Sobre el informe de hábitos de lectura y compra de libros. Diferencias y evolución 2017-2018. 4

Acceso a los informes del 2017 y del 2018.

Tengo un amigo, creo que sabe bastante del tema de soportes, lectura y demás que me suele comentar la aparente inutilidad todavía en ocasiones de comparar papel y digital. Él suele decir que es como comparar peras con manzanas. Sí, son frutas, pero distintas.

Formato 2017 2018 Nº de libros 2017 2018
Sólo papel 40,3 38,7 11,6 11,2
Sólo digital 0 6 13,2
Papel y digital 19,4 17,2 16,8 10
% lectores 59,7 61,9

Los porcentajes con los que algunos han salido tan ‘cantarines’ no dejan ver a veces sobre qué tamaños poblacionales o muestrales se han conseguido y qué niveles de confianza ofrecen porque suelen ser siempre menores que los obtenidos sobre el conjunto de la población.

Tres cosas en cualquier caso sugerentes en torno a los soportes:

  • Aparecen por primera vez los lectores sólo digitales. Son la nueva especie del 2018.
  • Para quien quiera tenerlo en cuenta, creo que es importante, a la hora de sacar comparaciones entre los ‘lectores puros’ en relación al soporte, así los llama el informe, la base de lectores en el caso del papel es de 2257 y la de digitales es de 177. Dos dimensiones muestralmente difícilmente comparables. 13 lectores de papel por uno de digital. Y, además, desconocemos cuál es el error muestral para estos datos.
  • Es una pena que centrándose en esta ‘pureza de soporte’ no se analicen a los mestizos que son, probablemente, los que nos pueden aportar algunas pistas sugerentes sobre la evolución. Nada se dice de los lectores en los dos soportes que no conviene olvidar que son más que los que leen en digital.
  • Si planteáramos los números de otra manera podríamos decir que el 55,9% de los lectores lo hacen en papel y el 23,2% lo hacen en digital.
  • Otro detallito, no menor por lo que tiene de intencionalidad. Parece que los lectores en papel siempre compran y pagan por los libros. ¿Nadie los pide prestados en las bibliotecas? y la sospecha sobre el no-pago se deja que revolotee sobre el soporte digital. No estaría de más darle una vuelta a este dato que parece funcionar como prejuicio.

  • Y uno último que quizás sea el más importante, pero del que no hay datos en este informe. Igual el asunto de la cantidad no está específicamente en el soporte, sino en el género, pero sobre esto, el estudio nada dice…

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Junto a la edad (más jóvenes), el sexo (mujer), el nivel de estudios (universitarios) parece ser otra de las piedras angulares del hábito lector.

Nivel de estudios 2011 2012 2017 2018
Hasta primarios 83 78,9 85,4 89,1
Secundarios 94,5 94,3 95,9 97,1
Universitarios 98,4 98,3 99,3 99,3

A más nivel de estudios, más lectura sea cual sea el soporte y la mayor diferencia porcentual se produce en el libro (40,3 – 87,9)

Los mayores avances porcentuales entre el año 2017 y 2018 se produce en la lectura de libros entre las personas con estudios ‘hasta primarios’ pasando del 36,9 al 40,3. En las personas con estudios secundarios o universitarios el mayor avance se da entre webs y blogs, sin alcanzar todavía al ratio de lectores que estas dos categorías tienen de lectores de libros o de periódicos.

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¡Bendita juventud!

Si sólo la población entre 14 y 24 años es la que lee el 100% según el informe de hábitos de lectura ¿por qué no les dejamos a ellos que nos digan lo que hay que hacer o dejar de hacer para que así sea?

Edad 2017 2018
14-24 99,3 100
25-34 100 97,6
35-44 95,1 98,1
45-54 95,9 96,7
55-64 91,5 93
65 y más 86,1 91,3

La edad nos hace ver con más claridad que los comportamientos y hábitos varían con la misma y siguen tumbando algunos de los dichos y críticas más habituales.

  • El grupo de edad entre 14 y 24 años no sólo es el que más lee, sino también, el que más lee en el formato libro, con una diferencia importante, 19 puntos porcentuales, con el segundo grupo de edad más lector de libros que es el de 35-44.

  • Quizás nos debamos preguntar qué es lo que va pasando con el paso de la edad para que se dejen de leer libros.
  • El grupo de edad entre 14 y 24 tiene al libro como principal mediación lectora, 89%, superando en 11 puntos porcentuales a la siguiente que son las redes sociales, 78%.
  • De 35 años en adelante, el periódico es el soporte más usado.
  • Sólo en la franja de 35-44 hay un soporte exclusivamente digital, webs y blogs, que sea el más habitual.

Sobre el informe de hábitos de lectura y compra de libros. Diferencias y evolución 2017-2018. 1

Empiezo a leer en paralelo los informes del 2017 y del 2018.

Una coincidencia. Se define la lectura de la misma manera en los dos informes. Mantengo mi duda de que el informe sea capaz de ‘medir el concepto’ de lectura que se propone.

Constato algunas variaciones curiosas en la muestra.

  • Se rompe la paridad porcentual entre hombres y mujeres. En el 2017 era del 50%. En el 2018 los hombres pasan a ser el 51%.
  • Disminuye el porcentaje de población extranjera que pasa del 10% (2017) al 6% (2018)
  • Aunque aumenta el total de la población lectora, pasando del 94,7 al 96,1, cuando nos fijamos en los formatos, el aumento sólo se produce en los libros y en las webs y blogs. Nota. Es curioso que se considere al cómic como no-libro. Es en las revistas donde se constata un descenso superior.

  • La evolución de los soportes cruzada con la variable sexo demuestra algunas diferencias sugerentes. Por ejemplo: si aumenta la lectura de libros es, fundamentalmente, gracias a las mujeres. El descenso en las revistas es, porcentualmente, mayor en los hombres (7,7%) que en las mujeres (5,1%). El aumento en web y blogs es superior en los hombres (8,3%) que en las mujeres (5,6%)
2017 2018
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Libros 63,6 67,9 63,7 70,7
Revistas 35,6 46,7 27,9 41,6
Periódicos 82,2 67 80,8 67,1
Cómics 14 5,4 13,2 5,4
Webs, Blogs 51,7 47,3 60 52,9
Redes sociales 54,4 59,4 54,9 56

Seguiremos desgranando en próximas entradas más comentarios.

Lectura y formatos… todo es más lento y quizás menos variable de lo que parece

Estas navidades una persona conocida me ha enviado esta foto de un vagón del metro de Londres en fechas navideñas.

Hay personas que suelen incluir en sus charlas fotos comparativas en las que se pretende hacer el juego entre el ‘antes’, que todos leían en papel, y el ‘ahora’ que todos leen digital.

No haré de esta foto el elemento confirmatorio para afirmar que ‘todos leen en papel’, pero creo que es un hecho que resulta relevante en lo cualitativo y que por lo menos sigue dejando algunas reflexiones abiertas.

La primera, que no es visible en la imagen, es la constatación de que el metro de Londres no tiene una buena cobertura de red. Quizás ello provoque indirectamente la lectura aunque no tendría porqué ya que existen aplicaciones y posibilidades de leer sin conexión.

La segunda, la señala con claridad Manolo Bragado: la imagen es un reflejo de la lentitud de los procesos de hibridación de la edición infantil que continúa siendo de manera abrumadora en formatos impresos.

La tercera, que tampoco está de más recordarlo, es que nos pongamos como nos pongamos, son los usuarios quienes al final eligen y parece que en mayor o menor medida, el papel siempre está presente.

La cuarta, Mikita Brottman en su sugerente y provocador a ratos Contra la lectura, editado por Blackie Books, escribía: La mayoría de la gente sigue leyendo libros en su formato tradicional, tanto si pasan tiempo online como si no. Sin embargo, a pesar de que Internet ya se ha fusionado con la vida cotidiana, mucha gente se ha cansado de todos estos dispositivos electrónicos de mano que hacen bip, ping, que parpadean o que brillan, y quiere volver a las cosas más sencillas. Para muchos los aparatos electrónicos son lo opuesto a los libros y, en concreto, lo que está acabando con ellos. A estas personas les asusta que «la muerte del libro» pueda tener un efecto terrible en nuestra continuidad con el pasado y en cómo nos contemplamos a nosotros mismos, nuestro mundo y nuestra cultura; es posible que incluso se esté pavimentando el camino hacia una distopía sin libros donde las masas analfabetas dependerán de sus líderes para que lean por ellos (lo que, por cierto, se parece bastante a cómo han sido siempre las cosas). (pag. 33-34)

La quinta, ¿os habéis fijado en el nivel, por lo menos aparente, de concentración lectora? Están a lo que están…

Euskadi y algunos hábitos culturales de sus habitantes. 2. En torno a la lectura

El Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno Vasco acaba de publicar el Sociómetro Vasco que analiza en esta ocasión de manera casi monográfica los hábitos culturales de las gentes que vivimos en Euskadi.

Abordo en esta entrada, la segunda de la serie, los datos relacionados con la lectura.

Dejo el titular que me parece preocupante como tendencia en estos 14 años.

Aumenta en 16 puntos (46%) en relación a 2004 (30%) la falta de hábito lector y el desinterés por la lectura aumenta en 10 puntos (44%) en relación a 2004 (34%).

  • El 57% de la población dice tener afición (mucho o bastante) por la lectura. 4 puntos más que en el 2004. Las mujeres, 63%, superan en 12 puntos a los hombres. Los votantes del PSE son los menos aficionados. A más estudios, más afición. 79% (mucho o bastante) entre las personas de estudios superiores y un 43% entre los de estudios primarios.
  • El 66% leen en algún momento de la semana. 47% todos los días y 19% 2 o tres veces por semana. Es 8 puntos inferior al 2004. ¡Importante! Un 13% menos en la lectura diaria. El aumento de afición no parece guardar una clara relación con el hábito demostrado. Las alavesas son las personas de mayor frecuencia lectora por territorio (74%), frente al 57% de las gipuzkoanas. Los votantes del PSE y el PP son los menos lectores. A más estudios, más frecuencia de lectura. 81% a diario o algún día a la semana entre los estudios superiores y un 54% entre las personas con estudios primarios.
  • Aumenta en 16 puntos (46%) en relación a 2004 (30%) la falta de hábito lector y el desinterés por la lectura aumenta en 10 puntos (44%) en relación a 2004 (34%). El pfactor precio es prácticamente insignificante.
  • El formato de lectura preferido sigue siendo el papel. En cualquier caso ha bajado en 34 puntos su ‘exclusividad’ como único formato (48%), mayor entre las mujeres (54%). El 13% de los encuestados dicen que sólo leen en digital. El formato digital exclusivamente (16%) es más utilizado por los hombres que por las mujeres (9%) . Los votantes de EH-Bildu son los que más leen en formato digital (17%) junto con los menores de 21 años (19%)
  • El 54% de los encuestados dicen que leen libros alguna vez a la semana. 25% todos los días y el resto algunos días. Se mantiene el porcentaje en relación al 2004 entre los lectores diarios. Los gipuzkoanos son los que menos frecuencia de lectura tienen. Las personas con estudios superiores son las que tienen mayor frecuencia, 70% alguna vez a la semana,  frente al 41% de los estudios primarios. Las mujeres leen también semanalmente (52%) con mayor frecuencia que los hombres (46%)
  • El idioma mayoritario de lectura es el castellano (86%).
  • En relación al 2004 hay una muy ligera disminución en lo referente al número de libros leídos en los últimos doce meses entre el grupo de los que leen de 8 a 12 libros, un 1% menos, y 13 o más, un 3% menos.
  • El idioma de lectura mayoritario (83%) de los que saben euskera es el castellano.
  • El formato del último libro que están leyendo los lectores es mayoritariamente en papel (81%). Y, ese libro, sólo lo han comprado el 50%. Un 9% se lo ha bajado gratis por internet, lo que nos indicaría que prácticamente la mitad de los que lo leen en digital se lo han bajado gratis. Un 1% de los lectores señala que lo ha cogido por eLibrutegia. El porcentaje de los que se lo han bajado gratis es el mismo del que lo ha conseguido por préstamo en bibliotecas (9%).
  • El 34% dice ser socio de alguna biblioteca.

Como resumen, tres hipótesis y una sugerencia:

  • El problema no está en los formatos, sino en los hábitos y el interés.
  • Nos deberemos preguntar qué ha sustituido a ese interés.
  • La educación sigue siendo el factor clave.
  • Escuchemos más a las mujeres que son más lectoras.

Sobre los hábitos de lectura y compra de libros. 5. No parecen existir los lectores exclusivamente digitales en tiempo libre

Si hacemos caso a los gráficos, por lo menos a algunos del estudio de hábitos de lectura podemos concluir que los lectores de libros en tiempo libre exclusivamente digitales no existen y sí, en cambio, los lectores exclusivamente en papel en el tiempo libre.

Esto es lo que yo entiendo del siguiente gráfico. Del 59,7% de la población lectora en tiempo libre hay un 40,3% que lee sólo en papel y un 19,4 %que lee en papel y en digital. El 59,7% lee, en algún momento en papel y el 0% aparentemente lee sólo en digital.

Plantear pues el dilema papel-digital no parece tener ningún sentido porque el papel parece estar siempre presente en mayor o menor grado.

Si damos como bueno el gráfico anterior, el que se presenta en la siguiente página no sería correcto en el fondo ya que la comparación no es entre lector en papel y lector en digital sino entre lector en papel y lector en papel y en digital sin que en mi opinión se pueda concluir estadísticamente en función de los datos aportados que el mayor consumo y mayor número de libros leídos sea una consecuencia de leer también en digital además de en papel. Quizás sea más lógico pensar que una parte de los ya grandes lectores utiliza los dos soportes bien por criterios económicos o por la posibilidad de poder disfrutar de más tiempo de lectura y adaptar el soporte al medio, a la lectura y al tiempo disponible.

Señalar las características de ese 19,4% sólo al ‘lector digital’ no sería, por lo tanto correcto. Más cuando vemos la siguiente y comprobamos la correlación aparenete entre más lectura y número de libros en casa que cuesta pensar que sean sólo digitales.

En cualquier caso amiguitos y amiguitas parece que los lectores sólo digitales de libros en tiempo libre son por ahora un tema de ciencia-ficción.

No se puede, por lo tanto afirmar como alguien ha hecho que ‘el perfil del lector digital es más intensivo’. Podremos quizás decir que el perfil del lector multisoporte es más intensivo y el matiz, como siempre, es importante.

Quizás la información hubiera quedado más clara si se hubiera conocido cuántos ejemplares y en qué soportes lo realizan los que leen en papel y en digital.

Sobre los hábitos de lectura y compra de libros. 4. Una terminología poco clara en ocasiones

Ha habido por parte de los editores en algunas ocasiones un cierto interés en utilizar una terminología poco clara en lo referente al libro en soportes electrónicos que en este estudio vuelve a tener una presencia confusa sobre todo cuando se aborda el tipo y canal de adquisición.

Esta tabla que se presenta en el estudio en la página 42 es, en mi opinión, un claro ejemplo de ello. Parece que existe una cierta intención de dejar entrever que en internet no se compra.

Algunos comentarios: sólo se utiliza el término compra, aparentemente, para el libro en papel. Parece que aquellos libros electrónicos que se ‘bajan’ pagando tienen una especie de trato monetario distinto y se miden conjuntamente con las bajadas gratuitas y no, curiosamente con los comprados.

Creo que sería más lógico y desde luego mucho más claro presentar los datos, seguro que se puede, con la siguiente estructura.

Canal / % Soporte papel Soporte electrónico
Lo compré    
Me lo han regalado    
Me lo han prestado    
Préstamo bibliotecario    
Ya estaba en el hogar con anterioridad    
Era un ejemplar gratuito    
Lo he robado    

Así, en plano de igualdad, tendríamos con mucha más claridad el canal y el soporte.

Y así no habría peligro de gráficas tan tendenciosas como la que aparece en la siguiente página, donde parece que en internet no se compra nada.

 

Sobre los hábitos de lectura y compra de libros. 3. En los parados y en las amas de casa hay futuro

Visto ya más en detalle el informe de hábitos de lectura y compra de libros me reafirmo en lo ya escrito con anterioridad y en el hecho de que no se mide ni se atiende al concepto señalado, sino otras cosas más de interés para una parte del sector. Evelio, no iba descaminado en su sensación.

Dicho de otra manera. Aquí es lo mismo comer hamburguesa de comida rápida, menú del día o a la carta. Esto es indiferente. Queremos saber cuánto comes, no qué, cómo has conseguido la comida y si la comes en plato fino, vajilla de papel o en ambas. Al rico batiburrillo.

Todo lo demás al estudio le da básicamente igual.

Sí tiene un interés especial a la ‘dieta por obligación’ que fija el dietista, el ‘libro de texto’, influenciado muy a menudo por los ‘laboratorios’ (editoriales), donde más que existir una ‘compra voluntaria’ se produce una ‘obligación de compra’. No estaría de más hacer un tratamiento mucho más independiente y menos contaminante de este apartado.

Con todo, creo que en el informe hay algunos datos que me han parecido sugerentes.

Empiezo por el que más me ha llamado la atención. El crecimiento porcentual en lectura de dos colectivos: los parados y las ‘amas de casa’. Estoy convencido que en el mismo pueden existir razones colaterales y nuevas que lo justifiquen, pero, en cualquier caso creo que son interesantes.

Las amas de casa y los parados aumentan, desde el 2010, un 10% como lectores de libros en tiempo libre y este avance convierte a los parados en más lectores que los ocupados.

Este aumento, aunque menor, también se da entre los jubilados, en torno a un 4%, mientras que los colectivos más ‘activos’, ocupados y estudiantes, se mantienen prácticamente planos.

Además, esa evolución de lectura, tiene su incidencia también en la compra y son también porcentualmente las amas de casa y los parados quienes más crecen. En torno al 11%.

Es claro que aquí hay o puede haber nuevos públicos que están en crecimiento y que en uno de los casos, los parados y también las ‘amas y amos de casa’, en la medida en que entendamos que puedan ser colectivos no remunerados, podría tener una atención y unas políticas específicas que además tendrían un claro carácter igualador.

Seguiremos desbrozando.

Sobre los hábitos de lectura y compra de libros. 2. No confundir el culo con las témporas

Un segundo previo sobre el informe que vistas algunas ‘salidas de tono’ conviene tener en cuenta.

Mientras que ayer señalaba que no está en mi opinión excesivamente claro que lo que el estudio mida tenga que ver con la propia definición de lectura que se hace en el estudio, lo que sí creo que es claro es que el estudio no pretende dar ninguna recomendación directa sobre temas de salud ni mide, que yo sepa, la incidencia que en la misma pueda tener la lectura en determinados soportes. No conviene confundir el culo con las témporas.

Así que cuando veo comentarios del tipo:

¿Qué ha pasado con la supuesta fatiga visual…? El perfil del lector digital es el de un lector más intensivo, que lee una media de 16,7 libros al año, frente a los 11,6 del lector que sólo lee en papel .

Y la base  que sustenta esa aparente duda es este cuadro es o intentar pedir ‘peras al olmo’ o ‘confundir el culo con las témporas’, o…tener una tendencia preocupante a buscar el… ‘a ver si cuela’.

No amiguitos y amiguitas. De esto no van, creo, los datos que nos presentan.

Esto, en cambio, quizás sí se acerque más a abordar con una cierta seriedad la fatiga visual que existe. De hecho, yo la padezco.

Sobre los hábitos de lectura y compra de libros. 1. El concepto

He empezado a leer el estudio de Hábitos de lectura y compra de libros 2017.

Reconoceré que hasta ahora no me había fijado en el ‘concepto’ que ya viene recogido en estudios anteriores, por lo menos en el del año 2012.

Copio los tres párrafos que no varían del año 2012 al 2017:

¿Qué entendemos por lectura? Por lectura se entiende al proceso de aprehensión de determinadas clases de información contenidas en un soporte particular que son transmitidas por medio de ciertos códigos, como lo puede ser el lenguaje. Es decir, un proceso mediante el cual se traducen determinados símbolos para su entendimiento.

Cuando se realizaron las primeras ediciones de este estudio, la lectura se encuadraba en el ámbito de las prácticas de ocio y tiempo libre. Interesaba la lectura voluntaria y quedaba fuera la lectura obligatoria, tanto la que imponía el sistema educativo, en el caso de los estudiantes, como la que se realizaba por necesidades de orden laboral, en el caso de los trabajadores.

A partir de 2010 se recoge en el informe la lectura por trabajo y estudios y también la lectura de actualidad (prensa y revistas) y la realizada en los distintos soportes de lectura, aunque la parte más substancial del informe sigue desarrollando la lectura de libros en tiempo libre. (pag. 7)

Y, después de leer y releer la definición, la única duda que me queda, que es la sustancial, es si realmente  los datos que se presentan son capaces realmente de medir si existe esa aprehensión y si esos símbolos son entendidos.

Lo digo porque si después el objetivo general del estudio es: es el de contar con datos del comportamiento lector de los españoles en el momento actual que permitan la formulación y evaluación de políticas y planes de lectura, uno entiende que esos datos deberán centrarse no sólo en el tiempo, en los soportes y en el tipo de libros, sino básicamente en la aprehensión de esos símbolos para el entendimiento que no es medido, por lo que he leído hasta ahora, en ningún momento.

Lo dicho, y entono el ‘mea culpa’: no había sido consciente hasta la fecha de la distancia que en mi opinión existe entre el concepto y lo que realmente se mide.

En próximas entradas iré viendo si hay algo realmente sugerente y novedoso más allá de ese aparente afán de intentar o demostrar, falsamente creo, que se lee más. y no si se lee mejor, sobre todo si pensamos que lo importante es la aprehensión y el entendimiento.

Y, sobre esto, me interesa mucho más lo que puedan pensar, personas del ámbito educativo y bibliotecario que del ámbito ‘empresarial’. No es así de extrañar lo que recientemente escribía Gemma Lluch:

los datos que se utilizan para el diseño de estas actividades provienen, sobre todo, de informes basados en encuestas y realizados por un actor con intereses en el ecosistema de la lectura. Como el reciente Barómetro de Lectura y Compra de Libros España

Los medios y los hábitos de lectura y compra de libros.

Las mujeres, que son el colectivo que más lee, no aparece prácticamente en ningún titular.

Espero sacar un rato tranquilo para leer  el estudio de Hábitos de lectura y compra de libros 2017 a finales de esta semana.

He ido estos días recogiendo algunas de las apariciones que el mismo ha tenido en distintos medios de comunicación y es estupendo comprobar la bondad que como texto parece tener el estudio al adaptarse y generar múltiples y distintas lecturas según quién y cómo se ha aproximado al mismo.

Seguir leyendo «Los medios y los hábitos de lectura y compra de libros.»

En Catalunya, los jóvenes parecen más activos culturalmente que los mayores de 55…

El informe recientemente presentado sobre Hàbits de lectura i compra de llibres a Catalunya con información de 2016 incluye algunos datos relevantes y sugerentes y, también, algunos conceptos o términos que no son quizás usados con la debida precisión.

Aquí, y en relación al ámbito de lectura digital, podemos ver, algunos datos interesantes relacionados con el uso y conocimiento de algunas plataformas y, al mismo tiempo, un uso quizás no lo suficientemente preciso de los términos de ‘acceso’ y ‘descarga’. Sobre las plataformas… la información sobre quiénes están y el peso que parecen tener e incluso sobre quiénes no están… es de por sí ya sugerente.

Me interesa casi más, siguiendo con la reflexión sobre cultura, tiempo y dinero, la información que se presenta más adelante sobre el uso del tiempo, la edad y determinadas actividades culturales y de ocio.

Si nos fiamos de los datos, en esta ocasión, el estudio viene acompañado de su correspondiente ficha técnica, volvemos a encontrarnos algunas curiosidades:

  • A más edad parece que menos lectura, aunque es habitual que sean algunos miembros de la generación de más edad los que protesten porque los que menos leen son los más jóvenes. Los datos parecen no darles la razón.
  • En edades más jóvenes, aunque se lea más y más que la media, el aumento porcentual de la lectura es inferior al que se produce, en la música, que además es más frecuente y el cine, que entre los jóvenes también supera a la lectura, dejando de lado las actividades de ocio que en más de un caso ‘ganan por goleada’…
  • Interesante sería saber, no ya la la constatación de la realización de la actividad, sino el tiempo dedicado a la misma en cada uno de los casos ya que el tiempo es limitado y no extensible…

Lo más visto en Cambiando de tercio en el mes de julio y en lo que va de año…

 

Los cinco más vistos en julio

Los cinco más vistos en lo que va de año

En Francia, la lectura es un placer que se transmite de padres a hijos. En España, también.

Se ha presentado recientemente en Francia un estudio sobre  los jóvenes y la lectura. (Acceder).

Algunas notas breves que aunque no sean nuevas quizás reafirmen tendencias y haga que no nos rasguemos tanto las vestiduras por estos lares tan dados al flagelo y a considerarnos en ocasiones ‘raras avis’.

Seguir leyendo «En Francia, la lectura es un placer que se transmite de padres a hijos. En España, también.»

Si cambiamos las condiciones sociales cambiarán los hábitos de lectura

El leer o no leer parece claro que sigue teniendo en su hábito una clara incidencia económica y social.

Cuando los grandes números, los empezamos a contextualizar, el dato se convierte en información y va tomando algo más de claridad.

Casi, podríamos atrevernos a lanzar como hipótesis la de que uno de los peores modelos para mejorar los hábitos lectores son las políticas económicas y sociales que precarizan a la población.

El cruce que en el avance de resultados nos ofrece el CIS relacionado con la condición económica me parece que señala con cierta claridad esta tendencia que, probablemente se acentuará más si la cruzamos con niveles educativos.

Estas dos tablas son claras y demuestran que a veces las medias son muy relativas y la explicación con más fundamento la encontramos en el cruce de variables.

Lectura_clasessociales

Recojo al final, casi como nota, las correspondencias de las letras (A,B,C…) con la clasificación con la que se corresponden.

Si esto fuera así que parece serlo, surgen de nuevo algunos interrogantes sobre los que el sector tiende (tendemos) a no plantearnos o, si lo hacemos, a esconder la cabeza en modo avestruz.

Si quienes leen son mayoritariamente las clases medias nuevas (probablemente por componente educativos como ya señaló Javier Urgel Parreño) y las clases altas, por qué mantener políticas de ayudas y de subvenciones para las ‘élites’; por qué seguir manteniendo un IVA distinto que favorece a quien favorece.

Si la cultura debe mantener una vertiente crítica por creativa y distorsionante con la realidad quizás deberíamos empezar a reconocer que nos situamos más cerca de la burguesía gauche-divine bien pensante, que de las capas populares.

Sólo por provocar y por contextualizar un poco y por ir un poquito más allá de los titulares modo monos de repetición que la prensa tiende a ofrecernos.

Parece, en cualquier caso, que la mejor política de fomento de la lectura pasa por la mejora de las condiciones sociales. Ahí es donde de verdad creo que trabajaremos en la raíz del asunto. Lo demás, sigo pensando que es postureo o se mueve por otro tipo de intereses.

Todo lo demás, puede que no esté de menos, pero es una forma más de marear la perdiz y de sentirnos satisfechos de nuestro hacer.

Nota

Clasificación:

A.Empresarios/as con asalariados/as, altos/as funcionarios/as, altos/as ejecutivos/as y profesionales por cuenta propia

 B.Profesionales y técnicos/as por cuenta ajena, y cuadros medios

C.Comerciantes y pequeños/as empresarios/as (sin asalariados/as, no agrarios/as)

D.Agricultores/as (empresarios/as sin asalariados/as y miembros de cooperativas)

E.Personal administrativo, comercial y de servicios

 F.Capataces/zas y obreros/as cualificados/as (no agrarios/as)

 G.Obreros/as no cualificados/as (agrarios/as y no agrarios/as)

 H.Jubilados/as y pensionistas

I.Parados/as (que han trabajado antes y en busca de su primer empleo)

 J.Estudiantes

K.Trabajo doméstico no remunerado

 L.Situaciones no clasificables

 

Lectores de Revistas Culturales: más que usuarios de Bibliotecas y menos que compradores de librerías

El estudio de Hábitos Culturales también se ocupa de los lectores de Revistas culturales (página 182 y siguientes).

Ya adelanto que los ciudadanos se acercan a las revistas menos que a las librerías, pero más que a las bibliotecas. Por lo menos, en el último año. El 31,9 de los ciudadanos parece que ha tenido por lo menos una vez una Revista cultural entre sus manos, mientras que sólo el 25,6 han traspasado las puertas de una biblioteca. Y en este sentido es francamente preocupante el poco interés que las mismas despiertan entre los ciudadanos.

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Podemos señalar también que la franja de edad más lectora de Revistas culturales se sitúa entre los 25 y los 55 años y va unido con claridad a niveles de estudios superiores y más específicamente a los universitarios.

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Digo todo esto porque en el reciente Liber ARCE presentó algunos de los resultados de un reciente estudio que han realizado sobre el perfil de los lectores de revistas Culturales y que en estas primeras percepciones es bastante coincidente. Se pueden consultar unas primeras notas y un perfil genérico en el catálogo que ARCE ha publicado recientemente.

Perfillectoresestudioarce

Hablaremos con más calma sobre el mismo una vez que lo leamos y que se haga público.

El 23, viernes de la semana que viene, me han invitado a participar en una mesa redonda en Tabakalera que, no sé si intencionadamente o por casualidad lleva el título de Bibliotecas ¿para qué?

La verdad es que algunos datos no lo ponen fácil. Quizás, como acertadamente señalaba P en un comentario y enlazaba a un interesante artículo, se valoran los principios, pero no los servicios.

En el fondo es un proceso muy común en los procesos de institucionalización donde la mediación se absolutiza y hacer perder el sentido a la práctica que le dio origen. Se pretende mantener su defensa en un función de unos principios convertidos en discurso  que al final es vacío y que está alejado realmente de las demandas o que no tienen ningún interés para la ciudadanía.

Quizás resulte que al final su función principal sea siendo la de ‘guarda y custodia’.

Lo dicho: por seguir provocando y por ir preparando algunas reflexiones para el viernes 23.

Y, ya ven que en todo esto, lo digital parece pintar poco.

La lectura y sus derivados en el barómetro del CIS de diciembre de 2014. 15 notas rápidas

El Barómtero del CIS de diciembre de 2014 incluye unas cuantas preguntas relacionadas con la lectura que pasamos a comentar y a comprara, en algunos casos, con los datos, también del CIS, relacionados con la lectura de febrero de 2003.

Los comentarios serán breves y llevarán cierto grado de retranca en algunos casos. Tiempo habrá para que sesudos expertos hagan minería de datos y derivados.

1. A los españoles les interesa más la música y el cine que la lectura. Lógico por lo tanto con el gobierno que tenemos la penalización en el IVA hacia lo que puede ser de mayor interés general.

pregunta_92. La percepción sobre si leemos mucho, poco o nada, no ha variado sustancialmente en estos 11 años. Seguimos pensando que leemos poco. Ahora bien, si echamos la vista atrás (pregunta 14), casi a mitades, pensamos que leemos más, los unos, y que leemos menos, los otros.

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13_143. El 15% todavía no ha oído hablar del libro electrónico. El 66% no la leído ni total ni parcialmente un libro en digital y del 84,7% que conocen la existencia del libro electrónico, son tantos los que piensan que es probable que lo utilicen en el futuro como los que no piensan utilizarlo.

1515ayb4. El futuro parece moverse entre la convivencia y la mayoría electrónica

165. La frecuencia de la lectura tampoco parece haber variado sustancialmente en estos últimos diez años. Nota. En el 2003 se preguntaba por lectura y en el 2014 por lectura de libros.

5_201317_20146. Entre los que no leen, aumenta en casi 10 puntos el porcentaje de los que no leen porque no les interesa o no les gusta. Disminuye en 5 puntos la ‘excusa’ de la falta de tiempo.

5a_201317a7. El formato digital parece haber penetrado en casi el 20% de los lectores habituales.

17b8. La lectura cada vez más unida al disfrute o la distracción. Problema. Ambos términos tienen significados tan distintos…

17c9. La novela histórica parece ser lo que más gusta

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10. Sólo el 14% de los lectores podrán comprarse tímidamente con Mark Zuckerberg porque leen por lo menos un libro al mes de media.

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11. Ya lo siento, pero los libreros pintan poco como elemento recomendador. Los colegas, entiéndase familiares y amigos aumentan su peso en 10 puntos. Nota: cada vez tenemos menos en cuenta nuestro propio criterio (12 puntos menos).

2003

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201317g12. Pesa más el género que el autor. Algunos autoeditados se lo deberán ir mirando o sino habrá sólo autoeditados de pocos géneros. Algo que en el fondo ya está pasando.

17h13. No llega al 50% la población que ha comprado libros para disfrute y solaz en los últimos doce meses ya que la cifra incluye trabajo y/o estudio. Y sólo un tercio ha comprado más de 5 libros.

2114. En esto del ‘tener’ las cosas no están muy claras porque no sabemos si los que tienen son los que poseen en papel y en digital o no. En cualquier caso sólo en la mitad de las casas hay más de 50 libros en papel y sólo en un 30% hay más de 50 en digital. Interesante comprara con datos de años del siglo pasado que se recogen en Los españoles y los libros. Hábitos y actitudes hacia el libro y la lectura, editado por CEGAL en el año 98. Página 42 y sigientes. Vamos a peor, parece.

24_25_25a15. El 28,6% de la población se ha pasado en el últiomo año alguna vez por la biblioteca y, por ahora, hay más interés en el préstamo de películas y en el acceso a internet que en los libros digitales. ¡Al loro!

26a Y una guinda final. Analicen por favor los editores el dinero mal gastado en teóricas tinglados en torno al fomento de la lectura por mares, playas y demás…

¿Por qué leen más las mujeres? Sobre los Hábitos de lectura 2012

En el ámbito de la lectura de libros las mujeres siempre han sido las ganadoras a lo largo de los 12 años.

lectora_habitos(Vía Roger)

Una explicación, que quizás no sea muy al uso y convencional, la encontramos en ‘Las buenas chicas no leen novelas‘ de Francesca Serra:

… una sociedad en la cual la ‘literatura ha sido relegada a los márgenes de la vida social, al igual que ciertos vicios inconfesables’, en la que disminuye el número de lectores y en la que estos son principlamnete mujeres, está condenada ‘a barbarizarse en el plano espiritual’ hasta ‘poner en juego su propia libertad’.

La literatura en manos de las mujeres puede convertirse en algo muy similar a un ‘vicio inconfesable’. ¿Qué ha cambiado desde que retrataban a las jóvenes dieciochescas mientras estas devoraban a hurtadillas la última novela de moda? Nada. Como he dicho, la Lectora es un instrumento. Y los instrumentos, si están bien engrasados funcionan. Saltan como un resorte cuando alguien pulsa la tecla adecuada. Al comienzo del tercer milenio,el instrumento de la Lectora que degrada la Literatura al transformarla en vicio sigue funcionando de maravilla. Y un vicio, si es inconfesable, solo puede ser de naturaleza sexual; así es que, como mínimo, ebemos pensar en la masturbación.

Pero cuidado, el instrumento de la Lectora es crucial en la formación de la cultura moderna. No solo porque se trata de una máquina de hacer dinero, al igual que lo es una prostituta para su macarra, sino también porque es un dispositivo de edificación intelectual, es decir, sirve para construir y elevar la figura del intelectual. Varón, naturalmente. (pag. 103-104)

¿Dónde se compran y cómo llegan los libros a nuestras manos?Sobre los Hábitos de lectura 2012

Los informes de hábitos de lectura aportan un volumen importante de información que a veces es difícil de tratar.

Los editores los presentan, según los años en distintos formatos, word, ppt, pdf, enlace directo a web que, además, en algunas ocasiones impiden la búsqueda interna y en otras, como iremos viendo dificultan la construcción de series sin que, además, se nos explique por qué aparecen, dehan de aparecer o se cambia el criterio de algunos items.

Hay un segundo elemento que en los estudios siempre me ha parecido curioso como es el hecho de no ´leer’=interpretar los datos.

Me centro hoy en dos temas concretos relacionado cómo y por dónde llegan los libros a nuestras manos según los encuestados.

En el primer caso, el del cómo, sólo podemos saberlo hasta 2008. Luego, por arte de ‘birli birloque’ este dato ha desaparecido de las encuestas.

Un aviso: las tablas son de elaboración propia, a pinrel, porque la valiosa información que suponen estos estudios y que podría estar, sus datos, a disposición de todo el mundo para realizar nuevos cruces de los mismos o intentar conseguir otra información no es posible. Son datos cerrados poco amigos del Open Data.

1. Cómo llegan los libros a nuestras manos

comolleganAlgunos detalles hasta donde podemos leer:

– Se refiere al último libro que hemos palpado. El hecho de que se incluyera en 2006 la referencia a estar presente en el hogar no indica que no se haya comprado. Los libros, por lo tanto parecen moverse en el ámbito de la compra. O lo compro directamente, o lo compré está en el hogar y ahora lo recupero o alguien lo compró para regalármelo. El préstamo bibliotecario se mantiene en porcentajes inferiores al 7% y aunque sumáramos al mismo los prestados, porcentaje que curiosamente iba bajando en este mundo que vendemos como de redes y complicidades, el mismo no habrúa superado en el peor año el 27%. El acceso, por lo tanto, parece que se sigue jugando en la transacción económica.

2. Dónde se produce esa transacción

datoscompra

El lugar preferente sigue siendo las librerías por individual o en cadena. El Quiosco y el Club parecen caer de manera contínua mientras que internet sube. Las grandes superficies apuesto a decir que seguirán bajando. Por cierto ya que los editores están tan preocupados por los que leen gratuitamente no estaría de más que analizarían si correlacionan o no con canal de compra. Dicho de otro modo: ¿leen más gratis los que compran en grandes superficies que los que compran en librerías? En cualquier caso las ventas si son físicos o el ‘alquiler’, los editores no venden libros digitales, nos los alquilan para su uso en la mayoría de los casos impidiendo que luego los podamos prestar, va ganando posiciones.