pasado que es lo que los ha situado permanentemente en su hacer y en el tiempo.

No conviene quizás olvidar que como señala Gonzalo Bolland

El engaño es la actividad económica que más rendimientos mercantiles obtiene, seguramente porque la cultura de nuestra época está basada en la mentira de la que hablaba Goebbels

Y así algunos, primero generan el discurso engañoso, montan después la empresa que lo legitima, nos venden finalmente su mentirosa verdad y se convierten de esta manera en los nuevos trileros Goebbelianos de los tiempos actuales.

También en la cultura y en el libro pasa esto.

Termina Angel Mestres

Bienvenidos al futuro que, como decían mis amigos de A77, es esto que está pasando ahora mismo.

¡Y son tantas las cosas que están pasando!

Presentes y futuros de las librerías. 1

El viernes se celebró el Día de las Librerías. Espero que haya sido un conjunto de pequeños éxitos. Estaría bien, en cualquier caso, conocer una valoración del mismo.

Hoy lunes nos podemos situar en un hipotético ‘día después’. La situación de las librerías es tan compleja como su propia diversidad y una parte de la situación institucional actual es también delicada.

La caída de ventas de los dos últimos años ha sido fuerte y no soy de los que veo el 2014 con un exceso de optimismo en cuanto a posibles repuntes.

En cualquier caso en el mundo de las librerías la feria también va por barrios más allá de lo digital. Pondré solo dos sencillos ejemplos. Quien haya tenido hasta la fecha una cifra importante de su facturación relacionada con la venta institucional es muy posible que esté sufriendo más duramente la situación de crisis que quien tenga un mayor nivel de diversificación. De la misma manera, quien se haya movido con un público fiel o fidelizado por motivos distintos tendrá armas de juego distintas que aquellas librerías que se mueven solo en el terreno del ‘público de paso’.

Me han parecido muy sugerentes las últimas reflexiones de Bernat Ruiz y también el debate mantenido en Núvol.

Ya lo he dicho en otras ocasiones. La librería y las personas que trabajan en ellas siguen siendo mis ojitos derecho del sector.

Es por ello que iré dedicando en los próximos días un tiempo y un espacio para la reflexión en torno a los presentes y los futuros de las librerías.

Empezaré con un artículo de Antonio Ramírez, Imaginar la librería, que tuvo, y eso está bien y es interesante, alguna contestación que vuelve a situar o poner encima de la mesa algunas dudas e interrogantes sobre modelos de librería y sobre su presente y futuro.

Con la librería, creo que pasa lo mismo que con el libro, los editores, los autores o los distribuidores. No hay un único futuro, sino que, casi con seguridad, hay un único abanico.

Una de las tendencias más palpables del pensamiento ‘neocom’ es hacernos creer que solo hay un camino, una solución y es posible que lo traslademos en ocasiones de manera inconsciente al sector del libro con el problema añadido de que el mismo suele venir diseñado por quien o quienes tienen el poder económico.

Resaltaré en primer lugar algunas de las líneas que más me han gustado del artículo de Antonio.

1. Él habla de ‘una’ y no de ‘la’ librería, lo cual supone indirectamente la aceptación y posibilidad de otros modelos.

2. Lo plantea buscando la dirección aparentemente contraria de las tendencias o del paradigma que parece situarse como dominante.

Seguir leyendo «Presentes y futuros de las librerías. 1»

¿Dónde está el problema?

Parece que uno de los problemas de los editores está en el mismo punto, y aumentado, que en el que estaba ya hace más de diez años.

“En el futuro, lo más importante será encontrar filtros que funcionen de intermediarios entre el editor y el lector, función de la que parece haber abdicado la industria por la necesidad de publicar; más que venderse, los libtos deben estar disponibles en todos los puntos, lo que conduce a que las editoriales cumplan cuotas de producción donde la calidad deja de ser el objetivo prioritario. Los editores… Pueden llegar a confesar, cuando cae la noche y se resisten a mentir(se), que de las ciento veinte novelas que publican al año sólo quince o veinte merecerían ser compradas, algo que nunca dirían tras su escritorio, a plena luz del día. Esta situación es resultado de las transformaciones que experimentó la industria editorial en el siglo XX, periodo en que la distribución acabó por imponerse sobre la producción, y el criterio comercial avasalló a la creación literaria. En este nuevo orden económico, el editor pierde importancia y el marketing se vuelve el factor principal, lo que ha provocado que durante las dos últimas décadas surja en la industria el fenómeno de la sobreactuación. Como si se tratara de una mala obra de teatro, los editores sobre actúan ante el lector; dicen sin rubor, para imponerse a la competencia, que sus libros son verdaderas maravillas, a sabiendas de que es mentira. El problema más grave que afecta actualmente a la industria editorial es su falta de autocrítica, su permanente autojustificación con el pretexto de que, si ignora las leyes del mercado, terminará por desaparecer. Hablar de la muerte del libro es un falso debate porque su existencia se ve más amenazada por la sobreproducción de títulos que por los adelantos tecnológicos. Y aquí, de nuevo, su destino podría estar unido al de Internet, ya que ambos afrontan el mismo peligro; producir, por producir, sin coherencia y sin sentido.”[1]


[1] Ollé-Laprume, Phillippe en Varios; El libro y las nuevas tecnologías; Solar editores; pag.46-47

Lenta reconstrucción

vamosdespacioporquevamoslejos

Ha terminado ya el ‘sorpaso’ navideño y queda por delante el año ya iniciado que deseo planteármelo como un proceso reconstructivo.

He terminado hace unos días el libro de Manuel Castells, Redes de indignación y esperanza en su página 147 recoge algunas reflexiones que aplica a los movimientos sociales, pero que bien cuadran muy con mi estado de ánimo.

La primera que va a continuación la utilicé ya de hecho para visualizar el año que viene:

«Vamos a reconstruirnos de dentro afuera, sin esperar a que el mundo cambie para encontrar la alegría de vivir en nuestra rutina diaria. Ahora es invierno, llegará la primavera. La primavera es la estación de la vida y la revolución. Estaremos allí.»

Y en la segunda se marca el ritmo hacia la primavera..

«… creen que esta lógica no productivita del movimiento es la transformación mental más importante, aceptan la lentitud del proceso y se sitúan a largo plazo, porque la lentitud es una virtud: permite reflexionar, corregir errores y da espacio y tiempo para disfrutar del proceso de cambiar el mundo como preludio para celebrar el nuevo mundo que se crea. ‘Vamos despacio porque vamos lejos’ fue una de las pancartas más populares del movimiento.

Y este ir yendo despacio conviene hacerlo, como me suele decir una buena amiga, ‘ligero de equipaje’

Jornada de SocialTechBook: “El futuro del libro y el libro del futuro“

La Universidad de Deusto me ha invitado a participar el 15 de noviembre en la Jornada de SocialTechBook: “El futuro del libro y el libro del futuro“.

Hace ya unos años que no me muevo en estos saraos de manera tan concreta por motivos que los que aterrizáis por este blog ya sabéis.

En esas fechas me encontraré casi con seguridad en una situación de ‘sorpaso’. En cualquier caso me apetecía y les he dicho que sí.

Como la intervención por lo que veo será corta, no más de 10 minutos me he planteado articularla alrededor de 10 afirmaciones sobre los siguientes temas:

1.    El singular mata la singularidad

2.    10 afirmaciones tendenciosas o tendenciales sobre

a.   Las Lecturas

b.   Lectores que leen

c.    Los medios lectores

d.   Los autores

e.    Los editores

f.     Los libreros

g.   Los espacios que llaman a la lectura

h.    Los negocios

i.       Los derechos

j.       Los interrogantes sin resolver

Ya veremos qué se me va ocurriendo.

Si osqueréis apuntar aquí tenéis el formulario.